Capítulo 17
Llegue hasta el soñador que contenía la forma espiritual, me acerque lentamente después de volver a mi forma, ya que el ser de piedra apenas podía hablar. Cuando el soñador que contenía la forma espiritual me miro, comprendí que era mucho más que un soñador, posiblemente era un espíritu benigno del “Velo” que si bien existen, normalmente no se muestran tan ansiosos de participar en los complots y los juegos de los demonios y los mortales. Me extraño infinitamente su presencia, pues era bien sabido que se mantenían apartados de todo lo que tuviera que ver con mortales. No podía ser que estuviera allí, apoyando lo que el demonio de la pereza estaba realizando, y tampoco cabía la posibilidad de que este fuera un prisionero del demonio.
Al acercarme me dijo.
-- Neshama es un placer encontrarte al fin, llevo esperando bastante tiempo.
-- Así que me estabas esperando… ¿Curioso, desde cuando sabes que iba a venir?
-- Desde antes de tu prueba en el “Velo”, la angustia creo que la llamáis.
-- ¿Has elegido este momento justo para aparecer? ¿O quizás ya nos hemos encontrado? Por ejemplo durante mi prueba de la angustia.
Cada palabra que pronunciaba, me producía más y más desconfianza, no me gustaba nada este ser, podía ser benigno pero no necesariamente tenía que ser bueno. El Velo está lleno de seres, y no todos los malos son demonios. Muchas cosas no son lo que parecen ser, en su mayoría suelen ser lo contrario de lo que parecen.
Me sonríe con ironía.
-- No has cambiado mucho en este tiempo, sigues siendo desconfiada. ¿Pero quién hay más fuerte que tú con la magia? Fuiste siempre la primera en cualquier ejercicio, incluso ahora has sido la única capaz de romper el encantamiento del demonio de la pereza. ¿Cómo podría un ser como yo, representar una amenaza para ti?
Le sonreí a mi vez con toda la ironía y el cinismo que pude.
-- ¿Crees que tus alabanzas consiguen que me entusiasme? Si ya nos conocemos… mi querido ratón, ya nos hemos visto antes, ¿Verdad? Hay muchos magos más poderosos que yo, y muchos seres que su esencia misma es la magia, no soy nada más que una aprendiza de maga. Me podrías engañar con otras cosas, pero no con mi magia.
-- Así que por fin me reconoces… veo que tu memoria es larga. Cierto sé que no te puedo tentar con alabanzas, ya lo probaste en tu prueba de la angustia. Pero ahora… - su sonrisa maliciosa, se vuelve una máscara imperturbable – Ahora mi querida maga, tengo algo que tu quieres, o debería decir alguien a quien tu quieres.
En ese momento pensé. “Mierda, mierda, mierda… este ser es el que tiene a Zevran, posiblemente es el propio demonio de la pereza, debería habérmelo imaginado”
Sigue hablando.
-- Y me pregunto… ¿Qué estarías dispuesta hacer por recuperarlo?
Cierro los ojos y me repito internamente la pregunta. ¿Qué estaría dispuesta hacer?… mi corazón dice que cualquier cosa, lo que sea por su vida. Pero mi cerebro piensa que hay precios demasiado altos para pagar, aunque sea por mi propia vida o por la de Zevran. Mi vida, no importa mucho, de hecho estoy convencida que no sobreviviré a esta Ruina, pero Zevran no se merece perderse en el “Velo”, es una muerte mucho mas horrenda de lo que pueda parecer. Después de un rato de meditación, intento sacarle más información aunque mucho me temo, que la mayor parte sea mentira.
-- Eso depende de quién tú seas… ¿Quién eres realmente?
-- Soy quien soy… “depende” ¿Acaso no le amas?
-- Pues claro que le quiero, es mi amigo.
Mueve la cabeza negativamente.
-- No empecemos con mentiras, esas déjalas para justificarte ante tus seguidores, pero no las uses conmigo. Vuelvo a preguntarte ¿Acaso no le amas?
-- ¿Cómo sé yo, que es el amor? ¿Crees que los templarios o las sacerdotisas te enseñan amar en la torre? Lo único que he conocido en la torre, durante toda mi vida ha sido, envidia, odio, temor, miedo, angustia y una larga lista de “virtudes” de los humanos. Las pocas personas que me han mostrado amistad en la torre están muertas. No, no sé si es amor lo que siento por Zevran, pues no sé lo que es el amor. Pero no creo que hayas montado todo este numerito, para venir a filosofar sobre el amor o sobre mis sentimientos.
-- Aclaremos antes algo importante… No soy el responsable de lo ocurrido en la torre. Sabía que vendrías al “Velo” después de nuestro último encuentro, así que vine y aproveche la batalla que el demonio de la pereza había montado en la torre, para reencontrarte.
-- Aun así dudo mucho, que vinieras para que habláramos de mis sentimientos. La última vez que nos vimos no es que termináramos como amigos, más bien creo que te di calabazas.
-- La última vez que nos vimos, estaba tanteándote, aprendiendo como eras, ¿recuerdas lo último que te dije?
-- Si, claro que me acuerdo. “La simple matanza es cosa de guerreros. Los auténticos peligros del Velo son los perjuicios, el exceso de confianza… el orgullo.” “No te confíes, maga. Las pruebas autenticas no terminan nunca.”
-- Bueno pues te sorprenderá saberlo… si, tus sentimientos son muy importantes en este momento. Porque tengo que saber hasta qué punto estas ligada a tu destino ¿Qué serias capaz de hacer por Zevran?
Otra vez volvía aparecer la palabra destino y Zevran, cada vez me gustaba menos esta situación. Primero porque no la entendía. Segundo porque me daba miedo, lo que pudiera plantearme, ya que no me creía capaz de negarme a nada que me puediera pedir, sabiendo que tenia a Zevran y que esté dependía de mi aceptación.
-- Odio este juego de palabras sin sentido. ¿Qué es lo que quieres de mí? Mi vida, por la de Zevran. Bien tómala, la intercambio por la de él, pero solo cuando le vea salir del velo, no antes.
-- Tomar tu vida sería relativamente fácil, pero no es eso lo que me interesa de ti. Mejor dicho lo que me interesa de vosotros dos.
-- Bien ahora parece que vamos derechos a por lo que realmente te interesa. Proponlo y te diré si el precio es demasiado alto o si por el contrario estoy dispuesta hacerlo. Pero si involucra a Zevran, quiero que esté presente, no puedo decidir por él.
Me sonríe con sarcasmo.
-- No te será tan fácil llegar hasta Zevran. Primero te lo contare a ti y después te dejare, que tu le cuentes lo que quieras a Zevran, tanto si es la verdad como si es una mentira. Ya que me has dicho que no le amas, no creo que te importe mucho mentirle.
-- No he dicho que no le ame, he dicho que no sé que es el amor. Pero bien jugaremos con tus reglas, habla, di lo que te interesa que haga o mejor dicho que hagamos.
-- Vamos adelantando, por fin reconoces que sientes algo por Zevran.
-- Por los Dioses, claro que siento mucho por Zevran, vale llámalo amor, si con eso te sientes más contento. Si amo a Zevran, te llega con eso, ahora habla de lo que realmente te interesa.
-- Curioso en una elfa criada por la Capilla, jamás nombras a su dios, un buen punto para mí.
-- Maldita sea, deja de dar vueltas en círculos, no me hagas perder más tiempo, mientras que Zevran está sufriendo, cada segundo que pierdo hablando contigo. No nombro a ese dios… porque NO soy humana, no es mi dios. Ahora ves al grano de una maldita vez.
-- Tranquila, el tiempo no transcurre igual en todas las zonas del “Velo” y este tiempo no existe en otras islas, solo en esta. Bien te contare una historia, para que comprendas, el porqué te voy hacer mi petición. Tu sabes que el Archidemonio, como lo llamáis vosotros, en realidad es un espíritu de… digamos un viejo espíritu contagiado con la infección que corre por tus venas. – asiento, no quiero interrumpirle, ni darle más excusas para hablar hasta el infinito – No es un dragón, como supone tu obtuso compañero Alistair, pero tampoco te puedo revelar toda la verdad de su naturaleza, pues digamos que sería peligroso para tu pueblo, que se supiera la verdad, es más seguro que lo consideren solo un espíritu o un dragón. Posiblemente si aceptas, tú y Zevran llegareis a saber realmente que es, pero por tu seguridad y la de todo tu pueblo, deberás guardar silencio y jamás revelar lo que llegues a saber. Ahora pasare a contarte la historia, antes de proponerte lo que realmente me interesa. Hace muchísimo tiempo, tanto que no sabría decirte, además ya sabes que cuando entras en el “Velo”, el tiempo tal como lo conocéis pierde su significado. Mi existencia estaba ligada a otro ser, igual que la tuya está ligada a Zevran. Nos amábamos y éramos felices, hasta que mi compañero fue infectado con la infección y transformado en el que hoy conocéis como el Archidemonio o el dragón que dirige las hordas de engendros tenebrosos. Cuando mi compañero fue infectado, lo perdí. Para intentar recuperarlo, renuncie a mi forma física y me interne en el “Velo” con la esperanza de poder encontrar la forma de liberarlo de su locura, esa es la razón por la que os necesito a vosotros dos.
-- Habido varios Archidemonios anteriores a este, ¿Cómo puedes estar segura de que es tu compañero?
-- Lo sé, es mi compañero… pero me hace gracia que supongas que soy una y no uno.
-- Tienes razón, perdona… quizás no estoy tan a salvo de los tabús estúpidos de la Capilla. Pero como se supone que te podemos ayudar, además ahora sí que necesito a Zevran, necesito que él me ayude a tomar una decisión, con respecto a lo que nos vayas a pedir, no puedo aceptar sola algo así.
-- No, ya te he dicho que cuando terminemos de hablar, te llevare a donde esta, y tú serás quien se lo diga. Aceptare la respuesta después de que habléis, pero tú me tendrás que decir si estas conforme o no. Hace siglos escribí un grimorio, que deje en el mundo de los mortales, con la esperanza de que algún día, alguien con talento mágico y bondad en el corazón lo encontrara, pero el destino quiso que lo encontrara aquel que no debía encontrarlo. En ese grimorio está especificado la forma de atraer al espíritu del Archidemonio. Me imagino que Alistair no te ha dicho por qué tiene que ser un Guardia Gris el que mate al Archidemonio. – Niego con la cabeza - Para matar al Archidemonio, solo se necesita una espada y un brazo muy fuerte, pero si no lo hace un Guardia Gris, al liberarse el espíritu buscara el cuerpo de un ser que porte la infección, si encuentra a un engendro tenebroso, volverá a revivir en ese cuerpo transformándolo en el dragón que tú ves. Pero si lo mata un Guardia Gris, el espíritu del Archidemonio viaja al cuerpo del Guardia gris y los dos espíritus son destruidos. No quiero que sea destruido… no puedo pensar en tal situación. Pero si existe un bebe nonato, entonces viajara al cuerpo del feto y se reencarnara sin infección, con la sabiduría que tuvo, libre de cualquier enfermedad o locura. Eso es lo que el grimorio explicaba, pero cayó en manos indebidas, no quiero que nadie le incline hacer algo que él no haría por sí mismo. Además por razones que no puedo explicarte, necesito que sean dos elfos los padres del bebe. Mi propuesta es esta, me imagino que ya lo habrás adivinado. Una cosa más, una de tus seguidoras, la madre de Morrigan tiene el grimorio y esa es la razón por la que te sigue. Pero llegado el momento, te interesa que exista la duda si fue ella o tu quien se llevo el espíritu del Archidemonio. Bien qué me dices a la propuesta.
-- No te puedo responder, no así, necesito hablarlo con Zevran y los dos necesitaremos que respondas a más preguntas de las que has respondido. No puedo fiarme de lo que digas, deberías saberlo, porque me estas proponiendo que me quede embarazada. Sabes que si sucede, los templarios no pararan hasta que nos hayan capturado o destruido a los tres. Además según tengo entendido los Guardias Grises rara vez pueden engendrar hijos. No definitivamente no puedo responderte sin haber hablado con Zevran, él va a estar tan involucrado como yo.
-- Bien te llevare al lugar donde esta Zevran. Pero antes quiero que me respondas, ¿Si estarías dispuesta a quedarte embarazada?
-- Quedarme embarazada de Zevran… la respuesta es SI, por supuesto. – me gustaba la idea muchísimo, tener un futuro con Zev y un hijo, me pareció la mejor recompensa que los Hados podían otorgarnos, pero también sabía que era imposible – Pero también te he dicho por qué NO debo quedarme embarazada. Además aquí implica muchas más cosas, porque el niño podría ser el portador del espíritu que tu quieres sanar y para aceptar eso, primero necesito hablar con Zevran, nuestra relación es de amistad, no sé si lo que siente Zev hacia mí, es lo mismo que lo que siento yo y un hijo implica demasiadas cosas. Segundo necesito respuestas directas y reales tuyas.
-- Veo que te ha gustado la idea. No podría ser, sino que seria el portador del espíritu de mi compañero. Quieres la verdad, tú tienes una forma de conocer la verdad de lo que te digo, sin posibilidad de engaño, puedo engañar a tus sentidos físicos, pero jamás podría engañar a tu empatía. Ven sígueme.
-- Te seguiré, pero no antes de que hagamos un pacto. Comprendo por qué haces, lo que estás haciendo. Pero quiero saber que ocurrirá si, al final nos negamos a ayudarte.
-- Me quedare con uno de vosotros dos. Con cual, me es indiferente, lo decidiré cuando ocurra.
-- ¿Quieres decir, qué si nos negamos, uno de los dos morirá? Si es así, yo soy la que represento mayor peligro para tu compañero. No te seguiré hasta que me jures que me escogerás a mí, en lugar de a Zevran, él no representa ningún peligro para tu compañero.
-- Realmente lo amas hasta tal punto, que no te importa morir por él, sabía que mi elección había sido correcta, pero esto lo confirma. No puedo jurarte que te escogeré a ti, en lugar de a Zevran. Porque no sé si Zevran me hará jurarle lo mismo. ¿Por qué adelantas acontecimientos que no conoces? Pero si llegáis a negaros, solo te puedo prometer que intentare llevarte a ti en su lugar. Espero que con eso te llegue.
No podía forzarlo, no ahora, quizás cuando Zevran supiera todo, y se negara a aceptar la propuesta, solo entonces podría forzarlo.
-- Cuando quieras, te sigo.
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