Capitulo 40
Todo estaba listo, la reunión podía comenzar, incluso habíamos tenido dos agregados, el de Nolaloth y de Shay, una dragona celestial y un caballo primigenio que hasta ese momento no sabía ni que significaba. De hecho estaba más que sorprendida, pues cuando conocí al caballo, ni podía imaginar que este tuviera un nivel de inteligencia tan alto, que se pudiera comunicar con nosotros, de la misma manera que nosotros nos comunicábamos con él. No entendía por que cuando me había conectado empáticamente a él en el establo de Risco Rojo, no había sentido su fuerza mental ni su magia. Pero todo eran preguntas que debían quedar para un después, cuando hubiera tiempo para hablar, ahora teníamos demasiados temas que tratar para perdernos en preguntas, que podrían y deberían esperar.
Mi madre estaba cohibida, le desagradaba profundamente la conexión empática y telepática. No sabía si debía ser yo quien rompiera el silencio que se había instaurado cuando Nolaloth y Shay se unieron al círculo. Fue Yan quien rompió el silencio.
-- No solo tu Clan Custodia Marethari, sino todos los clanes que caminan por tierras humanas, creen que mi clan fue destruido, hace muchos siglos, y así deben seguir pensando durante los próximos 50 años. Pero realmente no lo fue, para ser más preciso diré que casi fue destruido, no lo fue evidentemente, aunque si estuvimos a punto de desaparecer. En aquel tiempo vivía en nuestro clan un elfo llamado Jay con el poder de la clarividencia, vio antes de que los humanos apareciesen, que seriamos destruidos en el ataque. Por esa razón enviamos lejos a las profundidades de los bosques a los más jóvenes del clan, el sucesor del Custodio, junto con los mejores guerreros, cazadores que vivían en ese momento, para que protegieran a los más jóvenes. En esa época era el mefaquet del clan, lo que vosotros llamarías el jefe de guerra. Me quede junto al Custodio de mi clan y mis guerreros, así como mis cazadores. Con ellos hice frente al ejercito humano que vino a destruirnos, hubo muchas batallas a cual más dura, hasta que llego la definitiva, nosotros no podíamos remplazar a los guerreros caídos, mientras los humanos parecían tener muchísimos guerreros de remplazo. Al final cuando solo quedábamos unos pocos en una lucha desigual y desproporcionada, defendimos a muerte a nuestro clan, hasta que caímos todos, nadie se rindió, ni cedió un palmo de terreno. Muchos días más tarde desperté rodeado de algunos de mis guerreros. Me contaron lo sucedido, cuando ellos sintieron que la lucha se había terminado, esperaron a que los humanos desaparecieran y regresaron a donde habíamos aguantado un ataque detrás de otro, volvieron al campo de batalla para rescatar a los guerreros y cazadores que aun estuvieran con vida. Éramos muy pocos los que habíamos conseguido sobrevivir a la lucha encarnizada, pero uniéndonos a los pocos que habíamos mandado al bosque profundo, y juntos todos los que habíamos quedado vivos del Clan Badarian, nos lanzamos a buscar un lugar donde poder vivir, fuera del alcance de los humanos. Conseguimos después de mucho esfuerzo encontrar una tierra donde apenas hay humanos, aunque tardamos bastante tiempo en conseguirlo. Es una tierra agreste y peligrosa, pero a nosotros nos ha valido de refugio, los pocos humanos que se han internado en ella, han perecido debido a las múltiples amenazas que hay allí. Hasta ahora nunca habíamos vuelto a las tierras habitadas por los humanos, volvimos por que al igual que Shay sabíamos que seriamos necesarios, para vuestra seguridad y para alcanzar un lugar donde podamos llamar hogar. Jay predijo muchas cosas que fueron sucediendo tal como las había escrito, incluso hablo de Zev y de Neshi, en sus múltiples visiones. Pero nunca me gusto guiarme por las predicciones del destino, pues este puede variar en función de pequeños cambios, aunque parece que estaba totalmente en lo correcto cuando hablo de vuestra llegada. He explicado todo esto para que no haya ninguna duda, ni desconfianza con respecto a mi clan y mis guerreros. La desconfianza hacia mí, puedo comprenderla y aceptarla, pero no la aceptare si menoscaba el honor de mi Clan.
-- Venga Yan – dijo Ral con cierta risa en su voz – no te lo tomes tan en serio, que van a pensar que eres un viejo cascarrabias, aunque algo viejo cascarrabias si eres. Después de tu comienzo me imagino que me toca decir como sobrevivió el Clan Ralaferin, esto es un poco más complejo de explicar, nosotros no tuvimos un clarividente que nos avisara, pero como custodios del saber ancestral del pueblo elfo, tuvimos la ventaja de la magia antigua elfica, para poder librarnos de los humanos. Aunque como vosotros nos exiliamos a unas tierras infectadas de otras criaturas que no eran humanas, así conseguimos sobrevivir hasta el día de hoy. Aunque yo he vuelto con unos pocos miembros de mi clan, no lo han hecho la mayor parte de mi clan, ellos todavía siguen en aquellas tierras, con un Custodio al que entrene desde niño. Vine solo con un pequeño grupo de cazadores que quisieron seguirme, el resto aun está a salvo de las manos de los humanos, con todo el saber antiguo oculto, incluido nuestro idioma natal. No confiamos en los humanos cuando nos ayudaron a crear la segunda ciudad, solo parte de nuestro clan se traslado a ella, los más sabios permanecieron en el lugar oculto en el que aun viven hoy. En este momento tampoco arriesgaremos a todo el clan por ahora, hemos venido sobre todo para llevaros aquellos parajes y tierras desconocidas para los humanos. Una vez termine la ruina y el compañero de Ort haya sido vencido, partiremos si así lo deseáis. ¿Qué planes tenéis para la huida?
-- Ante todo una cosa Yan, creo que de los que estamos sentados en este círculo, eres de los elfos más claros y directos, con los que he tenido el placer de encontrarme, después de esta unión, no podría desconfiar de ti, ni de tus intenciones y por supuesto jamás podría desconfiar de tu Clan. – le dije a Yan, este asintió solemnemente y después le conteste a Ral - Cuando lo planeamos con Ort en el “Velo”, habíamos decidido comprar un barco y hacernos a la mar, viajar de puerto en puerto, nunca quedarnos más allá de encontrar un cargamento que pudiéramos llevar a otra parte y comprar los víveres que necesitáramos. Ort nos proporcionaría el oro…
-- Si eso me gusta – dijo Yan – me apasiona la idea de vivir en un barco.
-- Calla Yan, te encanta la idea de hacerte pirata – le dijo riéndose Ral – eso lo sabemos todos. Continua por favor Neshi, disculpa la interrupción, cuando lo conozcas te darás cuenta que no siempre es tan serio como quiere dar a entender ahora.
-- Como decía antes – sonreí a Yan – había pensado que el lugar más seguro en el que podríamos criar a nuestro hijo seria un barco, y donde seriamos mas difícilmente detectados. Tanto por parte de mis “amigos” templarios como por parte de los “amigos” de mi compañero. Ort nos proporcionaría el oro que necesitábamos para comprarlo, me transformaría en humana y lo compraría, después llevaría a toda la tripulación que estaría compuesta en exclusiva con elfos de total confianza. Así había considerado que sería más difícil localizarnos o que nuestro hijo desapareciera como me paso a mi cuando era una niña. Además…
-- Si además tenemos que contar con que los guardias grises – fue Varathorn quien me interrumpió – querrán saber cómo has sobrevivido a la muerte del Archidemonio y evidentemente no deben conocer jamás la verdad.
-- Si he de ser sincera, no había pensado en ese detalle. También es otra cosa a tener en cuenta.
-- Me gusta la idea de que nos hagamos a la mar, no es mala idea, además jamás esperarían que nos refugiáramos en barcos, no han sido nuestra forma de viajar desde hace muchos siglos. – dijo Yan. – No creo que se esperen algo así. Pero de donde sacamos tantos barcos.
-- Pensaba comprar un barco en Denerim, pero ahora somos muchos para un solo barco.
-- ¿Comprar un barco a los humanos? – pregunto Paivel – No, no me parece buena idea. Creo recordar, corrígeme si me equivoco Ral, que en tiempos pasados nuestro pueblo fue capaz de crear barcos igual que creamos hoy los Araveles.
Fue Varathorn quien le contesto.
-- Cierto Paivel, los Araveles se pueden convertir en barcos, no son madera muerta, están vivos, solo haría falta suficiente magia para transformarlos en barcos, aunque no se verán como barcos humanos, eso será un gran problema, si queremos sobrevivir del comercio.
-- No, no lo será – dijo Yan cada vez más entusiasmado con la idea -. Podemos apoderarnos de algunos barcos humanos, convertirnos en una flota de barcos. Sé que hay muchos esclavistas que llevan sus “cargamentos” a través del mar… ¿Qué mejor objetivo para una panda de piratas, como nosotros?
-- Si a mí también me gusta la idea – dijo Zev – Seria un gran cambio en nuestras vidas, pero creo que valdrá la pena.
Me sonrió con la sonrisa más encantadora del mundo y picarona, sus ojos brillaban de emoción, sonreí a mi vez. Por primera vez desde que nos conocimos y nos enamoramos, veíamos un porvenir distinto de la muerte oscura, que siempre colgaba de nuestras cabezas. Sentí la esperanza y la felicidad que embargaba a Zev, rodeándome, abrazándome, envolviéndome y besándome, le bese a mi vez transmitiéndole todo mi amor y mi esperanza.
Sentí la risa de Ral, Yan, Paivel, hasta que Yan dijo.
-- Si seguís así terminaremos en una orgia. No es que me oponga a ello, pero creo que aun hay temas que tratar de importancia vital.
Me sonroje hasta las cejas mientras les decía.
-- Si lo siento, tenéis razón. Es que hemos pasado tanto tiempo pensando que al final solo nos esperaba la muerte, que ahora cuando parece que hay un futuro, nos ha embargado la felicidad y sin darnos cuenta nos hemos salido del tema, no volverá a ocurrir.
-- No eso tampoco… que estaba poniéndose interesante – dijo Yan sonriéndonos y guiñándonos un ojo -. Pero si podéis dejarlo para después de los temas importantes, sería un momento oportuno y al cual me presento voluntario.
-- Estas hablando de mi hija, Yan. – dijo mi madre totalmente enfadada. – No creo que deba recordarte, que tienes muchísimos más años que ella y que además ella ya tiene compañero.
-- Por supuesto Custodia Marethari, sé que tengo muchísimos más años que Neshi, la verdad es que la palabra “muchísimos” se queda corta, aun así vale para este caso. Pero las parejas de dos, varón y mujer, son cosa de humanos. En nuestra historia hay muchísimas uniones de tres y no siempre del sexo contrario. Pero comprendo los perjuicios que habéis ido adquiriendo en las tierras de los humanos, pero esos tabús no pertenecen a nuestro pueblo, ni a nuestra raza, son puramente humanos. Y creo que es otra idea mal sana que enseño e impuso en vuestras mentes nuestro querido Ian. Me pregunto ¿Cuánto más daño ha hecho a tu Clan Custodia Marethari? ¿Cuántas cosas más encontraremos?
Fue Paivel quien contesto.
-- Muchísimas Yan, tantas que será muy difícil reconciliarse con todas ellas, incluso encontrarlas antes de que hagan daño al Clan. Todas las que he podido detectar durante los muchos años que tuve que aguantarlo como mi jefe, las he dominado, pero siguen sembradas en el Clan. Cuando le decía lo mismo que terminas tú de decir a nuestra Custodia, solíamos terminar peleando, por eso al final termine por no hablarle, era la única manera de conseguir un poco de paz.
-- Fue tu jefe – dijo Ral – pues sinceramente te compadezco, nunca he conocido a un elfo tan asimilado a los humanos en mi vida. Nunca supe por que se había asimilado a ellos de esa manera. Incluso llego a abandonar a su pareja especial, por dicha asimilación. Pero ese es otro tema para otro momento. Aunque deberemos afrontarlo, para evitar daños en el futuro, si te parece correcto Custodia Marethari.
Sentí que mi madre era reacia a aceptar que hubiera sido manipulada, pero sabía que era verdad, aun así intento evitar el tema. Como si evitándolo consiguiera anular todo el daño hecho por Ian. Creo que ni Ort se imaginaba el daño brutal que estaba haciendo a nuestro pueblo. Al final y a regañadientes asintió. Intente no “espiar” los sentimientos de mi madre, pero no pude evitar sentir su aversión hacia Ral, me pregunte si ella no se había dado cuenta de las similitudes tan grandes que había entre mi padre y Ral. Quizás su aversión nacía de esas similitudes, no lo sabía pero sería otra cosa para tratar en un futuro no muy lejano.
Después de este paréntesis en los temas importantes, Ral dijo.
-- La idea de los barcos es muy buena, puede servir por un tiempo, pero no olvidéis que somos elfos, necesitamos el contacto con la tierra, con la naturaleza, sin ello nos debilitaremos y al final, deberemos retornar al bosque. ¿Por qué creéis que los elfos de las ciudades son más bajos y débiles que los elfos Dalishanos? ¿Cómo creéis que Neshi cura a través de la empatía? Os contestare a estas preguntas. La primera es simple, cuando perdemos el contacto directo de la tierra, nos debilitamos, se debilita nuestro cuerpo y nuestro espíritu, por eso los elfos de las ciudades son tan fácilmente abatidos. La tierra nos da todo, somos parte de ella y ella es parte de nosotros, no podemos estar demasiado tiempo separados. Neshi tu sanas a través de la empatía mediante tu conexión con la tierra, extraes la energía de la tierra y con ella puedes sanar, sin necesidad de magia. Pero cuando estés sobre el mar, te costara mucho más trabajo conectar con la tierra, absorber su energía. Y créeme en los próximos años necesitaras de toda la energía de la tierra, para poder mantenerte medianamente sana, tu infección no la sabemos curar, ni tenemos forma de detenerla. Solo tú con la empatía puedes controlarla, siempre y cuando estés unida a la tierra, aunque mucho me temo que solo servirá durante unos cincuenta años. Pero te dará tiempo para ver crecer a vuestro hijo y para ser felices, mucho más de lo que algunos hemos sido durante siglos. Propongo esto, transformamos los Araveles en barcos, por la magia no te preocupes Varathorn, entre la Custodia Marethari, Neshi y yo podemos transformarlos fácilmente. Cuando el compañero de Ort haya sido vencido, huiremos por barco, Nolaloth os puede sacar de Denerim cuando la batalla haya concluido y llevaros hasta el barco. Cuando estéis a salvo, veremos qué podemos hacer a continuación.
-- No creo que sea buena idea Ral – dijo Shay para mi sorpresa – Nolaloth no debe pisar Denerim. Te diré porque, imagínate el revuelo que se organizara si cuando el compañero de Ort haya sido vencido, los habitantes de Denerim ven a otro Dragón volando por encima de la ciudad. No, no creo que sea buena idea, pero yo si puedo entrar, nadie notara a un caballo, ni lo encontrara fuera de lo normal.
-- Pero tú no puedes volar – dijo mi madre –. Mientras que Nolaloth si puede.
-- Cierto Custodia Marethari, pero tengo mis trucos, no estoy totalmente indefenso, puedo llegar hasta Zev y Neshi sin problemas. Además se lo debo, dejarme hacerlo. Ya que no pude ayudarlos antes, porque no supe como liberarme de los humanos.
-- Bien – le dije a Shay – si tú crees que puedes hacerlo, aceptamos tu ayuda para escapar, aunque no podre decirte en que parte de la ciudad estaremos. Tienes razón con respecto a Nolaloth, si ella entra en Denerim provocara mas pánico de lo necesario, además hará que nuestra fuga quede al descubierto. Si nadie encuentra nuestros cuerpos, porque hemos desaparecido en las sombras, nadie sabrá realmente que nos paso, si estamos vivos o muertos, es mejor dejarlos con las dudas de que fue de nosotros.
-- ¿Y si atacara? – dijo Nolaloth – para distraer la atención de los humanos hacia mí y hacer que os perdieran de vista, os podría dar la oportunidad que necesitáis para desaparecer. Siempre te puedo alcanzar a nivel telepático Neshi, sabré cuando es el momento oportuno, también puedo decirle a Shay donde os encontráis de la ciudad.
-- Me parece buena idea, pero ataca humanos, no vayas a por un qunari, una humana maga y un enano, ellos nos han ayudado mucho. Pero a los humanos puedes comértelos si te apetece.
-- No gracias, no están muy ricos, no – dice Nolaloth con risa en la voz – pero creo que os pude dar la oportunidad que necesitáis.
-- Antes de que tuviéramos tantos aliados, habíamos pensado en irnos de la batalla una vez esta terminara, salir de Denerim aprovechando la confusión creada por los engendros tenebrosos, y que nos aguardarais con una barca cerca del acantilado que está justo al lado de la ciudad de Denerim, ahí hay una cala y una cueva cercana, que da justo al mar, con una barca podéis esconderos en la cueva, dudo mucho que los engendros tenebrosos vayan hacia ese lugar. Esta retirado de Denerim y no significa nada, pero no os acerquéis hasta que esté claro que está limpio y libre de ellos.
-- Podéis llevarnos hasta ella, cuando partáis hacia el encuentro con ese humano Eammon. – dijo Varathorn.
-- Ral y yo – dijo Yan – os acompañaremos a la batalla, no vamos a dejaros solos. Iremos con vosotros. Nadie sospechara nada, solo somos mensajeros Dalishanos.
-- Sera un placer contar con vuestra ayuda – dijo Zev – además pienso que a esos humanos les vendrá bien, comprobar de primera mano que no todos los elfos somos bajitos y delgados.
Yan se rio.
-- Me parece genial. Espero que ninguno pretenda que le sirva, por que se va a llevar la sorpresa de su vida.
-- Yan, si vamos tendremos que pasar lo mas desapercibidos posible, no podemos ni debemos llamar su atención, si te piden que les sirvas eso harás, sin alterarte ni peleas – intervino Ral suavizando el carácter de Yan –. De hecho usare un hechizo que a mí me hará más bajo y a ti más delgado.
-- Ahhhh, no compañero, no me niego a que me dejes como un fideo, porque tú te vayas dando con los quicios de las puertas en las casas humanas. Y eso de servir… pues lo dudo mucho que alguien se atreva a pedirme algo.
La alegría, el humor y el optimismo que tenía Yan, sería un cambio muy agradable, ayudaría a mantener nuestra moral hasta el último momento. Por no contar que Zev y yo estaríamos infinitamente más seguros, con ellos a nuestras espaldas.
-- Esta bien Yan… respetare que cada vez te parezcas mas a un enano algo crecido.
-- Ni se te ocurra insultarme, elfo pomposo.
-- Y los Creadores me han castigado – dijo Varathorn – a pasar mis próximos cien años con estos dos locos. No los conocéis como yo, se pasan el día así. No quiero pensar en que pasara cuando Ort y su compañero se les unan, será una verdadera tortura, para la cordura.
Sonreí era bueno tener por fin compañeros de confianza, con quien no tuviéramos que ocultarnos y en quienes pudiéramos confiar plenamente. Aunque no sabía bien cómo podríamos conseguir que pasaran inadvertidos, Yan podía conseguirlo, pero Ral era pura magia, sería el blanco de Alistair en cuanto lo viera.
-- Hay una cosa que no he llegado a entender – le dije a Ral -. Porque en el mar tendría problemas para extraer energía, ¿Acaso no es natural? Tampoco llego a saber cómo extraigo esa energía.
-- Hay muchas cosas – dijo Ral – que desconoces de tu propio potencial empático, iré explicándotelas y ayudándote a comprenderlas y aprenderlas. El mar, si es natural, pero nosotros no pertenecemos al mar, no es de nuestra naturaleza. El mar tuvo sus habitantes especiales, los humanos los exterminaron cuando llegaron a este mundo, ellos tenían el poder que les proporcionaba el mar y su magia especial, pero ya no existen. Nosotros pertenecemos a la tierra y a la naturaleza de los bosques, no al mar. Deberías ir a descansar, te estás debilitando demasiado Neshi, es lo primero que te enseñare a fortalecerte a ti misma a través de la energía de la tierra.
-- La verdad es que se muy poco sobre la empatía, sabía que curaba a través de la empatía, pero siempre que la uso me desgasta y debilita, por esa razón solo la uso cuando no tengo más remedio o cuando sano a Zev, lo hago instintivamente, no por que sepa hacerlo. Te agradecería que me dijeras como lo hago, para poder comprenderlo, aprenderlo y ser más eficiente, sin desgastarme tanto.
-- Si de hecho cuando la conocí, me dio la impresión de que sanaba de su propia fuerza vital.
-- Si Zev, tienes razón, ella sana casi siempre extrayendo energía de su propia fuerza vital, eso la debilita y le disminuye su fuerza mágica. Tiene que aprender cómo hacerlo a través de la energía de la tierra, no de su propia energía.
-- ¿Alguna cosa más que añadir?
Dije, me sentía cansada aunque el tema me interesara, podíamos hablarlo en otro lugar y momento. También sentía la impaciencia que iba creciendo en mi madre, lo estaba pasando realmente mal, no quería que siguiera tan incómoda, si podía evitarlo.
-- No – dijo Ral, ahora serio – Creo que podemos dar la reunión por terminada. Cuando estéis a salvo tendremos tiempo y fuerzas para poder, preparar cualquier viaje a cualquier destino. Mañana si os parece bien Custodia Marethari y Neshi, podemos realizar el rito de magia que convertirá a los Araveles en los barcos que necesitaremos. Pero quiero reunirme con vosotros dos, una vez hayas descansado Neshi. Hay algunas cosas que quiero enseñarte a nivel mágico y mostrarte cómo puedes extraer energía de la tierra, para tu empatía.
-- Pero no sería más seguro – dijo mi madre – que nos acercáramos mas a la costa.
-- No necesariamente Custodia – dijo Varathorn – las hallas pueden llevar los barcos al mar, de la misma manera que trasladan los Araveles.
-- ¿Qué será de mis hallas, una vez nos embarquemos?
-- Ellas nos seguirán, creo que por eso fue enviado Shay – dijo Ral – no tienes por qué preocuparte por ellas, siempre estarán ahí cuando las necesitemos. Ya os explicare que es un caballo primigenio o como lo conocimos en los albores de nuestro tiempo, un Señor de los caballos.
-- ¿Entonces puedo volver ya al Clan?
-- Por supuesto Custodia, puedes volver, el circulo queda cerrado. – dijo Varathorn – quien quiera abandonarlo puede simplemente levantarse e irse.
Vi como mi madre se levantaba y se alejaba, sin volver la vista atrás, sentí su alivio al abandonarnos, después vi que Sarel también se levantaba y se iba. No había dicho nada, su silencio era cuanto menos peculiar, no es que desconfiara de él, pero a diferencia de mi madre, solo se había limitado a escuchar, sin decir nada, eso no me agrado, pero si Varathorn confiaba en él, no tenía razón para desconfiar. Después Varathorn se despidió, marchándose por donde se había ido Sarel. Nolaloth y Shay se despidieron y se fueron juntos.
-- Bueno, bueno ahora si podemos comenzar con la orgia, ¿no?
-- Suena interesante – le dijo Zev a Yan riéndose – pero aquí en medio del bosque, creo que prefiero algún lugar un poco mas blandito y menos expuesto.
-- Venga ya Zev, no me imaginaba que fueras tan cómodo, las oportunidades se toman donde se presentan.
-- Cállate ya mente calenturienta – le dijo Ral – solo nos falta Ort, para terminar la ronda de sugerencias pervertidas. Y no es que no me guste la idea, pero Neshi es mi sobrina por si no te has dado cuenta, es la hija de mi hermano, y para algunas cosas tengo límites.
-- Mejor así, a más toco. – dijo Yan, vi que Ral movía negativamente la cabeza riéndose.
En ese momento Paivel dijo.
-- Ral… eres realmente el hermano de Theron, te pareces, pero pensé que era más una coincidencia que algo real. Lo sabe la Custodia Marethari.
-- No Paivel, la Custodia no sabe nada y así debe seguir siendo, ya siente demasiada aversión hacia mí, si se entera de que soy el hermano de su compañero… se algunas cosas que nadie conoce, mi hermano y yo estábamos bastante unidos, a muchos niveles, se algunas cosas que solo las sabia mi hermano. Pero no son temas para tratar fuera de la familia Paivel, discúlpame. Creo que Ian ha hecho muchísimo daño a la Custodia, a su hija y a mi hermano, por no hablar del daño absoluto que siempre le hizo a su hermano Ort. Espero que en algún momento del futuro me lo encuentre, pues ira hacerle compañía a los Creadores. Creo que podemos cerrar el círculo empático, cuando quieras Neshi, además a ti te vendrá bien descansar un rato, anoche no dormisteis mucho, creo que os sintió cualquiera que tuviera un mínimo de empatía en este planeta.
-- ¿Nos estuviste espiando? – pregunto Zev.
-- No, pero no pude evitar sentir las emociones que desprendía el Aravel. Pero no volverá a pasar, se cómo evitar escucharos.
Me concentre en los hilos energéticos que aun estaban unidos y los destrence, después me levante, pero la cabeza me daba vueltas, al final se oscureció todo y caí, sentí los brazos de Zev abrazándome para que no cayera al suelo.
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Cuando Neshi se levanto, me di cuenta que algo pasaba, estaba mareada, dando traspiés, la intente sujetar, pero al haber estado yo también en el suelo no me dio tiempo a abrazarla, hasta que se desmayo. Mi corazón se detuvo por un instante. ¿Quizás la habíamos forzado demasiado? Habíamos estado muchas horas en esa peculiar reunión, ayer apenas habíamos dormido. Pero solo una pregunta me vino a la mente ¿Qué la pasaba?
-- Neshi.
La recogí según caía al suelo, la abrace evitando que se hiciera daño. Mire a mí alrededor Ral y Yan que estaban a mi lado, los mire asustado, con Neshi en los brazos.
-- No te preocupes Zev, no es nada grave, hay muchas mujeres que durante el embarazo sufren desmayos. – dijo Ral con voz tranquila – ¿Es muy terca, verdad?
-- Si muchísimo, ¿pero qué la pasa? Nunca le había pasado algo así, por usar la empatía. Dejarme llevarla hasta el Aravel.
-- ¿Quieres que te ayude a llevarla? – dijo Yan con amabilidad.
-- No, no es necesario, puedo llevarla, gracias.
Me encamine al campamento y al Aravel sin hablar más, estaba preocupado, nunca la había visto tan pálida. Excepto, excepto cuando la hirieron, pero ahora no estaba herida.
Cuando Yan se ofreció a ayudarme a llevar su cuerpo, pensé. “No, nunca dejaría a nadie su cuidado, era mi responsabilidad y me gustaba sentirla, era mi ángel.” Sentí la mano de Yan en mi hombro, pero no dijo nada, hasta que llegamos al Aravel y la había acostado en nuestra cama, me senté a su lado, tomando su mano entre las mias.
-- Zev nunca nadie podría separarte de Neshi. Lo entiendas o no, ella es tuya y tu eres de ella. Eso no lo puede cambiar nadie.
-- Si tienes razón, discúlpame. Creo que me he comportado como un niño egoísta, lo siento.
-- No tienes por qué disculparte Zev, entiendo lo que sientes. Sé por lo que me dijo Ral, que no tuvisteis ningún tiempo después de vuestra unión, que tuvisteis que continuar con la guerra que estamos viviendo, pero créeme cuando consigáis ese tiempo, os daréis cuenta que nada os puede separar jamás, ni tan siquiera la muerte. Un tercero en vuestra relación, no os separaría, sino que os uniría mucho mas, os haría más fuertes y mas unidos. Pero eso es algo que solo vosotros podéis llegar a comprender con el tiempo. Como le dije a la custodia, las uniones en parejas, son cosas de humanos, nosotros… desde los albores de nuestra historia siempre hubo más varones que hembras, por eso era casi una tradición que las uniones fueran de tres miembros y no de dos.
-- No lo sabía, pensé que… no lo sé Yan, solo puedo decirte que Neshi es lo único que he tenido en mi vida, no quiero perderla. Solo la dejaría si ella considerara que cualquiera de vosotros es más apropiado para ella que yo.
-- Zev eso no va a ocurrir – le dijo Ral -. No solo por que os amáis, sino porque vuestras almas están unidas, se necesitan mutuamente la una a la otra para existir, tanto en la vida como en la muerte. Lo que Yan intenta explicarte, es que puede haber un tercer miembro en vuestra unión, sin que por ello se debilite, sino que se fortalecerá. Si alguna vez llegáis a tener ese tercer miembro os sentiréis tan unidos a ese otro que formara parte de vuestras almas. Pero para ello necesitáis tiempo para superar la etapa de los celos que al no haber tenido tiempo para experimentar vuestra unión, aun se da.
-- Vosotros sabéis algo que no nos habéis dicho.
-- Si muchas cosas que aun no estáis preparados para saber. - Dijo Ral sonriendo. – Pero todo llegara en su momento.
Tenía la mano de Neshi entre las mías, mientras hablaba con Yan y Ral, la estaba acariciando, necesitaba su contacto, quería saber si estaba bien, la sentía esa era buena señal, no me había sentido vacio, como cuando la hirieron.
-- Ves Zev, está dormida, simplemente a cedido al cansancio del esfuerzo, se pondrá bien cuanto duerma lo suficiente. Realmente se parece a mi hermano, es igual de cabezona, ella se debe haber dado cuenta que se estaba debilitando, pero ha seguido hasta el final.
-- Si es muy cabezona, cuando escapamos del campamento humano, ni tan siquiera se quejo, durante horas estuvimos corriendo por el bosque, solo cuando comenzó a dar traspiés me di cuenta que no estaba bien. Estuvo, estuvo a punto de… para salvarme.
-- Tienes mucha suerte Zev… - dijo Yan – con gusto hubiera dado mil años de vida, por tener cincuenta años al lado de un compañero así. Vamos Ral, dejemos que descansen los dos. Luego habrá tiempo para hablar tranquilamente.
Cuando se fueron Ral y Yan, por fin quede a solas con Neshi, me tumbe a su lado, abrazándola, besándola, sabía que aun en sueños me sentía, sentía mis caricias. Mientras pensaba en lo que me había dicho Yan, aunque lentamente mi mente se fue aquietando, hasta que me quede dormido abrazado a ella.
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