lunes, 5 de julio de 2010

Neshama una bruja diferente 18

Capítulo 18

Llegamos a un lugar desolado, en el que solo había la entrada a una cueva, el espíritu que me acompañaba, me dijo que en la cueva estaba Zevran, pero que él no podía haberlo despertado, ya que con toda seguridad no hubiera confiado, además debía ser yo quien lo despertara si es que podía.
Me acerque a la entrada de la cueva, que era muy pequeña, incluso para mi, si quería entrar debía hacerlo arrastrándome, pues ni de rodillas entraría. Sin pensarlo me tire al suelo y entre en la cueva, todo en lo que mi mente se podía concentrar era que en ese lugar estaba Zevran, en alguna parte de ese sitio estrecho, oscuro y apestoso. Invoque una luz suave para poder ver por dónde iba, ese tipo de hechizo no consume demasiada energía y además es muy útil. Me arrastre durante un buen rato, hasta que el túnel se fue ampliando y me di cuenta que había un bulto tirado en el suelo, entonces de un salto salí del túnel a la seudo cueva y corrí, corrí todo lo rápido que pude hasta llegar al pie de los harapos, me arrodille a su lado, las manos me temblaban, poco a poco le fui moviendo para verle la cara. Los Dioses me ayudaran, estaba totalmente lleno de heridas y llagas infectadas y supurantes, con cuidado de no hacerle más daño le quite los harapos y todo su cuerpo estaba en la misma situación que su cara y sus manos, debía de estar en total agonía, me alegraba que no estuviera consciente o eso pensaba. Cuando me moví un poco más cerca de su cara, me di cuenta que tenía los ojos abiertos y me miraba, extrañado casi como si no me reconociera.
Le puse suevamente un dedo en los labios para evitar que hablara, tenía heridas en los labios que debían dolerle más si intentaba hablar, después le dije.
-- Zev cariño, tranquilo todo a pasado, mírame a los ojos, ya estas a salvo, no tienes de que preocuparte.
-- ¿Neshi? – Levanto su mano y tomo la mía, se la llevo hasta los labios y me beso en la mano, yo apenas podía ver debido a que mis lágrimas me enturbiaban la visión – No, no deberías estar aquí, es peligroso que ellos te encuentren. Vete por favor.
-- Zev, mírame por favor. Todo esto no tienes por qué soportarlo, es solo un mal recuerdo, cariño es solo una pesadilla, por eso no te puedo curar. Oblígate a pensar y todo el dolor desaparecerá.
-- ¿Es posible que todo sea una pesadilla? Solo te recuerdo a ti, pero tu recuerdo es borroso.
Me incline hacia su cara y le bese en los labios con mucha ternura, intentando transmitirle cariño y calor. Poco a poco su cuerpo fue recuperándose y al final conseguí sacarlo de la enorme pesadilla en la que había estado. Cuando despertó, me abrazo y le abrace a mi vez, no hubo palabras, los dos sabíamos muy bien lo que había visto y lo que él había vivido.
Espere en silencio a que Zevran se recuperara y que mis lágrimas dejaran de fluir, antes de comenzar hablar, necesitaba saber que estaba bien, que la pesadilla había pasado. Saque un pañuelo y un poco de agua, para limpiarle la cara, sabía que él era mucho más detallista con esas cosas que yo, que posiblemente a estas alturas debía tener cada pelo de la cabeza de punta y la cara negra de churretes pero no me importaba, pero quería que él se sintiera bien, además necesitaba tocarlo, cerciorarme de que estaba a mi lado. Le pase el paño por la cara suavemente y él me lo quito para hacer lo mismo conmigo, empezó a limpiarme la cara hasta que llego a mis labios, paro y me beso, después me dijo.
-- Siento mucho que tuvieras que ver, esa parte de mi vida, pero si las dejas marchar quizás algún día se borren sus cicatrices.
-- Zev no me importaría sentir y tener todas tus cicatrices, si con ello pudiera borrarlas en ti. No te preocupes por mí, estoy bien, y ahora me siento mejor ya que estas a mi lado.
-- Me gustaría saber a qué hado, le debo la suerte de haberte encontrado.
-- Me lo debes a mí. Neshama, ha llegado la hora de que le cuentes lo que hemos estado hablando.
Mierda me había olvidado del condenado espíritu, que aun no sabía ni cómo llamarlo, Zevran se dio cuenta que algo no iba bien, cuando me tense al escuchar la voz. Después de unos minutos que use para ralentizar mi creciente enfado con ese espíritu, ente o lo que demonios fuera, comencé a contarle toda la historia que me había contado a mí. Le detalle cada palabra que había dicho sobre la historia y cual sería nuestro compromiso. Pero antes de terminar le dije.
-- Zev, no tienes por qué aceptar, sé que es un gran compromiso y al fin y al cabo, no nos hemos jurado amor eterno y esas cosas.
Ahí me volvió a interrumpir el ser.
-- No Neshama, eso es hacer trampas. Zevran si no…
-- NO, dejaste bien claro que no intervendrías, es mi decisión.
Zevran hablo.
-- ¿Neshi, tu querrías tener un hijo mío?
-- Si, si y si. – Le miro a los ojos y le sonrió, mostrándole lo que pienso sobre ello - Pero no puedo sentenciar a nuestro hijo, los templarios no nos dejarían vivir, ni a mí, ni al bebe. Los magos somos propiedad de la maldita Capilla, y esta nunca deja de vigilar. Además está el pequeño inconveniente de que los Guardias Grises rara vez pueden engendrar y me imagino que menos gestar a un bebe. También está el hecho de que aquí nuestro “amigo” tiene que responder a muchas preguntas, antes de que aceptemos nada.
-- Nunca permitiría que ningún templario se acercara a ti o a nuestro hijo, moriría por protegerte. Si a mí también me gusta la idea de un bebe, además sería bueno darle una oportunidad a ese ser de renacer sin la infección, pero tienes razón, necesitamos respuestas.
-- Zev, piensa que es un compromiso demasiado grande, soy una maga me guste o no, la capilla y los templarios jamás pararan de darme caza, aunque sea una guardia gris, no cejaran cuando la Ruina termine y pueden hacerlo, tienen un frasco con mi sangre y a través de ella pueden rastrearme, no sé como lo hacen, pero sé que lo hacen. Hace mucho tiempo una maga anciana me dijo, que ningún hombre cuerdo se uniría a una maga. Por favor piénsalo detenidamente.
-- No soy un hombre cuerdo – se ríe – así que no tengo ese problema. Si tú me quieres a tu lado ahí estaré, siempre.
-- Por los Dioses, claro que te quiero a mi lado, pero en este caso no es lo que quiero sino lo mejor para ti.
-- Esta bien, si tú no quieres, lo aceptare.
El dolor en su voz fue espantoso, ni tan siquiera cuando me hablo antes, lleno de heridas y llagas, sonó tan dolorido.
-- Escúchame Zev, no sé cómo definir lo que siento por ti, solo puedo decir que moriría por ti e incluso me sacrificaría porque tú fueras feliz, no sé cómo definirlo con una palabra, si es que existe alguna palabra que lo defina. Estar contigo y tener un bebe, me parece el mejor destino que pueda tener mi vida, tan genial que me da miedo tan siquiera pensarlo, porque estoy segura que lo perdería.
-- No eres la única, siento muchísimo miedo. Además de a tus “amigos” templarios, habrá que añadir a mis “amigos” “Cuervos”, como ves no vamos a tener tiempo de aburrirnos. Pero si existe una pequeñísima posibilidad de que se haga realidad, lo intentare, si tu estas dispuesta a intentarlo.
-- De acuerdo Zev, acepto. – Cuando me gire hacia el Ser para hablarle, Zevran me abrazo y me atrajo hacia su cuerpo, así quede apoyada sobre su pecho, cerré un segundo los ojos para sentir su abrazo, su presencia me relajaba, si él estaba conmigo todo estaría bien. - Pero Ser, Ente o como te llames, necesitamos y queremos respuestas, verdaderas, sin zonas oscuras, ni medias verdades. Quieres nuestra ayuda, bien. Nosotros queremos la verdad para poder ayudarte.
-- Bien la verdad, de acuerdo. Aunque puede ser mortal para tu pueblo y para vosotros, si sale de este lugar, así que pensar muy bien antes de hablar fuera de aquí, de lo que sabéis. Me podéis llamar Ort, fue uno de mis nombres, pero que todavía aun hoy es recordado en algunas partes de los Thedas. Neshama te ofrezco lo mismo que te ofrecí antes, únete a mí a nivel empático, de esa manera no dudaras si te estoy diciendo la verdad o no, porque sabrás que cada palabra que diga corresponde a la verdad. ¿Quieres hacerlo?
-- Si lo haré, pero antes… - le hable a Zevran – Necesito el roce de tu piel con mi piel, para que me ancles, aquí y ahora, si ves que desvarió y que me quedo inconsciente, intenta despertarme como sea.
-- Si es tan peligroso para ti, no lo hagas.
-- No, lo necesitamos para saber si nos dice la verdad, solo necesito que mi piel toque tu piel, tu presencia será suficiente ancla, contra cualquier truco que pudiera intentar.
-- Bien dame un segundo. – se quita el peto y la camisa, luego me quito el peto y la camisa, me paso sus brazos por la cintura y volvimos a quedar igual que antes, pero ahora estábamos totalmente en contacto, pues los dos estábamos semidesnudos. - ¿Estás bien así?
-- Si cariño. Cuando quieras Ort.
Alce una mano hacia Ort y este se movió más cerca de nosotros, para que pudiera tocarlo, mis dedos se cerraron en su mano y Ort me sujeto la mano. Mi empatía entro en juego uniéndose a la empatía de Ort, pero al estar en contacto con Zev, mi empatía también le envolvió a él, así que todo lo que yo sentía de Ort se lo transmitía a Zevran, nunca había hecho algo así, era extrañamente reconfortante y a la vez trastornador, pues sentía que el ser que tenía delante era muy viejo, pero había algo en su esencia, que me era profundamente familiar. Nos dio tiempo para que nos pudiéramos acomodar a nuestra nueva forma de sentir y de escuchar, pues si bien yo estaba acostumbrada a conectarme a nivel empático con cualquier criatura, fuera animal o persona, nunca había sentido la empatía de otro ser, conectándose a la mía. Por no hablar de Zevran que estaba totalmente maravillado de que pudiera sentir lo que yo sentía y a la vez lo que sentía Ort, aunque la conexión era a nivel básico, para evitar que nos pudiéramos perder en el pasado de Ort o incluso en el pasado de Zevran o el mío, no dejaba de ser una conexión de sentimientos, más que una conversación telepática, ya que para hablar usábamos la voz, no los pensamientos.
Zevran me abrazo mas fuerte atrayéndome hacia él, después me beso en el cuello, me traspaso un escalofrió de placer, el escalofrió viajo hacia Zevran que lo sintió igualmente, esto lo sorprendió totalmente, hasta tal punto que jadeo. Ort le dijo.
-- Zev, no hagas eso, no entiendes realmente como funciona esto, ¿verdad?
-- No, pero es increíble. No, no me digas que tu… ohh vale lo entiendo.
-- Neshama no eres muy considerada con tu amante, no le has mostrado la maravilla de la empatía, o quizás es que tú tampoco conoces todo su potencial. Esto funciona así Zevran, si tú sientes placer, yo siento placer, Neshama siente placer. Ese método se puede aplicar a cualquier sentimiento o emoción que tengas en este momento, lo trasmites como si lo gritaras, más aun, ya que no lo oyes sino que lo sientes.
-- Ort realmente sé muy poco sobre la empatía, piensa que nunca he tenido a nadie que me enseñara, porque tampoco he conocido a nadie que la tuviera. Lo poco que se, lo he ido aprendiendo sobre la experimentación. Nunca se la mostré a Zevran, porque la gente que nunca la ha tenido siente temor hacia la nueva experiencia, es normal. A todos nos gusta guardar nuestros pensamientos y sentimientos de los demás, no es grato estar con alguien que puede conectarse contigo hasta el punto en que cualquier cosa que sientas, se la trasmitas y viceversa.
-- Pero tu Neshama deberás hacerlo, los empatas son demasiado sensibles y necesitan la unión total, sin ella siempre se sentirán solos. Además tu empatía es muy fuerte, por lo que me imagino que siempre te has sentido totalmente aislada de los demás. Zevran y Neshama os recomiendo realmente que os unáis así, ya que tu Neshama lo necesitaras para vivir, aunque ahora no me creas. Se de lo que hablo… conozco el sentimiento de aislamiento demasiado bien, te carcome, puedes llegar a perderte o disolverte, solo por soledad, a mi me ha mantenido firme la esperanza de poder encontrar a mi amante, pero sin ella hace tiempo que habría desaparecido. La empatía es algo que rara vez se da en seres vivos, hacía mucho tiempo que no conocía a una elfa que la tuviera, los humanos no pueden tenerla, es una de las tantas cosas por las que envidiaron y subyugaron al pueblo elfico.
“Pedís la verdad. Me es difícil hablar de la verdad, después de estar tantísimo tiempo guardándolo en secreto, pero os la prometí, así que es justo que os la cuente. La historia esta ligada directamente a la historia del pueblo elfo. Nosotros perdimos muchas cosas en manos de los humanos y somos muy pocos los que hoy recordamos la verdad de lo acontecido, mi amante era uno de ellos hasta que la infección se apodero de él, no os diré su nombre, prefiero que vosotros lo decidáis, además es más seguro para él y para vosotros dos. La historia de su vida, comienza…”
Estuvo hablando durante mucho tiempo, nos relato la esencia del espíritu de su compañero, nos hablo de cuan unidos estaban y del por qué había sido infectado, también nos dijo que los dos habían sido elfos inmortales y por qué se perdió la inmortalidad en el pueblo elfico, de por qué los humanos pensaron, que nuestros “Dioses” supuestamente “desaparecieron”. Cuando fueron ellos los responsables de crear una enfermedad que los volvió locos, la misma infección que era la responsable de la Ruina, que solo atacaba a nuestros ancestros más sabios, con la esperanza de conseguir borrarnos de la existencia de los Thedas. Pero habíamos demostrado ser un pueblo tenaz, éramos capaces de sobrevivir a muchas cosas. Los espíritus que la capilla se empeñaba en llamar Archidemonios no eran demonios como tales, ni tan siquiera eran dragones, sino que en su tiempo fueron los “Dioses” de los elfos. Ya que sin nuestros protectores, esperaban conseguir extinguirnos algún día, ya no los teníamos, pues habían sido infectados, pero había una manera de salvarlos.
Nos mostró muchísimas imágenes, situaciones que él había vivido, nos trasmitió toda su vida, para que nos diéramos cuenta de lo que realmente era y de por qué nos lo pedía. Incluso porque necesitaba que fuera una pareja elfa y que uno de los dos o los dos tuviera empatía, ¿Por qué? había forzado a mi destino a terminar en Ostagar y a terminar uniéndome a los Guardias Grises.
-- Ahora el destino de mi compañero y el mío esta en vuestras manos. De vosotros depende íntegramente, lo que pase a continuación, pues sé que mi compañero jamás aceptara ir con Morrigan, aun en su locura, sabe la clase de persona que es. No querrá saber nada de ella, aunque sea la única alternativa. Sé que pensáis que soy un cabrón y quizás estéis en lo cierto, pero quiero que os preguntéis, en el caso hipotético de que estuvierais en mi situación, ¿Acaso no haríais lo mismo?
Zev fue el primero en hablar.
-- Si haría lo mismo, sin escrúpulos y sin remordimientos.
Dije
-- Sin dudar lo haría.
-- Entonces aceptáis mi propuesta, ¿nos ayudareis?
-- Si me quedare embarazada, aunque no sé cómo vamos a poder salvar el abismo, que ha creado la infección en mí.
Zevran dijo.
-- Los protegeré con mi vida, estaré siempre ahí mientras Neshi me quiera a su lado. Si acepto.
-- Ohh te quiere Zevran, sino busca en tus propios sentimientos y en los sentimientos de ella, aunque creo que eso aun tenéis que descubrirlo vosotros, cuando realmente estéis unidos. Habéis aceptado, ahora solo tengo que usar un poder mágico, largo tiempo olvidado, para que Neshama se pueda quedar embarazada, la primera vez que volváis hacer el amor, pero solo se activara el embarazo, cuando llegue el día anterior al enfrentamiento con mi compañero. Aunque Neshama tendrá todos los síntomas del embarazo, pero no se le notara físicamente, por lo que os recomiendo que seáis discretos ya que Alistair puede llegar a notarlo, sería muy recomendable que no llegue a conocimiento de ningún humano, como mínimo hasta que mi compañero sea adulto, ya sabréis por que en su momento. Una cosa más Neshama y Zevran, si vais a uniros a nivel empático, no lo hagáis cerca de Alistair, ni de cualquier otro humano que pueda notarlo. Sobre todo no lo hagáis cerca de algún templario o miembro de la capilla, ellos saben que era un poder mágico entre los elfos inmortales, aunque vosotros dos por desgracia no lo seáis.
Se acerco a nosotros y puso su mano en mi vientre, dibujo un símbolo con los dedos y después dijo unas palabras en un idioma que no entendimos, después hizo lo mismo con Zevran. Los símbolos no eran visibles, pero yo lo sentía en mí y sentía el que Zevran tenía, fue muy interesante, pensé que si podía exploraría mucho mas la empatía, pues realmente no sabía nada, sobre ella.
-- Bueno esta hecho. A partir de ahora os ayudare para que podáis conseguir escapar de todos esos “amigos” de los que hablasteis, no os preocupéis por el oro, es fácil de conseguir y tu bolsa mágica, esta realmente entre dos mundos, será muy fácil introducir todo el oro que necesitéis, incluso puedo buscar alguna arma mágica que os ayude a protegeros. Pero el resto dependerá de vosotros y de vuestra fuerza para sobrevivir a lo que tenéis por delante. No podía haber pedido unos mejores padres para mi compañero. Creo que ha llegado el momento de irme, algún día quizás volvamos a vernos.
Con eso desapareció de nuestra vista, al otro lado de la cueva había una puerta, que antes no había estado, le indique a Zevran que podíamos salir por ella, intuía que nos sacaría del “Velo” a la torre.
Zevran asintió y después me dio la vuelta para ponerme frente a él. Me abrazo y me beso, como todavía estábamos conectados a nivel empático, el beso se intensifico exponencialmente. Tal fue la experiencia que casi nos caímos al suelo, pues yo sentí lo que Zev sintió, él sintió lo que yo sentí, fue increíblemente hermoso, hay cosas que es difícil explicar en palabras y esta es una de ellas, solo diré que…
-- Ohh es indescriptible.
-- Si Zev, lo es.
Escuchamos una risa ahogada…
-- Ort lárgate picaruelo – le dije a Ort, que por lo que se ve, nos había estado espiando. – Vámonos Zev, que este es capaz de querer participar como la tercera parte.
-- De acuerdo, pero tenemos que explorar esto muchísimo más, claro que sin espectadores.
-- Trato hecho.
Nos abrazamos una vez más, ya que necesitábamos fuerzas para afrontar el futuro que teníamos delante. Después nos volvimos a vestir y salimos del “Velo”.

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