jueves, 10 de junio de 2010

Neshama una bruja diferente 3

Capítulo 3

Pasamos varios días en esa aldea, hasta que una tarde partimos hacia Risco Rojo, donde vivía el Arl Eammon, por lo que me había dicho Alistair, era muy posible que él nos pudiera ayudar en nuestra guerra particular contra el regente. Emprendimos el camino lentamente ya que teníamos varios días de marcha, hasta Risco Rojo y pretendíamos llegar medianamente bien, tanto Alistair como yo todavía no estábamos del todo curados, pero gracias a que gran parte de mi potencial mágico, lo había empleado en aprender a sanar, no era un gran problema, pero tampoco me podía permitir usar todo mi potencial en sanarnos, ya que cada poco tiempo, teníamos alguna que otra emboscada de los engendros tenebrosos, que iban hacia el norte de la nación.
Al llegar a una formación del camino, que era un cañón con montes altos a cada lado del camino, nos encontramos a una elfa que nos pidió ayuda, por lo que dijo, parecía que les habían atacado unos engendros tenebrosos, a la carreta que ella y su marido llevaban hacia Denerim.
Me basto una simple mirada a la forma en que estaba vestida, a su pelo y a la falta total de sangre, para darme cuenta que era mentira, no había que ser especialmente suspicaz para verlo, solo un poquito observador.
Como siempre Alistair y Leliana tuvieron que exponer sus puntos de vista, claros delante de todos, para ellos solo era gente pidiendo ayuda, para mi era claramente una emboscada, de que tipo, ni idea. Pero para no discutir con ellos, seguí avanzando por el camino detrás de la elfa, hasta que llegamos, a un lugar realmente cerrado y muy cerca del elfo y un humano, que nos estaban esperando junto a una carreta volcada. Ahí el elfo grito.
-- Los guardias grises tienen que morir.
Y un gran árbol cayo atravesando el camino y cerrándonos la escapada, hacia el camino por donde habíamos llegado.
Curiosa mi elección en ese momento de hechizos… muy curiosa, siempre he pensado que debió de ser algo predestinado por el destino. Por que mi primera elección, fue mandar una bola de fuego contra el humano y los elfos, pero después, me lo replantee en cuestión de un segundo, encerré al elfo en un circulo que lo inmovilizaba, pero lo hacia inmune a cualquier ataque, mientras que a los otros los congelaba matándolos en el acto.
Es extraño, por que de haber actuado y ejecutado el primer hechizo que tenia en mente, habría matado al elfo y esta historia jamás habría empezado, por lo que ahora y poquito tiempo después de esa emboscada, di gracias a quien me hiciera cambiar de hechizo en ese momento, sea quien sea, el dios ese de la capilla o los Dioses elficos, me da igual, pero gracias.
Al terminar el combate, el único superviviente de la emboscada, era el elfo que había encerrado en el círculo, y aunque había sido dañado, pues no carece de daño físico, ya que al cerrarse tiende a dañar físicamente al que haya sido encerrado. Por lo que estaba inconsciente en el suelo, como bien hizo notar Alistair, siempre recalcando lo que es evidente al más ciego de los humanos, doy gracias por no ser humana.
-- Neshama, este esta vivo.
Poniendo cara de sorpresa, por que ya sabia que estaba vivo, el hechizo solo tenia la capacidad de herir, pero no de matar, aunque normalmente si de dejar inconsciente a quien lo sufriera, le dije.
-- Bien déjame que le interrogue, necesitamos respuestas, estos no eran simples ladronzuelos.
Así que me acerque al elfo y me arrodille a su lado, al mirarle a la cara, me sorprendió lo guapo que era, aunque al observarlo un poco mas detenidamente, pude ver que tenia muchas cicatrices en su mayoría mal curadas, por lo que eran fácilmente visibles. Me dieron ganas de pasarle las manos por el rostro para borrárselas, pero no lo hice, por que hubiera levantado demasiadas preguntas, por parte de Alistair y de Morrigan que eran los únicos, que hubieran notado la energía mágica empleada, además quien era yo para hacer algo, que posiblemente no quería este elfo. Así que me limite a mojarle un poco el rostro, con la intención de traerlo de vuelta de la inconsciencia.
Cuando despertó y me miro, ya que me tenía a la altura de sus ojos, sus ojos… me fascinaron nada mas verlos, eran de color miel oscura pero lo que mas me fascino, fue la profundidad de su mirada, el dolor, el sufrimiento, el alma atrapada que ví en ellos, atraparon a toda mi empatía, una de las razones por las que me había hecho maga sanadora, era que siempre había tenido la facultad de sentir lo que otros seres sentían, era empática.
Esa bendición o maldición como queráis llamarlo, hizo que en el momento en que vi sus ojos, sintiera la necesidad de protegerlo. Además su forma de despertar, tan despistado y tan resuelto a morir, daba por hecho como terminaría nuestro encuentro, así que comencé con las preguntas, aunque ahora no recuerdo su orden, ni tan siquiera cuales fueron, recuerdo que le pregunte quien lo había contratado, y mas que esa pregunta, recuerdo su contestación cuando le pregunte, ¿Cuánto le habían pagado, por emboscarnos? Y me dijo que a él nada, que se lo habían pagado a los cuervos, que de hecho él era mas pobre que una rata.
Cuando me dijo su nombre, se llamaba Zevran, Zev para los amigos, me gusto su voz, la verdad es que no soy tímida, nunca lo he sido, pero el conjunto entero era tentador, yo no tenia mucha experiencia, pero sinceramente era el hombre mas tentador que había conocido en toda mi vida.
En el fondo no importan esas preguntas o esas respuestas, lo mas importante es que al final de la conversación, se unió a nuestro pequeño grupo, yo lo acepte como uno mas de mis compañeros, aunque sinceramente me había caído mucho mejor que algunos de ellos.
Después de que Alistair y alguno mas dejaran claro que no estaban de acuerdo con mi decisión de aceptar al “elfo asesino” como lo denominaron y que yo les dejara claro, que mientras yo mandara, no iba a tolerar que nadie juzgara mis acciones, volvimos a emprender la marcha hacia Risco Rojo.
Cuando llego el anochecer, decidimos buscar un lugar donde montar el campamento, además ya andábamos cerca de Risco Rojo, y yo había decidido descansar un día antes de dirigirnos al pequeño pueblo.
Encendimos el fuego y montamos las tiendas, era un trabajo tedioso pero que había que hacer, ya que la mayoría prefería montar tiendas, a mi no me importaba dormir mirando las estrellas, aunque las noches fueran frías, el hecho de haber vivido tantos años encerrada en una torre, hacia que cada segundo de libertad para mi fuera precioso, por esa razón, yo les cedía siempre las tiendas y me quedaba al lado del fuego.
Ciertamente esa noche no me sentía particularmente habladora y además tenía que ir esquivando las insinuaciones de Alistair, que se habían vuelto cada vez mas insistentes, aunque bien sabia como ahuyentarlo, era muy simple, solo tenia que hacer uso de la magia para mi diversión, de esa manera solía mantenerse lejos de mi, era como si cada vez que veía una chispa de fuego en mi mano, recordara que era una maga y él un templario, gratamente para mi lo alejaba de mi persona.
Por eso después de cenar con todos, me aparte lejos del grupo, no tenia muchas ganas de hablar, y además la guardia les tocaba a otros miembros del grupo. Cuando en las sombras vi a Zevran estaba sentado en una piedra, pensativo y solitario, por lo que me acerque y me senté a su lado.
-- Hola Zevran, ¿estas bien o aun te duelen las heridas?
Me mira asombrado y algo suspicaz.
-- Estoy bien.
Le sonrió, esperando que no este tan a la defensiva.
-- Si te molesto, me iré. Solo quería saber si todavía te dolían, no pretendo imponerte mi presencia sino la quieres.
-- Tú eres la jefa, puedes hacer lo que quieras.
-- No, no soy la jefa, en el sentido en que tu lo dices, y no tienes por que aguantarme sino quieres.
-- Como te prometí, soy tu hombre hasta que todo esto termine o hasta que te canses de mí.
-- Se lo que prometiste, no te hablo de palabras, puedes hacer lo que quieras Zevran, eres libre. He vivido demasiado tiempo en una prisión, para encerrar a cualquier ser vivo, así que me iré, si necesitas algo, bueno ya sabes como encontrarme.
Me levanto y me sujeta de la mano, al hacer contacto su piel con mi piel, mi maldita empatía, me proyecto una amalgama de sentimientos, lo que me volvió a atraer hacia él, pero no quería imponerle mi presencia. Sin soltarme la mano, me dice.
-- No te vayas, lo siento, solo estaba un poco abstraído.
-- No importa Zevran, todos tenemos derecho a tener nuestros momentos de soledad, si necesitas sanción o cuando te apetezca hablar, estoy aquí. Mira dentro del cofre, ahí hay armas y algunas cosas que te pueden servir o que te pueden gustar.
-- ¿Por qué te comportas tan amablemente conmigo?
Le sonrió y le miro a los ojos.
-- Quizás por que estoy loca, ya sabes, la magia y esas cosas hacen que uno pierda la cabeza. Además ¿Por qué no iba a ser amable contigo?
-- He intentado asesinarte.
-- Si cierto, pero no has intentado devolverme a una prisión de oro, mientras que Alistair si lo haría si pudiera, y no por ello soy antipática con él, eso no quiere decir que si lo intentara, no lo mataría, aunque crea que como templario esta a salvo de mi. Además eres más guapo, que la mayoría de los que han intentado asesinarme.
-- ¿Mas guapo? Creo que estas intentado coquetear conmigo y es refrescante, ya que normalmente suele ser al contrario.
Le sonrió y le digo.
-- Suelo ser así, imprevisible, bueno te dejo de molestar.
Antes de irme, le sano las pocas heridas que aun le quedaban, me mira extrañado.
-- Así estarás mas cómodo, lo siento, pero suelo sentir lo que afecta a los demás si estoy cerca. Espero que no te haya molestado.
Me mira sorprendido y le sonrió, sin darle tiempo a hablar, me alejo. Aunque la verdad es que me agrada tenerlo cerca, claro que eso no se lo voy a decir, ya esta bastante confundido conmigo. Me recuesto contra una rama gruesa que hay cerca del fuego y al poco tiempo me he dormido.

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Siempre creí que estaba preparado para cualquier cosa a la que me enfrentara el destino, nada mas lejos de la verdad o de la realidad. He vivido tantas cosas a lo largo de mi vida, en su mayoría terribles, también viví cosas relativamente buenas.
Cuando preparaba la trampa en la que supuestamente morirían los guardias grises, digo supuestamente por que tenia muy claro como iba a terminar la batalla, durante muchos años fui entrenado como asesino, especializado en venenos y muchas otras artes que me ayudaron a llevar a termino mi trabajo, también me habían enseñado a resistir todo tipo de torturas.
Por norma vivía el día a día, sin buscar ningún futuro, aprovechaba cada segundo que la vida quería regalarme como si fuera el último de mi existencia. Cuando llego el día en que decidí terminar con mi vida de forma que pudiera escapar de mis “amos”, no sentí miedo, ni ansiedad, de hecho aun después de tantos años recuerdo muy bien como me sentí en el momento en que vi a los dos guardias grises y sus acompañantes adentrarse de cabeza en la trampa, pero sobretodo me fije en la maga, era pequeñita incluso para ser una elfa, delgada y con un pelo rojo llamativo, que pude ver desde la distancia.
Cuando se acercaron mas a mi, me di cuenta que la elfa maga, iba totalmente cubierta por escudos mágicos, se notaba en el aire que estaba a su alrededor, pero había algo mas que me hipnotizo, en ese momento no supe realmente que fue, ella estaba lejos para poder verla bien la cara o los ojos, así que me imagine que en cierta forma era algo que la cubría. Tenía el arco en la mano, pero es curioso por que nunca fui especialmente bueno con el arco, pero como he dicho antes estaba decidido a morir, pero cuando mire a la elfa maga, no fui capaz de disparar mi arco, solo quedarme embobado mirándola.
Entonces sentí calor, calor que me subía desde los pies hasta la cabeza, vi la luz del hechizo que me había lanzado, pero se sentía bien, era como si un amante con unos brazos muy largos me abrazara, no sentí dolor, ni opresión, pero no me podía mover, aunque si vi como mataba a los dos mercenarios que estaban a mi lado, por lo que pensé que había elegido una muerte muy dulce para mi, ya que estaba totalmente libre de dolor o sufrimiento, solo al final, sentí un golpe fuerte en todo el cuerpo que me derribo al suelo y el mundo se me oscureció, tuve un segundo para pensar que al final había llegado la liberación.
Me desperté sintiendo una calidad caricia en la mejilla, abrí los ojos al mundo de nuevo, así que no había llegado aun el momento de que me pudiera liberar, todavía parecía que debía continuar con esta maldita existencia. Levante los ojos hacia mi capturadora y quede asombrado al ver sus ojos verdes, eran cristalinos, eran del color de los bosques en primavera, verdes vivos, su piel de tono muy claro moteado con unas cuantas pecas aquí y allí, que la daban un aire pícaro inocente, todo ello enmarcado con una mata de pelo rebelde rojo fuego.
Pensé que si había algún ser celestial de los que hablaba la capilla tan a menudo, debía de estar ante mí, por que su imagen era etérea, delicada y totalmente atrayente, pero por encima de todo era su personalidad lo que emanaba de ella, sentí el impulso de acariciarla la mejilla, de aproximarme mas a ella, de abrazarla y protegerla, ese último sentimiento fue el que consiguió que volviera al mundo real, al polvo del camino sobre el que estaba caído y al hecho de que terminaba de haber intentado asesinarlos.
Esa vuelta a la realidad consiguió que me enfadara conmigo mismo, podía tener cara de ángel, pero me iba a matar y con toda la razón, por que hacia un momento yo lo había intentando con ella y con sus compañeros. Por lo que me prepare para el golpe inevitable que sabía que tenia que llegarme, quizás fuera como el hechizo, que solo me daño en el último momento.
Sentí su voz, era suave y tranquila, como si fuera una caricia, volví a mirar a su cara y su sonrisa era el sol del amanecer, no entendía que era lo que me estaba ocurriendo, pero parecía que cada vez que la miraba me hechizara, así que intente apartar la vista de ella y pensar mientras la respondía a las preguntas de forma automática, no tenia por que guardar silencio, solo era un asesino contratado, pero había algo en su persona que evitaba que saltara mi sentido de supervivencia, todo en ella era pacifico, no emanaba peligro, era como un arrollo cristalino, que simplemente se desliza, no fuerza su camino, pero a su manera va abriendo camino en lugares, que elementos mucho mas poderosos se encuentran atrapados.
Se que fui muy brusco al contestarla, incluso busque de forma clara que terminara con mi existencia, pero cuanto mas miraba a sus ojos, mas me daba cuenta que estaba al final del túnel y que ella era la luz.
Nada en mi vida, ninguna de mis múltiples experiencias, me había preparado para este encuentro, ni para los sentimientos que me asaltaron mientras me perdía en el verde de sus ojos. Sabia matar de mil maneras distintas, sabia conquistar a hombres y mujeres por igual, ¿pero como se conquista a un ángel?, eso no lo sabia, tampoco me sentía digno de tal tarea, ni tan siquiera capaz.
Cuando me di cuenta que las preguntas disminuían, la pregunte, si me aceptaba como un compañero en el grupo, no esperaba que lo hiciera, la verdad es que pensé que aquí terminaría mi historia, pero era poco mas lo que podía decirla que le sirviera para algo.
Su sonrisa se amplio y en sus ojos vi un reflejo de luz, cuando me dijo, que podía ir con ella, que me aceptaba en el grupo, algunos de sus compañeros se opusieron, el otro guardia gris se opuso totalmente, pero Neshama como se llamaba la elfa, cambió, toda su suavidad, su amabilidad quedo petrificada, se volvió fría y distante, al mirar a su compañero y recordarle que mientras ella mandara en el grupo, no permitiría que se juzgaran sus decisiones, que si deseaba el liderazgo que lo dijera. Nadie mas dijo nada, incluso Alistair su compañero guardia gris, refunfuño pero se alejo de ella.
Cuando quedo claro que iría con ellos, se giro y volvió a arrodillarse a mi lado, me desato y se saco un guante, y me rozo con la punta de su mano mi mano, sentí una caricia de calor por todo el cuerpo, me hizo estremecer y a la vez alivio la mayor parte de mis heridas, me había sanado de una manera en la que jamás había sido sanado.
Me ayudo a incorporarme, ofreciéndome su pequeña mano, pero dentro de toda su delicadeza me di cuenta que había mucha fuerza, no se si debido a la magia o a que, pero era muy fuerte para su pequeño físico. Comenzó a caminar en dirección a Risco Rojo, la seguí sin palabras, necesitaba pensar en todo lo que había sucedido en el camino, aun no me podía creer que continuara con vida. Pero no podía apartarle la vista de encima me gustaba verla, observarla cuando nadie me miraba o ella iba distraída, aunque lo intentara apartar la vista, no podía evitarlo.
Cuando estaba apunto de anochecer, buscamos un lugar donde acampar para pasar la noche, después de todo el trabajo de montar las tiendas de campaña y cenar, me senté a seguir meditando, ya que parecía que cada uno se dedicaba a lo que realmente quería en ese momento, yo necesitaba por encima de todo aclararme, sobretodo aclarar lo que me había ido sucediendo.
Estaba perdido en mis pensamientos, cuando sentí la voz de Neshama, la verdad es que en ese momento no deseaba tenerla cerca, me producía miedo los sentimientos, que era capaz de sembrar en mi, no sabia como sobrevivir con esos sentimientos, ni tan siquiera sabia que hacer, si sabia que para mi, los sentimientos eran peligrosos y malos, esas habían sido mis lecciones en la vida, un asesino no puede permitirse sentir nada por nadie, y esa era una realidad que había aprendido a base de sangre y dolor, no quería volver a tener que padecer tal sufrimiento.
Por eso la conteste secamente, intentando alejarla de mi, pero cuando se iba apartar, mi mano se movió sola y la cogió de la mano, intentando evitar que se alejara, estaba hecho un verdadero lió, hablamos un rato corto que aproveche para acariciarla la mano, desee besarla pero en cambio la solté y deje que se fuera, no antes de que terminara de sanarme totalmente, y me dejara mucho mas confundido de lo que ya estaba.

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Neshama una bruja diferente 2

Capítulo 2

Durante el viaje, desde la torre a Ostagar, Duncan me explico como estaba la situación, se había declarado una Ruina. Uno de los grandes peligros que existe de vivir en este mundo, aparte de que seas un elfo o un mago o como en mi caso, reúnas las dos formas mas despreciadas en esta maldita nación.
Desde hace muchísimos siglos, tantos que no se sabe bien cuando fue la primera Ruina, cada dos o tres siglos aparece un dios antiguo o archidemonio, la verdad es que yo creo que es un dios antiguo, que esta infectado, con una infección que nadie sabe bien de donde salio, la capilla da una explicación que les sirve para tener cada día mas adeptos, pero la verdad es que no saben que es, ni de donde salio. La cuestión es que el viejo dios o dragón, están totalmente trastornados, como lo seres que los buscan para sacarlo a la superficie, que llaman engendros tenebrosos. Cuando ocurre algo así, las tierras se ven asoladas por hordas de seres destructivos, que destrozan, asesinan y matan a todo ser vivo, aparte de contagiarlos de su infección.
Para luchar contra ellos se creó los Guardias Grises. Hombres y mujeres que voluntariamente o no tan voluntariamente, aceptan infectarse con la sangre de estos seres, para poder detectarlos y poder terminar con la Ruina. A ese grupo de chiflados me había unido, la verdad es que me pareció mejor futuro, que pasarme la vida encerrada en la maldita torre, controlada por los idiotas de los templarios. No me había costado nada dejar la torre, el único amigo que aun vivía, era Jowan y espero que consiguiera escapar, por lo que estaba encantada de formar parte de los Guardias Grises.
A nuestra llegada, nos recibió el Rey de Feraldan, con su escolta… solo buscaba pasar a formar parte de los “héroes” de la nación. No voy a contaros toda las andanzas en ese lugar, no tendría mucho sentido, solo diré: que cuando llegamos Duncan me pidió que encontrara a un guardia gris llamado Alistair y que el me ayudaría, junto con otros dos reclutas a realizar la iniciación.
Conocer a Alistair, hizo que frunciera la nariz, cuando lo ví por primera vez estaba discutiendo con un mago, pero antes de acercarme lo suficiente, me di cuenta que había sido un templario, con ello se gano mi desconfianza instantánea, pero Duncan me había asegurado que en los Guardias grises no había distinción, que todos éramos iguales, por lo que pensé en ser amable aunque distante. Hasta que llegue lo suficientemente cerca para escuchar la conversación, su pomposidad y su impertinencia con el mago, hizo que me replanteara eso de ser amable.
La verdad es que fui fría, cuando hable con él, diría que muy distante, quería dejar claro que se mantuviera en su sitio o terminaría hecho un cono de hielo. La preparación de la iniciación, la iniciación y el ataque de los engendros tenebrosos a Ostagar, que se cobro la vida de todos los soldados, guardias grises y de Duncan y el Rey. Me replantee ser un poco mas amable, comprendía bien su perdida, había visto morir, desaparecer o convertirse en autómatas a mas amigos de lo que quisiera haber visto, nunca.
Pero pronto descubrí que ser amable con Alistair era peligroso, por que andaba buscando descaradamente una relación, me imagino que debido a su educación en la capilla y con los templarios, no habría tenido muchas oportunidades de tener una relación normal con una mujer. No es que por mi parte fuera una experta, pero había aprendido a alejarme de los problemas, y desde luego con un templario, era intentar mezclar el agua con el aceite.
Por esa razón no quería tener nada que ver con un templario, no tenia nada en contra de Alistair, aunque me parecía un tanto quejica, se quejaba por todo, por que lo habían mandado a la capilla, por que en los templarios lo habían maltratado, no diré que no fuera posible que lo maltrataran a nivel mental, seguro que lo hicieron, lo sabia, conocía a muchos templarios, sabia que su mayor debilidad radicaba en que les enseñaban a despreciar, aquello que todos los seres vivos necesitan para vivir, pero a diferencia de los magos. Ellos si pueden marcharse, solo que necesitarían la fuerza de voluntad para hacerlo, por que ser templario, aunque no lo parezca es mas fácil, que salir a pelear y a enfrentarte al mundo, ya que vivir a la sombra de la capilla y hacer lo que te ordenan, es mucho mas fácil. Siempre es más difícil cargar con la responsabilidad de tus acciones, que atenerte a acatar órdenes y eso es justo lo que le pasa a Alistair.
Mientras se daba el tira y afloja entre Alistair y yo, fuimos recorriendo caminos y a nuestro reducido grupo se unió Morrigan, la hija de Flammeth la mujer que nos salvo la vida a Alistair y a mi. Leliana la odie nada mas verla, además sus frases están cargadas siempre de un racismo que me produce urticaria. Sten un qunari muy bruto pero buena gente y un perro mabari que puse por nombre Tov.
En la aldea donde se nos unió Leliana y Sten, nos aguardaban un grupo que por orden del Regente de la nación Loghain, debían detenernos o asesinarnos, nos los encontramos en la taberna, intentaron matarnos, pero al ver que no podían se rindieron, me cuesta matar a gente que ha dejado de luchar, así que los deje ir, con un mensaje para Loghain, debía esforzarse mas si esperaba vernos muertos.
Se que suena a chulería, pero en ese momento, en que el mundo se había vuelto del revés y que de todo un ejercito, solo habíamos quedado dos guardias grises y algunos guerreros pero muy pocos, costaba no pensar que el regente había perdido la cabeza y con él toda la nación. Aunque en ese momento no lo sabia, y tardaría bastante en darme cuenta, de que esa frase me proporcionaría al mejor compañero y amigo de todos los que conocería en mi vida.


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Soy Zevran, mi compañera del alma Neshi, ya os ha explicado que ella es la que realmente relatara la historia, que yo solo me limitare a puntuar algunos datos.
Aquí solo añadir que Loghain cuando se entero que habían sobrevivido algunos guardias grises a la batalla de Ostagar, contrato a la organización a la que pertenecía, quería verlos muerto a toda costa. Por razones que no vienen al caso y que mas tarde se explicaran, yo buscaba una salida rápida de esta vida, había llegado a la conclusión de que de la única manera que seria capaz de escapar de los “Cuervos” seria muriendo.
Pese a lo que se pueda pensar de esa decisión, nunca fui un suicida, la verdad es que peco mas de optimista que de pesimista, pero cuando se ha vivido desde que se tiene memoria como un esclavo, hay pocas cosas sobre las que puedes decidir, pero si podía decidir presentarme voluntario para una misión que tenia mas posibilidades de fracasar, que cualquier otra.
¿Por qué? Simple, los guardias grises están considerados entre los mejores guerreros, si a eso se le añade el toque de que una de las guardias grises que había sobrevivido era una maga, que hasta el propio Loghain elogio por su fuerza, el futuro se ve muy negro.
Cuando se presento el contrato a los distintos maestros de los “Cuervos”, todos estuvieron de acuerdo que era una misión suicida, que tenia mas posibilidades de fracasar que de salir airoso de dicha misión, pero para sorpresa de todos, me presente voluntario, nadie entendió realmente por que lo hice, ni tan siquiera mi compañero de años Taliesen, de hecho insistió en acompañarme, pero me negué, lo que iba hacer quería hacerlo solo.
Mientras los espías de Loghain daban con los dos guardias grises que habían sobrevivido, contrate a un grupo de mercenarios para tenderles una trampa, la verdad es que no me esmere ni en montar la trampa, ni en los mercenarios que había contratado.
Cuando me llego el informe que habían salido de Lotherin hacia Risco Rojo, prepare la trampa en un camino que era el mas apropiado, y espere a que me llegara mi muerte, por que era lo que realmente estaba buscando.

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Neshama una bruja diferente 1

Capítulo 1

Aquí junto a mi amante, compañero del alma y mi mejor amigo, desde hace mucho tiempo, hemos deseado poner por escrito, como nos conocimos, así que este relato nos pertenecerá a los dos, pero por petición suya, seré yo la que escriba la mayor parte del relato, él solo ira añadiendo algunas cosas a mi relato, con la intención de esclarecer o intrigar al lector.
No vamos a decir donde estamos, ni cuantos años han pasado, desde el día en que nos conocimos, eso queda en el secreto de los narradores.
No se donde nací, ni quienes fueron mis padres, solo se que eran elfos, por que yo soy una elfa de Feraldan. Mi nombre es Neshama, no se en que estaba pensando mi madre, cuando me puso ese nombre, pues no es un nombre elfico, pero por los libros viejos que he leído, conseguí saber que pertenece a un idioma largamente olvidado, en ese idioma significa Alma o si lo acortas a Nesh significa milagro, bueno mi vida ha estado plagada de cosas raras, así que el nombre es apropiado, aunque yo prefiero la forma mas corta Nesh o Neshi, me gusta mas. Soy pelirroja, con un rojo llamativo y bajita incluso entre los elfos, mi carácter… bueno como diría mi antiguo y desparecido amigo Jowan, es explosivo.
Debí de nacer en alguna elferia, pero de que ciudad, ni idea, a la temprana edad de 4 o 5 años comencé a mostrar poderes mágicos, algo que es mas una maldición que una bendición en estas tierras, nuestros afamados “bien” intencionados templarios y sus “adorables” sacerdotisas de la Capilla, se hicieron cargo del “monstruo” en que de pronto me había convertido, me separaron de mis padres y de mi familia para siempre. Para recluirme en una torre en medio de un lago, la regentaban los templarios y a los magos los “engatusaban” haciéndoles creer que eran los que controlaban sus vidas, para “gobernarnos” teníamos al Circulo de Hechiceros, lo digo entre comillas, por que en el fondo, se hacia lo que los templarios y la capilla deseaba, nosotros solo éramos reclusos peligrosos a los que había que controlar.

*****
Aquí se impone una explicación. La Capilla es la cumbre de la religión dominante en Feraldan, desde hace unos 400 años.
En esa época vivió su fundadora Andrastas, que lucho contra el imperio Tervinteriano, para liberar a Feraldan de la esclavitud y la tiranía que este imperio había impuesto en la nación.
No sé si realmente Andrastas fue consciente del monstruo que liberaba, quizás si o quizás no, pero una cosa que he aprendido a lo largo de mi vida, es que en cuestiones religiosas, cualquier cosa que tenga que ver con el fanatismo de una enviada divina, suele ser siempre peligroso, y los resultados mortales, para aquellos que tienen que padecer las consecuencias.
Para desgracia de los que hemos nacido con magia. El imperio Tervinter esta gobernado por magos, por esa razón para la capilla y su “dios”, nos convertimos en la representación del mal absoluto, por esa razón crearon un cuerpo de guerreros especializados en cazar magos, supuestamente van solo en contra de los magos de sangre, que es la especialidad de los magos de Tervinter. A estos guerreros “sagrados” les llaman Templarios, su labor es darnos caza, pero no solo a los magos que hayan demostrado que usan la magia de sangre, sino a todos los magos. Aunque nadie les ha dicho que el método que usan para cazarnos, pertenece a la magia de sangre, me imagino que siempre es difícil decirle al gobernante que esta usando aquello, que se supone esta combatiendo.
Por esa razón cualquier niño que da muestras de poseer poderes o potencial mágico, es separado de sus padres y enviado a la Torre de los Hechiceros, donde es encerrado para toda la vida. Su existencia a partir de ese momento pasa a pertenecerle a la Capilla y sus “Guerreros Sagrados”. Solo se libran los elfos Dalishanos, que estos al ser nómadas, no son localizados por los templarios. Además son comunidades cerradas y si a los templarios se les ocurriera aparecer en un clan a por los miembros mágicos del mismo, se encontrarían luchando contra todo el clan, y posiblemente contra todos los clanes que estuvieran cerca. La verdad es que los admiro y los quiero mucho, son los únicos elfos que me han demostrado que merecen mi total y absoluto respeto.
Después de esta breve explicación continuare con la historia.
*****


En esa seudo cárcel, viví 20 años, hasta el día en que tuve que pasar la prueba de la angustia. La prueba no era realmente difícil, si te habías sometido, como yo a un entrenamiento continuo, pero esa prueba realmente nunca termina, pero eso no lo dicen.
En los 20 años anteriores, vi como muchos de mis compañeros caían, se perdían o se convertían en autómatas, por orden de nuestros “benefactores”, nunca fui de tener gran cantidad de amigos, pero los pocos que he tenido a lo largo de mi vida, procuro cuidarlos y así fue como comenzó todo, por ayudar a un amigo.
Por ayudar a un amigo y su “novia”, comenzó toda la historia que seria la etapa siguiente de mi vida, aunque pudo terminar abruptamente, tuve suerte o quizás hubo un milagro, pero si te paras a pensar, que yo no creo en ese dios inventado de la capilla, ni en sus supuestas leyes, es un poco difícil que fuera un milagro.
La mañana después de vivir la experiencia tremenda de la angustia, me despertó Jowan un buen amigo mió, estaba preocupado por que él llevaba viviendo en la torre, bastantes mas años que yo y aun no había sido llamado a pasar la prueba, algo que los dos sabíamos que era sumamente peligroso, pues significaba que los “señores benefactores” tenían otros planes para él, nunca tuvo mucho carácter y le faltaba bastante voluntad, pero eso no era motivo para que lo convirtieran en un autómata, como eran los tranquilos.
Los tranquilos, me ponían los pelos de punta, gente a la que le habían arrebatado, no solo sus poderes mágicos, sino también todo lo que les convertía en seres vivientes, no tenían sentimientos, ni emociones, sinceramente siempre pensé, que para terminar así prefería morir.
Antes de que me llamaran para la angustia, había decidido que si llegaba el momento, en que me quisieran convertir en tranquila, atacaría la puerta de la torre, saldría libre o moriría, pero no estaba dispuesta a renunciar a mi personalidad solo por que unos “santurrones”, dijeran que estaba mal.
Tenia suficiente potencia mágica, como para poder abrirme paso entre los templarios, por muy preparados que se creyeran, la magia había fluido por mi cuerpo desde muy joven, tenia tanta fuerza mágica que me entreno el Primer Encantador, por que al resto de los maestros, los había sobrepasado fácilmente, casi al principio de mi entrenamiento.
Pero volvamos a la historia que nos ocupa, Jowan había descubierto que lo iban a convertir en tranquilo, le dije que tenia que escapar, se había enterado, por que su “novia” era una novicia de la capilla, a mi personalmente nunca me gusto, pero es difícil discutir cuando un hombre o una mujer esta enamorado, por lo que no intente hacer entrar en razón a mi amigo, solo accedí a ayudarlo a destruir su filatelia, un frasquito con sangre que nos sacaban, cuando entrábamos en la torre, para que los templarios pudieran localizarnos, por que supuestamente si escapamos al control de la capilla nos convertíamos en apostatas o magos de sangre, que para ellos es lo mismo, aunque realmente no lo sea. Claro que a nadie se le ocurrió decirle a los templarios, que usar nuestra sangre para localizarnos era en realidad Magia de Sangre, tan estigmatizada por ellos, pero se ve que solo era “pecado” si lo hacíamos los magos, no lo era si lo hacían los templarios.
Conseguimos destruirla, para mi mala suerte, la mía había sido llevada ese día a Denerim, la capital de la nación, así que estaba fuera del alcance, pero me jure en silencio, que un día llegaría a destruirla, si es que vivía para entonces.
Cuando salimos del sótano donde estaba la cámara de las filatelias, nos estaban aguardando el Primer Encantador y el Comandante Templario… vamos teníamos un comité de recepción del mas alto nivel, ahí Jowan la cago, no hay otra forma de decirlo. Yo sabia que había andado estudiando libros de magia de sangre y también sabia que la había practicado en secreto, pese a que le había dicho varias veces que era peligroso que lo hiciera, por que seria descubierto, en un lugar tan pequeño y con una población en continuo estrés, donde la envidia, la codicia, la ambición, eran algo cotidiano, siempre había quien estaba dispuesto a venderte, por un golpecito amistoso en el hombro.
Jowan fue tonto, por que con una sola mirada, habría atacado a los templarios y él sabia que podía dejarlos fuera de combate, sin necesidad de recurrir a la magia de sangre, pero se puso nervioso cuando fueron a detener a su “novia” y recurrió aquello que le daba mas poder, la magia de sangre, para controlar a todos los que estábamos en la sala, no entendió, que yo le hubiera ayudado a escapar, si no me hubiera atontado. Su novia al ver que usaba magia de sangre, lo rechazo y tuvo que huir en solitario.
Cuando todos los templarios y el Primer encantador recobraron sus facultades, el Comandante de los templarios, dicto sentencia sobre la iniciada de la capilla, esta muy “bondadosa” accedió a todo lo que quisiera. Cuando se dirigió a mi, ya tenia preparados unos cuantos hechizos, no iba aceptar su decreto, por que él lo dijera, pensé que había llegado la hora de salir o morir, no seria capturada, de hecho tenia preparado el ultimo hechizo, mataría a todos los que estuviéramos en la sala, incluida a mi misma, pero la muerte es preferible a las cosas que esos “benefactores” hacen.
Para mi suerte, cuando el Comandante estaba hablando, apareció Duncan, el jefe de los Guardias Grises en Feraldan y me recluto para la organización, haciendo el famoso llamamiento, que obligaba a los templarios a dejarme ir con él, y así llegue a Ostagar. 

Neshama una bruja diferente 2