jueves, 23 de diciembre de 2010

Neshama una bruja diferente 54

Capitulo 54

Al término de algunas horas, volvimos a salir de la tienda de campaña con Loghain convertido en guardia gris.

En su favor diré, que afronto la iniciación con un valor y una sangre fría admirables, aun conociendo cuán fácil era que muriera en el proceso, no titubeo ni intento escapar, lo tomo como una obligación a la que debía hacer frente. Era un cabrón con pintas nadie podía dudarlo y jamás sentiría ningún tipo de simpatía por ese humano que tenía enfrente, pero no podía dejar de honrar el valor que desprendió durante la iniciación.

Cuando salimos de la tienda de campaña donde habíamos llevado el rito de iniciación y donde Riordan y yo habíamos hablado sobre la estrategia a seguir. Habíamos quedado en que dejaríamos que Loghain descansara por esa noche y que a la mañana siguiente realizaríamos el contraataque. Así que cuanto pude me reuní con mis compañeros de vida y con Ral, Fenarel.

Debíamos buscar a Sten, Morrigan y a Oghren, quería saber la verdad de lo que había acontecido y sabia que solo Sten me la diría, además pretendía que Morrigan supiera que tenía que realizar su rito “mágico” esa misma noche, pues no tendría otra oportunidad.

Realmente fue Sten quien nos encontró a nosotros, aunque sospecho que fue Morrigan quien nos andaba buscándonos. Se habían enterado de nuestro retorno y Morrigan necesitaba hablar urgentemente conmigo, la dije que hablaríamos cuando hubiéramos preparado la estrategia de combate para la mañana siguiente. Luego lo valore un poco mas y dije.

-- Sten puedes quedarte un momento con Yan, Zev, Fenarel y Ral, voy hablar con Morrigan, después discutiremos sobre la estrategia a seguir.

Me retire con Morrigan hacia un lugar menos concurrido y le pregunte qué era lo que quería, ya lo sabía, pero aun así necesitaba que fuera ella quien lo dijera, tenía que hacerme la ignorante pues se suponía que yo no sabía nada, de su verdadero objetivo.

-- Tú dirás Morrigan, soy todo oídos.

-- Se que estas entre la espada y la pared. Pero no tiene por que morir ningún guardia gris, conozco un ritual mágico por el cual esta noche puedo quedarme embarazada, el bebe no portara la infección pero será un faro que llame al espíritu del Archidemonio, así tendrá un nuevo cuerpo donde poder renacer sin infección y además no tendrá que morir ningún guardia gris.

-- Suena cuanto menos interesante, no es que pensara sacrificarme, creo que hay suficientes “héroes” dispuestos a dicha acción. – dije con mi mejor expresión de inocencia – ¿En qué consiste ese ritual?

-- Es un ritual sexual, tengo que pasar la noche con Loghain o con Alistair.

-- No veo inconveniente siempre que consigas convencer a Loghain, Alistair no creo que lo puedas convencer. – añadí sonriendo.- Ya que yo evidentemente no porto los órganos sexuales adecuados. Pero seguro que con un poco de encanto puedes engatusar a Loghain, dudo que ponga muchas pegas. Aunque si te consiguieras transformar en mi, creo que te sería muy fácil conquistar a Alistair.

-- Pero tú tienes que ayudarme a convencerlos.

-- ¿Morrigan tengo que ayudarte a encantar a Loghain? Por los Dioses, no creo que tengas mayor problema, se llevo vino y se fue a esa tienda de campaña de ahí, ves e inténtalo. Si no quieres transformarte en mí y conquistar a Alistair. Si te soy sincera, creo que es mejor combinación Loghain es un buen guerrero, aunque sea un capullo integral, Alistair es un tonto, dudo que de ahí salga algo que realmente merezca la pena, pero tú decides.

-- Es tu obligación ayudarme.

-- ¿Mi obligación? Deja de decir tonterías. ¿Aparte de tener que enfrentarme al Archidemonio, a la ruina, también tengo que hacer de mucama para ti? Pues no, te has equivocado de punto a punto. Si quieres acostarte con ellos es tu problema, búscate la vida Morrigan, me he cansado de ser el saco de los deseos de todos.

Enfadada se fue hacia la tienda de campaña donde se encontraba Loghain, me imagino que esperaba a que fuera yo a convencer a Loghain, pues eso no pasaría. Me daba igual que lo consiguiera o no, era su problema y estaba más que cansada de que me intentaran usar para conseguir lo que cada uno quisiera.

Sin pensarlo más, retorne donde se encontraban mis verdaderos compañeros. Me senté entre Yan y Zev junto al fuego.

-- Bueno otro tema solucionado. Sten he pensado que si quieres podrías venirte con nosotros en el contraataque de mañana. A ti no te vamos a engañar, cuando nos hayamos enfrentado al Archidemonio y este haya sido vencido, nos marcharemos para siempre de la ciudad humana. Pero tú debes tomar la decisión que creas que debes hacer, nosotros no retrocederemos ante el Archidemonio, ni abandonaremos la ciudad hasta que este haya muerto o nosotros estemos muertos, ya que puede ocurrir cualquiera de las dos cosas.

-- Iré con vosotros sin dudarlo. No entendí como pudieron dejar a su suerte a la ciudad, como pudieron huir como cobardes.

-- Estoy totalmente de acuerdo Sten – dijo Yan.

-- Hay cosas que debes entender de los humanos – añadió Zev – o mejor dicho que debéis entender todos. A la mayoría de esos humanos – dijo mirando a los nobles – solo les importa su culo, que mueran los plebeyos o que mueran los elfos que viven en la ciudad les es indiferente, cuantos más mueran menos tendrán que les pidan cuentas por sus errores.

-- Pero en mi país el Qun ejecuta a los seres que se comportan así, sean qunaris, humanos o elfos.

-- Si Sten – dije – pero aquí, se les llama Arl y se les da poder de vida o muerte sobre miles de seres vivos. Aquí sino tienes poder, sino eres humano y noble, no eres nadie, tu vida o tu muerte tienen poca importancia. Me alegra mucho que quieras venir con nosotros, tu brazo guerrero será muy bienvenido.

Asintió con su forma peculiar de comportarse.

Nos quedamos en silencio, la estrategia que usaríamos al día siguiente ya había sido planeada hacía varias semanas, no necesitábamos volver hablar sobre un tema que ya conocíamos todos, aunque Sten no lo supiera. Además necesitaba hablar telepáticamente con Nolaloth, quería que cuando mañana se desatara la batalla final, quemara este campamento, que no dejara ni sombras de los nobles, era la mínima justicia que le debíamos a los miles de seres vivos que estaban muriendo en la ciudad, ahora me daba cuanta, no debía quedar ningún con vida.

Sten se puso hablar con Fenarel y con Ral, para terminar jugando a las cartas. Yo me recosté en Yan y Zev, teníamos que hablar telepáticamente, sabía que Yan estaba enfadado, él quería luchar contra Alistair y que se le negara era algo que no entendía. Algunas cosas había aprendido de Sten, cuando alguien como Yan o Sten que han sido guerreros toda su vida, prometen hacer algún tipo de acción, no hay forma de convencerlos de lo contrario. Por eso les dije telepáticamente.

-- Yan lo siento, pero no podía dejarte pasar la iniciación.

-- ¿Por qué no? Tú la pasaste, porque a mí se me niega.

-- La razón principal Yan, es porque te queremos y te necesitamos. Conmigo infectada ya hay más que de sobra. La segunda razón es porque no sabemos cómo actuaria el ritual en tu cuerpo, Yan tu perteneces a la misma generación que Bhalam, podría ocurrirte cualquier cosa, incluso que te perdiéramos en el acto, convirtiéndote en un Archidemonio, lo que nos llevaría a Zev y a mí a la muerte, nosotros no tenemos el poder que tuvo Ort. Y aun a pesar de todo el poder que tiene Ort, su vida en el “Velo” ha sido un infierno total. ¿Quieres eso para nosotros?

-- Pero os tenéis mutuamente….

-- Eres cabezón – le dije más que un poco enfadada.

-- Neshi – dijo Zev – creo que yo lo entiendo mejor.

-- Pues te importaría explicármelo, porque me cuesta comprenderlo.

-- Te acuerdas de todas las veces que creí que me ibas a abandonar, recuerdas que estaba convencido de que al final solo sería un estorbo para ti y que te desharías de mí a la primera ocasión.

-- Si amor, lo recuerdo perfectamente, espero que ahora jamás lo pienses.

-- No, ahora no lo pienso, pero me costó creerte, me costó creer que eras real y que no te evaporarías en un sueño. A Yan le ocurre igual, le cuesta creer que esta despierto y que lo que sentimos por él es real, que no se despertara de pronto para encontrarse totalmente solo otra vez. ¿Estoy en lo cierto Yan?

-- Si en parte es justo lo que has dicho, pero también ocurre que cuando os conocí… lo siento, pero siempre creo que mi unión fue forzada, que no la habríais aceptado de no haber habido tanta presión por parte de Ort, Ral, tus padres Neshi.

-- No Yan, para nada – dije – nadie nos forzó a nada que no quisiéramos hacer antes incluso de saberlo. Nos has completado de una manera perfecta y te amamos y te necesitamos sin duda alguna, no podríamos existir sin ti, como tú no puedes existir sin nosotros. Así que olvida esa conversación que querías mantener con Zev y tu Zev también olvídala. Mañana cuando nos enfrentemos a la batalla final, saldremos los tres o no saldrá ninguno de nosotros. Ninguno en nuestra unión es prescindible, espero que eso os haya quedado claro. Viviremos o moriremos juntos, y estas son mis últimas palabras sobre el tema.

-- Pero nuestro pueblo y Ort – dijo Yan – te necesitan viva Neshi.

-- Digo lo mismo – dijo Zev.

-- Bien pues voy a deciros algo a los dos y espero que lo comprendáis totalmente. Quiero ayudar a Ort y a Bhalam, por supuesto quiero ayudar a nuestro pueblo. Pero por encima de ellos os quiero a vosotros. Vosotros sois mi corazón y mi alma, no puedo vivir sin uno de vosotros, así que nada de heroicidades. ¿Comprendido?

Asintieron los dos, envolviéndome en su amor.

Es curioso, cada uno tenía una armonía distinta, había empezado a darme cuenta que la energía en que me envolvía Zev era más sensual, sutil. Mientras que la energía de Yan era más fuerte, más solidad. Pero no había dudas en que eran preciosas para mi e imprescindibles.

-- Hay algo más que quería deciros. Esta noche no podremos dormir todos a la vez, no me fió para nada de los nobles humanos y menos de Anora. – justo en ese momento sentí la voz de Nolaloth.

-- Bhalam esta muy cerca, dentro de poco Riordan y tu sentiréis su presencia, y no tardareis después de eso en verlo físicamente avanzando hacia Denerim. ¿Cuáles son tus ordenes Neshi?

-- Hay que avisar a Ral y a Fenarel, las ordenes siguen siendo las mismas que acordamos, no entraras en la batalla hasta el final, para distraer a los humanos de nuestra huida. Pero hay algo que desearía pedirte, ¿puedes divisarnos desde donde estas?

-- Si os veo. Otra cosa Ral y Fenarel ya han sido puestos sobre aviso igual que Ort.

-- Bien quiero que cuando la batalla comience y aquí solo queden los nobles humanos, los hagas chamusquina, quemes toda la zona. Lo siento por los sirvientes, si puedes evitar dañarlos mejor, pero no dejes ninguno de estos nobles vivos.

-- ¿Acaso no será un caos para Feraldan?

-- No será una gran pérdida y hay que hacer justicia con su cobarde decisión de abandonar la ciudad a su suerte.

-- Pues cuenta con ello, será una diversión quemar sus culos pomposos. No te preocupes sé cómo puedo evitar matar a los sirvientes, sobre todo aquellos que son elfos, aunque evitare dañar a los demás. ¿Alguna cosa más? Pienso que podría sacaros del lugar donde terminéis con Bhalam, siempre es más seguro que intentar huir en solitario, ya que no sabemos cómo actuaran los humanos ante vuestra huida.

-- De acuerdo, cuando necesitemos tu ayuda te avisare mentalmente, después de que quemes esta zona, permanece lo mas oculta posible, cuanto menos te vean mejor.

En ese instante sonó un grito en la tienda de campaña donde se había retirado Riordan. Este salió de ella pálido totalmente, gritando que el Archidemonio estaba muy cerca, antes de que hablara yo había sentido la inmensa presencia de Bhalam, incluso pude oírle hablar a las hordas de engendros tenebrosos que estaban repartidos por Denerim.

Era el momento, había llegado la hora de la verdad, para bien o para mal, dentro de pocas horas nuestro destino y el de nuestro pueblo seria decidido, y nada de lo que pudiéramos hacer después cambiaria ni un ápice lo que iba a ocurrir. Yan y Zev me habían cogido de la manos, se que querían protegerme, aunque todos estábamos mas allá de la protección, pero ahora ya no había nada más que hacer, solo podíamos bailar al son de los hados y aceptar el destino que se nos impusiera, por que por mucho que lucháramos estaba convencida de que en alguna parte ya se había decidido que iba a ocurrir. Ahora ya importaba poco Alistair, Wynne o quien fuera, daba igual pues solo quedaba la última batalla, todo lo demás era superfluo mientras no supiéramos si mañana al caer la noche seguiríamos vivos.

Nos levantamos del suelo y fuimos hacia donde estaba Riordan hablando con algunos soldados, Loghain estaba a su lado, pero a Alistair no le veía por ningún lugar.

-- Riordan creo que ha llegado el momento de la última batalla.

Justo cuando estaba hablando, oímos un chillido espeluznante desgarrando el silencio nocturno, y lo vimos aproximarse hacia la entrada de Denerim sobrevolando por encima de los campamentos y de los combatientes, gritando a sus hordas de engendros tenebrosos.

Fue la imagen del puro terror encarnada en la forma de un dragón, Nolaloth era un dragón natural a diferencia de Bhalam, pero Bhalam aterrorizaba a cuantos lo miraran ya que todo en el era sinónimo de muerte y destrucción.

A mi mente llego la imagen de un alto elfo de una increíble hermosura, un ser que era amabilidad y bondad pura, ¿cómo alguien así podía haber terminado en la forma de ese dragón? ¿Es que los humanos en su locura, eran capaces de destruir toda la belleza del mundo y transformarla en el más horrible infierno? Sabía que no tendría posibilidad conocer las respuestas a las preguntas, pero había una de ellas que me atormentaba y no paraba de emerger a la superficie, la pregunta era ¿Nos odiaban tanto? Solo había una respuesta SI, nos odiaban hasta ese punto.

Me había perdido un segundo en mi mente, volví al presente mientras Riordan terminaba de decir su estrategia. El intentaría matar al Archidemonio solo, me pareció cuanto menos infantil y suicidad, no tenía ninguna posibilidad contra ese ser en solitario, pero no tenía muchas ganas de contradecirlo.

Desgraciadamente sabía que Riordan era uno de los que debían de morir, no por que tuviera nada contra él, ni por que fuera mala persona, sino únicamente porque sabía demasiado lo que ocurría al morir el Archidemonio, y no iba a ocurrir tal como él creía que pasaría. Cuantos menos testigos quedaran vivos mejor para nuestro pueblo y para nuestra seguridad.

-- De acuerdo Riordan, nosotros entraremos en la ciudad e intentaremos llegar a la zona más alta, a la torre del fuerte Drakon allí intentaremos atraer al Archidemonio hacia nosotros. Loghain puede quedarse en la puerta ayudando a protegerla, de esa manera quedaremos repartidos consiguiendo una mayor posibilidad, pues aunque caigamos siempre quedara un guardia gris capaz de hacer frente al Archidemonio.

-- Creo que deberías llevarlo con vosotros. ¿Quiénes iréis?

-- Iremos Ral, Fenarel, Yan, Zev, Sten y Morrigan, el resto defenderán las puertas. Había pensado en llevarme a Alistair, ¿pero alguien sabe donde esta?

-- Alistair no esta – dijo Loghain – ha huido, le vi salir anoche del campamento antes de mi iniciación.

-- ¿Por qué no me sorprende? Bueno ahora no hay tiempo para dedicarnos a buscarlo.

-- Pues buena suerte entonces a todos. Que el Hacedor os proteja, nada contra lo que has luchado podrá prepararte para esta batalla. – dijo Riordan.

-- Que los Creadores os protejan. – mientras que mentalmente le decía a Nolaloth – Nolaloth ves el humano alto que esta a mi lado, este tiene que morir también, no puedes dejarlo vivo.

-- Así se hará. Que los Creadores os protejan. Estaré esperando a que me llames para ir donde estés.

Me gire hacia mis compañeros y los abrace transmitiéndoles todo mi amor, podía ser el último momento que tuviéramos para nosotros, pues delante de nosotros teníamos nuestro destino. Ninguno de nosotros necesitaba palabras para mostrar lo que sentíamos. Deshicimos el abrazo entre los murmullos molestos de los humanos, mientras nos dirigíamos a la puerta de la ciudad podíamos oírlos criticándonos e insultándonos, nos odiarían aunque les salváramos mil veces la vida, que así fuese.

No os aburriré detallándoos las múltiples batallas que tuvimos que luchar antes de alcanzar el Fuerte Drakon y su torre, fueron muchas horas de terribles batallas que nos pusieron a todos en el límite de nuestras fuerzas. Yan y Sten fueron los más fuertes y lo demostraron en infinitas ocasiones, Zev y Fenarel resistieron mucho más que cualquiera, además sin su astucia jamás habríamos pasado por algunos lugares, Ral y Morrigan lucharon con magia poderosa, aunque Morrigan se pasaba más tiempo mirando a Ral e intentando que este la tomara en serio, que luchando, por mi parte tuve que emplear toda mi existencia y toda mi empatía en conseguir mantenerlos con vida y sanos a todos, tarea que no fue sencilla.

Al termino de unas diez horas de caminar, luchar y sanar, conseguimos llegar a la puerta de la torre del Fuerte Drakon, todos los que íbamos sabíamos que detrás de esa puerta podía muy bien encontrarse nuestra muerte. Pero ninguno titubeo aunque fueran por razones distintas, los elfos nos jugábamos nuestra existencia, no había lugar para las huidas. Sten pensaba que era su destino, que había nacido para la batalla final, Morrigan buscaba su objetivo final conseguir el espíritu del Archidemonio, totalmente convencida de que ya lo tenía casi alcanzado.

Cuando abrimos las puertas, la terrible batalla que se desarrollaba nos dejo sin palabras. Bhalam estaba matando a todos los guerreros y soldados de la ciudad, incluso aquellos que con el terror en las venas intentaban huir. En el momento en que entre en el techo de la torre, Bhalam giro su cabeza hacia mí, sus ojos se clavaron en los míos, todo quedo ralentizado. Por delante de mi iban Sten y Yan a mi lado estaban Zev y Fenarel, Ral y Morrigan iban un poco por detrás de mí.

Con mis ojos fijos en los ojos de Bhalam, lo vi cargar hacia donde terminábamos de entrar, con una velocidad increíble para su voluminoso cuerpo, aparto y esquivo a Sten y a Yan, Yan y Zev de un salto se interpusieron entre Bhalam y yo, pero los ignoro, cogiéndome con su enorme boca y acto seguido elevándose en el aire, aunque no demasiado alto ya que tenía una de las alas partida.

Escuche los gritos de Zev y Yan, incluso escuche el grito mental de Ort, vi a Nolaloth bajar a la velocidad del rayo, hacia donde me llevaba Bhalam.

Fue extraño pues aunque me sujetaba con sus dientes y estos fácilmente podían haberme partido por la mitad, no lo hizo. Fue como si quisiera sacarme del campo de batalla, por esa razón deje caer mis guantes y puse mis manos encima de su boca quería usar mi empatía, pero estaba aterrorizada, todo en mi cuerpo gritaba pidiendo ayuda, pero en mi mente me di cuenta que si hubiera querido matarme ya lo habría hecho, por esa razón frene el ataque de Nolaloth. Con suavidad intente contactar con su mente, esta era un caos de contradicciones, dentro de su mente aun existía un pequeño núcleo de lo que Bhalam había sido, pero que era anegado por la brutal locura de la infección, aun así conseguí ver parte de lo que había sido. Sentí a Ort hablarle mentalmente, rodearle con el amor que sentía, pero solo conseguía que la locura se alzara más potente ahogando más profundamente la mente de lo que en su día fue Bhalam.

No me di cuenta pero se había posado cerca de una espada de dos manos caída en el suelo, al llegar al suelo me soltó suavemente mientras bajaba la cabeza. Mire la espada y comprendí, se estaba preparando para el golpe final, esa parte infinitamente pequeña que aun vivía de Bhalam quería que lo matara y con ello que lo liberara de su cuerpo y de la infección.

Corrí hacia donde estaba la espada y usando magia transformada en fuerza física la levante, no era una experta, de hecho jamás se me hubiera ocurrido usar un arma tan grande, pero comprendí que para atravesar la piel de Bhalam necesitaría un arma así de poderosa y muchísima fuerza. Por esa razón transforme toda mi magia en fuerza física mientras le clavaba la espada en la cabeza a Bhalam, matándolo en el acto y liberándolo al fin.

De la herida mortal emano su espíritu, lo sentí entrar en mi cuerpo suavemente, calentando cada palmo del mismo, le sentí cuando se unió al feto que habíamos creado con nuestro amor, llenándolo de una vida nueva. Después todo exploto a mí alrededor, fui lanzada por los aires mientras escuchaba los gritos y sentí los brazos de Yan y Zev rodeándome, mientras mi mente se desconectaba del momento que estaba viviendo.

Cuando perdí la conciencia, sentí que me desprendía de mi cuerpo y pude ver a mi cuerpo físico junto al cuerpo de Bhalam, mientras que Zev me levantaba del suelo ayudado por Yan. Ral hizo un pequeño movimiento con la mano y Nolaloth bajo tan cerca del cuerpo del otro dragón que casi se confundían, se acostó en el suelo facilitando la subida de todos nosotros, después levanto vuelo perdiéndose rápidamente en el ocaso del día.

Así comenzaba un nuevo amanecer para nuestras vidas y para nuestro pueblo.

Recupere la conciencia al poco tiempo de estar volando sobre Nolaloth, estaba entre los brazos de Zev sujeta por las manos de Yan. Tenía tantas cosas que decirles, pero lo más importante era que al final la última batalla para nosotros había terminado, aunque solo fuera por ahora, seguro que en el futuro nos encontraríamos en otras muchas, pero lo más importante, teníamos un niño al que cuidar y nos teníamos.

Disfrutando de su contacto libere la empatía uniéndonos en el acto a los tres y por primera vez sentimos el espíritu de Bhalam uniéndose a nosotros. Su unión fue única y preciosa dándonos un nuevo comienzo y muchas esperanzas para nuestro futuro.

Mientras Nolaloth volaba hacia un lejano horizonte en que nos aguardaba nuestro futuro.

Neshama una bruja diferente 53

Capítulo 53

»Después de que Nolaloth nos hiciera fijarnos en la jaula cárcel en que llevaban a Neshi y a Ral. La dragona busco un lugar donde posar su gran cuerpo, algo que no era fácil, al final terminamos saltando a los arboles cercanos y bajando por ellos para poder unirnos al combate.

Al acercarnos al claro cubierto de arboles, el espectáculo fue realmente increíble. Había visto hasta ese momento a muchos magos luchar, algunos a mi lado, otros en mi contra. Pero ver a Neshi y a Ral en pleno combate me dejo totalmente maravillado. Vimos cuando Neshi empezó a absorber la energía de la propia tierra, un tentáculo de energía emergió de debajo de la jaula moviéndose con ella, en busca de su objetivo que era Neshi. Ella empezó a levitar por encima del cuerpo de Ral sostenida por una mano de energía espectral que la levantaba del suelo, mientras se formaba una nube vaporosa en la parte alta, golpeando la jaula hasta romperla.

Estaba desnuda y su cuerpo resplandecía de energía, alzándose de lo que quedaba de la jaula iluminando el lugar. Su imagen asusto y sorprendió a los templarios, ya que no estaban acostumbrados a ese tipo de magias, creo que la mayoría ni sabía qué tipo de magia era, por los comentarios que hacían entre ellos, ni tan siquiera fueron conscientes de nuestra presencia hasta que los atacamos.

La verdad es que hasta a mi me sorprendió, la había visto combatir muchas veces con magia, pero jamás con ese tipo de magia. Además se la veía tan hermosa, todo su cuerpo resplandecía y su pelo rojo brillaba como si fueran rayos de sol emitiendo su propia luz, era una imagen que fácilmente podía pasar por un ángel, aunque en este caso fuera un ángel de la muerte.

Los hechizos salían de sus manos como hebras que atacaban a los templarios o nos curaban a nosotros, todo en movimientos simples como si de una danza se tratara. Mientras Ral en sincronía con la magia que Neshi desplegaba, atacaba a su vez con su propia magia, formando hebras de colores distintos a los de Neshi, mientras levitaba por encima del suelo.

Apenas fue necesaria nuestra intervención, ellos dos solos dieron buena cuenta y rápidamente de todos los que les habían apresado.

Después se hizo el silencio espectral, que siempre sigue a las batallas.

Sentía mi corazón golpear contra mi pecho de alegría al comprender que Neshi estaba bien y que todo había terminado. Cuando nuestros brazos se cerraron en torno suyo, Yan y yo sentimos que podíamos volver a respirar.«

* * * * * *

-- Tenemos que salir de aquí – dijo Yan.

-- Estoy de acuerdo – dijo Ral apoyándose en el abrazo de Fenarel -. Pero no podemos dejarlos aquí. – dijo señalando a los templarios.

-- En eso tienes razón – dije. – ¿alguna propuesta?

-- Si – dijo Nolaloth – soltar a los animales y hacerles que huyan, prenderé fuego a esta zona del bosque, parecerá un ataque de los engendros tenebrosos.

-- Si creo que eso lo justificara. – dijo Ral.

Yan no estaba tan convencido, odiaba quemar cualquier cosa en un bosque y estaba de acuerdo con él, pero no teníamos muchas alternativas.

Entonces Neshi dijo.

-- Yan amor, deja que Nolaloth queme la zona con los cuerpos, yo protegeré a los arboles que hay en la zona.

Saco un brazo de la capa en la que la había envuelto Yan y de su mano salió energía mágica, con la que cubrió los arboles cercanos al lugar donde estaban los cuerpos, posteriormente se desmayo.

Yan asintió, girándose hacia mí y me dijo en un susurro.

-- Zev quédate con Neshi, intenta que su cuerpo entre en calor, nosotros nos encargaremos de los templarios. – Él la abrazo más fuerte y la beso en los labios suavemente, después envolviéndola mejor en la capa me la entrego. – Cuídala.

Dejando los cuerpos de los templarios donde se encontraban, soltaron a todos los animales, quitándoles las sillas de montar y los arreos, que esparcieron por el lugar, a continuación Nolaloth quemo totalmente la explanada de hierba y chamusco algo los arboles pero sin dañarlos, aunque carbonizando los cuerpos y los arreos. Ral había tenido una idea en el último instante coloco dos cuerpos en la jaula, al calcinar esta quedaron como si hubieran sido los dos magos encerrados, dando así la idea de que ellos dos habían muerto en el ataque.

-- Esto está solucionado, ahora necesitamos un lugar donde descansar hasta que llegue el día y darles tiempo a Neshi y a Ral para que se repongan, creo que Neshi ha pasado demasiadas horas expuesta a la intemperie.

La tenía en brazos, no la había vuelto a soltar, mientras Yan, Ral y Fenarel habían soltado los animales y preparado la explanada para que pareciera un ataque casual. La había frotado con las manos intentando transmitirla calor, siempre me ponía nervioso verla desvalida.

-- Conozco una cueva – dijo Nolaloth – Esta arriba en la montaña, retirada del camino y seguro que es poco conocida, podría llevaros hasta ella.

-- Si llévanos – dijo Yan – una cueva ira mejor que el campo abierto. ¿Pero podrás con todos nosotros?

-- Si, tendréis que apretujaros e iré despacio para evitar que podáis caer, pero os llevare.

-- Luego Nolaloth tu deberías irte – dijo Ral – si te quedas, por el día serás demasiado visible.

-- Si cierto – dijo Yan. – Nosotros volveremos andando, cuanto Neshi y Ral se recuperen.

Nolaloth se poso en el claro donde estábamos, tumbándose encima de la tierra para que nos fuera más fácil acceder a su cuello. Yan dijo.

-- Zev déjame a Neshi y sube tu primero, después te la alzare para que la puedas coger.

Así lo hicimos y en poco tiempo estábamos todos encima de Nolaloth, yo llevaba en brazos a Neshi, Yan se había puesto justo detrás de mi abrazándome por la cintura y sujetando también a Neshi en su abrazo, Fenarel subió detrás de Yan y Ral el ultimo, abrazando a Fenarel y a Yan, así estábamos todos más o menos enlazados y era más difícil que cayéramos. Aun así los movimientos de Nolaloth fueron lentos premeditadamente, evitando que alguno de nosotros pudiera caer.

Nos elevo por encima de una pare de la montaña, hasta llegar a la cima donde había una cueva, que se encontraba tapada por los arboles, allí nos dejo. Cuando bajamos de Nolaloth, Yan me intento dar a Neshi para que la metiera en la cueva y me sentara mientras él encontraba madera para hacer una hoguera. No le deje, le dije.

-- No Yan quédate con Neshi ahora. Yo iré a por la madera para hacer la hoguera.

-- ¿Por qué?

-- Por que te queremos igual que tú nos quieres a nosotros.

-- Pero…

No le respondí. Por el contrario le acaricie la mejilla, mientras le miraba a los ojos, pasando la mano hacia su cuello lo atraje hacia mí, besándolo suavemente al principio hasta que Yan lo intensifico, haciendo que nos perdiéramos en el beso. Cuando nos deslizamos fuera del beso, baje la cabeza y bese a Neshi que seguía dormida en sus brazos. Apoye mi frente en la frente de Yan, sin apartar la mirada de sus ojos, le dije.

-- Todo saldrá bien Yan. – mire un segundo a Neshi y después le volví a mirar a Yan – Ves ella te necesita igual que yo o igual que nos necesitamos entre Neshi y yo. No siempre tienes que ser él que haga el trabajo difícil. Ahora iré a buscar la madera, porque Ral y Fenarel tienen muchas cosas de que hablar. Cuídala por los dos.

Con esas palabras me aleje hacia la entrada de la cueva, no sería difícil conseguir la madera, había suficientes arboles y ramas en el suelo, en muy poco tiempo había juntado la que necesitaríamos para pasar la noche y una poca para la mañana.

Volví a la cueva y junte la madera, Ral amablemente lanzo un pequeño conjuro de fuego que prendió con facilidad en la madera seca. Un momento después fui a sentarme donde estaba Yan, que había preparado una cama improvisada con las mantas y las capas, habiendo acostado a Neshi en el medio, al verme me sonrió mientras el mismo se tapaba abrazando a Neshi, yo le imite me quite la armadura quedándome desnudo, luego me tumbe en el lado contrario de Yan, extendiendo los brazos los abrace a los dos, Yan extendió el abrazo para atraerme hacia ellos, se sentía muy bien volver a estar los tres juntos, era como volver a estar seguro y en nuestro hogar.

No sé cómo puede ser un hogar real, jamás tuve un lugar al que llamar hogar, pero había descubierto que entre los brazos de Neshi y de Yan me sentía en mi hogar, sentía que nada malo podía alcanzarnos mientras estuviéramos juntos. Sé que es una gran tontería, posiblemente suene infantil, ya que hasta a mi me resultaba infantil, pero los sentimientos raras veces atienden a razones lógicas. El mañana llegaría y tendríamos que seguir peleando, no obstante mientras estuviéramos juntos me sentiría en casa, aunque estuviéramos en la misma Ciudad Negra.

Abrí los ojos y los mire a la luz suave del fuego, observándolos mientras dormían, sintiendo el cuerpo de Neshi acariciando mi cuerpo, me excitaban sexualmente pero a la vez también me llenaban de ternura. Había sido muy afortunado al encontrarlos, nunca les podría expresar con palabras lo que realmente sentía por ellos, pues siempre había pensado que las palabras eran torpes a la hora de transmitir los sentimientos y sobre todo porque algunas palabras estaban demasiado usadas a la ligera. Con estos pensamientos fui relajándome lentamente hasta que yo mismo me hundí en el sueño.

* * * * * *

Me desperté con las primeras luces del día entrando en la cueva, apenas recordaba nada de lo que había acontecido el día anterior, me sentía desorientada, concentrándome fui poco a poco recordando que había ocurrido.

Mientras sentía que mi cuerpo literalmente estaba encima de Yan y que Zev cubría mi cuerpo, su cabeza estaba en mi hombro, sentía su pelo rozando mi espalda, entretanto mi mano sujetaba la suya, mi otra mano estaba entre las manos de Yan y Zev, lentamente abrí los ojos, no quería moverme ya que estaba en el paraíso entre ellos dos.

Bese el cuello de Yan y después gire la cabeza para besar la mejilla de Zev, me di cuenta que Zev había despertado, pues el sonido de su respiración había cambiado, además comencé a sentir los labios de Zev acariciándome y besándome el cuello, suspire.

Desde que nos habíamos unido apenas habíamos tenido tiempo para nosotros, siempre estábamos rodeados de seres, sino era por una razón era por otra. Quería hacer el amor con ellos, fundirnos hasta convertirnos en uno como había ocurrido durante la unión, pero por el momento tendríamos que seguir postergándolo, por mucho que nosotros tres lo deseáramos.

Y la verdad es que sentirlos desnudos pegados a mi cuerpo no ayudaba mucho a retener la excitación sexual, en espera de un tiempo mejor y más apropiado. Sentí los labios de Yan besándome, Zev no tardo en unirse al beso, mi empatía se libero fundiéndonos en uno, no podríamos hacer el amor, pero aun así podríamos compartir un universo único para nosotros tres, colmándonos de amor y ternura.

Cuando el beso termino, apenas éramos capaces de hablar, a regañadientes nos separamos, Yan me alcanzo una camisa sonriéndome, mientras ellos se ponían sus camisas y sus armaduras. Yo no sabía que me pondría, cuando los templarios me habían arrestado, antes de atarme me habían desnudado, una práctica que era habitual en Feraldan, así que mi túnica al igual que mis botas debían de continuar en Denerim. Y no me imaginaba que ninguno de ellos trajera un pantalón de repuesto, ni unas botas. Después de vestirse se sentaron a mi lado abrazándome, fue Yan quien primero hablo.

-- Neshi tenemos que terminar con esta situación lo antes posible o nos volveremos locos los tres, aunque sé que tenemos que tener paciencia, pero cada vez se hace más difícil. – Mientras me besaba el cuello dijo –. Puedes usar una de las mantas como falda, te llevare en brazos, no puedes caminar descalza.

-- No será necesario – dijo Fenarel desde el lugar donde habían pasado la noche Ral y él. Se levanto entregándome la bolsa mágica que le había dado. – Puse las túnicas de Ral y la tuya dentro, junto con vuestras botas, no sabía si cabrían pero esa bolsa es muy grande.

Le sonreí a Fenarel.

-- Si Fenarel es muy grande, realmente no es una bolsa común, por eso cabe cualquier cosa que quieras poner en ella. Gracias por acordarte de las túnicas y las botas.

Al abrir la bolsa lo primero que me apareció en la mano fue la gema que compartía con Yan y Zev, la acaricie, cuando la había metido en la bolsa antes de dársela a Fenarel, pensé que no volvería a verla ni a verlos a ellos, me alegraba infinitamente haberme equivocado. Era cálida al tacto, y a mi roce comenzó a brillar intermitentemente, siempre me recordaba a los corazones de mis compañeros y para mí era muy preciada por ello, me la colgué del cuello y después le tendí la túnica y las botas a Ral, para que pudiera vestirse, mientras yo hacía lo mismo, aunque sin moverme del lugar donde estaban mis compañeros.

-- Tendremos que volver, ¿no? – dije de mala gana.

-- Si así es – me dijo Yan – aunque si por mi fuera partiríamos a cualquier lugar menos a esa maldita ciudad. Lo que si te juro es que no volverás a quedarte sola sin nosotros a tu lado, nunca más.

-- Te juro lo mismo Neshi – dijo Zev – por más que digas, nos vas a tener como tu sombra.

-- Os doy mi palabra que no nos volveremos a separar, se que debió de ser terrible para vosotros, pero no lo fue menos para mí. – Después añadí – Tenemos que darnos prisa en volver, presiento que esta a punto de desatarse la locura en Denerim, Bhalam esta mucho más cerca de la ciudad de lo que los humanos piensan.

En ese momento Ral dijo.

-- Si creo que Neshi tiene razón, la tensión se huele en el aire. Siento mucho haberos dado tantos problemas, no era mi intención poner en peligro a Neshi.

-- No lo era, pero casi os matan a los dos esos templarios – dijo Yan bastante enfadado. – La próxima vez habla, grita, discute o golpéame, pero no te lo comas para que explote en el peor momento. Y tu – dijo mirando a Fenarel – espero que hayas aprendido la lección y dejes de comportarte tan tontamente. Además Ral sinceramente pienso que si no se lo has dicho o lo ha adivinado él, se lo diré yo directamente. Pero no quiero que mi compañera o mi compañero corran peligro por que vosotros queráis jugar al cortejo.

-- Tranquilo Yan – dijo Ral – algo sabe, hemos quedado en hablarlo cuando Bhalam haya pasado la transición, hasta entonces seguiremos como amigos. Cuando queráis nos podemos ir.

-- Ral no estoy de acuerdo, de cómo estás haciendo las cosas – dije – es tu vida y tú sabrás como quieres vivirla, pero sinceramente creo que se impone que seáis sinceros entre vosotros dos. Cuando estabas inconsciente Fenarel quiso que le mostrara tus sentimientos hacia él – Fenarel estaba mirando al suelo nervioso al escucharme – me negué, porque considero que tu deberías saberlo, pero si seguís siendo solo amigos es que ni tan siquiera habéis hablado realmente de los sentimientos que tenéis. Y me pregunto si no será más adecuado, que ahora que estáis los dos despiertos os enlace a nivel empático para terminar de una vez por todas con las palabras no dichas. – alce la mano para que Ral no hablara. – Se que tú tienes empatía Ral y que sabes muy bien cómo hacer la unión, entonces no me fuerces a ser yo quien tenga que uniros. Porque nosotros os necesitamos de una pieza Ral y Fenarel, necesitamos vuestra ayuda en los próximos días, no va a ser fácil salir con vida de la última batalla y en parte depende de que vosotros estéis de una pieza, sin que vuestro cerebro y corazón estén divididos.

Vi terror en los ojos de Fenarel, terror puro a que Ral lo rechazara una vez conociera quien y que había sido, pero yo conocía mejor que él los pensamientos y los sentimientos de Ral, sabía que no importaba el pasado de Fenarel, como él creía que importaba.

-- Pero Fenarel tiene miedo, lo puedo sentir y ver en sus ojos. – dijo Ral – No voy a forzarlo a unirse empáticamente a mí, mientras siga teniendo miedo.

-- Estas en un error Ral – dijo Zev – Fenarel no tiene miedo a la empatía, ni a la unión empática. Tiene miedo de que tú lo rechaces. Creo que el abismo entre vosotros dos se cerrara el día en que Fenarel acepte su propio pasado y se dé cuenta que no lo vas a rechazar debido a él.

-- Basta de contemplaciones – dijo Yan, acercándose a Fenarel y cogiéndolo de la mano para acercarlo a Ral, junto sus manos y después añadió. – Nosotros tres nos vamos, os esperaremos en la cañada, pero vosotros dos no salís de aquí hasta que hayáis terminado con este terrible equivoco entre vosotros. No sé bien a que se refiere Zev o Neshi con respecto al pasado de Fenarel, ni tampoco creo que deba saberlo, pero se algo, os estáis haciendo daño con vuestro “solo amigos” y de paso nos ponéis en peligro a todos. Así que Neshi, Zev ¿estáis listos para partir?

-- Si cuando quieras – dije sonriéndole, mientras Zev asentía.

-- Si vamos – dijo Zev – no tenemos mucho que llevar.

-- Bien vamos. Ral, Fenarel os esperaremos en la cañada.

Los tres salimos de la cueva dejando a Ral y Fenarel mirándose detrás de nosotros, había muchas cosas que tendrían que superar, pero nosotros no podíamos ayudarlos, ya que era algo que debían superar ellos dos solos.

Así partimos de vuelta a la maldita ciudad de Denerim, no tenia ningunas ganas de volver a ver sus murallas, nos había intentando asesinar tantas veces que ya la tenía miedo. Pero aun así deberíamos volver para salvar el pellejo de aquellos que nos querían muertos, pero sobre todo para salvar a nuestro pueblo de la extinción.

Anduvimos durante un día entero, solo nos paramos cuando era noche profunda, para descansar hasta el alba, en que volvimos a reemprender la marcha.

El camino nos llevo al lugar que Yan había descrito como la cañada, allí improvisamos un campamento y esperamos hasta que Ral y Fenarel aparecieran, no tardaron demasiado, solo fue medio día de retraso con respecto a nosotros.

Cuando volvimos a verlos, llevaban los dos el tatuaje indiscutible de la unión, se les veía felices y por primera vez había autentica alegría en sus ojos. Me alegre infinitamente por ellos, sabía que en cierta forma los habíamos forzado a unirse entre ellos, pero también sabía que era lo apropiado, porque tanto miedo como tenia Fenarel o como tenia Ral, no se supera a no ser que te veas empujado a ello. Nosotros tres no comentamos nada, solo nos alegro saber que por fin eran felices. Les felicitamos por la unión y Yan prometió hacerles una fiesta, cuando todo hubiera terminado.

Poco tiempo después emprendimos la marcha hacia Denerim, al que tardamos en llegar otro día y medio más. Habíamos tardado tanto no solo por esperar a Ral y Fenarel, sino porque íbamos caminando.

Cuando divisamos las murallas de Denerim la locura se había desatado, pudimos divisar una serie de campamentos apostados fuera de las murallas, donde se apiñaban los ejércitos que habíamos reclutado, junto al ejercito humano que estaba batallando en la puerta de la ciudad, contra un enjambre de engendros tenebrosos.

Corrimos hacia donde estaban los campamentos, la locura se había desatado mientras nosotros estábamos de camino y todavía quedaban algunas cosas que solucionar.

Al llegar nos encontramos con que la reina Anora y todos los nobles estaban allí, junto a los mandos del ejército humano, mientras en las puertas de Denerim la lucha era a muerte entre los ejércitos que había reclutado y el ejercito humano contra los engendros tenebrosos. Pero nosotros necesitábamos conocer la situación, por eso fuimos derechos hablar con la reina Anora, junto a ella también estaba Riordan.

-- Bienvenida seas – dijo Anora. – me alegro ver que sigues con nosotros, temíamos que al final no pudieras volver.

-- Reina Anora – dije mirando hacia todos los lados para ver donde estaba Alistair. – Hemos vuelto, siento mucho no haber estado aquí cuando la locura se desato, ya sabes cuál fue el problema. Aunque ahora hay problemas más importantes que atender, sino os importa Reina Anora, nos podría poner al tanto de la situación.

-- La situación ha llegado sin aviso, estábamos terminando la Gran Asamblea, tratando el asunto incuestionable de la traición de mi padre y del Arl Eammon, cuando empezaron a surgir desde todas las direcciones engendros tenebrosos, nadie sabe como consiguieron entrar en la ciudad sin ser vistos, pero la verdad es que nos asaltaron. Fue culpa de Alistair que no estuvierais allí, ni tu ni Riordan para avisarnos, nos vimos superados por el número indigente de engendros, por lo que tuvimos que abandonar la ciudad a su suerte y reunirnos aquí para realizar un contraataque. Hay decisiones que aun deben tomarse antes de realizar el contraataque, entre ellas el destino de Loghain y de Alistair, Arl Eammon será juzgado cuando todo esto termine.

-- Con su permiso – dijo Riordan – creo que Loghain podría pasar la iniciación, tenemos necesidad de todos los guardias grises que haya en la zona, por eso también me opuse a que se ejecutara a Alistair.

-- Estoy de acuerdo, que Loghain pase la iniciación, así quizás comprenda a lo que realmente nos enfrentamos – dije iba añadir algo mas cuando Yan dijo.

-- Alistair es mío, me lo prometiste Riordan… si necesitas otro guardia gris, yo pasare la iniciación.

-- ¿Qué? – Dije totalmente estupefacta – No Yan, no. - En ese momento oí a Zev a nivel telepático, me contó todo lo que había ocurrido entre Yan y Riordan. – No tú no pasaras la iniciación. Alistair cumplirá su cometido. Si después quieres retarlo, lo aceptare, pero no, tú no pasaras la iniciación, con uno de nosotros llega. De hecho Alistair no se despegara de mi lado, cuando nos vayamos a enfrentar al Archidemonio. – Añadí telepáticamente para acallar a Yan – Cuando nos quedemos solos sin Riordan o Loghain, puedes cumplir tu palabra Yan. Pero no voy a dejarte que tú también te infectes, os necesito a los dos y no va a ser fácil pasar los próximos años cuando la infección en mi cuerpo, se vaya extendiendo por él. Además te amo demasiado para permitirte hacer algo así, te necesitamos Yan aunque tú, algunas veces pienses que Zev y yo podríamos vivir sin ti, no es así.

-- Te has quedado muy callada, ¿va todo bien? – pregunto Riordan.

-- Si perfectamente Riordan, solo estaba organizando mis pensamientos. Cuando queráis podemos preparar la iniciación de Loghain me parece un final justo, que además nos proporcionara otro guardia gris. Porque mi compañero Yan NO pasara la iniciación.

-- Neshama necesitamos a todos los guardias grises disponibles, si él esta dispuesto…

-- Riordan se porque necesitamos tantos guardias grises como podamos tener, pero Yan no pasara la iniciación y esta es mi última palabra sobre el tema. Realicemos la iniciación de Loghain, cuanto antes tenemos que realizar el contraataque, hay muchas vidas en juego. Puede que a ellos – dije girando la cabeza hacia donde estaba Anora y los nobles – no les importe abandonar la ciudad y sus ciudadanos a su suerte, pero yo no tengo corazón para hacer tal cosa, así que terminemos con esto lo antes posible.

-- Cuando quieras, tengo preparada la sangre.

Me gire a mis compañeros y les dije.

-- Lo siento, pero esto lo debemos hacer solos Riordan, Loghain y yo, ahora mismo vuelvo, no vamos a ir muy lejos, en esa tienda de campaña podemos realizar la iniciación, ¿no es así Riordan?

Claro que lo que no sabía Riordan era que mis compañeros iban a estar presentes a través de nuestra conexión, pero eso era un tema que no le interesaba al guardia gris.

Camine hasta la tienda de campaña donde estaba Loghain y donde se llevaría a término la iniciación. También me di cuenta que a Anora no le había hecho mucha gracia, pero no había forma de solucionar el embrollo que había organizado su padre, sino lo hacíamos de esa manera, como le había dicho, la iniciación podía ser mortal, pero también podía no serlo y sobrevivir para ser un héroe.

Bien yo sabía que no sobreviviría a la batalla que estaba por llegar, si es que alguno de nosotros lo hacía, pero ese era otro tema.