Capítulo 5
El viaje a Ostagar, tardo el tiempo suficiente como para que la amabilidad de Duncan me ayudara a tranquilizarme, parecía mentira pero aquel humano me había demostrado que se merecía respeto y empezaba a confiar en él.
Cuando llegamos a Ostagar todo fue demasiado abrumador, si bien había vivido en una ciudad llena de humanos jamás había tenido una relación directa con ninguno de ellos, había luchado contra ellos mas de una vez, incluso había tenido alguna conversación con algún mercader, pero simplemente no me fiaba de ellos.
Duncan me demostró que también había humanos en los que si podía confiar, desde el principio me trato como a una igual, algo que jamás había visto hacer a otro humano, con ello se gano mi respeto y mi amistad, algo que no duraría mucho desgraciadamente.
Cuando llegamos nos recibió el rey de los humanos, me pareció un niño grande jugando a soldaditos, solo que los soldaditos eran hombres y no muñecos, por respeto a Duncan, intente comportarme de la manera mas suave posible. Pero aunque parecía tener buena intención todo desgraciadamente se quedaba en palabras, no vi un carácter lo suficientemente fuerte como para que cambiara algo, solo buscaba honores y victorias, sin comprender que para ganar una batalla, te tienes que arriesgar a perderla.
Duncan me pidió que fuera a buscar a un guardia gris llamado Alistair, que estaría en un viejo templo, ya que él nos ayudaría a preparar la iniciación a los guardias grises, por lo que me dijeron que había dos reclutas mas esperando mi llegada. Lo encontré discutiendo con un mago, la verdad me pareció un tanto pomposo e incluso demasiado parecido al rey, su físico me lo recordó cuando le mire a la cara.
En un principio me cayó bien, se le veía bastante aniñado, pero buena gente, por lo que fui suave y no demasiado irónica. Después de hablar un rato y de que respondiera algunas preguntas fuimos en busca de Duncan, Alistair me presento a los otros dos reclutas, uno era un tipo noble de Risco Rojo y el otro era un humano que yo ya conocía, aunque no se lo hice saber, era el típico raterillo del mercado de Denerim, era un picaruelo mas simpático que el otro estirado caballero, pero por alguna razón Alistair pensó que era inferior a él, por lo que su trato era cuanto menos tenso, ese detalle aunque en su momento no me fije en el, si debió de darme una buena medida de su forma de juzgar a la gente. Pero en ese momento estaba abrumada por todas las novedades en que me veía envuelta y no me di cuenta. Tiempo después cuando lo medite en solitario, si supe ver la verdad, pero desgraciadamente ese momento llego demasiado tarde.
Duncan nos envió a la espesura de Korcari una zona extensa llena de pantanos y de escasa vegetación, pero en cierta manera es bonita, bueno a mí me lo pareció, lógicamente cuando te has criado en una ciudad con casas amontonadas y mugre casi por todos los lados, cualquier cosa te resulta bonita. Pero era un lugar terriblemente peligroso desde que los engendros tenebrosos habían aparecido en la superficie anunciando el comienzo de la Ruina. Si bien en ese momento no estaba toda la masa de engendros en Korcari, si había muchos grupos sueltos, por lo que caminar por ella se había vuelto suicida.
Nada mas salir del campamento improvisado en las ruinas de lo que antiguamente debió de ser una gran fortaleza, nos encontramos un grupo de guerreros que habían sido destrozados, solo quedaba uno con vida, yo lo quise llevar hasta el campamento, pero Alistair pensó que con vendarlo y el hecho de que el campamento estuviera cerca llegaba, pensé bueno el es humano si no quiere cuidarlo es asunto suyo, pero el famoso ser Jory se acobardo, niñito mimado en busca de honores gratuitos, sin ninguna intención de arriesgar nada. A partir de ahí todo fueron luchas e intentar mantener tranquilo al cobarde del caballero andante, por lo que había que terminar con la misión cuanto antes y regresar al campamento, para mi sorpresa Alistair me cedió el puesto de líder, fue sin mediar palabra, pero la verdad es que me dejo todas las decisiones a mí, incluso cuando nos encontramos con Morrigan, fui yo quien tuvo que hablar, ellos tres parecían tan asustados que solo hablaban entre ellos.
El retorno al campamento y la iniciación que se cobro la vida de Daveth y de Jory. Ya que esta consistía en beber la sangre de los engendros tenebrosos y esta es venenosa, pero si consigues sobrevivir a la infección, entonces pasas a sentirlos e incluso los mas viejos de los guardias grises dicen entender al Archidemonio cuando habla a sus esbirros y además te da la maldición de que si matas al Archidemonio mueres con él, a no ser que tengas una amiga bruja, que fue lo que a mi me paso, y un varón guardia gris dispuesto a acostarse con ella.
Después vino el ataque de los engendros tenebrosos a las ruinas donde estábamos, a partir de ahí todo fue un vortex de caos y desconcierto, a Alistair y a mi nos enviaron a una torre a encender una almenara, ya que eso debía dar paso para que el general de los ejércitos reales entrara en batalla. Y todo se fue a la mierda, la torre estaba totalmente llena de engendros tenebrosos, yo hubiera podido llegar hasta arriba sin luchar, pero aparte de Alistair llevaba a dos soldados y los tres iban con armaduras de malla, algo que suele meter mucho ruido aunque intentes pasar en silencio, por lo que tuvimos que abrirnos paso entre los grupos de engendros tenebrosos que encontrábamos en el camino, no fue fácil pero conseguimos llegar hasta la almenara donde estaba la hoguera que debíamos encender.
Después de ejecutar la orden de encenderla, se desato la locura, aparecieron engendros tenebrosos por todos los lados, nos acribillaron. Solo recuerdo haber despertado en casa de Morrigan varios días después, sin recuerdos de lo acontecido en ese tiempo, nos dijo que el general se había retirado del campo de batalla y que el rey junto con todos los guardias grises habían muerto.
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