Capítulo 35
Al amanecer del tercer día salimos en dirección a Orzammar, caminábamos deprisa pero no demasiado, teníamos un largo camino por delante y aunque ya estábamos en las faldas de las montañas que custodian el reino enano, todo el camino seria una subida interminable. Tendríamos que rodear varias montañas hasta llegar al paso de un túnel que iba directo hacia la entrada de la ciudad Orzammar.
Del camino poco puede decirse, aparte de que nos obligo a todos a ir más allá de nuestra resistencia. Nos encontramos con algunas caravanas que venían o iban hacia la ciudad, en una de ellas compramos víveres y unas espadas cortas, un arco y una armadura que le valieran a Fenarel.
Al atardecer de todos los días, parábamos y preparábamos el campamento, mientras Zev y Sten entrenaban ferozmente a Fenarel. Jamás se quejo de las horas que le tuvieron entrenando con las espadas, las dagas, incluso hubo un primer momento muy divertido. Sten se encabezono en enseñarle a manejar su mandoble, una espada a dos manos casi tan alta como yo, mejor dicho creo que tenía mi estatura, el pobre Fenarel intento levantarla, pero no hubo forma, en uno de los intentos se cayó por el peso de la espada. Todos nos reímos, incluido Fenarel que había descubierto tener un sentido del humor muy cínico y negro, pero Sten dijo que cuando terminara con el entrenamiento Fenarel podría perfectamente levantar la espada e incluso luchar con ella, nadie le contradijo… tu no contradices a un ser que te saca medio cuerpo o un cuerpo como me sacaba a mí.
Después del entrenamiento de Fenarel cenábamos y nos sentábamos en la hoguera hasta que nos quedábamos dormidos. Mientras uno de nosotros hacía la guardia, aquí surgió un problema, ninguno de los que íbamos, ni Morrigan, Sten, Zev o yo nos fiábamos de dejar de guardia a Alistair. Por esa razón fue rotando sin que él fuera nunca nombrado para una guardia, creo que eso le ofendió, pero después de lo ocurrido, no tenia posibilidad de quejarse de que nadie confiara en él. Curiosamente Fenarel fue el que se comporto de forma más compasiva con Alistair, quizás porque fue el único al que no había traicionado.
La primera noche me toco guardia y me aparte de la hoguera ocultándome entre las sombras como me había enseñado Zev hacer. Comprendía su insistencia de que quien hiciera la guardia debía apartarse totalmente de la luz, así evitar que un atacante le viera. Estaba paseando entorno al campamento cuando sentí la voz de Alistair. Me acerque lentamente, lo mas sigilosamente posible y vi a Alistair frente a Zev, no me gusto la expresión del rostro de Alistair, pero espere, confiaba plenamente en Zev, así que solo me dedique a escuchar.
-- ¿Qué quieres Alistair? – dijo Zev mientras se levantaba de la piedra en la que había estado sentado. – no creo que tengamos nada que decirnos, ¿no crees?
-- ¿Por qué, porque elfo?
-- Por qué, que Alistair, no entiendo cuando se me habla en clave.
-- Por que te prefirió a ti, no lo llego a entender.
Le sonrió picaronamente, poniendo su mejor mascara.
-- ¿Quizás porque soy más guapo y más sexy que tú?
-- Deja de jugar conmigo Zevran, se la clase de persona que eres. Te da igual acostarte con ella, que conmigo o con cualquiera del grupo, se que Leliana te paro más de una vez, que quisiste acostarte con ella.
-- Por acostarte te refieres a tener relaciones sexuales ¿Verdad Alistair? Si es cierto que me he acostado con muchas mujeres y con muchos hombres, pero jamás he intentando nada mas allá de una broma con Leliana, no me agrada, ni me gusta su forma de ser. Además desde… desde la primera vez que vi a Neshi… bueno esto no es de tu incumbencia, no te interesa. Si fueras capaz de verla, fuera de su titulo de guardia gris o fuera de sus poderes mágicos, quizás descubrieras a un ser mucho más magnifico e impresionante de lo que te imaginas. Pero eres ciego, solo ves aquello que quieres ver. Un pequeño apunte, no me acostaría o tendría sexo con nadie ahora mismo, me uní a Neshi, porque realmente quería hacerlo, pese a lo que tú o muchos como tú puedan pensar, soy fiel a mi palabra. Casarme con Neshi es lo más importante y lo mejor que he hecho nunca en mi vida.
-- Pero te darás cuenta que el haberte casado con una maga, has profanado las leyes sagradas de la capilla. Además te casaste por un rito pagano. Cuando esto llegue a oídos de los Templarios os cazaran, hasta que hayáis muerto no van a parar y cualquier hijo que pudierais tener, si es que puede llegar a gestar una guardia gris, pertenecerá a la capilla.
El semblante de Zev se transformo, nunca había visto la mirada de asesino despiadado que asomo a sus ojos, sabía que existía, pero jamás la había visto. Fue como si el frio del invierno se hubiera concentrado en sus ojos, el frio que solo augura una muerte segura e implacable, se movió como un depredador dispuesto a matar, lentamente estudiando a su víctima, saboreando cada segundo de la caza. Una mueca que pretendía pasar por una sonrisa apareció en sus labios. Alistair se quedo quieto, comprendiendo demasiado tarde su error. Comprendió que había despertado a un demonio, que mejor estaba dormido. Se dio cuenta que había empujado a Zevran mas allá de su límite. Todo ocurrió muy lentamente o eso me pareció a mí, Zev se abalanzo sobre Alistair y le puso una daga en el cuello, derribándolo al suelo, Alistair intento levantarse, protegerse, pensando que su mayor envergadura de cuerpo le daría una ventaja, se equivoco, no podía moverse ni un centímetro. Zev lentamente le paso la daga por el cuello, dejando tras ella una fina línea de sangre.
-- Alistair, solo te lo voy a decir una vez – la voz de Zev, se oyó contenida por una férrea voluntad, pero implacablemente fría – si los templarios llegan a enterarse de que nos hemos casado e intentan cualquier cosa contra Neshi o por razones extrañas Neshi muere. Te juro, que estarás años deseando haber muerto, rogando por tu muerte a cada segundo del tiempo que te deje vivir.
La seguridad y el frio que sus palabras dejaron translucir hicieron que hasta el idiota de Alistair guardara silencio. Sten que había presenciado toda la conversación igual que yo, se adelanto y rozo el hombro de Zev.
-- Zevran déjalo, no podemos matarlo, pero siento pesar por este país que tendrá un rey tan miserable.
Zev se levanto lentamente liberando a Alistair, el pobre idiota que no sabía mantener la boca cerrada dijo.
-- Cuando sea Rey me las pagareis tú y Neshama.
Entre en el círculo visual del grupo.
-- Puede que jamás llegues a ser Rey Alistair, tú das muchas cosas por sentadas, demasiadas cosas. – dije – Si realmente aprecias tu vida, no vuelvas a provocar a Zevran de la manera que lo has hecho, por que la próxima vez, te juro que nadie lo parara.
Al pasar Alistair cerca de Sten, este le dio una manotada en la espalda, Alistair se volvió hacia él con ganas de pelea. Sten se le quedo mirando y le dijo.
-- No creo que quieras intentarlo conmigo humano, puedes salir peor parado que con Zevran. No te matare, pero puedo partirte varios huesos, eso no te matara pero si te hará pensar dos veces, cuando vuelvas hablar.
Después del incidente, Alistair se separo del grupo e hizo que se iba a dormir, cubriéndose con las mantas, mientras los demás retornaban a la hoguera, en la que Zev había estado explicando a Fenarel y a Sten como fabricar una trampa y ponerla, también como podían desmontarla, pero cuando volvieron todo el entusiasmo se había desvanecido. Fenarel estaba realmente asustado, le pregunto a Zevran si podían hablar, este acepto. Mientras Sten se tumbaba cerca de Morrigan a dormir. Iba a seguir con mi guardia cuando la curiosidad me empujo hacia donde habían ido Zev y Fenarel.
-- ¿Realmente ibas a matar a ese humano?
-- Ten por seguro que cumpliré mi palabra si algo le llega a suceder a Neshi.
-- Realmente estas enamorado de Neshi, pensé… pensé que solo erais amigos, que teníais sexo y esas cosas, pero que no había nada más.
-- Lo que siento por Neshi es mucho más que estar enamorado, no creo que exista una palabra para definirlo.
-- Y ella siente lo mismo por ti, ¿no?
Vi que Zev sonreía amablemente.
-- Fenarel a donde quieres llegar a parar. Si ella siente lo mismo que yo. Creo que se que te pasa, te sientes atraído hacia ella, ¿verdad?
-- Si… si bueno… me atraéis los dos… pensé… que quizás… podríamos. Espero que eso te haya molestado, el hecho de que me sienta atraído hacia ti.
-- Fenarel en otro momento de mi vida podría haber sido una posibilidad, podría haber estado divertido un trió, pero ahora, ahora no es posible compañero, no puedo y no quiero compartir a Neshi con nadie, ni quiero estar con otra persona que no sea Neshi. Ten por seguro que no me has molestado en lo más mínimo, te comprendo perfectamente. Pero la unión que existe entre Neshi y yo, no es solo física, realmente somos uno, no puedo explicártelo mejor.
-- ¿Cómo la conociste?
Zev se quedo un momento en silencio, pensé que no le contestaría, o que contaría alguna de sus historias para distraerlo. Pero después de ese momento de espera, asintió con la cabeza, internamente había decidido que se merecía escuchar la historia.
-- Es un tema un poco largo, ¿Estás seguro de que quieres escucharlo?
-- Si creo que merece la pena – le sonrió picaronamente – Si quieres contarla claro.
-- Loghain el regente de Feraldan, contrato a los “Cuervos” de Antiva para que asesináramos a los últimos guardias grises existentes en Feraldan, cuando llego el contrato se presento a los distintos maestros cuervos, nadie quería cogerlo, pues todos lo habían calificado de suicida, por razones personales lo acepte.
-- ¿Intentaste asesinarla?
-- En otro tiempo te hubiera dicho que si, pero ahora te diré la verdad, más que asesinarla lo que realmente quería era terminar… pero sea como sea, había aceptado el contrato e iba a intentar cumplirlo. La cuestión es que cuando la embosque y la vi venir por el camino hacia la trampa, junto con el grupo en el que entonces estaba Leliana que tú no has llegado a conocer. Fue extraño lo que me ocurrió, sabía que con ella iban mas guerreros, pero no pude apartar la vista de su persona, inconscientemente di la señal para que la trampa saltara, pero no me moví del lugar, no ataque, solo podía mirarla, como si todo mi mundo se hubiera ralentizado, la vi moverse lentamente, sentí el hechizo que me lanzo dejándome atrapado, no me podía mover pero a la vez no me hacía daño, vi como con el mismo paso de danza, congelaba a los dos mercenarios que había contratado para la emboscada matándolos en el acto. Pensé que mi vida había llegado a su fin, que quizás el hechizo de contención tuviera un final abrupto y mortal, pero aun así seguí mirándola, no sentía miedo, era como si del hechizo o de ella emanara una energía que eliminara la violencia con la que la veía actuar, Fenarel nunca has estado en el mar, pero el mar es como Neshi, suave, flexible, pero cuando se enfurece es implacable, hasta que el hechizo se cerro, dejándome inconsciente, antes de que me alcanzara la inconsciencia tuve un pensamiento, pensé: “que era una pena no poder conocerla”, después me hundí en la oscuridad bienvenida. Creí que estaba muerto cuando me despertó, limpiándome la cara con un pañuelo, te aseguro que jamás había sentido un toque tan suave, tan tierno, y te puedo asegurar que tengo muchísima experiencia en el contacto físico. Al abrir los ojos, su mirada se cruzo con la mía, en ese instante me sentí arrastrado a las profundidad de su alma. Intente deshacerme del embrujo que sus ojos producían en mí, pero no solo eran sus ojos, su propia presencia hacia que me sintiera bienvenido. Solo a base de mucha tozudez y voluntad conseguí hablarla, contestarla como si fuera mi capturadora. Ella seguía hablando tranquilamente intentando calmar a todos los que estaban a su alrededor incluyéndome, pensé que si me mataba, sería una muerte muy dulce, pero algo en mi interior intuía que no me iba a matar, ni iba a dejar que nadie me matara. Sinceramente creo que me enamore de ella nada más verla, recuerdo que me pregunte a mí mismo, ¿Cómo podía conquistar a un ángel? Y ese ángel es Neshama. Por la forma en que fui criado y por el entrenamiento que he recibido durante años, no creía en poder llegar a sentir lo que siento hoy por Neshi, todo en mi me decía que no era bueno que tuviera esos sentimientos. Estuve durante más de un mes resistiéndome a los sentimientos que nacían en mí. Pero te prometo, que es lo mejor que me ha pasado en la vida y lo más importante.
-- Entonces – le dijo Fenarel – Crees… crees que es posible, que pueda encontrar a alguien como ella.
-- No lo sé Fenarel, la gente como nosotros no tiene suerte. Pero yo la encontré cuando pensaba que todo estaba perdido en mi vida, puede que para ti también exista un ángel.
Siguieron hablando, pero me aleje, creo que era una conversación para ellos dos, en la que no debía intervenir, ni debía escuchar. Había escuchado más de lo que debería, pero las palabras de Zev me emocionaron hasta el punto de las lágrimas, él también era mi ángel. Pasado mi tiempo de guardia llame a Sten y me fui a acostar al lado de Zev, este al sentirme me beso y me abrazo, trayéndome hacia su cuerpo, sonreí y me acurruque junto a su cuerpo, sintiéndome en casa me dormí.
El resto del camino pasó sin incidencias. Pasamos unos cuantos días de marcha forzada subiendo las montañas, al atardecer del sesto día llegamos a Orzammar y su impresionante puerta de entrada al reino de los enanos. En la plaza había unos mercaderes enanos, y un recinto para las caravanas que venían a comprar y vender. Buscamos un lugar donde poder acampar y montamos las tiendas de campaña que habíamos comprado, ya que Alistair había dejado las que teníamos en Risco Rojo, pero aquí íbamos pasar bastante tiempo, por lo que era recomendable que tuviéramos un lugar donde guarecernos.
Nunca había estado en esa ciudad, pero había oído historias y leído algunas referencias a la forma de vivir de los enanos, su religión, su sociedad, la verdad es que había poca información sobre ellos, siempre se mantenían alejados de los humanos, siempre pensé que esa fue su suerte. Además su reino era subterráneo, la ciudad estaba construida bajo la tierra, la sociedad enana estaba formada por castas. No podría suponer hasta que punto era una sociedad cruel, hasta que no la viví.
Esa noche preparamos todas las cosas que llevaríamos dentro de la ciudad, en el campamento se quedarían Morrigan con Alistair, como no necesitarían montar guardia, ya que la seguridad del lugar estaba en manos de los enanos, que la guardaban férreamente. Morrigan no tendría ningún problema manipulando a Alistair, que después de la primera noche, no volvió hablar sobre nada, se convirtió en un muñeco que solo hablaba si le hablabas, que caminaba si caminabas, creo que supo esa noche, que cerca estaba de morir. Pero lo conocía demasiado bien, para saber que tarde o temprano intentaría cobrarse venganza, sobre el maltrato que supuestamente le habíamos dado, porque para él, siempre era la gran “victima”.
Al despuntar el alba emprendimos la marcha Sten, Fenarel Zev y yo, hasta llegar a la puerta de la ciudad Orzammar. Donde fuimos recibidos por los guardias de la puerta, no se mostraron muy simpáticos ante nuestra insistencia de querer entrar a la ciudad enana, hasta que les mostramos el tratado que los enanos habían firmado con los guardias grises, después todo fueron puertas abiertas, pero como después aprendería, con los enanos no hay nada abierto.
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