Relatos Cortos

Hace mucho tiempo que escribí estos relatos y aunque no tienen ninguna conexión con juego alguno, ni relación con Zevran, si este personaje los pudiera leer, estoy segura que le gustarían. Además creo que merecen un sitio aquí, por antigüedad y por derecho propio. Los pondré en línea cronológica según fueron escritos, pues no tengo uno que sea más importante que otro, también publicare una novela que escribí hace muchos años, casi tantos como algunos de los relatos. La verdad es que he perdido varios de ellos, si consigo encontrarlos los publicare, porque aunque intentara escribirlos hoy, no serian igual que cuando fueron escritos, los años han pasado y todos hemos cambiado, por esa razón solo los he leído corregido alguna que otra errata, debido a que cuando los escribí, no lo hice en un ordenador (computador, PC) con sistema en español.


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Diálogo entre el amor y el querer.


Hace tiempo tuve un sueño, en el dialogaban el Amor y el Querer.
El querer le decia al Amor.
-- ¿Por qué eres tan eterno?.
Y El Amor con gran paciencia respondió.
-- Quizás sea por que no poseo nada.
-- Eso es imposible, - exclamo el Querer - pesees todas las cosas, como yo ¿A caso no somos el mismo ser?.
-- ¿Tú crees? Pues dime ¿Qué es lo que tu posees?
Respondio el Querer.
-- El amante que posee al ser amado, el político que posee el poder, el religioso que posee la fe, yo poseo todo aquello que quiero.
El viejo Amor le dijo.
-- Ves tú mismo te respondes, yo cuando amo no poseo al objeto amado. Yo amo a una mariposa en vuelo, amo una flor con su tiempo contado y amo al hombre que en su vida se asemeja al vuelo de una mariposa y al tiempo contado de una flor.
Muy exaltado el Querer exclamo.
-- Eso es una QUIMERA.
En su inagotable paciencia el Amor le responde.
-- El mundo es una QUIMERA. ¿Que crees que soy yo?.


1 de septiembre de 1992
Leah Abraham


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La Mar y la gota de lluvia.

En un día frio de invierno, me encontraba observando como la lluvia caía en el mar. Como volvia a sus origenes y desaparecia en su inmensidad, entonces me dí cuenta de que una gran gota de lluvia, se negaba a entrar en el mar.
Y este fue el dialogo que escuche:
La gota de lluvia le decia a la Mar:
-- ¿Por qué he de perder mi personalidad en tí?
-- Tu eres yo y yo soy tu.
-- Pero me niego a disolverme en ti.
-- Tu partistes de mi y a mi debes regresar. ¿De donde te crees que vienes?
-- Del cielo, por supuesto. Yo soy un individuo independiente, yo volava con el viento, hasta que me precipite aquí.
La Mar le respondió.
-- ¿Te acuerdas antes de nacer?
-- ¡NO! ¿Tú acaso te acuerdas?
-- Si... Yo soy el infinito. Tu fin.
En ese instante la gota de lluvia se precipito en la Mar. Pensando me aleje, sintiendome cada vez mas una insignificante gota de lluvia, precipitandome al inmenso Mar.


2 de septiembre de 1992
Leah Abraham.


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Simbiosis.


Cuando la materia alcanza la transmutación y se convierte en energia pasa a formar parte del cosmos.
¿Pero quién soy yo? ¿Qué soy?. Un ser afortunado que le ha sonreido la vida siempre. ¿Ese famoso científico capaz de dar respuestas a todo?. Si hace tan solo dos días me hubiesen hecho cualquiera de estas preguntas, yo habría contestado; soy un científico enamorado de su profesión, yo que tengo cuanto un hombre puede desear en la vida, tengo dinero, fama, prestigio profesional.
¿Qué fue lo que me ocurrió? ¿Qué fue lo que me trastornó tanto, qué hoy no conozco a ese ser que era anteayer?. ¡Qué horrible transformación he sufrido para no reconocerme!.
Nací hace 34 años en una familia de intelectuales, durante toda mi infancia me enseñaron que todo en este mundo, se podía medir en terminos científicos, ya de jóvencito me explicaron que yo solo era fruto de una relación sexual, que no era ningún misterio pues había nacido de la unión de un espermatozoide y un óvulo. Cualquier pregunta que yo formulara era respondida bajo estos terminos, por lo que crecí en un entorno de "realidad" tan material, que a los 25 años solo podía creer en aquello que se pudiera cortar, pesar y medir en un laboratorio.
Al terminar la carrera con grandes honores para mi, me puse a trabajar, en un proyecto por el cual ibamos a demostrar la no existencia de Dios. Pretendiamos demostrar que el ser humano era la punta de la pirámide y que por encima no existía nada más.
Durante diez largos años exploramos el cosmos, en busca de cualquier evidencia que pudieramos mostrar al mundo, para que este dejara atras superticiones que hasta el momento, habían alimentado a las religiones para mantenerlas con vida.
Pero a decir verdad eran ya muy pocos los seguidores de cualquier religión. Se había conseguido desmantelar tantas creencias erroneas, que se habían mantenido durante siglos, que nuestro proyecto era el entierro final de un mundo viejo y lleno de mentiras superticiosas, que solo habían llevado al hombre a una esclavitud mental y que no había valido más que para retrasar el progreso de la humanidad en ser los dueños absolutos del Universo.
Ya nos habíamos deshecho del "Señor de las Tinieblas", demostrando que la maldad implicita en el ser humano, era debida a un Gen defectuoso, que es el causate del Mal en el mundo. Tambien había una teoría que hablaba de otro Gen que sería el responsable de la invención humana de Dios, pero esta teroría no había convencido a todos, por esa razón intentábamos demostrar que el Universo estaba vacío de "vida".
Hace dos días que creímos tener las pruebas documentales de dicha teoría. Estabamos explorando con un gran telescopio una zona del Universo hasta el momento inexplorada, era el último rincón que nos quedaba por mirar, a excepción de una pequeña isla de ese mismo lugar, que solo se podía explorar en determinado momento astronomico, dicho momento estaba a punto de producirse, y si aquí no encontrabamos vida, entonces al mundo le podíamos decir que estabamos solos en el Universo.
El sabado 11 de septiembre de 1999, a las 8:00 de la mañana, nos encontrabamos en la sala de observación preparados para un largo día de trabajo, entonces el jefe del proyecto mandó a los tecnicos que conectarán el telescopio y que lo enfocarán en la dirección programada. Se encendieron todas las pantallas gigantes en la sala, todos estabamos preparados para la exploración y nuestras mentes puestas en las imágenes que se iban sucediendo.
Según iba girando el telescopio, haciendo un barrido del cosmos, comenzamos a ver una iluminación extraña en la parte derecha de la pantalla, según avanzaba la rotación del telescopio la mancha de luz se intensificaba y crecia por momentos, hasta que se colocó en la posición programada, en ese instante la luz invadió todas las pantallas. Todos los que estabamos contemplando las imagenes nos sorprendimos al comprobar que un haz de luz, atravesaba la pantalla central e inundaba la sala. Los tecnicos que se encontraban más cerca de la pantalla, salieron corriendo de sus asientos, pues la Luz en lugar de llevar una trayectoria elíptica, cayó de la pantalla hacia el suelo de la sala, como si estuviera sujeta a la Ley de gravedad, todos nos pusimos a chillar, locos por lo irracional de la situación.
Yo estaba clavado en la silla, sin ninguna posibilidad de moverme, pues aunque lo intente no pude hacerlo y el haz de luz me alcanzó. A partir de ese momento no recuerdo lo que ocurrio en la sala, solo lo que me sucedió a mi.
Cuando me alcanzó el haz de Luz, todo mi cuerpo se volvio transparente, mi ser se desdobló y fui lanzado por un túnel de Luz, no podía detenerme aunque lo quisiera, era arrastrado al órigen de aquella Luz. Según iba pasando las paredes me mostraban toda mi vida, desde que había nacido, se mostro con todos mis aciertos, mis bondades, pero tambien con mis errores. Sentí la felicidad que había dado, mas para mi pesar tambien sentí todo el daño, la humillación, el dolor que había hecho padecer a los demás. Ví un momento de mi vida en que despreciaba a mi amiga por decirme que me amaba y me sentí miserable, sentí repugnancia y despreio, por esa vida llena de orgullo que había provocado tanto dolor a los demás.
Con estos sentimientos llegue al órigen de la Luz y allí como una bendición me fue otorgado la no visión de mi vida, mientras que me inundaba un Perdon absoluto, una compasión hacia mi condición de super-ego, que me lleno el alma )que en ese momento comprendí que tenía( de paz y en definitiva me bañe en un mar de Amor Dador, que todo lo que había sido hasta entonces murió, lo ví alejarse como si fuera una piel vieja que tuviera que mudar, me sentí renacer de nuevo. En ese instante me ví rodeada de seres de todo tipo y en mi estado de hipersensibilidad, comprendí que todos eramos ciudadanos del Universo y que donde estabamos era el Origen de todos nosotros, pero tambien el Final.
Aquello era increíble, yo que había buscado la evidencia de la no existencia de Dios, El en su inagotable compasión me había mostrado el origen de mi ser.
Entonces me jure a mi mismo, que si volvía a mi viejo cuerpo abandonado en la sala de observación, relataría tantas veces como fuera necesario la experiencia que había vivido, aunque tuviera que sacrificar toda mi comodidad material, lucharía hasta la muerte por tener el derecho de contar lo ocurrido.
Al regresar a la sala, encontre mi cuerpo tendido en un sofa y alrededor todos los componentes del equipo, intentando reanimarme. Me incorpore y empece a preguntar si ellos habían tenido la misma experiencia que yo, me miraban como si me hubiera vuelto loco, el jefe del proyecto me dijo:
-- John, aquí no a pasado nada, solo que esa maldita Luz nos estropeó la observación, pero no quiero que nadie hable nada de esa Luz, no deseo que se mal interprete diciendo que era Dios. Seguro que ha sido un rayo de luz del sol que a reflejado en algún espejo, no ha sido más, me han entendodo señores.
-- ¡Mierda! Pues yo si lo voy a contar, voy a decir hasta el último detalle y ni usted, ni nadie me va a poder silenciar.
-- ¿Cómo? Le hare que lo internen en un psíquiatrico de por vida. Si lo hace tirará toda su carrera a la basura, pues le juro que le destruire si dice lo más mínimo de lo sucedido.
Sin contestarle me levante, y al cerrar la puerta de la sala me dí cuenta que por primera vez en mi vida me sentía feliz, confundido pero feliz.
Desde ese momento estoy vagando por este bosque. Que aunque esta cerca el otoño a mi me parece que posee los colores de la primavera. He meditado mucho como podía dar a conocer mi experiencia y la manera de que perdurara, para otros incautos que solo piensen que la vida es materia.
Por esa razón aquí lo teneis en forma de relato. A vosotros os corresponde juzgarlo y decidir si es verdad o no. Pero solo con el corazón lo podreis comprender.

 15 de noviembre de 1994

Leah Abraham

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EL CAMINO

¿Qué es la vida? Sino un Camino hacia ninguna parte.
¿Qué es el naciemiento? La continuidad del Camino.
¿Qué es el sueño? Un parentesis en el Camino.
¿Qué es la muerte? El descanso del Caminante.
El Camino de la vida no tiene ni principio ni final, ni tan siquiera sendero que ver, porque en cierta medida los seres vivos, somos el Camino y el Caminante. Así comienza esta historia.

Hoy me pare en el borde del Camino, estoy cansada ya no tengo muchas ganas de continuar, creo que voy a dejar transcurrir el día, hoy no quiero avanzar ni un metro, no tengo fuerzas, la ilusión me ha abandonado, me siento perdida. Hace tanto tiempo que camino que ya no tengo ninguna meta, es posible que en cierta forma presienta que quizás me encuentro al final del sendero de esta vida.
Desde mis recuerdos más tempranos estoy en el camino, no es un camino de cemento o de asfalto, ni tan siquiera llega a ser un camino de tierra, es un camino hecho a base de pasos que cuanto has dejado atrás desaparece. Camino misterioso, siempre en busca de esa parte de amor y de vida que intuyo tiene que haber en algún lugar, pero desde que camino todavía no lo he encontrado, quizás es que yo no esté predestinada o quizás es que no me lo merezca, tantas veces he pensado que lo había encontrado, y tantas veces he despertado al ver el surco que separaba los caminos de los caminantes, que no eran un solo camino sino dos caminos paralelos algunas veces más cercanos que otras, pero siempre dos caminos que al cabo de un tiempo tenían que separarse hasta perderse en el horizonte. Nadie tuvo el valor de saltar a mi pedregoso y espinoso camino, era demasiado cómodo transitar por un sendero de hierba fresca, como para arriesgar la preciosa seguridad del verdor y del frescor del camino del caminante, ni tampoco nadie me dejo saltar a su cómodo camino, quizás porque a nadie le importaba. Me es difícil juzgar ya que yo solo he conocido pocos momentos de verdor y de frescura en mi camino. He caminado tanto tiempo por este pedregal espinoso que ya casi he olvidado lo que significa el verde y el agua corriendo por él.
Por eso hoy he decidido no continuar, parar, ya no tiene mucho sentido seguir adelante. Todo mi ser me pregunta; ¿para qué continuar? ¿Para qué seguir en continua lucha? Mejor dejarlo, no seguir transitando, detenerme a esperar que llegue el final. Ya habido momentos parecidos, pero ahora creo que el vaso ha sido colmado y todo a mi alrededor ha perdido importancia, incluso algo que me ha movido durante mucho tiempo, esa búsqueda de saber, ese instante de amor, también la he perdido, ya no deseo nada, no tengo ilusión por nada siento como si todo estuviera terminado, y este día ha llegado a su fin.
Llega la noche, la Luna se alza en su reinado bañando las sombras con su luz de plata e ilumina todo el entorno dando nuevas tonalidades a los colores e iluminando mi camino. Ella que siempre ha sido mi fiel amiga, mi eterna compañera, alguien que nada, ni nadie ha conseguido desplazar de mi vida, grandiosa o pequeña, desaparecida o eterna, ella que conoce todos mis miedos y todas mis búsquedas, ella que ha guardado el secreto de mi vida bajo su manto de plata, me mira y me sonríe. Esta alumbrando cuanto vive en la tierra. Dando vida a las sombras y a los pequeños animales nocturnos. No sé porque pero me parece que esta noche, tiene una intensidad especial, algo en su resplandor es matriarcal, es como si la Diosa se asomara al mundo a través de la redondez de su cara, para dejar caer sus bondades, para fertilizar la tierra y llenar los corazones de esperanza, en cierta forma creo que esta noche tiene algo especial para mí, lo presiento, es como si me hubiera parado en el momento oportuno o quizás hubiera llegado al lugar que debía a la hora que debía, no se quizás sea solo una sensación sin ninguna base, pero siento los ojos de Ella posarse en mi, siento como vibra todo mi ser, como el verdor aparece aún tenue en sus principios, pero está naciendo, y tengo miedo de que la crudeza del sol lo queme y lo haga desaparecer, para que vuelva a ser el sendero pedregoso lleno de espinos. A Ella le suplico que eternice la noche, que la haga la Dueña y Señora del mundo, pero sé que no podrá ser, se que en el fondo Ella tendrá que dejar su reinado para dar paso al Sol y con él al calor abrasador, y este la sequia para que al final vuelva a ser mi pedregal.
Pero esta noche yo sé que hay algo de mágico, de especial en el entorno, todavía no esta definido, tan solo es un sentimiento, pero puede llegar a ser posible que más adelante en el camino encuentre algo mágico, solo es posible, pero eso me da la fuerza suficiente para poder esperar al día siguiente, en que sé que me levantare y continuare caminando, aun a pesar de no querer hacerlo, creo que ahora no debo de parar, aunque también se que era necesario detenerse un instante al borde del camino, para vislumbrar este mágico momento, para poder observar la faz de la Diosa en todo su esplendor.
La Diosa, como escuchando las preguntas que brotan de mi corazón, ilumina con más fuerza los caminos que van paralelos al mío, algunos ya los conozco, solo somos compañeros momentáneos de viaje, que algún día tendrán que separar sus caminos, y que entonces solo será posible la comunicación a través de la magia de las palabras escritas, y que con el tiempo se irán perdiendo en el olvido hasta desaparecer.
Pero da la impresión que Ella desea señalarme un camino en concreto, todavía no se ve nítido, solo son sonidos lejanos, pero parecen mágicos, me da la sensación de que es otro elegido por Ella, no se quizás me equivoque pero parece que desea iluminar su camino con infinita intensidad dando mayor vida a su Caminante, o quizás solo desea destacarlo para que yo lo vea, aunque creo que es más acertada la primera sensación.
Nos vemos en la distancia, nos saludándonos como buenos caminantes que se acaban de encontrar. Es extraño, pero cuando nuestras palabras se cruzan en el océano de la distancia surge una luz que entrelaza ambos caminos, es muy tenue y me pregunto si no será alguna ilusión mía, ya que he deseado tanto encontrar la magia perdida. El también se sienta al borde del camino y parece contemplarme o quizás se esté haciendo la misma pregunta, todo parece transcurrir en una especie de sueño sin sueño en el que la noche va transcurriendo llegando al final de la noche y con el fin de ella, llega el fin del sueño.
Y vuelve amanecer, el sol se levanta tapando con su resplandor toda la belleza de la noche. Hay muchos caminos que han desaparecido de la vista, nada se ve en ellos, sus caminantes han continuado, pero yo aún sigo sentada mirando hacia donde esta ese camino mágico que he entrevisto y que aún no ha desaparecido, sigue ahí, su caminante también esta ahí, me despido de él, y emprendo mi camino sin muchas esperanzas de poder volver a ver la magia que surgió de los dos caminos, creo que esta noche habrá desaparecido, aunque deseo en lo más profundo de mi ser que no sea así, pero ya conozco mi camino y sé que normalmente me lleva a senderos distintos de los que yo deseo recorrer.
Hoy parece que el Sol, no se ha vuelto implacable, deja un tanto de respiro. Miro a mí alrededor y aún permanece algo del verdor que nació esta noche pasada. Estoy intrigada y tengo infinitas ganas de que retorne la noche, quiero saber si todavía es visible el otro camino, si su caminante aún esta a la par de mi. Hoy camino lento, tengo miedo de que si me apresuro cuando haya caído la noche quizás habré perdido al otro caminante, no es que tenga muchas esperanzas de volverlo a encontrar, pero quien sabe, la Diosa no va presentando a la gente por casualidad, a diferencia de su contrapartida masculina, no le gusta jugar con los seres humanos.
Al atardecer vuelvo a sentarme, estoy impaciente, inconscientemente me siento de cara a la dirección que yo supongo debe de estar el otro camino, que de momento no es visible.
Se alza la noche y con ella el resplandor de la luna vuelve a iluminar la tierra, los caminos con sus caminantes se hacen más visibles, pero de momento el camino que yo deseo ver no esta, me desilusiono, pienso que quizás todo lo que paso la noche anterior fue un sueño nada más, pero aún así sigo esperando durante toda la noche a que vuelva a aparecer sintiendo como la desilusión se va a ponderando de mi. No se lo muestro al resto de los caminantes, seria descortés por mi parte, incluso evito preguntar por el caminante aunque me muera de ganas de hacerlo, ellos no entenderían la magia, porque no la han visto, ni tampoco creen en Ella.
Llega el final de la noche y el comienzo del nuevo día, y el camino tan deseado sigue desaparecido, bueno eso ya me lo temí desde el amanecer de ayer, claro esta que fue un encuentro fortuito y nada más, se me evaporan las fuerzas, creo que hoy también voy a parar, a detenerme, me falta la ilusión para continuar caminando además también ha desaparecido el verdor del camino, mejor me detengo no tengo ninguna prisa por ir a ninguna parte ya todo esta hecho y también todo lo que viene ya es conocido, por lo que mejor descanso, quizás mañana encuentre la fuerza suficiente para seguir adelante.
Espero todo el día bajo el abigarrado Sol, esperando a que llegue la noche, solo me mantiene la esperanza de que con la noche todo vuelva a ser mágico, aunque me reprocho a mi misma por tanta ingenuidad, parece que no he aprendido aún, que la magia solo se otorga en muy corto tiempo para desaparecer otra vez, porque la magia no es de este universo, ¿quién sabe a dónde pertenece?, si es que pertenece a algún sitio. El día se hace interminable, todo es brillo luminoso del sol, no veo cuando va a llegar la noche, creo que hoy hasta hay más horas de Sol, es una sensación por supuesto, sé que no hay más horas. Solo es la sensación de desespero por volver a vislumbrar los rayos plateados de la luna y con Ella poder ver si el camino ha vuelto a estar paralelo al mío. Es extraña, toda esta situación, el camino se veía muy lejos demasiado para ser alcanzado, ni tan siquiera para tenerlo en cuenta, casi no nos conocemos, pero algo en mi interior me grita que conozco ese camino o mejor conozco muy bien a su caminante, puede que todo se resuma a un sueño, y que cuando despierte ya no habrá mas camino ni caminante, pero a pesar de todo quiero verificarlo, necesito saberlo.
Me adormezco en las últimas horas del día, en un intento de que el tiempo transcurra en un universo sin tiempo, en un lugar sin espera, en el vacío o en la nada, donde todo comienza o todo termina. Cuando despierto ya es de noche y la Luna ilumina con toda su fuerza, busco y busco, ese camino y a su caminante, espero verlo, no se creo que al final voy a preguntar a los caminantes que se encuentran más cerca de donde debería estar el camino, quizás ellos lo han visto o quizás lo conocen, con muchas dudas y después de pasarme un buen rato dudando pregunto por él, nadie sabe nada, hay gente que me dice que quizás se retraso en el camino y que llegara más tarde. Por lo que sigo esperando y rezando en mi interior por que vuelva a aparecer, todavía no entiendo porque se ha hecho tan importante para mí, si ni tan siquiera se su nombre. Con estos pensamientos paso mucho tiempo hasta que de pronto veo en la lejanía, como el Camino y el Caminante se acercan un poco más a mi Camino, entonces como si de pronto volviera a la adolescencia mi alma se infla de esperanza, en un arranque de infantil espontaneidad le llamo, quiero hablar con él en privado, deseo conocerlo, en cierta forma tengo algo de miedo, no quiero que se asuste, no pretendo molestarlo, el Caminante acede de buena gana, cuando volvemos a cruzar nuestras palabras en el océano de la distancia, vuelve a surgir el arco de luz brillante y esta vez tiene hasta colores, es posible que sea una ilusión óptica pero cuanto más hablamos mas se intensifica el arco de luz, casi ha llegado a poseer los colores del arco iris con su promesa de paz y de serenidad, haciendo que el mundo recupere toda su magia, todo su encanto, de la edad de la inocencia.
El temido amanecer llega con su resplandor dorado y con él la hora de la despedida, es difícil despedirse cuando estas tan compenetrado, pero debemos despedirnos, aunque ninguno de los dos esta muy de acuerdo con esto, yo le pregunto; “si será posible que hablemos la noche que esta por venir”, “si por supuesto que es posible” -me contesta para añadir después- “creo que podemos adecuar nuestro paso para que cuando caiga la noche estemos a la misma altura, así ninguno de los dos tendrá que esperar al otro”, con estas palabras y el Sol ya iluminado el horizonte nos despedimos.
A desgana me levanto y emprendo el camino procurando no ir demasiado rápido ni demasiado lento, a lo lejos aún diviso el Camino y a su Caminante, no sé por qué es tan importante, pero cada segundo que pasa va creciendo en importancia, creo que en cierta medida me voy rejuveneciendo, es como si a cada paso que doy en el camino el tiempo fuera marcha atrás, para entrar en esa época en que no sabemos nada y tenemos el valor de amar por encima de todo, sin experiencias buenas o malas, en esa época de el amor más pura, pero a la vez con toda la fuerza de la madurez.
Y llega la noche, y pasa el día siguiente...
Todo transcurre como en una película, cada vez los caminos se ven más cerca el uno del otro cada vez es menos dos caminos para irse acercando lentamente pero inexorablemente. Con el correr del tiempo vemos a lo lejos como ambos caminos van a parar a un mismo sendero, como del los afluentes que forman nuestros senderos van a dar a un solo camino.
Ninguno de nosotros dos sabe si será un camino verde y lleno de agua, o por el contrario será un camino seco y pedregoso, lo que sí es seguro es que los dos sabemos que sea como sea el camino será caminado por nosotros dos, con la esperanza de que quizás lleguemos a algún sitio en el que nosotros también podamos fundirnos y pasar a ser un solo ser.


Jerusalén 9 de julio de 2000

Leah Abraham
Cuento dedicado a quien lo inspiro: José Manuel D. C.