viernes, 26 de noviembre de 2010

Neshama una bruja diferente 52

Capitulo 52

Nunca tuve facilidad con las palabras”, esa fue la excusa de Yan, para no ser él quien escribiera esta parte del libro. Si es verdad que nunca fue de hablar mucho, pero siempre dijo aquello que quería, aunque con escuetas palabras.

Detrás del guerrero duro e inquebrantable que todos creen forjado en las batallas más cruentas y moldeado con los golpes más brutales que la vida pueda llegar a dar, ese guerrero que no tiembla en las batallas y que después de muchos siglos de contienda nunca han visto retroceder. Es solo la imagen externa de nuestro compañero Yan, solo Neshi y yo hemos conseguido llegar a una zona mucho más suave y dulce, recubierta con una capa protectora de dureza existe otro Yan, un ser que habla de poesía, que admira la belleza de un amanecer, que le encanta jugar, reír y emborracharse si estamos todos de humor para ello, ese otro Yan no quiere recordar los peores momentos de aquellos tiempos.

No lo acuso, ni él ni yo pudimos haber detenido lo que ocurrió, y como Neshi nos ha dicho repetidas veces, fue mejor que estuviera sola, de lo contrario nosotros tres habríamos muerto, ya que nunca la habríamos dejado partir sola con los templarios y Ral inconsciente. Eso no evita que en cierta forma, cada vez que lo recordamos Yan y yo, sintamos que una parte de nosotros muere un poquito. Alguna vez hemos hablado los dos sobre lo acontecido aquellos días, yo amo a Yan de la misma manera que amo a Neshi, intensamente y sé que él me ama con la misma intensidad, pero Neshi es realmente el eje en el que giramos nosotros dos, a través de la telepatía y de la empatía que nos une, no puede haber mentiras, pues no hay secretos y sabemos que ese día, pudo bien ser el ultimo de nuestra existencia, ya que ninguno de nosotros tres desea vivir más allá del tiempo que tenga el primero en morir.

Ahora sí, volveré a la historia, esto solo fue un paréntesis pequeño, quizás un avance de los acontecimientos por llegar, un aviso del futuro que aun nos aguarda y al que deberemos hacer frente.

* * * * * *

Cuando salimos del almacén en dirección a donde estaba el Clan, tuve la premonición que algo estaba terriblemente mal, esa premonición me había perseguido desde el momento en que vi caer a Ral. No quería asustarlos pero en el último tiempo, era capaz de intuir lo que nos iba acontecer antes de que ocurriera. Quizás era una habilidad que había tenido siempre, como un sentido agudizado de supervivencia que ahora se había intensificado, debido a que básicamente caminábamos por la cuerda floja casi continuamente.

No quería dejar sola a Neshi, pero sabía que tenía razón. Teníamos que llevar a Shianni y a Alarith hasta el Clan y ella no podía venir con nosotros. Mi aprensión la achaque al hecho de que era la primera vez que nos separábamos realmente desde que la había conocido, pero me puse más nervioso aun, cuando Yan nos urgió a volver cuanto antes, no era solo yo quien intuía que Neshi estaba en peligro, Yan también lo intuía. Pero por muy deprisa que quisiéramos ir teníamos que cruzar toda la ciudad y caminar bastante hasta llegar a donde habían acampados los ejércitos Dalishanos que era donde estaba nuestro Clan. Por mucha prisa que quisiéramos darnos, no volveríamos a Denerim hasta el amanecer del día siguiente.

-- Zev tenemos que volver cuanto antes – dijo Yan -. No me gusta nada haber dejado a Neshi sola con Ral inconsciente. Si hubiera habido otra alternativa, no habría aceptado a dejarla sola en medio de una ciudad humana.

-- Lo sé Yan, me ocurre lo mismo. Pero por muy deprisa que queramos ir, a ellos – dije señalando a Shianni y a Alarith – no podemos llevarlos corriendo, dudo mucho que pudieran aguantar la marcha.

-- No me gusta para nada esta situación.

-- Sin ánimo de intranquilizarte a mí me gusta menos. Es la primera vez que no puedo verla desde que la conocí y a penas puedo soportar la idea de pasar toda la noche sin verla. No me fio para nada de que Alistair no nos tenga preparada alguna de sus trampas vengativas, Yan tenemos que volver lo antes posible.

Yan asintió con aprensión, ninguno de los dos volvió hablar durante todo el camino. Intentamos ir lo más rápido posible, pero Shianni y Alarith no estaban acostumbrados a nuestras caminatas, por lo que nos retrasaban. Aun así conseguimos llegar al campamento del Clan en bastante menos tiempo del que habíamos previsto.

El Custodio Galen nos salió al encuentro, estábamos hablando con él cuando de pronto, deje de sentir a Neshi, mire a Yan que se había encogido como si lo hubieran golpeado mientras me decía.

-- ¿Zev sientes a Neshi verdad?

-- No, no la siento, no la siento. Es como cuando fue herida, no puedo conectar con su mente, es como si se hubiera...

-- No Zev, tu llevas mucho más tiempo con ella, tienes que sentirla… no me digas que no sientes nada.

Negué con la cabeza, he intente levantar a Yan que seguía encogido. Mientras Galen preguntaba.

-- ¿Qué ocurre?

-- Neshi… - Yan apenas era capaz de hablar tartamudeaba – Algo terrible ha ocurrido, Galen.

En ese instante sentimos la unión de Ort a nuestras mentes y su voz hablándonos a los dos.

-- Yan y Zev, tranquilizaros Neshi está viva y bien, solo ha entrado en trance.

-- En trance – pregunto Yan - ¿para qué en trance? ¿Por qué?

-- ¿Qué ocurre, no entiendo nada? – pregunte - ¿Qué es eso de entrar en trance?

-- Se que lo que os voy a decir os volverá locos de dolor, pero tenéis que obrar con la cabeza, nada de heroicidades suicidas.

-- Déjate de mierdas filosóficas Ort – dijo Yan – dinos que le ha pasado a Neshi, ¿dónde está?

-- Hace muy poco tiempo que ha sido detenida por los templarios, Alistair al final se ha cobrado la venganza, que ha estado tramando durante tanto tiempo. No esperar no salgáis corriendo a buscarla. Fui yo quien la pidió que entrara en trance, para ahorrar fuerzas y para evitar que en vuestra locura os lanzarais contra algo que no vais a poder vosotros dos solos. Fenarel y Riordan el humano guardia gris vienen para aquí, a encontraros. Aunque ahora os cueste creerlo, Neshi es muy capaz de luchar contra esos templarios, además también se han llevado a Ral, no saben que sin querer han juntado a los dos seres mágicos más potentes en todos los países de este mundo. Los llevan hacia la prisión templaría Aeonar, pensar que tenéis una dragona, Nolaloth es muy capaz de alcanzar al grupo de veinte templarios que los llevan hacia la prisión, antes de que lleguen y mientras estén en el camino, no correrán peligro ninguno de los dos, pues los templarios no se arriesgaran a perder la bendición del “Rey”, dándoles la oportunidad de huir.

-- ¿Pero por qué no se defendió Neshi en Denerim? – pregunte, hasta a mi me sonó angustiada mi voz.

-- Ral estaba en reposo, después de que le curara. Además en la ciudad de Denerim si se hubiera defendido habría tenido que luchar contra toda una legión de templarios y ella es muy fuerte con la magia, pero no es inmortal, ha dejado que la sacaran para que su número disminuyera. Ellos piensan que haberla atado las manos y los pies, vendándola los ojos y amordazándola, llegara para que no pueda lanzar ningún hechizo, pero están equivocados, Neshi está esperando a que Ral recupere la consciencia para liarla y para entonces vosotros deberéis estar allí cerca con ella, pues necesitara vuestros ojos para poder luchar. Y esos templarios contemplaran por primera vez en muchísimos siglos por que los humanos codiciaron a nuestros seres mágicos. Dejar que lleguen a la altura del bosque Frondoverde, allí no habrá quien les pueda ayudar, hasta llegar allí hay demasiados humanos para que nuestra incursión pase desapercibida, Neshi también esperara a llegar, no hará nada antes. Yan se cómo te sientes, pero ahora más que nunca necesitamos tu mente estratégica trabajando totalmente.

-- No tienes una mierda de idea de cómo me siento Ort. Pero tienes razón en una cosa, debemos pensar con la cabeza y no con el corazón. Aunque cuando vea a Ral le voy a partir su linda cara de un puñetazo, no hubiera ocurrido todo esto si él no se hubiera intentado suicidar.

-- Tenemos que ir al encuentro de Fenarel y Riordan – dije – Fenarel debe estar destrozado también.

-- Destrozado… a ese también le voy a dar azotes hasta que me canse. Un humano, no digo que sea mala persona, pero no quiero a un humano viendo como nos lleva un dragón y mucho menos la próxima batalla mágica, hay cosas que los humanos vivos nunca han visto y debe seguir así. Ort tú aun la sientes ¿verdad?

-- Si, solo ha dejado un fino hilo de conexión para que yo pueda hablar con ella, pero ella no puede ni debe responderme.

-- Déjanos sentirla a través de tu conexión, - dijo Yan - déjanos que podamos envolverla en nuestro amor.

-- Si – dije – no se me había ocurrido, que tú puedes enlazarnos con ella.

-- Puedo hacerlo, pero ella no os podrá responder, ni podrá mostraros nada, ningún sentimiento. Si ella reacciona ante vuestra presencia, todo lo que ha hecho no valdrá para nada, pues los templarios se habrán dado cuenta que es mucho más que una simple elfa maga y entonces no esperaran la mataran.

-- Seremos sutiles – dijo Yan – pero Neshi sabrá que somos nosotros.

Asintió uniéndonos mentalmente a la fina conexión mental que aun mantenía con Neshi, no necesitamos ponernos de acuerdo, sabíamos lo que queríamos transmitirla. La besamos con todo nuestro amor, ternura y cariño.

* * * * * *

Hacia frio, no sé cuánto tiempo llevábamos viajando, dando tumbos por el camino, había entrado en un estado de meditación tan profundo que nada en mi entorno exterior podía afectarme, esperaba que Ral despertara o hubiéramos llegado al bosque del norte, para emprender la guerra que se organizaría cuanto Ral fuera consciente.

Mientras mi cuerpo “semi inconsciente” se golpeaba contra los barrotes de madera que cerraban la jaula. De vez en cuando oía a los templarios gritarse los unos a los otros, no iban muy seguros de que conseguirían llegar a su destino, algunos de ellos los había oído discutir con él que parecía el comandante del grupo, pero la mayoría seguía de forma incondicional al que se hacía llamar así mismo líder.

Estaba perdida en mi interior, cuando sentí el “beso” de Yan y Zev, me alentó, me lleno de amor, retiro el frio de mi cuerpo llenándolo de calor, pero no podía reaccionar, mi cuerpo y mi mente se mantuvo en el mismo estado en que había estado antes. Como el único testigo mudo de mis sentimientos, una sola lagrima bajo por mi mejilla, perdiéndose en la noche.

* * * * * *

Cuando dejamos el fino hilo de telepatía, sé que mis mejillas estaban barridas por más de una lagrima, también se que las de Yan estaban en la mismas condiciones. Su semblante se había vuelto más duro si era posible, me imagino que en mi, también había vuelto aparecer aquella mascara que tanto le había costado a Neshi hacer desaparecer. Fue Yan quien comenzó a organizarnos y quien tomo el liderazgo en ese momento, ya que él lo necesitaba muchísimo más, porque sin él se sentiría perdido y yo sabía que la rescataríamos o moriríamos los tres, pero no la dejaríamos en manos de sus peores enemigos.

-- Galen vamos a ir a buscar a Fenarel, que el Clan se prepare partimos al norte cuanto Zev y yo volvamos con Fenarel. A los demás clanes les podéis decir que los humanos nos han traicionado, que es lo que realmente ha ocurrido, que tomen la decisión que crean correcta, no intentes hacerles cambiar de opinión si quieren quedarse ayudar a los humanos déjales, nosotros de todas formas tenemos que volver para luchar contra mi amigo. Nolaloth tiene que estar preparada, cuando volvamos partiremos para encontrarnos con los templarios, vosotros internaros en el bosque de Brazilia, nos encontraremos después de la batalla con Bhalam si es que estamos vivos para entonces. Pero no arriesgaremos más vidas de elfos a las “buenas intenciones” de los humanos. En la misma zona donde acordamos encontrarnos, en eso no habrá cambios.

-- Pero no podéis ir vosotros tres solos contra todos los templarios – dijo Galen – No necesito ser un experto en guerra para saberlo.

-- Llevamos a Nolaloth en caso de necesidad ella puede ayudarnos y ella solo puede llevarnos a tres o cuatro como mucho, no puede llevar al clan entero. No Galen haréis exactamente eso, partiréis y nos veremos en unos pocos meses. Es más si cuando vuelva la época de las nieves no hemos llegado a donde acordamos partirás con todo el clan, tu obligación será llevarlos de vuelta a donde está el resto del Clan Ralaferin, contarles lo acontecido y prepararos para el final. Ya que significara que no lo hemos logrado y ya sabes lo que eso significara para todos.

-- Lo sé Yan, por eso insisto en que vayamos todo el Clan junto.

- No podemos arriesgarnos, Fenarel es un empata latente y su pareja es Shianni la muchacha elfa que os hemos traído, tendréis que protegerlos porque si nosotros fallamos, ellos serán la última esperanza, si es que queda alguna.

-- Yo pensé que Ral y Fenarel… bueno no sé, quizás estaba equivocado.

-- No, no lo estas amigo, pero Ral es un idiota cabezota que siempre tiene que ser él que tenga la razón, que no se da cuenta que si a veces fuera más real consigo mismo tendríamos menos problemas. Pero lo importante es que realmente aun no están unidos, por lo que la muerte de uno de ellos puede suponer mucha tristeza, pero no la muerte para Shianni y Fenarel, ellos son la última esperanza y así debéis de protegerlos.

-- Gracias por explicármelo, ahora si lo comprendo totalmente, se hará tal cual has dicho Comandante Yan.

-- Galen han pasado muchos siglos y llovido muchos ríos para que ahora uses ese tipo de tratamiento conmigo, no soy ya un comandante, solo un compañero preocupado por su compañera de vida nada más. Nos llevaremos a Shay, el puede llevarnos hasta donde esta Fenarel y Riordan fácilmente.

Nos dirigimos de vuelta a Denerim, Shay nos llevaba a bastante velocidad, lástima que antes hubiéramos tenido que usar la velocidad de nuestras piernas, en muy poco tiempo conseguimos encontrarnos con Fenarel y Riordan. Fue Riordan quien nos vio y quien empezó a relatarnos lo sucedido, Fenarel parecía hundido en un pozo negro, apenas alzo la cabeza para mirarnos y después volvió bajar la mirada al suelo, se sentía culpable de lo ocurrido, la verdad es que ni Yan ni yo nos sentíamos con muchas fuerzas de consolarlo, pues nosotros mismos estábamos desesperados. Queríamos llevar de vuelta a Fenarel al Clan y después partir sin demora hacia donde habían llevado a Neshi y a Ral.

Cuanto Riordan alcanzo a verlos por la avenida principal de Denerim, corrió hacia ellos y casi sin resuello dijo.

-- Yan, Zev lo siento, no pude evitarlo, se han llevado a Neshi y a Ral. El traidor de Alistair la ha vendido a los templarios, no sé que pretende hacer con ella, pero ahora mismo lo más importante es que van camino de la cárcel de Aeonar que se encuentra al norte de Denerim, no hace muchas horas que se han ido, creo que con caballos podríais alcanzarlos en un día o como mucho en dos, pero seguro que antes de que lleguen hasta la prisión, la podréis rescatar. Iría con vosotros, pero alguien tiene que quedarse aquí arreglar el desastre que ha provocado el inútil de Alistair y su Arl. Con sus actos ha puesto a toda la nación en peligro de muerte, no solos a vuestra compañera.

-- A nosotros – dijo Yan – solo nos importa Neshi y Ral, ni la Ruina, ni… - aquí le di un golpe suave en la pierna a Yan para que se callara y dejara de hablar -. Solo una cosa Riordan, un solo favor, la cabeza de Alistair es mía, él me rendirá cuentas a mí.

-- Llegado el momento necesitaremos a todos los guardias grises que haya, no podemos prescindir de uno solo.

-- Mírame Riordan, necesitas un guardia gris yo pasare la iniciación, me convertiré en guardia gris, pero quiero su cabeza.

-- Pero puedes morir Yan durante la iniciación.

-- No Riordan, no moriré, los elfos digamos que no morimos con la misma facilidad.

Intervine, cada vez me gustaba menos el tono que estaba tomando la conversación, ya era malo que Neshi se hubiera convertido en guardia gris, no quería que Yan también se sometiera a la misma pesadilla, además Neshi se pondría de los nervios cuanto se enterara.

-- Riordan no tardaremos en volver, intentaremos rescatar a Neshi lo antes posible y estar de vuelta para esa Gran Asamblea que tenéis planeado celebrar, allí lo hablaremos. Vamos Yan, necesitamos todavía volver al Clan con Fenarel y partir hacia el norte.

-- Si estoy de acuerdo contigo Zevran – dijo Riordan – lo primordial es que rescatéis a Neshi y la traigáis, ella es la verdadera comandante de los ejércitos que ha reunido, sin ella esto será un caos.

-- Lo será sin duda – dijo Yan -, no creo que les guste saber a los enanos, elfos Dalishanos y magos que su comandante ha sido detenida por un grupo de templarios, por orden de un “ficticio” Rey de Feraldan. Pero será una conversación divertida para otro momento, nosotros nos vamos. Fenarel sube en Shay, volvemos al Clan ahora mismo. Suerte Riordan y no olvides que Alistair es mío.

Se giro y subió encima de Shay de un salto, apenas se había agarrado de la crin, ya extendía la mano hacia Fenarel que seguía con la mirada en el suelo, lo empuje suavemente, la verdad es que me daba pena, había tantas cosas en Fenarel que me recordaban mi infancia y juventud que normalmente tendía a ser más flexible con él, de lo que normalmente era conmigo mismo. Cogiéndolo por el brazo lo subí al caballo y después salte yo detrás de Fenarel, Yan no espero ni un segundo, cuanto estaba sobre Shay, lo urgió a partir hacia las afueras de Denerim a donde estaba el Clan.

Cuando volvimos a dejar atrás las murallas de la ciudad, en la lejanía marina se veía muy perfilada la figura de Nolaloth, volaba suavemente tanto que si no te fijabas la podías confundir con una nube, Shay por iniciativa propia o por que Nolaloth le indicara donde ir, fue derecho hacia donde se unían el acantilado y el principio del bosque de Brazilia, no donde estaba el grueso del ejercito Dalishano que era donde había estado el Clan anteriormente acampado.

Galen nos estaba esperando en un recoveco recogido de arboles, apenas era visible desde la parte donde estaba el grueso del ejercito Dalishano. Yan pretendía entregar a Fenarel como un saco y volver a partir en Nolaloth casi al instante, no contaba con que Fenarel tendría algo que decir al respecto, ya que además de a Neshi también se habían llevado a Ral.

-- Galen, hemos traído a Fenarel, cuídalos. – dijo Yan.

-- No – dijo Fenarel – no me voy a quedar aquí a esperar nada, voy con vosotros.

-- Tienes que quedarte Fenarel, Shianni es tu compañera del alma y debes protegerla.

-- Yan por la misma razón debo ir en busca de Ral.

-- ¿Para qué te portes tan tontamente como lo habéis estado haciendo? Ral se piensa que todavía estamos en la época de Arlathan cuando se podía pasar un siglo cortejando a un compañero, y tu… no se qué pensar Fenarel.

Puse una mano en el brazo de Yan, no quería que continuara e hiriera sin querer a Fenarel con sus palabras.

-- Yan deja que venga, nos ayudara en los combates y a Ral le gustara verle.

-- Pero Zev ¿Qué pasara si nosotros tres morimos? Ellos son los últimos que pueden unirse en una unión verdadera.

Moví la cabeza negativamente.

-- No Yan, si Neshi, tú y yo morimos, tú mismo lo has dicho que no quedara nada más que esperar el final de nuestra raza, por que Bhalam será destruido.

Intervino uno de los ancianos que nos habían aguardado con Galen.

-- El joven tiene razón Yan, si vosotros caéis pocas posibilidades tiene ya Bhalam, no queda última frontera, ni última esperanza, solo vosotros tres sois lo que queda entre nuestro pueblo y el abismo. Si vosotros morís, morirá todo el pueblo, no ahora, no en el acto, será un proceso largo, pero llegara el momento de nuestra extinción, así como llego el momento de la extinción de los seres del mar.

Yan asintió, intentando no entablar un combate de palabras con el anciano, se subió en Shay, urgiéndonos a nosotros para marcharnos.

-- En marcha, vamos Zev, Fenarel a buscar a Nolaloth. – dijo Yan aunque no iba nada convencido. – Aunque recuérdame que te de un par de puñetazos por idiota Fenarel, después de que pase esta pesadilla.

Volvimos a subir en Shay que nos llevo al galope hasta un acantilado pequeño por donde bajamos a la playa, allí nos aguardaba Nolaloth. No tardamos nada en acomodarnos encima del cuello de Nolaloth atándonos con las piernas y los brazos a su cuello y a su dura piel de escamas, cuando ya estábamos preparados lo suficientemente bien sujetos, como para que emprendiera vuelo, levanto vuelo hacia el firmamento, fue una sensación hermosa pero a la vez terrible, sentí brazo de Yan rodeando mi cintura asegurándome contra su cuerpo mientras subíamos vertiginosamente hacia el cielo, perdiéndonos en la noche estrellada, rumbo al encuentro con los templarios.

Fue la primera vez que volábamos, hubiera deseado que Neshi estuviera aquí con nosotros, habría sido la mejor experiencia que había vivido desde que nos uniéramos, pero ella no estaba, ni tan siquiera podíamos sentirla a nivel telepático o empático, cada poco tiempo tenía que recordarme a mí mismo que era por su propio bien, que había cerrado cualquier posible conexión empática para evitar que los templarios la detectaran, pero no podía conseguir eliminar la sensación de vacío que existía en mi alma desde que la habíamos perdido, seguía sintiendo a Yan y él me sentía a mí, pero en cierta forma nos sentíamos perdidos y abandonados. Nuestra pequeña brujita había dado tanto sentido a mi vida y a la vida de Yan, que no sabíamos ni como respirar sin su presencia.

Vimos las murallas de la ciudad y los ejércitos pequeñitos acampados a las afueras de la misma, parecían muñecos en un tablero infantil, esperando el incierto futuro. Desde la altura podíamos incluso ver las copas de los arboles del bosque de Brazilia, donde se había internado nuestro Clan, esperaba que Yan estuviera en lo cierto y que con los tres de nosotros mas Nolaloth, llegara para detener a los templarios, pero personalmente me hubiera llevado a todo el Clan, se que posiblemente hubiéramos tardado demasiado, pero tenía miedo, miedo de lo que le pudieran hacer a Neshi y miedo hacia el futuro desconocido que se abría debajo de nuestros pies.

Los humanos estaban preocupados por una nación y por unos cuantos miles de vidas humanas, nosotros nos jugábamos la propia existencia de nuestra especie. Esta batalla como bien había dicho Ral era la batalla más importante de nuestras vidas y en este momento pendía de un finísimo hilo, en el que todo podía terminar en un cataclismo de muerte.

Nunca he sido pesimista, pero jamás había sentido tanto peso sobre mi espalda, estaba acostumbrado a preocuparme por mi propia supervivencia, incluso cuando me uní a Neshi me preocupaba por nosotros dos solos, ahora sabia que nuestra existencia estaba ligada a un camino más peligroso y muchísimo más importante, es difícil decir que en tus manos se encuentra la supervivencia de toda nuestra especie. No éramos inmortales, ni especialmente buenos, solo habíamos sido elegidos por el destino, que tiene cuanto menos un humor bastante siniestro. Yan nos había contado la visión que le enseño Bhalam hacia muchos siglos, nos dijo que ni él mismo se podía imaginar que ese niño pequeño era el propio Bhalam. Si los destinos pueden ser muy arteros y nosotros simples títeres bailando a su son.

Sentí la mano de Yan sobre mi hombro y después señalando hacia abajo, al camino que apenas distinguíamos entre las sombras de la noche, por el transitaban los templarios en formación de dos filas, en medio iba a la jaula donde debían de llevar a Neshi y a Ral, por delante iban tres templarios y por detrás también, el resto se había dividido en dos custodiando los lados del camino. Los templarios ni se percataron de nuestra presencia, Nolaloth planeaba para no hacer ruido con las alas a gran altura, por lo que era totalmente invisible a sus ojos y a sus oídos.

-- La rescataremos – me dijo mientras me besaba en el cuello, mas afirmándoselo a si mismo que a mí. – No lo dudes.

-- Si lo haremos, lo sé.

Yan señalo un cumulo de arboles que se formaba al principio del bosque, por detrás había una especie de explanada rodeada de arboles, susurrando bajito hacia Nolaloth.

-- Ves la zona posterior a la explanada de arboles, aterriza lo más cerca posible de esa zona, allí montaremos la emboscada. Todavía tardaran en llegar un buen rato, nos da tiempo a preparar las cosas antes de que lleguen.

-- Yan son demasiados – dije – pienso que quizás sería más sabio que Nolaloth agarrara la jaula y nos fuéramos volando, si es que puede hacerlo. Dudo que tengan mucha puntería con los arcos o las ballestas. No van a entender nada y me gustaría verles la cara a los que tengan que entregar el informe sobre la forma que han tenido de escapar los dos magos.

Sentimos los pensamientos de Nolaloth.

-- También puedo quemar alguno de paso, así no volverán a intentarlo.

-- Lo que has sugerido Zev tiene bastante sentido, si es que Nolaloth puede volar con la jaula en sus patas.

-- Puedo hacerlo, pero creo que Neshi tiene su propio plan de ataque. Mirar hacia abajo.

* * * * * *

Hacía rato que Ral había intentando moverse, fue Ort quien le había avisado de la situación en la que estábamos, por lo que continuo en su estado pasivo, le había dicho Ort que convenía esperar a que fuéramos ocultados por los arboles del bosque antes de comenzar el ataque. La mente de Ral se había unido a la mía instantáneamente dándonos una forma de comunicación que si bien hasta que comenzáramos a luchar no podíamos usar, si nos serviría en ese momento. Usaría sus ojos para guiar mis hechizos, ya que me habían vendado los míos, pero no me impedía ver a través de los ojos de Ral o de mis compañeros de vida, solo que como con ellos había tenido que cerrar cualquier conexión para no ser detectada por los templarios, no los sentía. Solo había sentido el “beso” tan maravilloso que me había llegado de ellos, les añoraba infinitamente.

Cuando los primeros arboles nos cubrieron, Ral me lo dijo telepáticamente, tiempo suficiente para entrar en la explanada de arboles que había un poco más adelante.

Le avise que se iba a desatar el infierno.

-- Ral comienza el baile – dije mentalmente – enséñame que tipo de formación llevan. – mire a través de sus ojos y vi como estaban colocados los templarios, bien no sería fácil, pero no era imposible, Ral me había soltado las manos sutilmente sin que ellos se dieran cuenta.

Recurrí a las memorias de los hechizos mágicos elficos, ninguno de los que había aprendido en la torre serviría ahora, necesitaba potencia y sobretodo quería enseñar a estos humanos patéticos, que no éramos simples marionetas a su antojo.

Invoque la energía de la tierra extrayéndola de la misma madera en que estaba fabricada la jaula, sin pausa me eleve por encima del cuerpo de Ral liberándolo de mi cuerpo. Con un simple pensamientos se formo una bola de energía cinética que destruyo los barrotes y el techo de la jaula, mientras Ral contraatacaba a los templarios sin darles oportunidad de reaccionar.

Una vez libre de la jaula y de las cuerdas en mis manos, libere mis ojos, sin preocuparme de mis pies no los necesitaba para moverme, estaba levitando con la propia energía que emanaba de la tierra hacia mi persona, elevándome en el aire. Los templarios atacaron como estaban acostumbrados hacerlo con los magos, intentando eliminar nuestra fuerza mágica y bloquearnos a nivel mágico, pero no éramos magos de sangre, ni magos comunes de la torre, sus poderes eran simplemente un juego infantil, tanto que Ral les devolvió el favor, dejándolos totalmente inútiles a nivel mágico.

Ahí fue cuando vimos a Yan, Zev y Fenarel corriendo a entablar combate, la batalla no duro demasiado tiempo mas, reconozco que no me gusta matar a nadie si puedo evitarlo, pero no podíamos dejarlos con vida, habían presenciado algo que hacía muchos siglos ningún humano había visto y no podíamos darnos el lujo de que lo contaran. Al final de la batalla solo los caballos, los bueyes y nosotros habíamos quedado en pie y con vida, todos los templarios habían muerto.

En el momento que el lugar quedo en silencio, sentí los brazos de Zev a mi alrededor, me gire abrazándome a su cuello, descansando mi cabeza en su pecho, segundos después sentí los brazos de Yan envolviéndome la cintura abrazándome y abrazando a su vez a Zev. Cerré los ojos y dije en un susurro.

-- Zev, Yan… - necesitaba sentir sus voces, sus cuerpos y sus mentes, por que sin ellos mi vida dejaba de tener significado. – Os he añorado tantísimo. – apenas era capaz de continuar hablando, ya que las lagrimas me cerraban la garganta.

Sentí las manos de Zev en mi pelo y sus labios besándome mientras me decía.

-- Mi brujita, sabes que te queremos y te añoramos igualmente, nos vas a matar a sustos brujita.

Yan me había envuelto en su propia capa, levantándome del suelo para que mis pies desnudos no siguieran en contacto con el frio hielo del campo, después había enterrado su cabeza en mi pelo besándome mientras sus manos recorrían mi cuerpo, queriendo cerciorarse de que estaba bien. Sentí la humedad de sus lágrimas en mi cuello, sabía que apenas podía hablar, pues todo su cuerpo temblaba. Solo le oía repetir mi nombre una y otra vez, en un susurro como si de un mantra se trata.

Abrí los ojos y los mire, Yan había apoyado su cabeza en el hombro de Zev arropándome totalmente entre sus cuerpos.

-- Zev – dijo Yan – Sujétala y haz que entre en calor, mientras Ral, Fenarel y yo nos hacemos cargo de los cuerpos y como encubrirlos. Cuídala por los dos.

Entonces me levanto en brazos entregándome a Zev, el me recogió y me cubrió mas con la capa de Yan, mientras frotaba mi cuerpo para que entrara en calor. Hasta ese momento no me había dado cuenta que estaba totalmente helada, no solo había estado desnuda en el intenso frio de Feraldan, algo que de por si era mortal. Aunque no había tenido alternativa en esto, si hubiera podido con la magia crear suficiente calor a mí alrededor como para poder mantener mi temperatura corporal. Pero al haber entrado en la meditación profunda y haberme desconectado de todo, había incurrido en el error de olvidarme de la temperatura de mi cuerpo.

Mientras sentía las caricias de Zev mi mente fue a la deriva. Sus manos siempre habían conseguido tranquilizarme, eran un bálsamo de paz para mí. El agotamiento que me había provocado el ataque a los templarios, la tensión acumulada durante el viaje, más la sanación de Ral. Tenían un precio que ahora empezaba a comprender mientras me resbalaba en la inconsciencia. Sonriendo me deje arrastrar a la oscuridad, pues sabía que entre los brazos de Yan y Zev estaba en casa.

* * * * * *

 

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