Capítulo 2
Durante el viaje, desde la torre a Ostagar, Duncan me explico como estaba la situación, se había declarado una Ruina. Uno de los grandes peligros que existe de vivir en este mundo, aparte de que seas un elfo o un mago o como en mi caso, reúnas las dos formas mas despreciadas en esta maldita nación.
Desde hace muchísimos siglos, tantos que no se sabe bien cuando fue la primera Ruina, cada dos o tres siglos aparece un dios antiguo o archidemonio, la verdad es que yo creo que es un dios antiguo, que esta infectado, con una infección que nadie sabe bien de donde salio, la capilla da una explicación que les sirve para tener cada día mas adeptos, pero la verdad es que no saben que es, ni de donde salio. La cuestión es que el viejo dios o dragón, están totalmente trastornados, como lo seres que los buscan para sacarlo a la superficie, que llaman engendros tenebrosos. Cuando ocurre algo así, las tierras se ven asoladas por hordas de seres destructivos, que destrozan, asesinan y matan a todo ser vivo, aparte de contagiarlos de su infección.
Para luchar contra ellos se creó los Guardias Grises. Hombres y mujeres que voluntariamente o no tan voluntariamente, aceptan infectarse con la sangre de estos seres, para poder detectarlos y poder terminar con la Ruina. A ese grupo de chiflados me había unido, la verdad es que me pareció mejor futuro, que pasarme la vida encerrada en la maldita torre, controlada por los idiotas de los templarios. No me había costado nada dejar la torre, el único amigo que aun vivía, era Jowan y espero que consiguiera escapar, por lo que estaba encantada de formar parte de los Guardias Grises.
A nuestra llegada, nos recibió el Rey de Feraldan, con su escolta… solo buscaba pasar a formar parte de los “héroes” de la nación. No voy a contaros toda las andanzas en ese lugar, no tendría mucho sentido, solo diré: que cuando llegamos Duncan me pidió que encontrara a un guardia gris llamado Alistair y que el me ayudaría, junto con otros dos reclutas a realizar la iniciación.
Conocer a Alistair, hizo que frunciera la nariz, cuando lo ví por primera vez estaba discutiendo con un mago, pero antes de acercarme lo suficiente, me di cuenta que había sido un templario, con ello se gano mi desconfianza instantánea, pero Duncan me había asegurado que en los Guardias grises no había distinción, que todos éramos iguales, por lo que pensé en ser amable aunque distante. Hasta que llegue lo suficientemente cerca para escuchar la conversación, su pomposidad y su impertinencia con el mago, hizo que me replanteara eso de ser amable.
La verdad es que fui fría, cuando hable con él, diría que muy distante, quería dejar claro que se mantuviera en su sitio o terminaría hecho un cono de hielo. La preparación de la iniciación, la iniciación y el ataque de los engendros tenebrosos a Ostagar, que se cobro la vida de todos los soldados, guardias grises y de Duncan y el Rey. Me replantee ser un poco mas amable, comprendía bien su perdida, había visto morir, desaparecer o convertirse en autómatas a mas amigos de lo que quisiera haber visto, nunca.
Pero pronto descubrí que ser amable con Alistair era peligroso, por que andaba buscando descaradamente una relación, me imagino que debido a su educación en la capilla y con los templarios, no habría tenido muchas oportunidades de tener una relación normal con una mujer. No es que por mi parte fuera una experta, pero había aprendido a alejarme de los problemas, y desde luego con un templario, era intentar mezclar el agua con el aceite.
Por esa razón no quería tener nada que ver con un templario, no tenia nada en contra de Alistair, aunque me parecía un tanto quejica, se quejaba por todo, por que lo habían mandado a la capilla, por que en los templarios lo habían maltratado, no diré que no fuera posible que lo maltrataran a nivel mental, seguro que lo hicieron, lo sabia, conocía a muchos templarios, sabia que su mayor debilidad radicaba en que les enseñaban a despreciar, aquello que todos los seres vivos necesitan para vivir, pero a diferencia de los magos. Ellos si pueden marcharse, solo que necesitarían la fuerza de voluntad para hacerlo, por que ser templario, aunque no lo parezca es mas fácil, que salir a pelear y a enfrentarte al mundo, ya que vivir a la sombra de la capilla y hacer lo que te ordenan, es mucho mas fácil. Siempre es más difícil cargar con la responsabilidad de tus acciones, que atenerte a acatar órdenes y eso es justo lo que le pasa a Alistair.
Mientras se daba el tira y afloja entre Alistair y yo, fuimos recorriendo caminos y a nuestro reducido grupo se unió Morrigan, la hija de Flammeth la mujer que nos salvo la vida a Alistair y a mi. Leliana la odie nada mas verla, además sus frases están cargadas siempre de un racismo que me produce urticaria. Sten un qunari muy bruto pero buena gente y un perro mabari que puse por nombre Tov.
En la aldea donde se nos unió Leliana y Sten, nos aguardaban un grupo que por orden del Regente de la nación Loghain, debían detenernos o asesinarnos, nos los encontramos en la taberna, intentaron matarnos, pero al ver que no podían se rindieron, me cuesta matar a gente que ha dejado de luchar, así que los deje ir, con un mensaje para Loghain, debía esforzarse mas si esperaba vernos muertos.
Se que suena a chulería, pero en ese momento, en que el mundo se había vuelto del revés y que de todo un ejercito, solo habíamos quedado dos guardias grises y algunos guerreros pero muy pocos, costaba no pensar que el regente había perdido la cabeza y con él toda la nación. Aunque en ese momento no lo sabia, y tardaría bastante en darme cuenta, de que esa frase me proporcionaría al mejor compañero y amigo de todos los que conocería en mi vida.
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Soy Zevran, mi compañera del alma Neshi, ya os ha explicado que ella es la que realmente relatara la historia, que yo solo me limitare a puntuar algunos datos.
Aquí solo añadir que Loghain cuando se entero que habían sobrevivido algunos guardias grises a la batalla de Ostagar, contrato a la organización a la que pertenecía, quería verlos muerto a toda costa. Por razones que no vienen al caso y que mas tarde se explicaran, yo buscaba una salida rápida de esta vida, había llegado a la conclusión de que de la única manera que seria capaz de escapar de los “Cuervos” seria muriendo.
Pese a lo que se pueda pensar de esa decisión, nunca fui un suicida, la verdad es que peco mas de optimista que de pesimista, pero cuando se ha vivido desde que se tiene memoria como un esclavo, hay pocas cosas sobre las que puedes decidir, pero si podía decidir presentarme voluntario para una misión que tenia mas posibilidades de fracasar, que cualquier otra.
¿Por qué? Simple, los guardias grises están considerados entre los mejores guerreros, si a eso se le añade el toque de que una de las guardias grises que había sobrevivido era una maga, que hasta el propio Loghain elogio por su fuerza, el futuro se ve muy negro.
Cuando se presento el contrato a los distintos maestros de los “Cuervos”, todos estuvieron de acuerdo que era una misión suicida, que tenia mas posibilidades de fracasar que de salir airoso de dicha misión, pero para sorpresa de todos, me presente voluntario, nadie entendió realmente por que lo hice, ni tan siquiera mi compañero de años Taliesen, de hecho insistió en acompañarme, pero me negué, lo que iba hacer quería hacerlo solo.
Mientras los espías de Loghain daban con los dos guardias grises que habían sobrevivido, contrate a un grupo de mercenarios para tenderles una trampa, la verdad es que no me esmere ni en montar la trampa, ni en los mercenarios que había contratado.
Cuando me llego el informe que habían salido de Lotherin hacia Risco Rojo, prepare la trampa en un camino que era el mas apropiado, y espere a que me llegara mi muerte, por que era lo que realmente estaba buscando.
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