miércoles, 17 de marzo de 2010

Zevran y Tzvi - Capítulo 16


Capítulo 16

La luz del alba me hace despertar, tengo algo de frió pero no me quiero mover, miro hacia el campamento y veo que Leliana sale de la tienda de Alistair. Bueno parece que nuestro afamado templario ha encontrado consuelo, espero que mucho consuelo para que deje en paz a Tzvi, creo que hace tiempo que la perdió, pero se aferra a ella como un niño a un juguete. Acerco la cara al cuello de Tzvi, me gusta olerla y la beso suavemente para que no se despierte, después la muevo un poco y le digo.
-- Vamos Tzvi, tenemos que marcharnos.
-- Si Zev, cierto tenemos que irnos.
Abre los ojos y me mira.
-- ¿Estas listo para irnos?
-- Si vamos a recoger las cosas, antes de que te enfades.
-- Nunca me enfado contigo, no se de que te quejas.
Me sonríe y se encamina a la hoguera de Morrigan, recoge sus cosas rápidamente y se cuelga la mochila, después se tapa con la capa y se sienta a esperarme.
-- ¿Listo? Vamos viejito que te pesan los años.
-- Si quieres te muestro lo viejo que estoy… ¿te apetece?
Con la mochila al hombro y tapado con la capa, la imito burlonamente, se ríe y me hace señas para que la siga. Salimos al camino y cuando ya llevamos algún tiempo caminando la pregunto.
-- Hoy pareces alegre, ¿que malvada idea se te ha pasado por la cabeza Tzvi?
-- No lo notas… - me saca la lengua – estamos solos, por los Dioses nunca he tenido tantas ganas de estar sola. Y si se me han pasado muchas “malas” ideas por la cabeza… muchas.
La paro y me pongo delante.
-- ¿Si? Cuéntamelas… esto promete.
-- Si te lo digo todo, me quedare sin secretos y dejare de ser interesante.
-- Con tu facilidad para meterte en problemas, dudo que puedas alguna vez ser poco interesante.
-- Si te dijera, que he pensado que ya que las cenizas esas son tan importantes, no vamos a volver a Risco Rojo, nos iremos tu y yo en solitario a por ellas, si es que existen volveremos a sanar a ese Arl, que por cierto me es indiferente, pero le necesitamos. Cuando despierte veremos que nueva excusa encontramos para volver a viajar solos. No me molesta ir con Sten o con Oghrem, pero sinceramente no tengo ganas de viajar con Morrigan por que siempre tiene que ser tan egoísta que me saca de quicio, aunque me gusta viajar contigo a solas. Y con el trío calavera, pues la verdad es que prefiero no volver a verlos, pero me imagino que eso es imposible, entre otras cosas por que Alistair es un guardia gris, y al final sospecho que necesitaremos a todos los guardias grises que haya cerca. A Wynne si pudiera mandarla de regreso a la torre lo haría, el problema es que la necesitaremos desgraciadamente y a Leliana la patearía el culo, sino tuviera el mismo motivo que con Wynne.
-- Pero has dicho que querías estar sola, si quieres puedo irme.
-- No Zev, quiero estar sin ellos. Tú eres como mi alma gemela y mi mejor amigo ¿Te conformas con esa explicación?
-- Por ahora si.
-- ¿Bueno que piensas de viajar conmigo a solas durante el tiempo que podamos?
-- Me parece genial, si me gusta la idea.
Seguimos hablando de cosas intrascendentes y caminando, así llegamos en dos días a Denerim.
La información que nos habían dado era que el hermano Genitivi vivía en una casa cerca del mercado, enfrente de una taberna que era muy popular para los nobles de Feraldan, algo que hizo sonreír a Tzvi. Después me explicaría que conocía la taberna, era un lugar que en sus días de latrocinio solía visitar, aunque lo hacia haciéndose pasar por camarera, de esa manera se enteraba cuando un noble abandonaba la ciudad y su casa quedaba mas vulnerable.
Pasamos unas horas buscando la casa y al final dimos con ella, era una casa modesta, al llamar a la puerta nos recibió un hombre, que dijo ser el ayudante del hermano Genitivi, después de que le interrogáramos sutilmente y descubriéramos múltiples contradicciones, Tzvi le dijo que estaba cansada de escuchar mentiras y que era hora de que nos dijera la verdad, después de un enfrentamiento contra el “ayudante” que resulto ser un mago, conseguimos descubrir que el hermano Genitivi se había ido hacia el oeste y que su verdadero ayudante había muerto.
Al salir de la casa, un niño le entrego una nota a Tzvi, esta la leyó y me la paso para que la leyera. Lo primero que vi, era que llevaba la marca inconfundible de los cuervos de Antiva, algo que me sobresalto. En ella decía que Ignacio que era el maestro Cuervo en Denerim deseaba hablar con Tzvi, para tratar asuntos que la convenían. La mire y le dije.
-- No estarás pensando en serio ir a verlo.
-- ¿Y que piensen que les tenemos miedo? No Zev, iremos a verlos y les demostraremos que no somos tan fáciles de matar. No es la primera vez que me enfrento a una organización de este tipo, aquí existía una cuando yo me dedicaba a robar casas, pretendía reclutar a todos los “ladrones” para tener control sobre nosotros, se como funcionan, no podemos ignorarlos pues pensarían que les tememos y eso haría que se cebaran en nosotros. Iremos, e iremos ahora mismo, así que prepara las dagas.
Entramos en la taberna y fuimos a la habitación donde estaba Ignacio, este comenzó hablar y le interrumpí.
-- ¿Ignacio estas pensando en tendernos una trampa?
-- Zevran eres asunto de Taliesen, para mi estas muerto. Pero la guardia gris que te acompaña eso es otra historia, cualquiera que pueda sobrevivir a un ataque de los cuervos, puede llegar a interesarme.
Tzvi frunce el ceño, no la conoce.
-- ¿Pero vosotros seguís teniendo un contrato para asesinarme?, ahora no te hagas el inocente conmigo Ignacio.
-- Si cierto, pero un socio mió fallo estrepitosamente.
Le digo.
-- Me gustaría ver si tú tienes más éxito.
-- No aceptaría un contrato así, no estoy loco.
-- Zev, ¿eso es cierto?
-- Si cada maestro acepta una serie de contratos distintos.
-- Gracias Zev. Bueno vale, ahora vayamos al grano, ¿Qué es lo que quieres de mi Ignacio?
-- Digamos que en los tiempos que corren necesitamos gente ajena a la organización para cubrir una serie de contratos. Te daría unas notas y cuando me entere que la nota ha sido satisfecha, te abonare una cantidad de oro.
-- No quiero oro. Si acepto, no quiero volver a ver a un cuervo detrás de mi o de Zevran.
-- Eso no puedo prometértelo, hay un contrato con tu nombre y Zevran debe pagar por su traición. Pero si me puedo negar a entregar refuerzos al cuervo que venga pidiendo ayuda.
-- Me estas diciendo que Zevran ha traicionado a los curvos ¿Por qué simplemente no me pudo matar? ¿Y pretendes que te ayude?
-- Seria más bien una colaboración, más que una ayuda.
-- Ya
-- Se que no eres un angelito, exactamente.
-- No, no lo soy, puedo ser igual de asesina que cualquiera de vosotros.
Al escuchar a Ignacio hablar a Tzvi, le digo.
-- Pretendes prepararnos una trampa muy sofisticada, pero eso no te librara de encontrarte una daga en el cuerpo.
-- Para mi estas muerto hijo de una ramera y es mejor que no me de cuenta que sigues vivo.
En ese momento Tzvi se adelante con una de sus espadas cortas y se la pone al cuello. Me tenso, por que los dos guardaespaldas se han girado para atacar a Tzvi.
-- Lo que has dicho ha terminado por decidirme Ignacio… así que es mejor que no te des cuenta que Zevran sigue vivo… pues piensa esto en los pocos segundos de vida que te quedan, yo si me he dado cuenta que TU estas vivo y eres una amenaza para mi amigo.
Sin decir nada mas, le corta la garganta, se gira y le tira una daga al guardaespaldas que esta mas lejos matándolo en el acto, me encargo del guardaespaldas que esta más cerca de mí. Luego busca por la habitación un papel y un lápiz, se va a la mesa, con total sangre fría y escribe.
“Esto es una muestra del destino de cualquiera de vosotros que nos siga, un saludo Tzvi”
Luego se agacha y lo deja prendido a la ropa de Ignacio.
-- Bueno Zev, asunto concluido. Salgamos de aquí cuanto antes.
-- Tzvi no dejes ese papel, se lo tomaran como algo personal, por favor.
-- Ya es algo personal para mi, van a por ti. Los dos podemos jugar al mismo juego.
Después de eso ya no la podía decir nada, así que abandonamos la taberna y caminamos durante un rato saliendo de la ciudad, volvíamos al camino derechos a un pueblo muy raro que estaba hacia el oeste.
Después de una semana habíamos encontrado la urna de las cenizas, y estábamos preparados para volver a Risco Rojo a ver si eran tan milagrosas como decían las leyendas.
Cuando llegamos al Castillo de Risco Rojo, resulto que las cenizas si tenían poderes curativos, incluso diría que tenían poderes milagrosos, por que el Arl de Risco Rojo solo necesito un poco de esas cenizas para volver a estar bien.
Desde el momento en que Eammon tomo conciencia de la situación y supo que teníamos un ejercito considerable compuesto por magos, enanos y elfos, decidió que lo mejor era llevar la batalla a Denerim y pedir que se celebrase una Gran Asamblea de todos los Arl de Feraldan. También dijo que Alistair debía ocupar el trono que su hermanastro había dejado libre, por lo que le propondría como futuro Rey de Feraldan. Alistair se negó a ocupar el trono, pero Eammon le hizo ver la necesidad de que el lo ocupara. Al final Tzvi y Eammon decidieron marchar hacia Denerim al día siguiente y allí ver que deparaba el futuro y que pensaban los Arl de Feraldan.

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Después de que mate a Ignacio, me jure que si conseguía salir con vida de la Ruina, llevaría la guerra a los cuervos, les haría pagar todo lo que le habían hecho a Zev, hasta que estos no fueran ya una amenaza para él.
Cuando conocí a Eammon, diré que no me gusto, no me fié de él desde el primer momento, me di cuenta que solo buscaba poder y protagonismo, realmente Alistair había tenido mala suerte en su vida, toda la gente que lo rodeaba, quería poder y ambicionaba un trozo del trono. Pero fue su falta de personalidad, lo que facilito que estas personas se le acercaran.

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