miércoles, 17 de marzo de 2010

Zevran y Tzvi - Capítulo 7


Capítulo 7



De esa época solo es destacable que cuando llegamos a la torre de los magos, esta había sufrido un percance, por que uno de los magos dirigentes había decidido dar un golpe de estado y hacerse con el poder de la asamblea de magos. Algo salio realmente mal y termino llenándose de abominaciones toda la torre y haciéndose con el poder un demonio llamado el demonio de la pereza.
Así que cuando llegamos a la torre los templarios estaban a punto de destruir a todos los magos que había dentro. Algo que Tzvi no quería permitir, estaba convencida que habrían sobrevivido algunos magos y que se merecían que los rescataran. El Comandante de los templarios le dijo que si entraba corría gran peligro, pues cuanto llegara la orden de anulación de Denerim cargarían contra todos los seres vivos de la torre, que si entraba solo aceptaría la palabra del primer encantador Irving de que la torre estaba fuera de peligro.
Alistair estaba de acuerdo con los templarios de que esperáramos a que llegara la orden de anulación y la destrucción del circulo de hechiceros, algo que provoco la ira de Tzvi.
-- No Alistair, no soy un templario, no tengo tanto miedo a que me seduzca un súcubo, ni tan siquiera sigo a tu capilla, ni a tu dios. Yo voy a entrar e intentare salvar a todos los que pueda, comprendo que tú no quieras venir conmigo. Pero yo entrare, ¿alguno esta tan loco como yo, para intentarlo?
No me hacia gracia enfrentarme a las abominaciones, pero no dejaría que fuera ella sola, aunque eso supusiera mi muerte.
-- Iré contigo Tzvi.
Sten también se ofreció, solo quedaban Morrigan, Leliana y Alistair, que sabiamente guardaron silencio. Si he de ser sincero Leliana sospechaba que no se llevaba muy bien con Tzvi, de hecho la esquivaba siempre que podía, creo que tenía algo que ver con el hecho de que Leliana siempre tenía a la capilla en la boca y Tzvi la odiaba por lo que había podido deducir de sus conversaciones.
-- Bien ya estamos todos los que vamos a entrar, vosotros podéis montar el campamento en las orillas del lago y esperarnos. Zev, Sten, ¿estáis seguros que queréis venir? No se a que nos tendremos que enfrentar ahí dentro.
-- Si Tzvi, totalmente seguro.
Sten también dijo que la seguiría. Así que cruzamos las puertas con un destino desconocido para todos nosotros. Lo primero que nos encontramos fue a un grupo de magos con varios niños, la maga mas mayor después de dejar claro que no estábamos allí para hacer daño a nadie, se ofreció ayudarnos a llegar a donde estuviera Irving. La maga se llamaba Wynne, Tzvi accedió a que viniera con nosotros y nos resultara de ayuda.
Todo el trayecto hasta el piso de los templarios fue un combate peligroso, pero no imposible, pronto descubrimos que las abominaciones una vez muertas explotaban provocando una deflagración de fuego, por lo que era conveniente una vez que caían alejarse de ellas lo máximo posible.
Al llegar al piso de los templarios, descubrimos a un enemigo peor, el demonio de la pereza, nos domino a todos y nos sumió en un sueño mortal.
Apenas recuerdo algo de lo que ocurrió o como Tzvi consiguió liberarse del sueño, solo recuerdo mi propia pesadilla. Mi pesadilla, había salido de mis más oscuros recuerdos, estaba inmerso en ella hasta que apareció Tzvi, como una heroína de leyenda rompiendo el dolor y el sufrimiento que estaba experimentando, rescatándome de mi propio infierno. Hablaríamos de ello bastante tiempo después cuando viajábamos en solitario, pero se que nunca se lo comento a nadie.

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Aquí se impone una explicación mas larga, lo siento. Fue algo que no dije a Zevran, hasta pasado mucho tiempo, no se lo dije por que siempre había sido un secreto entre mi madre y yo, un secreto que nadie mas conocía, ni mi padre.
A la temprana edad de 4 años, comencé a dar muestras de facultades mágicas, mi madre que también había pasado por el mismo proceso, me ayudo a poder controlarlo y me enseño a ocultarlo, para que los templarios que siempre se paseaban como halcones, en busca de elfos con poderes mágicos, que mandar a la torre, no me localizaran, por aquel tiempo también me regalo un colgante que aun llevo puesto, es simplemente una gema con una inscripción elfica muy antigua, no se lo que dice, pero para mi tiene muchísimo valor.
La razón de que me fuera muy fácil despertar en el velo, era que no era la primera vez que estaba en el velo, ni tampoco la primera vez que me enfrentaba a los peligros del velo, había paseado desde niña por sus paramos y sus ensueños, había visto demonios y otros seres que lo pueblan, había hablado con ellos y luchado contra ellos, jamás me deje convencer ante las alabanzas o ante el orgullo de tener poderes mágicos, nunca permití que mi orgullo o mi vanidad me hicieran creer que podía jugar con dichos seres, mi madre me había instruido muy bien, con respecto a los peligros de velo. Desde pequeña me obligo a que mi voluntad fuera siempre más fuerte que mis deseos, que mi orgullo o mi ambición, eso nos salvo en ese viaje terrible que fue el sueño del demonio de la pereza.
Solo añadiré algo mas, cuando entre en la pesadilla de Zevran, se me rompió el alma, ver el dolor que estaba padeciendo y a pesar de tanto dolor y sufrimiento, seguía siendo él, seguía retando a sus torturadores demostrando que tenia mas valor, verle ahí fue lo que en definitiva me termino por enamorar de él.

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