Capítulo 6
A la mañana siguiente emprendimos el camino hacia Denerim, los días transcurridos en Risco Rojo, habían cambiado totalmente mi perspectiva del grupo, me había dado cuenta que no podía contar con tener amigos entre el pequeño grupo de gente, que la fuerza del destino había unido, si quería dirigirlos tendría que ser como líder, solo había una excepción Zevran, pero por el momento era un misterio.
Pero en vista de lo que le había ocurrido a mi ultimo y único amigo, era mas sabio que estuviera sola, como bien había planeado el destino, el tiempo que durara la guerra, estaría mas o menos a salvo, por que dudaba mucho que Alistair, se arriesgara a denunciarme y que tuviera que hacer frente a la Ruina en solitario, era tan dudoso, como el hecho de que fuera capaz de formar un ejercito de la nada, como se suponía que debíamos hacer.
Había una cosa clara, no podía volver a confiar en Alistair, ni tampoco en el resto de mis compañeros, con la excepción aun por confirmar de Zevran, y necesitaba tiempo para conocerlo.
Había decido ir hacia Denerim por que quería analizar todas mis posibilidades antes de acercarme a la torre de los magos, estaba claro que no podía llevar a Alistair, ni tampoco a Sten, este tenia unas ideas peores sobre los magos, que la propia capilla, era mas seguro mantenerlos alejados, Leliana no terminaba de convencerme y Morrigan… no sabia hasta donde podía confiar en ella.
El viaje eran muchos días andando desde Risco Rojo hasta Denerim, pero necesitaba ese tiempo para conocer a Zevran, el problema era que con el resto de los compañeros se comportaba de una manera un tanto casquivana, era como si todo su ser tuviera que ser escondido, no me era ajeno ese tipo de comportamiento.
Coqueteaba descaradamente con Leliana o con Morrigan, a Alistair lo trataba como si fuera un tonto, hacia que le contestaba a las preguntas pero en realidad solo daba vueltas sobre las palabras que había dicho Alistair, sin realmente contestarle nunca. Con Sten sentía verdadera curiosidad por el qunari, pero hablar con este era muy difícil. Aunque si me pude dar cuenta de que era un buen analizador de personas, tenia la capacidad de conocer a todos los que le rodeaban.
Por mi parte había observado a Zevran, mucho mas que al resto de mis compañeros y sabia, que siempre usaba el humor para ocultar el dolor o la alegría, y cuando no usaba el humor, usaba el sexo o el coqueteo de forma descarada, en busca de ocultar sus sentimientos. Por lo poco que había podido hablar con él, sabia que los “Cuervos” la organización criminal a la que había pertenecido, le habían comprado cuando era un niño de 6 años, nunca había tenido muchas oportunidades de ser algo distinto, le habían entrenado como un asesino, intentando borrar toda muestra de sentimientos o de conciencia, aunque sospechaba que no habían borrado su verdadero ser, ni su personalidad, pero solo era una sospecha, que por otro lado podía estar equivocada.
No me podía dejar engañar por una cara bonita, debía desconfiar de todo lo que hubiera a mi alrededor, no por que tuviera miedo a que me asesinara, la muerte hubiera sido el camino mas fácil a seguir, además había tenido mil ocasiones para poder hacerlo, incluso en medio de las batallas, le hubiera sido muy fácil acercarse a mi y asesinarme, sin que me diera cuenta, de hecho era el compañero que siempre veía a mi alrededor en los combates, nunca permitía que un enemigo se me acercara a una distancia que le permitiera atacarme con armas cuerpo a cuerpo.
Pero había una razón para que desconfiara de Zevran y la verdad es que él no tenia la culpa, desconfiaba de Zevran, por que me sentía atraída hacia él, me era imposible estar cerca de su persona y no sentir la necesidad de rozar su piel, su mano o hacer cualquier contacto que me permitiera sentirlo, o los momentos en que podía observarlo sin que me viera, eran grandes.
Como dije antes, nunca fui tímida, realmente tenia fama de ser muy abierta, en la torre había tenido mas de un templario detrás de mi y bastantes magos, pero la verdad era que, si bien era abierta en muchas cosas, no lo era cuando algo me tocaba profundamente, además en la torre que hasta hacia muy poco tiempo, había sido todo mi mundo, no me había permitido tener ningún tipo de relación sexual, por que se supone que si una maga queda embarazada, su hijo pertenecerá a la capilla y antes prefiero matarlo.
Ahora era distinto, primero sabia por Alistair, que los guardias grises rara vez podíamos concebir hijos, no se por que me informo de este detalle tan rápidamente, mientras que otras muchas informaciones mucho mas importantes, se las había reservado, me imagino que pretendía que tuviéramos algún tipo de relación sexual o quizás romántica, con los templarios era difícil saberlo, tenían tanta represión en el cuerpo, que se escondían la verdad hasta a si mismos. Quizás era el momento de comenzar a vivir de una manera más natural, pero tendría que darle tiempo al tiempo, además no me atrevía a hacerme ilusiones sobre nadie, la muerte de Jowan me había demostrado, cuan incierto era el futuro de un mago.
El camino fue largo y me dio tiempo a pensar durante muchas horas, se hacia monótono, hasta que un día, al medio día llegamos a Denerim. Propuse buscar una posada donde poder hospedarnos, no nos sobraba el oro, pero si teníamos suficiente como para permitirnos unas pocas noches de una confortable habitación. Además como mucho podríamos pasar dos noches, ya que tendríamos que volver a partir hacia el norte, a Orzammar, la ciudad de los enanos, era imprescindible comenzar a reunir el ejército, y el camino hasta la ciudad de Orzammar, seria mucho mas largo y además había que atravesar varias montañas, hasta llegar al reino enano.
Pero primero teníamos que ver como íbamos a poder pasar desapercibidos Alistair y yo, pues no eran pocos los grupos de caza recompensas que iban detrás de nuestras cabezas. Alistair me había pedido que buscáramos a su hermana, además teníamos necesidad de provisiones y de encontrar a cierto miembro de la capilla que estaba investigando, el lugar donde se había perdido las cenizas de Andrasta, algo que a mi me parecía una quimera, pero si no las encontrábamos era seguro que el Arl de Risco Rojo Eammon moriría, pues estaba fuera de cualquier posible cura, tanto mágica como física. No es que a mi me importara algo su vida, pero según Alistair era el único que podía ayudarnos a aunar a los nobles de Feraldan para hacer frente a la Ruina.
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Durante los días que tardamos en llegar desde Risco Rojo a Denerim, me dio tiempo de estudiar calmadamente a todos los miembros del grupo, aunque de ser sincero la que mas me interesaba era Neshama, quizás por que era la que tenia un carácter mas imprevisible, conmigo siempre era suave y amable, no podía llegar a entender por que se comportaba de una manera tan agradable conmigo, dado que la había intentando asesinar, pero era agradable, cada día que pasaba me encontraba mas atraído hacia ella, y eso no era muy normal.
Si es cierto que me gustan las relaciones peligrosas y hermosas, ella era hermosa, pero nunca se mostró de una manera peligrosa conmigo, y por otro lado me di cuenta que era muy inocente en la mayoría de los temas, apenas tuvimos tiempo de hablar de algo durante esos días, ya que Alistair no dejaba que casi nadie se acercara a ella, intente esquivarlo, incluso entretenerlo para que se alejara, pero era como si pretendiera pisarle la sombra por donde ella pasaba.
Nunca he escondido realmente que soy o como soy, más o menos, por que lo que realmente soy o pienso, eso todavía no había llegado nadie que lo supiera, era algo que me asustaba de toda esta aventura, por que intuía que Neshama era muy capaz de acercarse demasiado a mis escudos.
Su inocencia me atraía por que en cierta forma presentía que era su gran debilidad, me hacia desear protegerla, me di cuenta que Alistair iba detrás de ella, pero no con buenas intenciones.
Cuando los conocí pensé que estaba intentando cortejarla y posiblemente en ese momento era así, ahora en el camino a Denerim me di cuenta que algo había cambiado en Alistair, no intentaba protegerla, la estaba vigilando como si fuera un halcón, creo que en cierta forma se auto impuso, el convertirse en el templario que la dominara, pero eso le iba a ser difícil, por que Neshama tenia muchísima mas personalidad que Alistair.
También me di cuenta que Neshama se sentía atraída hacia mi, de igual manera que yo me sentía atraído hacia ella, pero teníamos a 4 personas que nos mantenían alejados de momento, ya que no estaba dispuesto a perderme conocer a alguien tan fascinante como Neshama, solo por que una panda de mojigatos así lo quisiera.
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