sábado, 3 de julio de 2010

Neshama una bruja diferente 14


Capítulo 14

Paso el tiempo casi sin darnos cuenta, solo faltaba un día para llegar hasta el lago que rodea la torre de los magos. Habían sido días de monótono caminar, apenas había tenido oportunidad de hablar con Zevran o de prepararnos, para lo que pudiéramos encontrar en la torre. Esa tarde decidí que mejor parábamos y preparábamos el campamento, ya que tenia intención de que fuera permanente hasta que hubiéramos estado en la torre, no quería llevar a Alistair a la torre, pero sabía que este querría ir por encima de todo, y me imaginaba que Leliana iría detrás de él como si fuera su sombra.
Después de cenar me aleje del campamento, por que quería pensar como plantear la situación para evitar una pelea y que Alistair insistiera en venir a la torre conmigo, de hecho había pensado en llevar solo a Morrigan y a Zevran, eran la compañía mas segura que dentro de la torre podría encontrar, Zevran era realmente la única persona en la que confiaba, Morrigan al correr el mismo riesgo que yo, pensé que podría llegar a confiar en sus acciones, pero Alistair, Leliana y Sten no los quería cerca de los templarios, sobretodo a Alistair, pero pocas opciones me iba a dejar.
Estaba perdida en estos pensamientos cuando Zevran se me acerco.
-- ¿Estas bien Neshama?
Le sonreí, sabía que pocas cosas se le escapaban a Zevran, parecía tan sintonizado a mis sentimientos que a veces hasta daba miedo, no entendía como había ocurrido, pero era el único que realmente veía mis sentimientos o quizás fuera al único que le importaban.
-- Si Zev, estoy bien, preocupada y pensando como solucionar el dilema que se me viene encima.
-- Realmente no quieres ir a la Torre de los magos, ¿verdad?
-- Sinceramente Zev, no, no quiero ir a la torre de los magos, ya tuve mas que suficiente con 20 años de mi vida en esas paredes, pero no veo muchas opciones en las que me pueda librar de tal obligación.
-- Entonces deja que sea Alistair quien vaya a pedir ayuda a los magos.
-- Ese es el mayor de todos los problemas Zev, no quiero volver a la torre, eso es cierto, pero por encima de todo no quiero volver con Alistair a mi lado, no puedo fiarme de él. Pero tampoco tengo alternativas, tenemos que ir a la torre a pedir ayuda a los magos, pero si solo pudiera ir contigo, no habría inconveniente, no tendría miedo…
-- Te he visto luchar contra un ejercito de esqueletos, contra un montón de engendros, pero jamás te he visto mostrar miedo, incluso estuviste dispuesta a ser apresada en la posada, para darnos la oportunidad de escapar, eso me recuerda que aun me tienes que explicar ciertas cosas que pasaron aquel día, aunque ahora prefiero que me expliques ¿Qué es lo que te asusta tanto de ir a la torre de los magos?
Cierro los ojos y las imágenes de situaciones vividas en la torre vienen a mi memoria, ojala tuviera menos memoria, ojala pudiera olvidar.
-- Te acuerdas cuando te dije que quizás llegara un momento en que tuvieras que irte y dejarme atrás…
Zevran intenta hablar, pero le pongo un dedo en los labios, para que no hable.
-- No estoy cambiando de tema Zev, aunque lo pueda parecer – como siempre cuando me pongo nerviosa recurro a la magia, crear luces de colores en mis manos me ayuda a pensar, aunque algunos han creído a lo largo de los años que lo hago por vanidad, nada mas lejos de la verdad, solo me ayuda a concentrarme, Zev me sigue con la mirada – A lo largo de 20 años, he visto desaparecer a compañeros, amigos, incluso a enemigos, pero si solo hubiera sido la muerte, hasta podría llegar a convivir con las imágenes, pero los templarios no se conforman con matarnos, eso seria piadoso, para ellos es mejor convertirnos en seres sin sentimientos, sin emociones, autómatas que solo hacen aquello que se les ordena, sin que tengan la mas mínima posibilidad de revelarse, sin que puedan llegar a decir que sienten. Incluso se de magas y magos, que han sido violados por los templarios, se por todo lo que tu has tenido que vivir, que esto no es tan grave, pero no todo el mundo es tan fuerte. Además se supone que ellos son la luz y nosotros la oscuridad, ellos son el bien y nosotros el mal. A mi nunca me tocaron, en parte por que me tenían miedo y en parte por que mi tutor y maestro, era el primer Encantador de la torre de los magos Irving, pero eso no evito que me llamaran para sanar una y otra vez, a sus objetos de violación, yo podía sanar sus cuerpos, pero no podía sanar sus corazones, y ellos jamás supieron que tenia empatia, podía sentir todo lo que la otra persona sentía, sentí cada golpe, cada violación como si me lo estuvieran haciendo a mi, para los templarios solo somos objetos, para usar a su disposición y después descartar a su antojo, todo eso con la bendición de la maldita capilla y su maldito dios, por eso… - le mire a los ojos – por eso Zev, te puedo comprender mucho mejor de lo que te imaginas.
“Cuando conocía a Alistair y me di cuenta que había sido un templario, comprendí que jamás podría confiar en él y que jamás podría ser mi amigo, pero ahora es mi enemigo y entrar en la torre en cierta forma me deja indefensa, solo puedo confiar en ti allí dentro y aquí afuera igualmente, eso hace que me plante si realmente debería llevarte a la torre conmigo. No por favor, espera a que termine. Sabes que mate a Jowan, que fue durante muchos años mi mejor amigo, incluso diría que fue como mi hermano menor, por que él siempre fue el más débil de los dos, fue una promesa que nos hicimos hace muchos años cuando aun éramos unos niños, nos prometimos que antes de que uno de nosotros se quedara indefenso ante los templarios, preferíamos morir en manos de un amigo, nunca me imagine que tuviera que matarlo, y aunque fuera un juramento hecho con el consentimiento de los dos, me dolió profundamente tener que cumplirlo. Si entro en la torre y Alistair quiere mi sangre, el resto de los templarios le apoyaran incondicionalmente, y Irving no podrá ayudarme, no puede poner en peligro toda la torre por mi, y no tendré ninguna otra alternativa que luchar hasta la muerte, pero no quiero arrastrarte a esa situación conmigo, si ocurre me gustaría que te fueras, que no te enfrentes a los templarios ni Alistair, con la muerte de un amigo en mi conciencia tengo mas que suficiente. Toma – le tendí una bolsa mágica que siempre llevaba a la cintura – contiene gemas, oro, runas y algunas otras cosas de valor, con ello podrás llegar sufientemente lejos como para que los “Cuervos” no te encuentren, no por favor, no la rechaces, si salimos de la torre todos ya me la devolverás, pero por si acaso guárdala por mi.
Esta muy serio, incluso dolorido, su cara esta impasible pero sus ojos dicen mucho de lo que esta pensando.
-- ¿Entonces quieres que te abandone?
-- Si Zev, quiero que si ocurre lo peor te vayas sin mirar atrás, no me abandonaras, por que cuanto salgas del área de peligro, lanzare un hechizo que carbonizara toda la zona y a todos en el área, para desgracia de los templarios yo no soy Jowan, no estoy indefensa.
-- Te jure que estaría contigo hasta el final, no voy a abandonarte.
-- Zev, se lo que juraste, pero esta no es la guerra a la que juraste lealtad, esta guerra realmente es entre Alistair y yo, a veces pienso que seria mas fácil simplemente irme, desaparecer y que él se encargue de la Ruina y de los engendros tenebrosos, pero se lo jure a un Guardia Gris que me salvo la vida y por respeto a ese juramento no puedo marcharme.
-- ¿Entonces lo que ha habido entre nosotros dos, no… no ha significado nada para ti?
-- Zev… - me levanto, no quiero que vea mis lágrimas, pienso detenidamente antes de contestarle, por que si le digo que “no ha significado nada”, le haré daño, lo se y además es una gran mentira, pero también le salvaría la vida, también sé que siempre le han utilizado, usado y le han tratado como si fuera un objeto. Y si he aprendido algo en mi vida, es que es mejor morir sabiendo que le importas a alguien, que vivir siendo solo un objeto, por esa razón me decido por la verdad. – Zev… tengo miedo a la torre, por que soy feliz ahora, por que por primera vez en mi vida tengo una razón para querer vivir, jamás antes de conocerte tuve miedo a morir, ni miedo a la torre. No puedo expresarlo mejor, lo siento.
-- ¿Pero aun así quieres que me marche y te deje enfrentarte a los templarios en solitario?
-- Si Zev… si, por que quiero que vivas por los dos.
-- No, no podría vivir por los dos, por que estaría muerto por dentro, no me pidas que te deje, a no ser, que no me quieras a tu lado.
-- Si claro que quiero estar contigo, jamás lo dudes.
-- ¿Quieres que tengamos un futuro juntos?
Le miro y apenas sonrió, por que es difícil sonreír cuando tienes lagrimas en la cara.
-- Si es lo que más deseo… y quisiera que fuera una realidad.
Me abrazo y recosté mi cara contra su pecho, mientras le escuchaba.
-- Entonces no vuelvas a pedirme que te abandone o que te deje sola ante el peligro, sea el que sea. Te seguiría hasta las puertas de la Ciudad Oscura, con tal de estar a tu lado. Lo que sea de ti, será de mí.
-- De acuerdo Zev, entonces estaremos juntos hasta el final, sea el que sea.
Me levantó la barbilla y me besó, mientras nos mirábamos a los ojos. En ese momento comprendí que había cosas más importantes que la vida, ya que una vida sin una razón, es como una cáscara vacía. También comprendí que en cierta forma había sellado su destino al mió, algo que me asustaba, pero quizás ya había sido sellado el día que nos encontramos en el camino.
Nos encaminamos a la tienda de campaña que compartíamos desde hacia dos semanas. Mañana era una gran incógnita, pero hoy… hoy intentaríamos estirar al máximo nuestra felicidad, por que él mañana era totalmente incierto.


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