miércoles, 17 de marzo de 2010

Zevran y Tzvi - Capítulo 2


Capítulo 2


Al despertar no me muevo, realmente no me puedo mover estoy atado, pero siento que alguien me esta limpiando las heridas, no estoy muerto y si he muerto es condenadamente igual a la vida. Alguien me moja la cara, ahí recuerdo, debe ser la guardia gris, parpadeo y abro los ojos, para encontrarla arrodillada junto a mi curándome las heridas, levanta la cabeza para mirarme y nuestros ojos se cruzan, realmente fue desconcertante, quede como hipnotizado mirando a sus ojos, en ellos había amabilidad y no había amenazas, ni cólera o enfado tan siquiera, además extrañamente me sentía seguro.
Pensé que debía ser una ilusión, por que yo solo era un cautivo y además tenia razones de sobra para matarme, solo esperaba que no me torturara, si podía elegir prefería una muerte rápida. Cualquier otro sentimiento era inútil y solo conseguiría salir más dañado de lo que ya estaba, así que deje de mirarla, pero al instante siguiente veo que mueve la mano hacia mi cara, reaccione instintivamente y me protegí, escuche que me hablaba en un tono muy bajo, posiblemente solo ella y yo podíamos oírlo.
-- No te iba a golpear, solo quería limpiarte la sangre que te cae por la mejilla, tranquilízate, no soy tu enemiga, aunque hayas intentado matarme. – Me desconcertó su tono de voz y la amabilidad que mostraba.
Pero escucho la voz del otro guardia gris.
-- ¿Qué haces Tzvi, por que le estas curando?
-- ¿Por qué no lo iba hacer? ¿Quieres infectarle? No se cuanta de esa sangre es mía.
-- Pero nos ha intentado asesinar, de hecho a ti te ha herido.
-- Cierto, y le hubiera matado antes, pero ya no es una amenaza, ¿verdad? Entonces haznos un favor, cállate. ¿Si te refieres a estos cortes? Son poca cosa, del castillo de Arl en Denerim salí con el doble de heridas que aquí, todas hechas por humanos y no te he matado, ¿verdad?
-- No mientas, no le atacaste para matarlo, te he visto pelear muchas veces, te estabas defendiendo no atacando. Si le hubieras atacado estaría muerto.
-- Quizás cambie de idea… por algo tengo el liderazgo. Así que ahora pórtate como un templario bueno y ves a poner cara de enfurruñado a otra parte.
En ese momento Alistair, como si le hubiera llegado la comprensión de la última frase, dice.
-- ¿El castillo del Arl en Denerim?... Duncan me dijo que eras una ladrona… ¿les robaste?
-- No Alistair, hice justicia. Ahora deja de incordiarme y cállate.
Muy interesante, no puedo quitarla los ojos de encima, así que llama justicia haber asesinado a todo el castillo, me gustaría saber realmente que ocurrió, por que como ha dicho Alistair, si me hubiera querido muerto, habría muerto. Vuelve a mirarme y entonces pregunto fingiendo estar desorientado, como si realmente no hubiera visto la pelea entre ella y Alistair.
-- ¿Porqué no estoy muerto?... creí que no despertaría o que despertaría muerto… pero por lo que veo no me has matado. Eso significa que quieres algo de mí.
-- Matar es fácil, pero prefiero hacerte algunas preguntas.
Se estremece, como si la desagradara la idea de matarme, eso no era lo que yo había escuchado sobre ella en la elferia. La mire a los ojos, me fascinaban y la conteste.
-- Pregunta lo que quieras, soy Zevran, Zev para los amigos… Loghain contrato a los cuervos de Antiva.
-- ¿Entonces eres leal al Loghain?
Me vuelve a mirarme en sus ojos hay autentica preocupación y escucho que me dice en el mismo tono de antes.
-- Si lo eres, miente.
Por el Hacedor, esta elfa me desconcierta. Pero antes también me ha dicho que no era mi enemiga, quizás, solo quizás pueda confiar un poco en ella, además nada tengo que perder, es posible que al final me mate, pero es lo que realmente estaba buscando. Pero su frase, “Si lo eres, miente”, me desarma, por que en su voz hay un hilo de enfado que no alcanzo a comprender.
Decido que lo mejor será que coqueteé con ella, quizás de esa manera se decida que hacer conmigo, realmente no me molestaría ser su amante, mas bien lo apreciaría, pero esa es una guinda que no creo que lleve este pastel. Así que la respondo con mi mejor sonrisa.
-- No, solo contrato a los cuervos para asesinar a los últimos guardias grises supervivientes… - sigo hablando, respondiendo a todas sus preguntas, mientras me doy cuenta que sus ojos no se han apartado de los míos, pero también que ha estado observándome todo el rato, al finalizar sus preguntas añado - Si has terminado de interrogarme, tengo una proposición que hacerte.
En ese instante pensé “Zev aquí estas apunto de cagarla, seguro que te dirá que no te quiere cerca”. Veo que asiente con la cabeza pero sus ojos están clavados en mí, es extraño, pero durante toda la conversación me ha dado la impresión de que solo estábamos nosotros dos, a los demás ni los había sentido.
-- Bien mi proposición es la siguiente. Acéptame como tu seguidor y te ayudare hasta que tu cometido haya concluido o hasta que tú decidas que te has cansado de mí. Hasta entonces seré tuyo.
Es curioso su semblante se ilumina de felicidad y se sonroja suavemente, me esta intrigando cada vez mas. Cuando acepta, pienso que puede ser muy interesante llegar a conocerla. Entonces escucho la voz de Alistair, su cara se contrae con enfado y se vuelve de cara a sus compañeros. No la puedo ver la cara pero por la postura de su cuerpo diría que casi esta a punto de atacarlos, presto atención a lo que le están diciendo.
El guardia gris humano le dice.
-- ¿Cómo vas a permitir que un asesino vaya con nosotros? No, no estoy de acuerdo.
-- Alistair antes de ser guardia gris… mucho antes de jurar que pelearía hasta la muerte por detener la Ruina. Jure por mis Dioses que ayudaría a mi pueblo, aun a pesar de que muchos miembros de mi pueblo jamás lo entenderán. Ese juramento para mi es sagrado. He salvado a humanos desde el ataque de los engendros tenebrosos a Ostagar, ahora me dices que no puedo reclutar a un miembro de mi pueblo, por que es un asesino… ¿Qué crees que somos los demás?
“A ver señorito de alta cuna Alistair… a ver dime, reclute a Leliana aun en contra de todas mis intuiciones, acepte llevarte conmigo y salvarte el pellejo durante mucho tiempo, ahora cuestionas mis decisiones diciendo que no estas de acuerdo, enhorabuena como mínimo no has necesitado llegar a un lugar donde acampar, para hablar como en el caso de Risco Rojo. Vas progresando.”
En ese momento oigo la voz de la otra mujer humana, por sus modales diría que es una picara incluso una bardo.
-- Yo no soy una asesina…
Tzvi la contesta sin dejarla terminar.
-- ¿No? Vamos Leliana, no me seas hipócrita, crees que no te he visto pelear y a mi no me modules la voz, conmigo no te servirá, detecto las mentiras a treinta pasos de mi, así que mejor mantente en silencio, sino tienes nada que ofrecer que sea productivo.
También habla la mujer que tiene toda la forma de las brujas de los pantanos.
-- No es mala idea, pero creo que a partir de ahora tendrás que vigilar lo que comes o bebes.
-- Cierto, pero tampoco es nada nuevo. ¿Alguno tiene algo mas que decir? Por que Zevran se viene con nosotros, si alguien tiene miedo a que lo asesine, le invito a que deje el grupo, sea quien sea, aunque ese miedo ya lo debería tener… yo soy experta en matar humanos. ¿Alguna cosa mas Alistair, antes de que podamos continuar?
-- Bien, bien como quieras, pero esto es el colmo de las desgracias.
-- Me alegro de ver que todas las “dudas” han quedado aclaradas.
Es curioso, pero se ha mantenido todo el tiempo escudándome de los demás miembros del grupo. No se, no quiero pensar nada, no quiero hacerme ilusiones con nada, pero es tan condenadamente intrigante que me atrae, además es condenadamente peligrosa, los ha amenazado y ni sean dado cuenta.

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Poco puedo añadir aquí, solo diré que cuando volví a ver sus ojos y escuche su voz, no podría haberlo matado aunque mi vida fuera en ello. En los ojos del elfo, vi todo aquello que siempre había deseado en un compañero y a la vez también había muchos sentimientos que me eran profundamente familiares, su voz fue como el sonido del viento entre los árboles, la verdad se puede decir que en cierta forma me embrujo.
Desde niña mi madre me enseño a cuidar de mi pueblo y de mi gente, por encima de cualquier humano, esto puede sonar racista o algo peor, pero si consideramos a lo que tenemos que sobrevivir cada día el pueblo elfo, en cierta manera lo veo como una necesidad y una obligación.
Nunca supe de donde procedía mi madre, es una incógnita que jamás podré revelar, pues mi padre se negó siempre hablarme de ella, sabia que aun a pesar de los años pasados desde su muerte, para él era sumamente doloroso, aunque tiempo después, cuando conocí a los Dalishanos, sospeche que mi madre había tenido tratos con ellos o había pertenecido algún clan, por que el juramento de los Valles, que solo lo recitan los elfos Dalishanos yo lo conocía desde mi mas tierna infancia, si ahí algo que puedo recordar con total nitidez de esa época, es a mi madre recitándomelo, para que lo aprenda de memoria.
Después de haberle escuchado lo que tenia que decir, sin quejarse, ni hacer ver que era una victima, cuando mire mas detenidamente su cara y me di cuenta que estaba surcada de infinitas cicatrices, como lo estaba la mayor parte de su pecho que tuve que ver al curarlo, me di cuenta que cada palabra que me había dicho era cierta. Había sido un esclavo y lo seguía siendo en el momento en que lo conocí, el amor por mi pueblo y mi sentido de la libertad se vieron seriamente comprometidos. Por esta razón salvar la vida del elfo que estaba a mi lado, era mi obligación y mi privilegio, aunque ni el elfo lo entendiera.
Todos los demás con la excepción de Sten, eran humanos, toda la desconfianza que siempre me había regido en mis tratos con humanos, se levantaron en ese momento, el ser que estaba herido y tirado en el suelo, era un miembro de mi pueblo, no iba a dejar que nadie lo matara, ni le hiciera ningún mal.

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