Capitulo 13
Con las primeras luces del alba me desperté, Zev me abrazaba y estaba acariciándome el pelo, sin abrir los ojos bese su cuello y después le mire.
Era la primera vez en mi vida, que había dormido toda la noche, sin sufrir pesadillas, ni de la torre, ni de la Ruina, su presencia había alejado cualquier mal sueño de mí.
Mire sus labios y me atrajeron, le bese suavemente su sabor fue dulce y me embeleso, hasta que escuche la voz de Alistair trayéndome de vuelta a la realidad. No me separe en el acto de Zev, por el contrario mire a sus ojos y le acaricie la mejilla, mientras escuchaba a Alistair gritar como si estuviera poseído.
Me levante para hablar con Alistair.
-- Basta… ¿Qué demonios te pasa?
-- Después del numerito que montasteis en la posada, que no nos dejasteis dormir y tuvimos que huir, en medio de la noche, como si fuéramos ladrones. ¿Ahora tenemos que aguantar ver como hacéis guarradas? Esto es el colmo, esto lo pagaras caro Neshama, te lo juro, no siempre habrá Ruina.
-- Dioses Alistair, numerito, si no llegamos a avisaros a estas horas estarías en los calabozos del Castillo Drakon, en sus mazmorras. No lo dudes. Otra cosa no me amenaces Alistair, ni se te ocurra.
-- ¿Quién nos ha descubierto sino tu y ese asesino? A saber que hicisteis en la ciudad, para que supieran que estábamos en esa posada.
-- Preguntas ¿Qué hicimos? Comprar víveres y sobrevivir en el mercado, nada más. Me pregunto ¿Qué hicisteis vosotros? Por que esa también es una pregunta validad.
Para mi sorpresa, Sten hablo.
-- Si Alistair es una buena pregunta, por que no le dices lo que paso después del desayuno y el sopor del vino, entre tu, Leliana y esos comerciantes en la posada.
Se gira hacia Sten y su cara refleja el enfado tremendo que tiene.
-- No hicimos nada malo, solo nos defendimos, además apenas me acuerdo, creo que me sentó mal el desayuno.
Me quede mirándolo a Alistair y a Leliana.
-- Sten, por favor, realmente que paso, me gustaría saberlo.
En ese momento intervino Morrigan.
-- Neshama ya sabes que Sten, no es hombre de muchas palabras, te lo contare yo. ¿Qué paso? Alistair y Leliana se emborracharon mientras criticaban, el que vosotros dos no hubierais dormido en vuestros respectivos dormitorios. Cuando los humores del vino estaban en su punto alto, se pelearon con unos mercaderes que estaban cerca de la mesa de ellos dos y nuestro querido templario, se vanaglorio de ser un templario y además un guardia gris, amenazándolos con matarlos si seguían molestándolos. Esa es la razón por la que la guardia de la ciudad, sabía que estábamos en la posada y no cualquier cosa que pudierais hacer en el mercado.
Intervino Zevran.
-- Ahora lo entiendo… Ahora entiendo porque fuimos atacados por un guardia de la ciudad, hasta ahora había sido un misterio, como ese guardia había intentado matar a Neshama, ahora queda claro. Esto responde a tu pregunta de ayer Neshama.
Me gire en redondo dando la espalda al grupo y mirando de frente a Zevran.
-- Si, ciertamente la responde totalmente. No importa, debemos aprender de nuestros errores y este ha sido mió, no debíamos habernos quedado en la posada, no volverá a suceder. El que no sepa beber, es mejor que se abstenga de volver a beber vino o cerveza, y por supuesto queda terminantemente prohibido decirle a nadie que somos guardias grises de forma gratuita. ¿No crees que sea lo más sensato Alistair?
-- Eso que ha dicho Morrigan es mentira, insultaron a Leliana y tuve que frenarlos.
Mire a Leliana…
-- A ver, Leliana podrías explicarnos que fue lo que realmente sucedió o por una vez en tu vida te has quedado sin palabras.
Me mira con altanería y dice, modulando la voz para que sea más dulce.
-- Uno de los comerciantes comenzó a manosearme y a insinuar que era una prostituta de la posada.
-- Bueno eso no es nada que un par de buenos puñetazos no pueda curar, no veo la necesidad de decir en público que eres un guardia gris y un templario.
-- Alistair solo defendía mi honor.
Ahí volvió hablar Zevran.
-- Leliana no modules la voz, no te va a funcionar.
Mire a Zevran que se había puesto a mi lado y entendí lo que quería decir, pero preferí no hacer hincapié en el hecho de que estaba intentando usar sus trucos de bardo conmigo, algo que no la iba a funcionar.
-- Tu honor… me estas diciendo que eres una dulce doncella, que necesita que su honor sea defendido ¿A quien pretendes engañar Leliana? No eres una virgen de la capilla, no me engañas, puedo ser muy inocente en muchas cosas, pero si se reconocer a alguien cuando sabe luchar, y una cosa mas, aprendí que las prostitutas mas depravadas se esconden bajo el velo de la capilla y sus templarios. Nunca olvides que me crié en la torre, rodeada de las “dulces” caricias de los templarios y de sus amantes sacerdotisas, se la clase de basura que tiene la capilla, así que no intentes conmigo ser el espíritu de la beatitud, por que no te va a funcionar.
Mire a Alistair y le dije.
-- Ahh Alistair, no vuelvas a intentar cargarnos la responsabilidad de tus propios actos, no lo voy a tolerar, o aprendes a comportarte y a respetar a Zevran y a mí, o simplemente nos vamos y te dejamos con tus cosas. La próxima vez que quieras liarte con Leliana hazlo en un lugar que no sea publico o como mínimo que no provoque una pelea, no necesitamos mas propaganda de la que nos hace Loghain. Si queréis hacer… “guarradas” como tú has dicho, hacerlas en el campamento o en la tienda, pero evitar las peleas. Bueno creo que ya hemos retrasado demasiado nuestra partida, es hora de comer algo y volver al camino, tenemos muchos días hasta que podamos llegar a Orzammar.
-- Así que has decidido no ir a la Torre de los Magos, me gustaría saber por que la tienes tanto miedo.
-- Alistair me da igual ir a la torre, si tanto te empeñas en ir, iremos primero allí, no la tengo miedo, he vivido entre sus muros mas de 20 años. Pero vayamos a la torre o a Orzammar, tenemos muchos días de largas caminatas, así que mejor comenzar a caminar ya.
Al término de una hora, habíamos emprendido el camino hacia la Torre de los Magos, no os mentiré, tenía miedo de lo que pudiera ocurrir allí. Nunca había tenido miedo de mi futuro, quizás por que jamás había pensado en tener un futuro, sabia que en cualquier momento un templario, podía acusarme de hacer magia de sangre y no podría defenderme, en ese caso solo tendría dos opciones, escapar o morir, cualquier otra opción queda totalmente descartada. Es la misma encrucijada en que se había encontrado Jowan cuando decidió no huir, a él solo le quedo la opción de morir. El problema es que desde hacia unos días, había empezado a pensar en un futuro, pero mirando a los ojos a Alistair, sabia que no tenia ninguno, eso no evitaba que deseara tener uno, aunque fuera pequeño.
Cuando emprendimos la marcha, me puse a la cabeza, Zev iba a mi lado, pero al poco tiempo me hizo señas de que se adelantaría en el camino, para evitar posibles emboscadas. Me miro a los ojos con ternura y comprensión, después se fundió con las sombras.
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