jueves, 23 de diciembre de 2010

Neshama una bruja diferente 53

Capítulo 53

»Después de que Nolaloth nos hiciera fijarnos en la jaula cárcel en que llevaban a Neshi y a Ral. La dragona busco un lugar donde posar su gran cuerpo, algo que no era fácil, al final terminamos saltando a los arboles cercanos y bajando por ellos para poder unirnos al combate.

Al acercarnos al claro cubierto de arboles, el espectáculo fue realmente increíble. Había visto hasta ese momento a muchos magos luchar, algunos a mi lado, otros en mi contra. Pero ver a Neshi y a Ral en pleno combate me dejo totalmente maravillado. Vimos cuando Neshi empezó a absorber la energía de la propia tierra, un tentáculo de energía emergió de debajo de la jaula moviéndose con ella, en busca de su objetivo que era Neshi. Ella empezó a levitar por encima del cuerpo de Ral sostenida por una mano de energía espectral que la levantaba del suelo, mientras se formaba una nube vaporosa en la parte alta, golpeando la jaula hasta romperla.

Estaba desnuda y su cuerpo resplandecía de energía, alzándose de lo que quedaba de la jaula iluminando el lugar. Su imagen asusto y sorprendió a los templarios, ya que no estaban acostumbrados a ese tipo de magias, creo que la mayoría ni sabía qué tipo de magia era, por los comentarios que hacían entre ellos, ni tan siquiera fueron conscientes de nuestra presencia hasta que los atacamos.

La verdad es que hasta a mi me sorprendió, la había visto combatir muchas veces con magia, pero jamás con ese tipo de magia. Además se la veía tan hermosa, todo su cuerpo resplandecía y su pelo rojo brillaba como si fueran rayos de sol emitiendo su propia luz, era una imagen que fácilmente podía pasar por un ángel, aunque en este caso fuera un ángel de la muerte.

Los hechizos salían de sus manos como hebras que atacaban a los templarios o nos curaban a nosotros, todo en movimientos simples como si de una danza se tratara. Mientras Ral en sincronía con la magia que Neshi desplegaba, atacaba a su vez con su propia magia, formando hebras de colores distintos a los de Neshi, mientras levitaba por encima del suelo.

Apenas fue necesaria nuestra intervención, ellos dos solos dieron buena cuenta y rápidamente de todos los que les habían apresado.

Después se hizo el silencio espectral, que siempre sigue a las batallas.

Sentía mi corazón golpear contra mi pecho de alegría al comprender que Neshi estaba bien y que todo había terminado. Cuando nuestros brazos se cerraron en torno suyo, Yan y yo sentimos que podíamos volver a respirar.«

* * * * * *

-- Tenemos que salir de aquí – dijo Yan.

-- Estoy de acuerdo – dijo Ral apoyándose en el abrazo de Fenarel -. Pero no podemos dejarlos aquí. – dijo señalando a los templarios.

-- En eso tienes razón – dije. – ¿alguna propuesta?

-- Si – dijo Nolaloth – soltar a los animales y hacerles que huyan, prenderé fuego a esta zona del bosque, parecerá un ataque de los engendros tenebrosos.

-- Si creo que eso lo justificara. – dijo Ral.

Yan no estaba tan convencido, odiaba quemar cualquier cosa en un bosque y estaba de acuerdo con él, pero no teníamos muchas alternativas.

Entonces Neshi dijo.

-- Yan amor, deja que Nolaloth queme la zona con los cuerpos, yo protegeré a los arboles que hay en la zona.

Saco un brazo de la capa en la que la había envuelto Yan y de su mano salió energía mágica, con la que cubrió los arboles cercanos al lugar donde estaban los cuerpos, posteriormente se desmayo.

Yan asintió, girándose hacia mí y me dijo en un susurro.

-- Zev quédate con Neshi, intenta que su cuerpo entre en calor, nosotros nos encargaremos de los templarios. – Él la abrazo más fuerte y la beso en los labios suavemente, después envolviéndola mejor en la capa me la entrego. – Cuídala.

Dejando los cuerpos de los templarios donde se encontraban, soltaron a todos los animales, quitándoles las sillas de montar y los arreos, que esparcieron por el lugar, a continuación Nolaloth quemo totalmente la explanada de hierba y chamusco algo los arboles pero sin dañarlos, aunque carbonizando los cuerpos y los arreos. Ral había tenido una idea en el último instante coloco dos cuerpos en la jaula, al calcinar esta quedaron como si hubieran sido los dos magos encerrados, dando así la idea de que ellos dos habían muerto en el ataque.

-- Esto está solucionado, ahora necesitamos un lugar donde descansar hasta que llegue el día y darles tiempo a Neshi y a Ral para que se repongan, creo que Neshi ha pasado demasiadas horas expuesta a la intemperie.

La tenía en brazos, no la había vuelto a soltar, mientras Yan, Ral y Fenarel habían soltado los animales y preparado la explanada para que pareciera un ataque casual. La había frotado con las manos intentando transmitirla calor, siempre me ponía nervioso verla desvalida.

-- Conozco una cueva – dijo Nolaloth – Esta arriba en la montaña, retirada del camino y seguro que es poco conocida, podría llevaros hasta ella.

-- Si llévanos – dijo Yan – una cueva ira mejor que el campo abierto. ¿Pero podrás con todos nosotros?

-- Si, tendréis que apretujaros e iré despacio para evitar que podáis caer, pero os llevare.

-- Luego Nolaloth tu deberías irte – dijo Ral – si te quedas, por el día serás demasiado visible.

-- Si cierto – dijo Yan. – Nosotros volveremos andando, cuanto Neshi y Ral se recuperen.

Nolaloth se poso en el claro donde estábamos, tumbándose encima de la tierra para que nos fuera más fácil acceder a su cuello. Yan dijo.

-- Zev déjame a Neshi y sube tu primero, después te la alzare para que la puedas coger.

Así lo hicimos y en poco tiempo estábamos todos encima de Nolaloth, yo llevaba en brazos a Neshi, Yan se había puesto justo detrás de mi abrazándome por la cintura y sujetando también a Neshi en su abrazo, Fenarel subió detrás de Yan y Ral el ultimo, abrazando a Fenarel y a Yan, así estábamos todos más o menos enlazados y era más difícil que cayéramos. Aun así los movimientos de Nolaloth fueron lentos premeditadamente, evitando que alguno de nosotros pudiera caer.

Nos elevo por encima de una pare de la montaña, hasta llegar a la cima donde había una cueva, que se encontraba tapada por los arboles, allí nos dejo. Cuando bajamos de Nolaloth, Yan me intento dar a Neshi para que la metiera en la cueva y me sentara mientras él encontraba madera para hacer una hoguera. No le deje, le dije.

-- No Yan quédate con Neshi ahora. Yo iré a por la madera para hacer la hoguera.

-- ¿Por qué?

-- Por que te queremos igual que tú nos quieres a nosotros.

-- Pero…

No le respondí. Por el contrario le acaricie la mejilla, mientras le miraba a los ojos, pasando la mano hacia su cuello lo atraje hacia mí, besándolo suavemente al principio hasta que Yan lo intensifico, haciendo que nos perdiéramos en el beso. Cuando nos deslizamos fuera del beso, baje la cabeza y bese a Neshi que seguía dormida en sus brazos. Apoye mi frente en la frente de Yan, sin apartar la mirada de sus ojos, le dije.

-- Todo saldrá bien Yan. – mire un segundo a Neshi y después le volví a mirar a Yan – Ves ella te necesita igual que yo o igual que nos necesitamos entre Neshi y yo. No siempre tienes que ser él que haga el trabajo difícil. Ahora iré a buscar la madera, porque Ral y Fenarel tienen muchas cosas de que hablar. Cuídala por los dos.

Con esas palabras me aleje hacia la entrada de la cueva, no sería difícil conseguir la madera, había suficientes arboles y ramas en el suelo, en muy poco tiempo había juntado la que necesitaríamos para pasar la noche y una poca para la mañana.

Volví a la cueva y junte la madera, Ral amablemente lanzo un pequeño conjuro de fuego que prendió con facilidad en la madera seca. Un momento después fui a sentarme donde estaba Yan, que había preparado una cama improvisada con las mantas y las capas, habiendo acostado a Neshi en el medio, al verme me sonrió mientras el mismo se tapaba abrazando a Neshi, yo le imite me quite la armadura quedándome desnudo, luego me tumbe en el lado contrario de Yan, extendiendo los brazos los abrace a los dos, Yan extendió el abrazo para atraerme hacia ellos, se sentía muy bien volver a estar los tres juntos, era como volver a estar seguro y en nuestro hogar.

No sé cómo puede ser un hogar real, jamás tuve un lugar al que llamar hogar, pero había descubierto que entre los brazos de Neshi y de Yan me sentía en mi hogar, sentía que nada malo podía alcanzarnos mientras estuviéramos juntos. Sé que es una gran tontería, posiblemente suene infantil, ya que hasta a mi me resultaba infantil, pero los sentimientos raras veces atienden a razones lógicas. El mañana llegaría y tendríamos que seguir peleando, no obstante mientras estuviéramos juntos me sentiría en casa, aunque estuviéramos en la misma Ciudad Negra.

Abrí los ojos y los mire a la luz suave del fuego, observándolos mientras dormían, sintiendo el cuerpo de Neshi acariciando mi cuerpo, me excitaban sexualmente pero a la vez también me llenaban de ternura. Había sido muy afortunado al encontrarlos, nunca les podría expresar con palabras lo que realmente sentía por ellos, pues siempre había pensado que las palabras eran torpes a la hora de transmitir los sentimientos y sobre todo porque algunas palabras estaban demasiado usadas a la ligera. Con estos pensamientos fui relajándome lentamente hasta que yo mismo me hundí en el sueño.

* * * * * *

Me desperté con las primeras luces del día entrando en la cueva, apenas recordaba nada de lo que había acontecido el día anterior, me sentía desorientada, concentrándome fui poco a poco recordando que había ocurrido.

Mientras sentía que mi cuerpo literalmente estaba encima de Yan y que Zev cubría mi cuerpo, su cabeza estaba en mi hombro, sentía su pelo rozando mi espalda, entretanto mi mano sujetaba la suya, mi otra mano estaba entre las manos de Yan y Zev, lentamente abrí los ojos, no quería moverme ya que estaba en el paraíso entre ellos dos.

Bese el cuello de Yan y después gire la cabeza para besar la mejilla de Zev, me di cuenta que Zev había despertado, pues el sonido de su respiración había cambiado, además comencé a sentir los labios de Zev acariciándome y besándome el cuello, suspire.

Desde que nos habíamos unido apenas habíamos tenido tiempo para nosotros, siempre estábamos rodeados de seres, sino era por una razón era por otra. Quería hacer el amor con ellos, fundirnos hasta convertirnos en uno como había ocurrido durante la unión, pero por el momento tendríamos que seguir postergándolo, por mucho que nosotros tres lo deseáramos.

Y la verdad es que sentirlos desnudos pegados a mi cuerpo no ayudaba mucho a retener la excitación sexual, en espera de un tiempo mejor y más apropiado. Sentí los labios de Yan besándome, Zev no tardo en unirse al beso, mi empatía se libero fundiéndonos en uno, no podríamos hacer el amor, pero aun así podríamos compartir un universo único para nosotros tres, colmándonos de amor y ternura.

Cuando el beso termino, apenas éramos capaces de hablar, a regañadientes nos separamos, Yan me alcanzo una camisa sonriéndome, mientras ellos se ponían sus camisas y sus armaduras. Yo no sabía que me pondría, cuando los templarios me habían arrestado, antes de atarme me habían desnudado, una práctica que era habitual en Feraldan, así que mi túnica al igual que mis botas debían de continuar en Denerim. Y no me imaginaba que ninguno de ellos trajera un pantalón de repuesto, ni unas botas. Después de vestirse se sentaron a mi lado abrazándome, fue Yan quien primero hablo.

-- Neshi tenemos que terminar con esta situación lo antes posible o nos volveremos locos los tres, aunque sé que tenemos que tener paciencia, pero cada vez se hace más difícil. – Mientras me besaba el cuello dijo –. Puedes usar una de las mantas como falda, te llevare en brazos, no puedes caminar descalza.

-- No será necesario – dijo Fenarel desde el lugar donde habían pasado la noche Ral y él. Se levanto entregándome la bolsa mágica que le había dado. – Puse las túnicas de Ral y la tuya dentro, junto con vuestras botas, no sabía si cabrían pero esa bolsa es muy grande.

Le sonreí a Fenarel.

-- Si Fenarel es muy grande, realmente no es una bolsa común, por eso cabe cualquier cosa que quieras poner en ella. Gracias por acordarte de las túnicas y las botas.

Al abrir la bolsa lo primero que me apareció en la mano fue la gema que compartía con Yan y Zev, la acaricie, cuando la había metido en la bolsa antes de dársela a Fenarel, pensé que no volvería a verla ni a verlos a ellos, me alegraba infinitamente haberme equivocado. Era cálida al tacto, y a mi roce comenzó a brillar intermitentemente, siempre me recordaba a los corazones de mis compañeros y para mí era muy preciada por ello, me la colgué del cuello y después le tendí la túnica y las botas a Ral, para que pudiera vestirse, mientras yo hacía lo mismo, aunque sin moverme del lugar donde estaban mis compañeros.

-- Tendremos que volver, ¿no? – dije de mala gana.

-- Si así es – me dijo Yan – aunque si por mi fuera partiríamos a cualquier lugar menos a esa maldita ciudad. Lo que si te juro es que no volverás a quedarte sola sin nosotros a tu lado, nunca más.

-- Te juro lo mismo Neshi – dijo Zev – por más que digas, nos vas a tener como tu sombra.

-- Os doy mi palabra que no nos volveremos a separar, se que debió de ser terrible para vosotros, pero no lo fue menos para mí. – Después añadí – Tenemos que darnos prisa en volver, presiento que esta a punto de desatarse la locura en Denerim, Bhalam esta mucho más cerca de la ciudad de lo que los humanos piensan.

En ese momento Ral dijo.

-- Si creo que Neshi tiene razón, la tensión se huele en el aire. Siento mucho haberos dado tantos problemas, no era mi intención poner en peligro a Neshi.

-- No lo era, pero casi os matan a los dos esos templarios – dijo Yan bastante enfadado. – La próxima vez habla, grita, discute o golpéame, pero no te lo comas para que explote en el peor momento. Y tu – dijo mirando a Fenarel – espero que hayas aprendido la lección y dejes de comportarte tan tontamente. Además Ral sinceramente pienso que si no se lo has dicho o lo ha adivinado él, se lo diré yo directamente. Pero no quiero que mi compañera o mi compañero corran peligro por que vosotros queráis jugar al cortejo.

-- Tranquilo Yan – dijo Ral – algo sabe, hemos quedado en hablarlo cuando Bhalam haya pasado la transición, hasta entonces seguiremos como amigos. Cuando queráis nos podemos ir.

-- Ral no estoy de acuerdo, de cómo estás haciendo las cosas – dije – es tu vida y tú sabrás como quieres vivirla, pero sinceramente creo que se impone que seáis sinceros entre vosotros dos. Cuando estabas inconsciente Fenarel quiso que le mostrara tus sentimientos hacia él – Fenarel estaba mirando al suelo nervioso al escucharme – me negué, porque considero que tu deberías saberlo, pero si seguís siendo solo amigos es que ni tan siquiera habéis hablado realmente de los sentimientos que tenéis. Y me pregunto si no será más adecuado, que ahora que estáis los dos despiertos os enlace a nivel empático para terminar de una vez por todas con las palabras no dichas. – alce la mano para que Ral no hablara. – Se que tú tienes empatía Ral y que sabes muy bien cómo hacer la unión, entonces no me fuerces a ser yo quien tenga que uniros. Porque nosotros os necesitamos de una pieza Ral y Fenarel, necesitamos vuestra ayuda en los próximos días, no va a ser fácil salir con vida de la última batalla y en parte depende de que vosotros estéis de una pieza, sin que vuestro cerebro y corazón estén divididos.

Vi terror en los ojos de Fenarel, terror puro a que Ral lo rechazara una vez conociera quien y que había sido, pero yo conocía mejor que él los pensamientos y los sentimientos de Ral, sabía que no importaba el pasado de Fenarel, como él creía que importaba.

-- Pero Fenarel tiene miedo, lo puedo sentir y ver en sus ojos. – dijo Ral – No voy a forzarlo a unirse empáticamente a mí, mientras siga teniendo miedo.

-- Estas en un error Ral – dijo Zev – Fenarel no tiene miedo a la empatía, ni a la unión empática. Tiene miedo de que tú lo rechaces. Creo que el abismo entre vosotros dos se cerrara el día en que Fenarel acepte su propio pasado y se dé cuenta que no lo vas a rechazar debido a él.

-- Basta de contemplaciones – dijo Yan, acercándose a Fenarel y cogiéndolo de la mano para acercarlo a Ral, junto sus manos y después añadió. – Nosotros tres nos vamos, os esperaremos en la cañada, pero vosotros dos no salís de aquí hasta que hayáis terminado con este terrible equivoco entre vosotros. No sé bien a que se refiere Zev o Neshi con respecto al pasado de Fenarel, ni tampoco creo que deba saberlo, pero se algo, os estáis haciendo daño con vuestro “solo amigos” y de paso nos ponéis en peligro a todos. Así que Neshi, Zev ¿estáis listos para partir?

-- Si cuando quieras – dije sonriéndole, mientras Zev asentía.

-- Si vamos – dijo Zev – no tenemos mucho que llevar.

-- Bien vamos. Ral, Fenarel os esperaremos en la cañada.

Los tres salimos de la cueva dejando a Ral y Fenarel mirándose detrás de nosotros, había muchas cosas que tendrían que superar, pero nosotros no podíamos ayudarlos, ya que era algo que debían superar ellos dos solos.

Así partimos de vuelta a la maldita ciudad de Denerim, no tenia ningunas ganas de volver a ver sus murallas, nos había intentando asesinar tantas veces que ya la tenía miedo. Pero aun así deberíamos volver para salvar el pellejo de aquellos que nos querían muertos, pero sobre todo para salvar a nuestro pueblo de la extinción.

Anduvimos durante un día entero, solo nos paramos cuando era noche profunda, para descansar hasta el alba, en que volvimos a reemprender la marcha.

El camino nos llevo al lugar que Yan había descrito como la cañada, allí improvisamos un campamento y esperamos hasta que Ral y Fenarel aparecieran, no tardaron demasiado, solo fue medio día de retraso con respecto a nosotros.

Cuando volvimos a verlos, llevaban los dos el tatuaje indiscutible de la unión, se les veía felices y por primera vez había autentica alegría en sus ojos. Me alegre infinitamente por ellos, sabía que en cierta forma los habíamos forzado a unirse entre ellos, pero también sabía que era lo apropiado, porque tanto miedo como tenia Fenarel o como tenia Ral, no se supera a no ser que te veas empujado a ello. Nosotros tres no comentamos nada, solo nos alegro saber que por fin eran felices. Les felicitamos por la unión y Yan prometió hacerles una fiesta, cuando todo hubiera terminado.

Poco tiempo después emprendimos la marcha hacia Denerim, al que tardamos en llegar otro día y medio más. Habíamos tardado tanto no solo por esperar a Ral y Fenarel, sino porque íbamos caminando.

Cuando divisamos las murallas de Denerim la locura se había desatado, pudimos divisar una serie de campamentos apostados fuera de las murallas, donde se apiñaban los ejércitos que habíamos reclutado, junto al ejercito humano que estaba batallando en la puerta de la ciudad, contra un enjambre de engendros tenebrosos.

Corrimos hacia donde estaban los campamentos, la locura se había desatado mientras nosotros estábamos de camino y todavía quedaban algunas cosas que solucionar.

Al llegar nos encontramos con que la reina Anora y todos los nobles estaban allí, junto a los mandos del ejército humano, mientras en las puertas de Denerim la lucha era a muerte entre los ejércitos que había reclutado y el ejercito humano contra los engendros tenebrosos. Pero nosotros necesitábamos conocer la situación, por eso fuimos derechos hablar con la reina Anora, junto a ella también estaba Riordan.

-- Bienvenida seas – dijo Anora. – me alegro ver que sigues con nosotros, temíamos que al final no pudieras volver.

-- Reina Anora – dije mirando hacia todos los lados para ver donde estaba Alistair. – Hemos vuelto, siento mucho no haber estado aquí cuando la locura se desato, ya sabes cuál fue el problema. Aunque ahora hay problemas más importantes que atender, sino os importa Reina Anora, nos podría poner al tanto de la situación.

-- La situación ha llegado sin aviso, estábamos terminando la Gran Asamblea, tratando el asunto incuestionable de la traición de mi padre y del Arl Eammon, cuando empezaron a surgir desde todas las direcciones engendros tenebrosos, nadie sabe como consiguieron entrar en la ciudad sin ser vistos, pero la verdad es que nos asaltaron. Fue culpa de Alistair que no estuvierais allí, ni tu ni Riordan para avisarnos, nos vimos superados por el número indigente de engendros, por lo que tuvimos que abandonar la ciudad a su suerte y reunirnos aquí para realizar un contraataque. Hay decisiones que aun deben tomarse antes de realizar el contraataque, entre ellas el destino de Loghain y de Alistair, Arl Eammon será juzgado cuando todo esto termine.

-- Con su permiso – dijo Riordan – creo que Loghain podría pasar la iniciación, tenemos necesidad de todos los guardias grises que haya en la zona, por eso también me opuse a que se ejecutara a Alistair.

-- Estoy de acuerdo, que Loghain pase la iniciación, así quizás comprenda a lo que realmente nos enfrentamos – dije iba añadir algo mas cuando Yan dijo.

-- Alistair es mío, me lo prometiste Riordan… si necesitas otro guardia gris, yo pasare la iniciación.

-- ¿Qué? – Dije totalmente estupefacta – No Yan, no. - En ese momento oí a Zev a nivel telepático, me contó todo lo que había ocurrido entre Yan y Riordan. – No tú no pasaras la iniciación. Alistair cumplirá su cometido. Si después quieres retarlo, lo aceptare, pero no, tú no pasaras la iniciación, con uno de nosotros llega. De hecho Alistair no se despegara de mi lado, cuando nos vayamos a enfrentar al Archidemonio. – Añadí telepáticamente para acallar a Yan – Cuando nos quedemos solos sin Riordan o Loghain, puedes cumplir tu palabra Yan. Pero no voy a dejarte que tú también te infectes, os necesito a los dos y no va a ser fácil pasar los próximos años cuando la infección en mi cuerpo, se vaya extendiendo por él. Además te amo demasiado para permitirte hacer algo así, te necesitamos Yan aunque tú, algunas veces pienses que Zev y yo podríamos vivir sin ti, no es así.

-- Te has quedado muy callada, ¿va todo bien? – pregunto Riordan.

-- Si perfectamente Riordan, solo estaba organizando mis pensamientos. Cuando queráis podemos preparar la iniciación de Loghain me parece un final justo, que además nos proporcionara otro guardia gris. Porque mi compañero Yan NO pasara la iniciación.

-- Neshama necesitamos a todos los guardias grises disponibles, si él esta dispuesto…

-- Riordan se porque necesitamos tantos guardias grises como podamos tener, pero Yan no pasara la iniciación y esta es mi última palabra sobre el tema. Realicemos la iniciación de Loghain, cuanto antes tenemos que realizar el contraataque, hay muchas vidas en juego. Puede que a ellos – dije girando la cabeza hacia donde estaba Anora y los nobles – no les importe abandonar la ciudad y sus ciudadanos a su suerte, pero yo no tengo corazón para hacer tal cosa, así que terminemos con esto lo antes posible.

-- Cuando quieras, tengo preparada la sangre.

Me gire a mis compañeros y les dije.

-- Lo siento, pero esto lo debemos hacer solos Riordan, Loghain y yo, ahora mismo vuelvo, no vamos a ir muy lejos, en esa tienda de campaña podemos realizar la iniciación, ¿no es así Riordan?

Claro que lo que no sabía Riordan era que mis compañeros iban a estar presentes a través de nuestra conexión, pero eso era un tema que no le interesaba al guardia gris.

Camine hasta la tienda de campaña donde estaba Loghain y donde se llevaría a término la iniciación. También me di cuenta que a Anora no le había hecho mucha gracia, pero no había forma de solucionar el embrollo que había organizado su padre, sino lo hacíamos de esa manera, como le había dicho, la iniciación podía ser mortal, pero también podía no serlo y sobrevivir para ser un héroe.

Bien yo sabía que no sobreviviría a la batalla que estaba por llegar, si es que alguno de nosotros lo hacía, pero ese era otro tema.

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