sábado, 18 de septiembre de 2010

Neshama una bruja diferente 36


Capitulo 36

Cuando entramos a la ciudad, las estructuras nos impresionaron. Parecía que los enanos no podían hacer nada de tamaño natural, todo era gigante, no sé cómo se debían de sentir ellos entre moles de ese calibre, pero a mí me hacían sentir minúscula.
Llegar hasta la sala donde se celebraba la asamblea, fue una verdadera odisea. Hacía varios días que el rey enano había muerto, y todos los enanos estaban metidos en política o esa impresión me dio. Incluso el cuerpo de enanos que se encargaba de proteger la ciudad de los engendros tenebrosos, estaban a la espera de que terminaran de debatir quien sería el futuro rey de Orzammar, para salir a seguir haciéndoles frente hasta la muerte, era un ejército que su única función era combatir a los engendros tenebrosos, era la contra partida enana a los guardias grises, pero con la diferencia de que ellos tenían a los engendros tenebrosos metidos casi en sus casas, siempre. En el reino enano no existía Ruina, ellos la vivían continuamente y sin tregua.
Todo lo que tuvimos que hacer estuvo impregnado de política, traición, hipocresía por parte de los enanos que nos querían manipular. Unos querían que fuéramos hacia un lado, los otros hacia otro, sinceramente fue con mucho el tratado que mas me costó conseguir que lo firmaran.
Había dos contrincantes, uno un enano anciano débil y asustadizo, que solo quería que las cosas continuaran como estaban, no parecía mala persona, pero su inmovilismo solo iba a llevar al pueblo enano a la destrucción. Y el hijo del Rey que había muerto, que era un tirano descarado, un ser brutal, un asesino. Pero a pesar de ser todo lo despreciable que existe, tenía ideas buenas para la sociedad, quería hacer cambios en ella que la revitalizarían, que les darían una posibilidad de sobrevivir. Así que al final, me decidí a apoyar a Bhelen que era como se llamaba, porque de un tirano inteligente puedes sobrevivir. De un ser que tiene muy buenas intenciones, pero no tiene carácter para hacer que se cumplan, jamás podrás sobrevivir.
Para mi existían dos grandes problemas en la sociedad enana, el primero era el inmovilismo al que se habían habituado, pues creían que mientras estuvieran en las profundidades de la tierra estarían a salvo de los humanos. Hasta cierto punto era cierto, pero realmente todo era cuestión de que a la “Divina Capilla” le entrara la menstruación y le diera por atacarlos, como nos había pasado a los elfos, pero los enanos siempre pensaron que eran mejores que nosotros, porque no habían sucumbido a la invasión humana, no se daban cuenta de que realmente solo era cuestión de tiempo, que sucumbieran. La verdadera razón por la que los humanos no habían intentado apoderarse del reino enano por el momento, primero era porque las hordas grandes de engendros tenebrosos se ocultaban en las profundidades de la tierra y los humanos no son exactamente una raza valiente, salvo raras excepciones, por esa razón los enanos servían como escudo ante esas hordas. La segunda razón es simple a los humanos no les gusta vivir bajo tierra, no ambicionan de momento los caminos plagados de engendros y otros seres terribles que habitan en ellos. Hasta que la Divina encuentre motivos suficientes como para hacerse con el control de todo el lirio, gemas y metales preciosos que hay bajo tierra, siempre disfrazada de proselitismo religioso, en nombre de su Hacedor o su maldito dios, un método que habían aprendido muy bien de sus antepasados, algo que parecía que no habían olvidado de su historia. Pero cuando la Divina Capilla quiera apoderarse de esas riquezas, en ese punto caerán como caímos los elfos, o quizás mucho más bajos que nosotros, aunque ellos no lo crean. Los humanos nos superan a las demás razas por muchos millones, mientras ellos se reproducen constantemente, el resto tiene problemas para tener uno o dos hijos, en el caso de los enanos es menor la tasa de nacimientos y superior la tasa de mortandad debido a su problema con los engendros tenebrosos. Como he dicho solo es cuestión de tiempo, para colmo de males, ni tan siquiera se dan cuenta del peligro que les acecha arriba. Como nos paso a los elfos, no vimos venir la maldad humana, hasta que la tuvimos delante y ya no había forma de parar la destrucción.
Pero ese no era todo su problema, el mayor inconveniente que yo vi que tuviera esa sociedad, fueron las castas. La sociedad enana se rige por castas brutalmente inamovibles. Si naces en la casta de los guerreros eres un guerrero, si naces en la casta de los artesanos eres un artesano para toda la vida, aunque tengas facultades para hacer algo distinto y mucho mejor, nunca puedes abandonar la casta en la que naciste. Pero todavía los hay más desafortunados están los descastados, aquellos que nacieron sin casta, esos básicamente no tenían derecho ni a la vida, de hecho según la casta de los sabios, los ancestros ni tan siquiera los protegían, por lo tanto ni tan siquiera existían para ellos. Si algún enano salía a la superficie, cansado de aguantar esa sociedad basura, era desterrado de Orzammar, considerado un enano que no pertenecía al pueblo enano. Intente por todos los medios ser objetiva, pero al final no pude, termine odiando la sociedad enana, intente olvidar toda la historia con los enanos, cuanto salí de Orzammar, pero hubo cosas que jamás se me han borrado. Aquí os relatare las cosas realmente relevantes de aquella etapa de nuestro camino hacia la libertad.
No todo fue malo en Orzammar, allí se nos unió un enano llamado Oghren un buen guerrero, aunque yo siempre pensé que mataba mas con el aliento a alcohol que con la espada. Había caído en desgracia cuando su esposa que era un Parangón (los parangones eran los enanos o enanas que habían proporcionado algún avance a la sociedad enana, se suponía que los ancestros los protegían especialmente y su palabra valía oro. Pero como explicare más adelante no todo lo que brilla es oro, aunque los enanos lo crean.) Se marcho con toda su casa menos con Oghren (eso humillo a Oghren, aunque le salvo la vida) en busca del yunque de Caradin, el creador de golems, un parangón que había desaparecido misteriosamente. Los golems eran guerreros de piedra, que servían como arietes contra las hordas de engendros tenebrosos, un guerrero golem valía por varias decenas de guerreros enanos, no les afectaba la infección de los engendros, era muy difícil dañarlos, porque solo eran vulnerables a la magia, como yo descubrí muy pronto, pero tenían muchísimas resistencias mágicas, eso los hacía guerreros casi inmortales. Su esposa Branka quería encontrar de nuevo el yunque donde se creaban los golem, para así poder ayudar a su pueblo en la lucha perpetua contra los engendros tenebroso, esas fueron sus intenciones cuando se llevo a toda su casa a los caminos de las profundidades. Como mínimo las intenciones declaradas. Después descubriríamos para congoja de Oghren que no eran tan altruistas sus intenciones y que a Branka no le importo sacrificar a toda su casa con tal de alcanzar el yunque de Caradin y con ello ganarse mayor gloria ante los enanos de Orzammar.
En los caminos de las profundidades fue donde Fenarel al final aprendió a defenderse y a luchar cuerpo a cuerpo. Aunque aun le costaba adaptarse a su nueva vida, se esforzó mucho por conseguirlo, tenia cualidades que le hacían un buen guerrero, también sabia ser sigiloso, aprendió casi todo lo que Zev le enseño rápidamente, mientras los entrenamientos con Sten le fortalecían a nivel físico.
Pero fueron raros los momentos de descanso durante la marcha por los caminos de las profundidades en busca de Branka, ya que Bhelen quería que esta la apoyara en su candidatura a ser rey, pues con su apoyo conseguiría convencer a la asamblea de que le eligieran.
Durante el tiempo que caminamos por aquellos terribles caminos, creo que mi alma elfica se sintió mortificada, odie cada centímetro del lugar por el que pasamos, durante una marcha realmente larga, recordé que Alistair me había dicho que los guardias grises, cuando veían llegar el momento en que habían sucumbido a la infección, iban su última batalla en los caminos de las profundidades, mueren matando engendros tenebrosos, cubiertos de rocas, sudor y muerte. Me jure que cuando llegara ese momento, no vendría a morir aquí, soy una elfa, no una humana o una enana, necesito los bosques y la naturaleza verde, el cielo por encima de mi cabeza, en definitiva quiero sentir la vida en la tierra suave, cuando ese día llegue… mi fin será en el bosque, jamás entre rocas.
Cuando encontramos a la amante de Branka, una enana de nombre Hespith, hicimos el peor descubrimiento de todos, aunque creo que solo Zev y yo lo entendimos. Branka había entregado uno a uno a todos los miembros de su casa a los engendros tenebrosos a cambio de poder ir abriéndose camino hasta el yunque. Quien nos relato toda la historia fue Hespith. Esta es su historia.
Hasta llegar a la trinchera de los muertos no habían tenido muchos problemas con los engendros tenebrosos, ya que estos estaban intentando asaltar la superficie, al llegar allí se encontraron con el grueso de la horda de engendros que los atacaron sin piedad matando a la mayoría de ellos y capturando a las mujeres. Estas eran infectadas por la infección de los engendros tenebrosos, pero a diferencia de los varones, las mujeres que no morían en el acto o a los pocos días, se iban transformando en las madres de la camada, en un punto de la transformación las violaban sistemáticamente todos los engendros tenebrosos hasta que conseguían preñarlas, a partir de ahí, iban pariendo continuamente engendros tenebrosos.
Eso era lo que la infección hacia con las mujeres. Se me congelo el alma al escuchar el relato de Hespith, escuche el grito mudo de Zev, me abrazo estábamos temblando. Ahora sabíamos lo que me ocurriría, si no ponía fin a mi vida, cuando la infección se apoderara de mí. Ese día paramos temprano, pues ni Zev, ni yo podíamos seguir adelante, ninguno de nosotros les dijo nada a los compañeros, aunque se dieron cuenta que algo pasaba. Desde ese día las imágenes que vimos nos persiguen en los sueños, nos persigue el miedo de aquella visión. Una cosa es saber que te vas a morir, porque es inevitable ya que la infección se apodera de tu cuerpo, y otra muy distinta saber que te vas a convertir en un ser aberrante, que solo serás una matriz con cabeza, pues aquella cosa, no tenía ni piernas, solo brazos, pechos y cabeza. Desde aquel día no es raro que Zev o yo nos despertemos llorando, inmersos en la pesadilla que sabemos vendrá al final de mi vida, por más que nos esforzamos, nunca hemos sido capaces de superar la amargura de esa visión. No adelantemos lo que aun no ha llegado, solo decir que no nos separo todo lo contrario nos unió aun mas si era posible.
Continuemos con el relato de Hespith. Branka sabía que la infección de los engendros tenebrosos hacia esa transformación con las mujeres, aun así sacrifico la vida de toda su casa, para que las mujeres de su casa se convirtieran en madres de la camada, y a si tener un regimiento descerebrado que se tirara contra las trampas, que Caradin había puesto en el camino al yunque. No podía comprender como alguien podía llegar a ser tan despiadado y tan cruel, con su propia familia, con su propia raza. Pero como ya había descubierto la sociedad enana cultivaba la crueldad desde la cuna. Hespith después de mostrarnos el monstruo en que se había convertido Branka, desapareció en los laberinticos caminos de la trinchera de los muertos. Caminamos días recorriendo las trincheras de los muertos hasta que encontramos pistas de Branka y del yunque, pistas que seguimos meticulosamente para encontrarla, nos encerró al volar el túnel por el que habíamos entrado.
Nos dijo que solo podíamos seguir adelante saltando las trampas que había puesto Caradin, no la mate por Oghren que el pobre ya estaba más que horrorizado con todo lo que habíamos visto, pero ganas me dieron. Seguimos hacia delante deshaciendo todas las trampas, pasando todas las pruebas hasta llegar al yunque, allí para nuestra sorpresa encontramos al propio Caradin, estaba vivo y convertido en un golem.
Branka nos había seguido y quería que destruyéramos a Caradin, para poder apoderarse del yunque, algo a lo que me negué, si Oghren decidía que quería unirse a su esposa, tendría que luchar contra él, pero estaba de acuerdo con Caradin de que el yunque debía ser destruido. La batalla fue terrible, pues Branka había conseguido hacerse con una vara de control de golems y controlo o dejo inactivos a los golems que teníamos alrededor, pero al final conseguimos matarla. Entonces Caradin me dio un martillo muy grande para que destruyera el yunque así evitar que se pudieran crear más golems.
Para la creación de un golems -Caradin nos dijo - que se necesitaba el alma de un ser vivo o sea un enano que se sacrificara por el bien de la comunidad. El problema es que en el tiempo de Caradin, se comenzó solo con voluntarios, después se paso a forzar a los delincuentes, el paso siguiente fue convertir en golem a todo aquel que no estuviera de acuerdo con el rey del momento o simplemente molestara a alguien equivocado. Por eso Caradin había huido con el yunque y se había escondido en las profundidades, pero que él deseaba que el yunque fuera destruido para a si poder morir en paz. Antes de que destruyera el yunque forjo una corona real, para el futuro rey que yo eligiera. Después intente levantar el martillo para destruir el yunque, pero apenas pude moverlo, fue Sten quien lo cogió y lo destruyo. Caradin se despidió de todos nosotros y se arrojo al rio de lava hirviente que había debajo del yunque, espero que encontrando la paz que nunca tuvo en vida. Antes de salir copiamos de unas tablillas los nombres de todos los valerosos enanos que habían dado su vida para que se pudieran parar a los engendros tenebrosos.
La vuelta la hicimos lo más rápidamente posible, ninguno del grupo quería seguir en esos caminos. Apenas descansamos y fue marcha forzada continua, tuvimos algunas luchas pero pocas, en la mitad del tiempo que habíamos tardado en alcanzar el yunque, habíamos llegado a Orzammar y entrabamos en la asamblea. Entregue la corona real a Bhelen, este juro entregarme el ejercito enano. Y sin pararnos a descansar ni un momento, salimos por las puertas grandes de Orzammar, esperaba que para siempre en nuestras vidas. Bajamos hasta donde estaba nuestro campamento y allí permanecimos tres días descansando e intentando borrar imágenes que no se nos borrarían en la vida.
Lo único bueno de toda aquella pesadilla era Oghren que a pesar de sus muchísimos defectos, fue un gran compañero. Le habíamos explicado el problema que teníamos con Alistair y que era mejor que no se fiara de él. Aprovechando que el campamento estaba en un lugar seguro, Zev y yo decidimos desaparecer un día, lo necesitábamos después del descubrimiento en los caminos de las profundidades, necesitamos hablar y sentirnos uno, antes de volver al camino.
La mañana del quinto día salimos al camino de bajada, íbamos hacia el lago Calenhad ya que Oghren nos había pedido que pasáramos por allí a ver a una enana de la que estaba enamorado.
Después continuamos camino hasta casi llegar a la choza donde había vivido Morrigan con su madre. Enfrentar a esta con la verdad, con el hecho de que quería apoderarse del cuerpo joven de Morrigan, desato su ira, así que al final tuvimos que matarla. Cuando murió, realmente no murió solo conseguimos expulsar al demonio que realmente era Flammeth del cuerpo mortal, aquí diré algo que solo Zev conoce, me caía bien ese demonio, me fastidio bastante tener que expulsarlo, a su manera maliciosa nos había dicho muchas verdades. Entramos en su choza y conseguí encontrar el grimorio de Ort, pero como habíamos acordado con Ort se lo entregue a Morrigan, para que esta siguiera el plan que su madre había querido.
Nos toco esperar un día más, la batalla había sido dura y necesitábamos recuperarnos de las heridas. Después sin muchos preámbulos pusimos dirección al pueblo Refugio donde estaba el hermano Genitivi.


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