Capítulo 27
-- Zev si tienes dudas podemos posponerlo, no tenemos por qué hacerlo ahora.
-- No Neshi, no quiero posponerlo. No sé cuánto tiempo tendremos de vida, ni se tan siquiera si nos dejaran vivir, lo suficiente como para tener una vida. Por un lado mi mente dice que no lo haga, que los sentimientos no son buenos para un asesino, también me dice que no merezco ser feliz. Pero mi corazón dice que sí, que es real, que puedo tener una vida distinta a la que he tenido, que puedo salir del túnel de oscuridad en el que he vivido toda mi vida y seguiré a mi corazón. Y sabes por qué, porque tengo miedo y estoy nervioso, por primera vez en mi vida, tengo miedo, nunca antes lo había tenido, porque jamás me imagine que existieras. No quiero que mi miedo, mi mente o mi entrenamiento como asesino, nos siga separando, así que intentare controlarlo.
-- Podemos intentarlo todas las veces que sea necesario, hasta que lo consigamos, no te preocupes por fallar. Yo también puedo fallar, jamás he confiado en nadie Zev. Mereces muchas cosas, muchas cosas que la vida no te ha dado, ninguno de los dos somos realmente responsables de lo que nos hicieron. Quizás como dice mi madre, quizás para llegar aquí, teníamos que pasar por donde pasamos, por duro que nos pueda parecer, somos el resultado de nuestras vivencias y nuestras experiencias, sin ellas no seriamos los mismos.
Estábamos de pie, no me había dado cuenta hasta el momento en que Zev se acerco a mí, para acariciarme la mejilla, después lentamente bajo las manos hasta mi túnica y fue desprendiendo los lazos, muy lentamente. Por mi parte también fui desprendiendo los lazos y despojándolo de sus ropas, sabía que no era necesario hacerlo así, que con pensar en estar desnudos, lo estaríamos en el acto, pero teníamos que seguir un ritual, para tranquilizarnos, para que nuestras mentes se enfocaran en lo que estábamos haciendo y así ahuyentar los miedos estúpidos que nos pudieran retener.
Después Zev se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, y me tomo de las manos, para que me sentara encima de él. Pose mis manos sobre sus hombros, lentamente las fui deslizando por su pecho hasta llegar a la altura de mis piernas y espere a que sus manos se encontraran con las mías. No había abierto la empatía, todavía la estaba controlando, como siempre la había controlado, ahora me daba cuenta, que aunque había pensado que no la controlaba, la estaba sujetando, pues cuando sus manos hicieron contacto con las mías, abrí mi mente dejando totalmente libre la empatía, que siempre me había parecido mas una maldición que una bendición. La libere y al hacerlo, sentí la esencia de Zev, sabía que tenía que ir despacio, era la mejor manera, para que los miedos que poblaban nuestras mentes, no nos hicieran fracasar.
Lentamente explore a Zev, primero su cuerpo, pasando lentamente por todo él, deslizando mis manos mentales en una caricia suave, sensual, estimulante, a la vez que le transmitía como hacerlo, fue fácil, recurrí a un camino en que Zev era un maestro, al sexo. Demostró ser un aprendiz rápido, no necesito mucho empuje, para que tomara la iniciativa, sentí sus manos mentales recorriendo mi cuerpo, mi mente deseo perderse en los sentimientos que me embelesaban, pero no podía hacerlo en ese momento, tenía que poner mi mente en lo que realmente estábamos intentando llevar a cabo.
Cuando sentí que se había relajado, que estaba concentrado en los sentimientos que explorábamos, abrí mi mente para transmitirle todos mis sentimientos hacia él, todo mi amor y toda mi confianza incondicionales, eso provoco que su mente se abriera, que todas las barreras que siempre habían estado ahí, se derrumbaran. Por primera vez en todo el tiempo que hacía que nos conocíamos, supe realmente como era, de la misma manera que él supo como yo era. Vi ternura, vi amor, vi una confianza incondicional hacia mí. También vi el horror que había sido su vida antes de conocerme, los pocos momentos felices, por quien sintió amor, por quien sintió amistad, pero sobretodo lo que sentí en ese lugar fue soledad, una soledad terrible, un vació absoluto de desesperación, en el que la mas mínima señal de esperanza, era destruida sin piedad, por un entrenamiento que para mi forma de verlo, era más una tortura física y psíquica que otra cosa. Viví todas las escenas de su vida, incluso aquellas que él a nivel consciente había olvidado. Lo vi siendo un bebe maltratado y abandonado, por las mujeres que le podían haber protegido, pero no lo habían hecho, no por el hecho de ser prostitutas, sino porque ellas mismas vivían en ese vació absoluto de desesperación. Le vi vendido como esclavo, vi su entrenamiento, sus lagrimas cuando pensaba que nadie le veía, como poco a poco iban hundiéndolo en la más absoluta oscuridad, como poco a poco iba perdiéndose en el vació de desesperación, en el que había vivido siendo un adulto. Todos esos recuerdos los viví en mi propia persona, dado que mi empatía hacia justamente eso, me transmitía todas las sensaciones, sentimientos y vivencias, las acepte y las recogí, por terribles que fueran pertenecían a la persona que amaba, eran parte de esa persona, debía aprender a vivir con ellas. Pero también sabia como podía sanar en parte ese vació, porque en el núcleo central de toda esa desesperación, existía una zona de esperanza, de amor, de optimismo, de amistad, de bondad, de sinceridad, todo ello enterrado en lo más profundo de su ser, protegido por miles de experiencias terribles y silenciado, para poder sobrevivir en el peor de los entornos.
Invoque con la mente el sol de primavera, el sol que deshiela los campos y hace florecer el bosque, el sol que retorna la vida a la tierra después del crudo invierno. Lo invoque e ilumine con el todo aquel vació, toda aquella desesperación, para que el núcleo se sintiera seguro y pudiera florecer, pudiera revivir de nuevo, listo para seguir el camino de la vida. En ese instante me abrumo el amor que sentía hacia mí, la confianza total e incondicional y la ternura, la ternura que yo siempre había sentido en Zev, tan oculta y tan maltratada, sentí el miedo que tenia, a que después de todo le dejara solo, era lo que su experiencia con los demás le había enseñado, siempre le habían usado para todo, una vez su utilidad terminaba, ya no lo necesitaban, por lo que estaba acostumbrado a que lo abandonaran, es difícil borrar en unos pocos meses toda una vida de experiencias, solo quedaba el camino del tiempo y la paciencia, para demostrarle que se equivocaba, quizás lo consiguiese borrar con la empatía, quizás no, solo podía esperar. Si lo había amado hasta ese momento, a partir de entonces el amor que sentía por él se desbordo totalmente. Le envolví con todos mis sentimientos por él, esperando conseguir cicatrizar algunas heridas de su pasado.
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Me levante acercándome a Neshi, mirando intensamente sus ojos, esos ojos que me hipnotizaron la primera vez que los vi. Recordé los sentimientos que nuestro primer encuentro me produjo, el impulso de protegerla, de abrazarla, de besarla, mis dudas y mis miedos, mi desconfianza, y todos ellos diciéndome, que esos sentimientos no eran buenos, para alguien como yo, diciéndome que había venido a buscar una muerte segura, no un nuevo comienzo, pero cuando vi sus ojos, en lo único que podía pensar era en vivir.
Recuerdo que me pregunte ¿Cómo podía conquistar a un ángel?, ahora ese ángel era mi ángel, y no iba a dejar pasar un solo minuto de este paraíso, aunque no supiese si era real o solo un sueño, una ilusión. Ni tan siquiera sabía si viviríamos un mes más, si mis “amigos” cuervos me buscaban era seguro que en la próxima parada en Denerim nos los encontraríamos, esperaba de todo corazón que no fuera Taliesen, no quería tener que enfrentarme a él. O si los amigos de Alistair no irían detrás de Neshi y nos destruirían, como habían hecho con su padre. Por esas razones no quería posponerlo, no quería dejarlo para después, pues dudaba mucho que hubiera un después. Por mucho que se empeñara Ort en ayudarnos, por muchas cosas, desde el momento en que vi a Neshi caída en el suelo y herida, me di cuenta que nuestra felicidad pendía de un hilo muy fino y que había muchas espadas dispuestas a cortarlo.
Nunca había sido un cobarde, siempre peque mas de optimista que de pesimista, pero ahora tenía miedo. Sabía que todo lo que me habían enseñado a lo largo de mis muchos años, me decía que me estaba equivocando, que saldría mucho más herido que cuando la conocí, que ella podía morir en cualquier momento o que yo podía morir, que los sentimientos no son buenos, para ser un asesino, para ser un paria. Pero no iba a dejar que todos mis miedos, aprensiones e inseguridades me frenaran, quería mas de Neshi, la quería… o mejor dicho la amaba, a mi mismo no me podía negar la palabra amor, porque era lo que realmente sentía por Neshi.
Le acaricie la mejilla, fui dibujando su rostro con mis dedos, su piel era blanca en contraste con la mía, me conocía su semblante de memoria, la había acariciado muchas veces, cuando estaba herida fue uno de los pocos consuelos que tenia. Si tenía que ser sincero me había perdido hacía mucho tiempo en los sentimientos que Neshi despertaba en mi. No solo su cuerpo, que llenaba el mío de lujuria desenfrenada, sino su alma que siempre llamo a la mía, despertándola, acariciándola, embelesándola.
Según fui descendiendo por su túnica, según fui deshaciendo los lazos que la ataban, todos mis miedos, todas mis aprensiones fueron disipándose, en su lugar solo quedo el deseo de conocerla, de unirme a ella, como jamás había estado unido a nadie. Si mañana moríamos o si lo hacíamos dentro de un mes o dentro de varios años, no importaba por que jamás nadie ni nada, nos podría arrebatar lo que habíamos vivido, nadie podría borrar jamás nuestros sentimientos, ni nuestra felicidad.
Cuando la despoje de su túnica, cerré los ojos y deje que me embriagara su aroma, que me llenara de deseo, no solo sensual, siempre sentí el deseo de sentirla, su alma iluminaba las oscuridades que existía en la mía, había venido a acostumbrarme a su luz, ya no podía vivir apartado de ese sentimiento, la necesitaba para vivir.
La tome de las manos ayudándola a que se sentara encima de mí. Cruce las piernas y ella se sentó enfrente de mi abrazándome con las piernas y sus manos tomaron las mías. Su frente se apoyo en mi frente, mire sus labios tan cerca de los míos, me atraían por esa razón cerré los ojos, quería concentrarme en Neshi, no en su cuerpo. Ahí comencé a sentir las manos de Neshi acariciándome los hombros, el pecho, relajándome y excitándome sensualmente a la vez, al principio no entendía como lo podía hacer, ya que sujetaba sus manos, después, sentí su voz, la sentí no la oí. Clara, cristalina, suave como una brisa del océano, colándose en mi cerebro, explicándome como lo estaba haciendo, la imite aportando mi propia forma de hacerlo. Me imagine mis labios recorriendo su cuerpo lentamente, la oí gemir de placer, yo estaba jadeando. No sabía cómo lo habíamos hecho, pero sentía cada caricia que la hacía, como si me la estuviera haciendo a mí, sus caricias me daban placer, pero también sentía lo que ella sentía al acariciarme, el placer, la ternura que sentía. La necesitaba, quería hacer el amor con ella, quería estar dentro de ella, sentirla a mí alrededor, quería explorarla profundamente, perderme en ella, entonces…
Entonces sentí su esencia entrando en mí, sentí su ternura, su amor, su delicadeza, deslizándose en mi cuerpo, en mi mente. Al principio me asusto, pensé que había cosas de mí que eran tan terribles que no debería de verlas, después recordé que ya había visto, la mayor parte de esas cosas terribles en el “Velo”. Al comprenderlo, me relaje, vacié mi mente y me envolví en su esencia, abriéndola mi mente, como ella me estaba abriendo la suya. Ahí comencé a ver imágenes de la vida de Neshi, incluso algunas imágenes de momentos remotos, posiblemente que olvido hace mucho tiempo.
La vi como una niña elfa pequeña en brazos de un elfo bastante alto, más alto que muchos humanos, eso era raro, nunca había visto un elfo con esa altura, pero era su padre no cabía dudas, tenía el mismo color de pelo y sus mismos ojos verdes, incluso compartían sus pecas, la llevaba en brazos mientras jugaba con ella. También en esa imagen vi a la custodia Marethari, acercarse sonriéndoles.
Después esas imágenes se disolvieron, vi a Neshi siendo un poquito más mayor, la vi curando a un pajarillo que se había encontrado en el bosque, ignorante de que tenia observadores, no tan bien intencionados, como nos quieren hacer creer. La vi apresada por un grupo grande de templarios, la vi pelear con sus pocas fuerzas contra ellos, después la vi atada, que era como estaba cuando su padre y el otro cazador dalishano combatían contra los templarios, como el compañero del padre de Neshi caía herido de muerte, como su padre intento llegar hasta ella, después de haber derrotado a más de diez templarios y una espada templaría era clavada en su pecho, muriendo en el acto, como Neshi se arrastro atada hasta el cuerpo de su padre, para quedarse a su lado sin derramar una lagrima. En ese instante sentí una voz masculina, profunda hablarle a la mente de Neshi, “Esconde tu empatía, escóndela en lo más profundo de ti, ellos no deben saberlo, son tus peores enemigos. Adiós mi tesoro, te amo y aunque ahora no lo creas siempre te amare.”
Esas imágenes también se disolvieron, mejor porque me estaban haciendo daño verla tan indefensa y sola.
Vi su llegada a la torre, como el primer encantador Irving preguntaba cómo era posible que siendo tan pequeña, hubiera ya desarrollado poderes mágicos. Neshi con sus pocos más de 4 años, muy seria mirándoles de frente, sin contestarles a ninguna pregunta, no dijo ni tan siquiera su nombre. Una elfa maga, se acerco para ayudarla, era la misma maga que habíamos dejado su cuerpo en una cama en la torre de los hechiceros. Esas imágenes también fueron sustituidas por otras, en las que se la veía un poco mas mayor, seguía muda, incluso habían llegado a pensar que se había convertido en una tranquila (ahora conocía ese término, por Neshi) debido al trauma causado por la muerte de su padre. Hasta que estuvo a punto de matar a un templario, que intento acercársele, no se con que intenciones, pero la vi invocar una llamarada de fuego, como no he visto a ningún mago adulto invocar, es mas ahora Neshi prefiere siempre luchar con hielo, en vez de con fuego, pero a ese templario estuvo a punto de convertirlo en humano a la parrilla. Desde ese momento, los templarios la tenían miedo, procuraban no acercarse a ella, porque ninguno de sus poderes adquiridos con el uso del Lirio, la afectaban, no podían controlarla. El día que estuvo a punto de matar al templario, Irving en un intento por ayudarla y salvarla, se hizo cargo de su educación, permitiendo que la elfa maga, la instruyera en los conjuros de magia sanadora, aunque la maga y Irving sabían bien, que no necesitaba conjuros para sanar, que lo podía hacer sin necesidad de gestos, ni de palabras, pero esa información se la ocultaron a los templarios.
La volví a ver más mayor, hablando en susurros con su amigo perdido Jowan y con otros aprendices de magos, con otros encantadores que la habían instruido. Pero sobretodo la vi sola, la vi sentada en el suelo, frente de las estanterías, con libros y libros en las manos, pero de ella siempre proyectaba la misma sombra de soledad y tristeza. Asomada a una ventana mirando la orilla del lago, su nostalgia, su ansiedad y su soledad, solo podían competir con su tristeza, envidiaba los pájaros que veía desde las ventanas de la torre, envidiaba su libertad. Pocos vi como sus amigos, realmente debió de tener muy pocos.
Vi su interrelación con los templarios, siendo ya adolescente, como estos la usaban para sanar a sus objetos de diversión, magos y magas que habían caído en desgracia a los ojos de la capilla, que según esos “benditos” señores se habían convertido en apostatas. La hería tener que ver, tener que sentir lo que esos magos sentían, tanto varones como hembras, no había distinción de sexos, a la hora de las violaciones, humillaciones, solo existían para uso y diversión de los templarios, lo mismo que Neshi, no tenían alternativas, eran objetos, negarse en la mayor parte de las veces no acarreaba la muerte, sino un nivel más alto de tortura y humillación.
La vi cuando paso por su prueba de la angustia, cuando entro por primera vez (permitida) al “Velo”, como desafío al demonio y como se rió del supuesto demonio, cuando este intento convencerla de que era la más fuerte. Después vi como intento ayudar a Jowan a escapar de la torre y como término en Ostagar, y para mi suerte en mi camino.
La ame, no hay otra forma de decirlo, la envié todo el amor que sentía por ella, la ternura, la alegría que siempre me proporcionaba mirarla. La envolví en todo ello, no quería que se volviera a sentir como en la torre de los hechiceros, nunca más.
Abrí los ojos y la mire, después pose mis labios que me hormigueaban de deseo, sobre los suyos, suavemente. Sentí su beso y sentí mi beso, era como si una parte de ella estuviera en mi, y una parte de mi estuviera en ella. El deseo de hacer el amor con Neshi se intensifico, la necesitaba a todos los niveles.
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Abrí los ojos y nuestras miradas se encontraron, desee profundamente hacer el amor con Zev, fundirnos en cuerpo y alma.
Sinceramente genial hasta el punto de las lagrimas.
ResponderEliminarMe encantó y me emocionó.
Felicidades eres una escritora maravillosa Jayelet.