sábado, 3 de julio de 2010

Neshama una bruja diferente 11


Capítulo 11

Después de comer, Zevran subió a la habitación que compartía con Alistair y Sten, mientras que yo salía de la taberna al acantilado, la verdad es que no tenía ninguna intención de volver a la habitación que compartía con Leliana y Morrigan, pero tenía que dejar las cosas que habíamos comprando. Para mi alegría me encontré a Morrigan sentada en el quicio de la ventana y la pude entregar la mochila para que la metiera en la habitación, cuando iba a partir, Morrigan me dice.
-- Tendría que hablar contigo Neshama.
-- Pues entonces mejor sales, no tengo intención de entrar en la habitación, ni ganas de hablar con Leliana.
-- No te gusta la habitación, anoche tampoco viniste a dormir, de hecho creo que esta mañana Leliana y Alistair estaban hablando de ello, deberías tener cuidado con esos dos.
-- No es que me disguste… sal y seguimos hablando sin paredes.
Salta la ventana y después nos alejamos hacia donde estaba el acantilado. Me senté en una piedra cerca del borde, Morrigan encontró otra cerca y se sentó enfrente de mí.
-- Morrigan la habitación no tiene nada malo, pero odio estar encerrada, prefiero el frió de la noche a las paredes, ya he tenido mas que suficientes para toda mi vida, si puedo las evito. Me gustaría saber que necesitas y como te puedo ayudar.
-- Hay cierto libro que los templarios robaron a mi madre, un grimorio al que mi madre tenia especial estima, si vamos a la torre, es posible que puedas localizarlo.
-- Si esta en la torre, creo saber donde puede estar, ya veremos, todavía no estoy totalmente segura de querer acercarme a la torre. Y mucho menos en compañía de Alistair o de Leliana, no me fió de ellos, ni de sus intenciones reales y tú tampoco deberías fiarte de ellos.
-- No me fió de ellos, ni de nadie, ya lo sabes. Pero tarde o temprano tendremos que ir a la torre, y no veo como los vas a dejar atrás.
-- Si en eso tienes razón, pero es que ahí dentro solo podré confiar en Zev y en ti, ningún otro es de fiar, - y pensé, “en ti, por que corres el mismo riesgo que yo, que sino tampoco” – Sten se mantendrá al margen pase lo que pase, pero Alistair esta cada vez mas raro, ha perdido su entrenamiento como guardia gris y solo piensa como un templario. En la torre nos encontraremos a más de un templario y no es fácil luchar contra ellos, realmente tenemos que pensar como hacerlo. Pero tenemos una ventaja sobre ellos, si es que puedo mantener la empatia funcionando a pesar de estar atontada, podría curar a Zevran o a ti, aunque los templarios me bloquearan, deberíamos practicar, es la única manera.
-- Podría atontarte si quieres y probamos, por que no espero que le pidas ayuda a Alistair, ¿verdad?
La sonrió y le digo.
-- Bueno siempre podría cabrearle mucho y probamos, pero no me parece un método muy efectivo. De todas formas tenemos dos semanas para prepararnos, dudo mucho que Alistair no vuelva a insistir en ir a la torre primero, y por supuesto tendremos que hacerlo cuando Alistair y Leliana estén distraídos, incluso había pensado en empujarlos para que se hicieran pareja, no seria mala idea tenerlos en un paquete a los dos juntos.
-- Hablando de parejas, ¿Qué ha pasado entre tú y Zevran? Cuando habéis vuelto de la ciudad veníais como si fuerais dos niños en un día de fiesta, no ha pasado desapercibido a ninguno del grupo. Creo que confías demasiado en ese elfo, sobretodo después de que intentara asesinarte.
-- Pues ya ves, la magia hace que la gente se vuelva loca, quizás es eso lo que me ha pasado a mi. Veníamos hablando de historias y nos estábamos riendo de algo que vimos en el camino, no veo cual es el problema con la risa, parece que en este grupo, siempre hay que estar serio, para cuadrar con la situación. Y para tu información si confió más en Zevran que en Alistair. Lo demás no creo que sea problema de nadie, excepto de nosotros dos. Yo no voy preguntando a los demás que hacen con su vida, tenemos una guerra que ganar, pero lo que haga cada uno en sus momentos libres, es cosa de cada quien, no mía ni de nadie. - Siento que me besan en el cuello y sonrió. – Bueno hablare con Zevran y veremos cuando podemos practicar, es importante, yo me iré hacia la playa a bañarme.
-- Vas a reunirte con Zevran, ¿verdad?
-- Yo no te pregunto lo que haces, y espero la misma cortesía por tu parte.
-- ¿Eso quiere decir que puedo ligar con quien quiera?
-- Si, excepto conmigo, no me gustan las mujeres, lo siento.
-- ¿También puedo ligar con Zevran?
-- Si, es mi amigo, no mi propiedad.
-- Estas segura que no te molestaría.
-- No, no me molestaría, confió plenamente en él.
-- Te asesinara en cualquier momento.
-- Bueno es mi vida, puedo hacer con ella lo que quiera. Gracias por tu preocupación.
Camino hacia el lugar donde se que se puede comenzar a bajar hacia la playa que hay abajo del acantilado, alejándome de Morrigan y sus constantes preguntas. No me molesta, pero hay infinitas cosas que Morrigan no llega a entender, por que siempre mira a la altura de su nariz, y el mundo no fue hecho solo, tal cual ella lo ve. Pero he aprendido que la gente solo cree, aquello que esta dispuesta a creer, ni mucho menos tiene que ser la verdad, solo la “verdad” que mejor se adapte a su forma de ver la vida.
Con estos pensamientos he llegado al borde de la playa, genial, hay luna llena y con su luz se ve claramente el agua y la playa, así que aprovechare a bañarme, no mucho tiempo ni muy adentro, que mal, no se nadar creo recordar que en uno de los libros que leí hace tiempo, lo decían así, bueno pero solo en la orilla estará bien. Me desnudo y entro en el agua, aunque esta fría, mas bien muy fría, maldito clima el de Feraldan, siempre hace frió. Pero pronto olvido el frió y disfruto del agua y de sus sensaciones, estoy perdida en estos pensamientos, cuando siento las manos de Zevran acariciándome la espalda y su cuerpo pegándose al mió.
-- Esta agua siempre esta congelada.
-- Si es cierto, mejor salimos.
Me gire y le salpico con agua, estaba sonriente pero se veía que tenia frió, así que le pase la lengua por el pecho, la verdad es que era a donde llegaba, ya he dicho antes que era bajita.
-- Ummm estas salado y rico… vamos para comerte.
-- Siempre estoy rico.
-- Presumido. Intenta alcanzarme si puedes viejo.
Salí corriendo del agua, lance un pequeño hechizo sobre el montón de madera para que prendiera la hoguera y intente esquivar a Zevran que iba justo detrás de mi, al final no lo conseguí, me alcanzo en segundos, peleamos en broma, hasta que consiguió besarme, después…
Tiempo después cuando nos habíamos acostado y simplemente disfrutábamos de nuestra mutua compañía, le estaba mirando a los ojos, mientras Zev, me acariciaba la cara. Toda la risa y el sexo habían quedado atrás, ahora solo quedaba la ternura y era igual de agradable.


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Volvía a estar solo con Neshama, así que ella se comportaba tal cual es, irresistible. Pero en algún momento, tenemos que hablar seriamente, me asusta mucho la conversación que tuvo con Morrigan, no se si era fingido o era real, cuando la ha dicho que podía intentar ligar conmigo, no es que tenga interés en Morrigan, pero tengo miedo de descubrir que para Neshama solo soy un pasatiempos… no quise seguir pensando en esa conversación, hacia que me planteara muchas cosas sobre mi mismo.
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