miércoles, 17 de marzo de 2010

Zevran y Tzvi - Capítulo 26


Capítulo 26


La lucha se recrudeció dentro de la ciudad, tuvimos que ir limpiando engendros todo el camino, incluso conseguimos localizar a los dos generales y matarlos, no fue fácil, al llegar al fuerte Drakon todos íbamos heridos, aunque parecía que Morrigan había aprendido algún truco curativo, por que cada dos por tres sentía la magia sanadora a mi alrededor o quizás fuera Tzvi, ahora que lo pienso hay muchas mas posibilidades que fuera Tzvi, pero en ese momento y en mitad del combate no podía pensar.
Cuando llegamos a la parte más alta y antes de salir al techo del fuerte, Tzvi me detuvo y me dijo que la siguiera, un segundo.
-- Zev quiero que sepas que he intentado, hacer todo lo que estaba en mi mano, para que hoy no termine en tragedia, no se si lo habré conseguido, solo quería decirte que te amo, no importa cual sea el resultado hoy, no me arrepiento de nada, por que te he conocido.
-- También te amo Tzvi, si tu también eres lo mejor que me ha pasado en la vida, sin ti moriría, deja que sea yo quien mate a ese Archidemonio, no te acerques a él.
-- No Zev, tu no puedes matarlo, tiene que ser un guardia gris. Morrigan me ha prometido que después… de la otra noche, bueno veremos.
Me besa y la beso con toda la ternura que soy capaz, esperando que no sea una despedida, tengo el corazón encogido de miedo, un miedo atroz a perderla.
Cuando volvemos donde esta Morrigan con Alistair este esta enfurruñado y dice.
-- ¿Habéis terminado de manosearos?
Tzvi ni se inmuta, solo dice.
-- Vamos.
Cuando abrimos las puertas que daban a la azotea, fue como abrirlas a una pesadilla, el dragón que parecía el Archidemonio, estaba dando cuenta de cuantos seres vivos había en la terraza.
Tzvi sin pensárselo se fue derecha a por él yo la seguí, intentando alcanzar al dichoso Archidemonio antes que Tzvi, Alistair fue mas despacio, de hecho se fue contra varios engendros tenebrosos antes de irse a por el dragón. Tzvi consiguió subirse a la grupa del dragón mientras que yo intentaba esquivar los golpes en el suelo, intentando entretenerle para que dejara de notar a Tzvi, veía lo que quería hacer, sus espadas eran demasiado cortas para penetrar la piel de roca de la criatura, quería llegar hasta los ojos, oí que Tzvi gritaba a Alistair para que atacara al dragón, él era al fin y al cabo el que tenia la armadura mas dura y potente, por lo que podía aguantar el primer embate de la criatura, mientras que nosotros no podíamos, si conseguía golpearnos a Tzvi o a mi caeríamos heridos de gravedad. Al final decidí hacer algo para llamar la atención del dragón, unte las espadas cortas con veneno, el mas potente que tenia y que conocía, era un veneno que hubiera paralizado a cualquier dragón pero a este solo lo atonto un poco, aunque fue suficiente tiempo como para que Tzvi alcanzara la cabeza y le clavara las espadas en ambos ojos.
En ese momento todo ocurrió demasiado deprisa, vi que el dragón alzaba el vuelo con Tzvi encima, para ir a caer lejos de donde estábamos Alistair Morrigan y yo, corrí, corrí como nunca había corrido, tenia que llegar a donde estaba Tzvi, vi que esta caía de la cabeza y recogía una espada enorme con las dos manos, como le cortaba la garganta en vertical al dragón y después al bajar este la cabeza se la clavaba entre los dos ojos. Matándolo evidentemente, de la herida provocada por la espada, salio un chorro de luz, que debía estar quemando a Tzvi, pues la vi cara de intenso dolor, corrí más rápido, hasta que Alistair me detuvo. Cogiéndome por el brazo.
Me miro sonriente y le mire sin entender que le hacia feliz.
-- Ya no puedes hacer nada por ella, elfo.
Le pego un puñetazo derribándolo al suelo y sigo corriendo, cuando todo a mí alrededor explota, veo como el cuerpo de Tzvi es lanzado fuera del Archidemonio y cae al suelo, sin moverse.
Corro hacia ella y me arrodillo junto a su cuerpo, siento como la visión se me enturbia estoy llorando, por primera vez en mi vida estoy llorando, la cojo en brazos, miro su rostro tan bonito, ahora esta ennegrecido y lleno de llagas por las quemaduras, tiene un corte del que brota sangre en la frente, siento como si mi alma escapara de mi cuerpo y mi corazón dejara de trabajar, mi cerebro repite una y otra vez, no puede estar muerta, no puede estarlo, Dioses no seáis tan crueles. Entonces siento a Morrigan que me pone la mano en el hombro.
-- Zev tranquilo, esta viva, recuerda que te necesita. Vosotros dos me habéis demostrado que existe un poder que desconozco. Cuídala Zev, cuidaros los dos. Que tengáis una larga y feliz vida.
-- Gracias Morrigan.
Siento la presencia de Alistair y su voz.
-- Apártate de ella elfo, yo la bajare con la pompa que se merece como guardia gris.
-- Alistair ves a ocupar tu trono y olvídanos.
Me pega un empujón para apartarme de Tzvi, pero en el último instante consigo mantener el equilibrio. Me giro con Tzvi en los brazos.
-- Ahora es mía… dámela.
-- Ni lo sueñes Alistair, ni lo sueñes. Ella jamás fue tuya por que no quiso serlo, ahora déjanos en paz, tengo que llevarla…
-- Elfo esta muerta, ya no te puede proteger, ni la puedes disfrutar.
Le miro con ganas de asesinarlo, pero entonces comprendo que esta feliz ante la idea de que Tzvi este muerta.
-- ¿Tu alguna vez la amaste? Lo dudo mucho. Tienes suerte de que Tzvi no haya muerto, sino tu serias el segundo en morir aquí y ahora.
Los soldados de Eammon van hacia Alistair corriendo y se ponen a su espalda, evidentemente es la escolta del nuevo Rey de Feraldan.
Con toda la sangre fría con la que puedo ser capaz de actuar, le doy la espalda a Alistair y me dirijo a las puertas que dan acceso a la entrada del fuerte Drakon, de ellas veo salir a un enano y un qunari que se dirigen hacia mi, mientras que Morrigan desaparece en forma de pájaro. Oghrem y Sten van hacia mí a ayudarme, les entrego las armas pero a Tzvi la sigo teniendo en brazos.
-- ¿Elfo, esta viva?
Sten le responde antes que yo.
-- Si esta viva Oghrem, pero creo que esta gravemente herida, muy gravemente.
Asiento con la cabeza, no puedo hablar por que siento la garganta totalmente cerrada por el miedo a perderla. Al final consigo decir en voz baja.
-- Necesitamos un mago sanador, que no sea Wynne.
-- Yo os puedo ayudar.
Miro por encima de mi hombro y veo al primer encantador Irving que esta justo detrás de mí.
En el mismo tono de voz baja de antes le digo.
-- Por favor hazlo, sánala.
-- No soy sanador, pero se muchísimo de hierbas y tengo algunas facultades sanadoras, necesitamos llevarla a una habitación y allí la cuidaremos.
Eammon en ese momento decide aparecer y dice.
-- Por supuesto, tiene su habitación en mi casa, vamos a llevarla allí.
No quiero llevarla a esa casa, pero tampoco tenemos muchas alternativas, si aun existiera, podría llevarla a casa de su padre en la elferia, pero casi toda la elferia ardió, cuando los engendros tenebrosos entraron, antes de que consiguiéramos expulsarlos de la elferia.

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Creo que no salio todo lo bien que debería haber salido, la esencia del viejo dios no se había trasladado a mi cuerpo, pero la salida de energía me había quemado totalmente.
Aparte del inmenso dolor que sentía, solo sentir la presencia de Zev, consiguió tranquilizarme, no recuerdo gran cosa, solo su presencia, su presencia constante, eso lo recuerdo.
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