Capítulo 22
Entonces cuando estábamos a punto de salir Tzvi me detiene.
-- Zev… ¿te gustaría que nos quedáramos esta noche en la posada de las afueras de la ciudad? Podríamos dormir y comer bien por una noche, no se nos va a escapar la Ruina.
-- Si podría estar muy bien, me gusta la idea.
-- ¿Aun… aunque volviéramos a tener… una sola habitación?
-- Eso me gusta más aun.
Me doy cuenta que Tzvi esta intentado decir algo que no se atreve.
-- Una noche sin censura... joer demonios, no soy capaz de preguntarlo directamente.
-- No importa Tzvi, yo te he comprendido y me suena a música celestial.
-- ¿Estas seguro de esto? No tengo ninguna experiencia, bueno tuve solo dos encuentros anteriores, pero realmente no se nada sobre el sexo.
La escucho y apenas doy crédito a lo que estoy oyendo.
-- Si Tzvi, estoy totalmente seguro, pero ahora mas vale que me despiertes.
-- No es necesario que te despierte Zev, estas despierto y si te estoy preguntando si quieres acostarte conmigo, pero a mi también me puedes decir que no quieres, no cambiara nada entre nosotros.
La miro embobado.
-- ¿Qué no quiero? – la arrastro a las sombras de un callejón cercano, la abrazo y la beso, poniendo en el beso todos los sentimientos que alguna vez he tenido por ella, cuando el beso termina, no puedo sepárame de Tzvi por que estoy jadeante y ella también, necesitamos unos minutos para recuperarnos. – Tzvi te he deseado, querido desde hace muchos meses y ahora me preguntas ¿Qué si no quiero?, es lo que mas quiero. No lo he intentado mas veces, por que se que a ti te hacia sentir mal. Vamos a esa posada, antes de que demos un espectáculo en la calle.
Tzvi me coge de la mano y se encamina hacia la puerta de la ciudad, la sigo, se que se conoce Denerim mucho mejor que yo. Salimos por la puerta y allí toma un camino secundario que va hacia una casa que esta justo en un acantilado, entramos en la posada, es agradable esta repleta de mercaderes que salen de Denerim o entran en la ciudad, se acerca al dueño de la posada y le pide que nos alquile una habitación, el posadero le pregunta por cuantos días, a lo que Tzvi le responde que no lo sabe exactamente, pero que como mínimo será una noche, mañana podrá concretarlo mas, y que quiere una de las habitaciones grandes que dan al acantilado, se hace la transacción y subimos a la habitación, al entrar me sonríe y me dice.
-- ¿Te gusta el lugar? Es una posada de mercaderes, aquí no suele haber gente de Denerim.
Estoy sorprendido creo que hay algo que no me ha dicho, no se que es, pero me da la sensación de que esta aguardando un momento determinado para decirlo.
-- Cualquier sitio me parecerá bien… pero pareces un gato que ha robado un pescado, ¿Qué es lo que aun no me has contado?
Me mira y le vuelve otra vez esa timidez que la hace parecer mucho más joven de lo que es, pero que a mi me encanta.
-- Bueno a ver como lo digo para que no suene mal.
-- ¿Has cambiado de idea?
-- No, claro que no, no es eso. Me has oído decir que teníamos que hacer un trabajo para los enanos ¿verdad?
Asiento y espero a que continué. Ella deja la mochila junto a una mesa y se quita la capa, después comienza hablar pero mirando al mar y dándome la espalda, aprovecho para imitarla y ponerme detrás de ella, la conozco suficientemente bien para saber que va a decir algo importante y que no quiere que vea lo que siente.
-- Pues no hay tal trabajo… me lo he inventado o sea es mentira. Jamás te he mentido a ti, pero no se puede decir que no haya mentido a Eammon y compañía. Lo he hecho por que quería que tuviéramos un tiempo para nosotros, Por qué… por que no se que pasara durante la asamblea, y además estuve hablando con Riordan, el grueso de la horda de engendros tenebrosos, esta apunto de salir a la superficie, cuando lo haga el Archidemonio ira a la cabeza… y… y no… se… que pasara con nosotros, solo somos tres guardias grises y uno de ellos será el futuro Rey de Feraldan, no se si me entiendes, no le tengo miedo a la muerte, pero me duele haberte hecho esperar tanto tiempo, me duele no haber sido mejor contigo, lo siento.
La abrazo más fuerte atrayéndola hacia mí, la hablo en susurros por que no confió en que si lo hago en mi tono normal, no me desborden todos mis sentimientos hacia ella.
-- No podías haber sido mejor y el tiempo que he esperado ha merecido la pena, ahora déjame a mí…
La suelto el pelo de la trenza, es negro y lacio, la verdad es que me encanta, aunque pocas veces se lo he visto suelto, después comienzo a quitarla el peto de cuero, mientras la beso suavemente en el cuello, ella intenta corresponder quitándome el peto, pero la detengo.
-- Quieta… Tzvi déjame a mí, llevo mucho tiempo imaginándome como seria.
Me sonríe y en sus ojos veo sentimiento que prefiero no conjeturar.
-- Si de acuerdo, pero quiero verte.
Le pongo una almohada debajo de la cabeza y la beso intensamente, mientras me voy quitando la ropa a manotadas, cuando he conseguido desnudarme, vuelvo a desnudarla a ella, pero muchísimo más lentamente, saboreando cada centímetro que voy descubriendo, es un sueño hecho realidad, cuando he conseguido desnudarla comienzo a acariciarla suavemente y a besarla, es extraño por que a pesar de toda mi experiencia con el sexo, jamás había sentido nada tan intensamente, la miro a los ojos y me doy cuenta que esta resplandeciendo, su cuerpo emite luz atrayéndome hacia ella, haciendo que todos mis sentimientos y sensaciones se intensifiquen brutalmente, tanto que todo a nuestro alrededor desaparece y solo quedamos ella y yo, jadeantes de felicidad y deseo, siento que me dice, “Zev, te necesito” la abrazo con mas fuerte introduciéndome en ella y sintiéndola envolverme totalmente, es como si nos hubiéramos fundido en uno, alcanzando el éxtasis máximo.
Solo después de muchos minutos mi respiración vuelve a un ritmo normal y ahora puedo volver a pensar, nunca en todos los años que he vivido, en todas las relaciones sexuales que he tenido, jamás había sentido nada mínimamente parecido, mi cuerpo esta hipersensibilizado a su cuerpo, cada una de sus caricias hace que mi cuerpo tiemble de deseo.
La miro a los ojos, me encanta ver su alma a través de ellos, la acaricio la cara y el pelo con ternura, jamás he sentido nada por una persona que se le parezca a lo que siento por Tzvi, antes de que pueda pensar demasiado en las palabras que voy a decir, la digo.
-- ¿Crees que habrá un futuro para nosotros?
Me mira y en sus ojos hay dolor.
-- No lo se Zev… no se si habrá un futuro, pero si se que te amo, como jamás he amado a nadie, y te amo desde hace mucho tiempo.
-- Tzvi, yo siento lo mismo por ti, pero no se que es, jamás nadie me enseño amar. Mis sentimientos por ti, me han tenido muy confundido desde casi el principio de conocerte.
Sutilmente se sube encima de mí y comienza a besarme, la correspondo, entonces me dice en un susurro.
-- Zev, ahora me toca a mi, te he oído hablar del placer que das, pero quiero ser yo la que te de placer a ti, se que no tengo experiencia – me sonríe picaronamente – pero lo intentare…
Cierro los ojos relajándome y la dejo hacer, posa su boca sobre mi cuerpo, recorriéndolo con caricias y besos, cada segundo que pasa siento que ardo de deseo, hasta el punto que comienzo a temblar de necesidad.
Con un hilo de voz, la digo
-- Tzvi… por favor, para o no seré capaz de contenerme… necesito estar dentro de ti.
Como respuesta baja a mi pene y comienza a besarlo lentamente, acariciándolo con la boca, mientras sus manos acarician mi cuerpo.
-- Tzvi… para, me estas volviendo loco.
-- Disfruta, no te contengas, recuerda esto es para ti…
Sus caricias se intensifican y me pierdo en el éxtasis, dejando que mi cuerpo se incinere en el deseo. Mucho tiempo después, cuando soy capaz de volver a la realidad, me doy cuenta que esta abrazada a mí, sonriendo picaramente.
-- A pesar de mi falta de experiencia, parece que no lo he hecho tan mal.
La sonrió y le digo.
-- Ahora me las vas a pagar…
Se ríe.
-- Lo acepto, es justo…
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Poco puedo añadir aquí, solo que si hubiera sido un mago de las leyendas, habría detenido el tiempo una eternidad para estar junto a Zev, pero no lo era, así que tenía que llegarnos con solo tres días, el futuro era demasiado incierto, para soñar con un mañana juntos.
Nada en mi volvería a ser igual, siempre nuestra conexión había sido intensa, pero desde esos tres días, fue empática, podía sentir lo que Zev sentía y creo que él también podía sentir lo que yo sentía. Mi amor por Zev, creció hasta un punto en que se desbordo, si le pasaba algo no podría seguir viviendo y mucho me temía que a Zev le había pasado lo mismo.
Zev por la vida que había tenido, le costaba mucho expresas sus sentimientos, tanto buenos como malos, si le hacías daño, usaba el humor para encubrirlo, si te amaba hacia exactamente lo mismo, usaba el humor para encubrirlo, pero sus ojos… sus ojos siempre te decían lo que realmente sentía, fuera bueno, malo o terrible. Realmente sus ojos eran la puerta a su alma y esa puerta no la podía cerrar por mucho que quisiera, bueno quizás a mí nunca me la pudo cerrar.
Amaba su mirada, mirar a sus ojos había sido desde el principio una gran tentación, no me enamore de su físico, no me conquisto con sus coqueteos, me enamore de su alma, tan escondida y tan dañada.
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