viernes, 12 de marzo de 2010

Historia de Kohav - Capítulo 13

Capítulo 13

Cuando desperté desconcertada, estaba sola en la habitación, en un principio me sorprendió no estar muerta, al intentar moverme entro una elfa en la habitación y me ayudo a vestirme y asearme, apenas se atrevía a mirarme, le pregunte varias veces donde estaba, para recibir la misma contestación, estaba en la casa del Arl Eammon, en Denerim, que el Arl estaba esperando para hablar conmigo cuando pudiera, por mi podía esperar eternamente si quería.
Le pregunte por Zevran y por Morrigan, Alistair me imagine que estaba vivo, de hecho cuando mate al archidemonio, me dio tiempo de verle que venia corriendo hacia donde estaba, por lo que comprendí que aun seguía con vida, ese fue el último recuerdo que tenia, recuerdo real claro.
La elfa no sabia que había sido de mis compañeros, solo que tenia que hablar con el Arl, así que después de vestirme y comer un poco, fui a verlo. Necesitaba saber quienes habían sobrevivido.
Para mi sorpresa habían sobrevivido todos, Morrigan había desaparecido, pero eso ya lo sabia pues ella misma me lo dijo. Zevran aunque había sido herido, hacia un momento que había salido hacia palacio, donde estaban todos para la coronación de Alistair, que se celebraría hoy.
Curioso, el señor amor eterno, no había podido esperar a que me recuperara para celebrar la coronación o simplemente no había tenido el carácter de enfrentarse al Arl, que seguro que por ahí iba la historia. El Arl salía hacia palacio después de hablar conmigo y esperaba que lo acompañara. La verdad estaba cansada de que todos esperaran que les protegiera, que les ayudara o que les acompañara, pero ninguno se molestaba en preguntar, que era lo que yo realmente necesitaba o quería. Pero este era el último acto, aquí se terminaba la función y sino lo hacia le pondría fin, no estaba dispuesta a seguir aguantando a esta gente. Que se quedaran con su política, su gobierno o sus asambleas, pero le dije que iría con él al palacio.
En el camino fui pensando en mis compañeros y en el hecho de que muy pocos realmente pensaran en mi como un ser vivo, parecía que tenia que ser la respuesta a todos sus problemas, pero jamás sentí que realmente les importara lo que yo necesitara o pensara. Analice a cada uno de mis compañeros, empezando por:
Wynne me pregunto una vez, ¿por que me había hecho guardia gris?, creo que mas por juzgarme, que realmente por que le interesara. A cambio tuve que aguantar muchas horas de sermones sobre la lealtad y el servicio a los demás, servicio que con todos los respetos, NO se lo vi entregar a ella. Por no hablar que tuve que soportar que criticara a cada paso a Zevran, nuestra amistad la convirtió en algo sucio y depravado, se ve que la ofendía que nos sentáramos a contar historias, jugar o a reírnos. Según ella, un guardia gris debía de ser alguien muy serio, podíamos salvar al mundo de un gran mal pero no debíamos reírnos. De hecho estuve tentada durante bastante tiempo de devolverla a la torre.
Alistair a pesar de todo el tiempo transcurrido jamás me pregunto sobre mi pasado, ni tan siquiera se molesto en saber por que tenía tanto interés en entrar en la elferia. Eso no evito, que me pidiera ayuda a cada paso o que juzgara cada una de mis decisiones como si él poseyera la verdad suprema. Pero cuando le ofrecí el liderazgo, para que el fuera quien tomara las decisiones casi se muere del susto.
Stan el qunari, la verdad es que desde el principio no nos caímos bien, sobraban las palabras entre nosotros, nunca podríamos llegar a una conversación que tuviera interés para los dos.
Oghren es buena gente, pero a los enanos y a los elfos nos separa un universo de diferencias, jamás podremos encontrar muchos temas en común, pero nunca me pregunto por mi pasado, aun a pesar de que le ayudara siempre que me lo pidiera.
Leliana… que decir, la ayude siempre que me necesito, incluso tolere sus conversaciones insípidas sobre zapatos y peinados, pero sinceramente nunca me termino de gustar, primero no me gusto el hecho que estuviera tan pegada a la capilla y segundo para alguien que se cree tan santo, realmente había llevado una vida muy parecida a Zevran, pero mientras que con Zevran se habían ensañado todos, incluida ella, a Leliana no parecía que nadie la juzgara mal, para todo el mundo era un bomboncito. Yo conocía mejor la verdad, el bomboncito, asesinaba y espiaba por placer y por que le entusiasmaba el peligro, que oportunamente había encontrado el arrepentimiento, quitando el hecho de que siempre intentaba llamar la atención, jamás encontré arrepentimiento mas falso.
Lev, que era mi mabari, un perro de pura raza, muy fiel y buen amigo, él si sabia mucho de mi, aunque me imagino que a su manera.
Morrigan, una maga muy interesante, pero creo que la falta de amistades anteriores y la falta de amor, han creado a un ser insensible, que cuando siente lo mas mínimo le da miedo y huye, también la ayude en lo que pude y también jamás me pregunto por mi. Pero le debo la vida, sin su ritual, estaría muerta.
Shale, una golem que en su vida fue una enana, es buena gente y la ayude, pero esta llena de ira, necesita volver a ser mortal para entender algunas cosas.
Y por último y para mi él mas importante de todos.
Zevran, me contó muchas cosas de si mismo, jamás me pidió ayuda en nada, es mas cuando nos enfrentamos a su antiguo amigo Taliesen fue el quien tomo la decisión de atacarle, me ayudo muchas veces antes de que yo pudiera pedírselo. Me escucho cuando estaba cabreada y me contó chistes o historias picantes cuando estaba triste. Incluso escucho historias de mi vida en la elferia y parecía que los dos teníamos la misma opinión sobre ese maldito lugar. La verdad en él encontré mas a un igual que a un seguidor, no se como hubiera podido reunir a todo el ejercito, sino hubiera sido por él. Hoy hablarían del honor y la gloria que Alistair y yo alcanzamos al vencer a la Ruina, nos llamarían héroes, pero nadie sabría de que realmente, jamás habría podido hacer lo que hice sino hubiera tenido a Zevran a mi lado. Por que si hubiera contado solo con los consejos y la ayuda de Alistair, solo hubiera conseguido un ejército de ratas. Si me hubieran dejado decirlo, lo hubiera hecho, pero la ceremonia ya estaba programada, solo pude decir unas pocas palabras dentro de un guión ya establecido.
Después de la coronación, dio paso a la celebración y aparte de ver y hablar con mi padre, de conseguir hacer a Shiani un miembro de la asamblea para que velara por el bien de la elferia, no pude hacer más, solo dar vueltas y ver como los demás hablaban con los convidados a la fiesta, a Zevran le vi irse pronto, después de que me dijera, que iría conmigo al fuerte de los guardias grises, si es que le quería conmigo. Por supuesto le dije que si, aunque yo ya sabía en ese momento que me marcharía de Denerim esa misma noche, pero antes de que Zevran saliera de la gran sala, fui a su habitación y le robe un pendiente que él solía llevar puesto, pero que esa noche no lo llevaba, quería llevarme algo que le perteneciera, algo que realmente me lo recordara, por que sabia que el camino era muy largo y lo añoraría a cada paso. Pero lo que me había propuesto hacer, tenia que hacerlo sola, llevarlo conmigo hubiera sido como meterlo en la boca del lobo y jamás arriesgaría su vida por nada en el mundo.
Solo se que sin Zevran, los días se me van hacer muy largos y las noches eternas. Pero es como debe de ser, yo debía de haber muerto cuando mate al hijo del Arl, me salvo Duncan, después debería haber muerto cuando mate al archidemonio, me salvo Morrigan.
Ahora estaba sola, no tendría ningún salvador, pero eso no me molestaba ni me importaba, no huí cuando la guardia llego a la elferia, hubiera muerto por salvar a todos los que pudiera en la elferia. Con el archidemonio fue distinto, sabía que el anterior guardia gris que había matado al archidemonio de la anterior Ruina, había sido un elfo, me lo contó Duncan, pero se ve que el agradecimiento a los elfos, no había durado mas allá de la vida del guardia gris, por eso accedí a la petición de Morrigan.
Mientras yo viviera, sabia que Alistair o cualquier otro, tendrían una espada sobre la cabeza, cada vez que intentaran atacar a los elfos, no viviría para siempre, pero ante eso no podía hacer nada. De hecho mi vida seria mucho mas corta que la normal en una elfa sana, como mucho viviría 30 años, después volverían las pesadillas y tendría que tener el valor de ponerle fin a mi vida, fuera como fuera, por que la alternativa no era aceptable. Pero iban a ser 30 años muy largos, solo espero que con el tiempo, mi amor por Zevran disminuya, que disminuyan mis recuerdos y así aminore mi añoranza de él. **

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