Capítulo 41
Cuando desperté estaba anocheciendo, sentí que estaba entre los brazos de Zev, no había forma de que me pudiera mover sin despertarlo. Su presencia siempre hizo que me sintiera mejor, alejo las muchas pesadillas que sufrí durante años, ahora sabia que parte de esas pesadillas eran reales, ya que la muerte de mi padre, la había soñado muchas veces, había soñado con esa angustia, dolor y pesar que viví el día en que asesinaron a mi padre. Mi memoria transformo aquel traumático día en una gran pesadilla, que se había repetido infinitamente a través de los años, ahora eran muy pocas las veces que sufría esa pesadilla, aunque si padecía las provocadas por la infección, escuchaba al compañero de Ort en su locura infecta, hablarles a los engendros tenebrosos. Pero desde que estaba con Zev, apenas las había sufrido, su presencia siempre las alejo de mí.
Aunque ahora mi despertar era terrible, me sentía mareada con nauseas, pensé que era debido al embarazo, no porque hubiera tenido mucha experiencia en ese tema, lo que sabía lo había aprendido en libros, escritos hacía mucho tiempo. Por esa razón intente levantarme, necesitaba beber agua para que las nauseas retrocedieran. Entonces me di cuenta que había otro elfo en la habitación, Yan se había quedado dormido sentado en el suelo del Aravel y tenía la cabeza apoyada en la cama, muy cerca de nuestras cabezas.
Le observe durante unos pocos minutos, el tiempo que pude contener la angustia que me provocaba las nauseas, no sabía si estaba dormido o despierto, pero su semblante estaba relajado, sonreía pícaramente en sueños o quizás era su expresión facial siempre así. No era guapo, su semblante era demasiado duro para que fuera guapo, pero tampoco era feo, había algo en él que lo hacía sumamente atractivo, me atraía, pero estaba claro que para mí solo había un elfo y era Zev, era mi alma y mi corazón, no podía vivir sin él. Las nauseas me sacaron de mis pensamientos.
Cuando me levante abrió los ojos y me sonrió, también me di cuenta que Zev se había despertado. Era inevitable, siempre que me movía por suaves que fueran mis movimientos Zev despertaba en el acto. ¿Pero qué hacia Yan en nuestro Aravel? Había ocurrido algo para justificar su presencia, no lo recordaba, de hecho apenas podía recordar nada, después de que deshice el circulo empático.
Zev que sabía que buscaba el agua, no era la primera vez que me despertaba con nauseas, se levanto y con la agilidad de un gato, salto por encima de mí y cogió el agua, luego me la ofreció. Yan no había hablado, solo nos miraba, no entendía nada, por esa razón le pregunte.
-- ¿A ocurrido algo? ¿Qué pasa?
-- No, no pasa nada. Solo vine a ver como estabais, si estabas bien. – su voz sonó como si lo hubiera descubierto haciendo alguna travesura. -Te desmayaste en el bosque, después de que cerraras el circulo empático, solo quería asegurarme que os dejaban dormir. Por cierto vino Fenarel, quería saber si estabas bien Neshi, vio a Zev traerte al Aravel, estaba preocupado por ti.
Zev se había vuelto a sentar a mi lado después de alcanzarme el agua, le mire cuando dijo.
-- ¿Estás bien Neshi?
-- Si cariño, estoy bien. Solo ya sabes que cuando me despierto siento nauseas, pero ya se me han pasado. Siento haberte asustado en el bosque, cuando me desmaye, sentí tu ansiedad.
-- Me asuste al verte desmayada. Deberías haber parado cuando te sentiste cansada. Por favor no vuelvas a esforzarte tanto.
-- La verdad es que… que no me sentí excesivamente cansada hasta que cerré el vínculo de unión empática, después sentí todo el cansancio de golpe.
-- Ral debería enseñarte a controlar ese tipo de cosas, Neshi, no sabía que Ort no te hubiera enseñado las cosas más básicas de la unión empática, creo que Ral anda algo enfadado por eso, pero se le pasara. Lo importante es que tu estés bien, no su enfado, se que si Ort no lo hizo es porque no se sintió capaz de hacerlo, sin hacerte daño, se que está al borde de la desesperación. Hace muchos, muchísimos años que no le he visto, solo se de él por intermedio de Ral. Bueno ahora que ya estáis despierto ha llegado el momento en que me vaya, cuando podáis creo que Ral quería que nos reuniéramos los que fuéramos a ir con vosotros a la ciudad humana.
Yan se levanto y se fue del Aravel, dejándonos solos.
-- Es extraña su forma de ser. Es mucho más duro, fuerte, peligroso que cualquiera de nosotros, pero sin embargo…
-- Sin embargo hay algo tierno en él – le dije a Zev sonriéndole pícaramente - ¿no?
-- No exactamente tierno, hay algo en él que me atrae.
Le sonreí a Zev, después no pude evitarlo me reí pues su semblante expresaba sorpresa, creo que ni él mismo se había dado cuenta de esa atracción. Era muy curioso que los dos nos sintiéramos atraídos por Yan, cuanto menos un gran misterio. Si era por belleza, mi tío Ral era mil veces más guapo, era la perfección física, no solo su semblante, sino su cuerpo, pero no sentía ninguna atracción hacia él y por lo que se ve Zev tampoco sentía atracción hacia Ral, solo hacia Yan.
-- Lo entiendo muy bien, es extraño, pero también siento esa misma atracción hacia Yan, aunque….
-- Nunca podría cambiarlo por ti Neshi, jamás.
-- Yo tampoco podría, eres mi alma.
Me abrazo y me beso intensamente, me perdí en su beso, fundiéndome con su alma, sentí como me envolvía protegiéndome, entregándome todos aquellos sentimientos que nunca podría expresar en palabras, aunque para mi eran más reales que cualquier palabra. Cuando habíamos conseguido recuperar algo el aliento, le dije.
-- Deberíamos ir a ver a Ral, si seguimos en el Aravel… es posible que no salgamos hasta mañana.
-- ¿Tan malo sería?
Se rio mientras me volvía e abrazar acostándome en la cama. No, no sería tan malo, seria fantásticamente bueno, pero desgraciadamente no teníamos tiempo para nosotros, no ahora. Aun así estuvimos algunos minutos en la cama. Zev había seguido mis pensamientos, eso era normal en nosotros dos desde la unión, hablábamos mas por costumbre que por que lo necesitáramos, ya que siempre que él pensaba, yo escuchaba sus pensamientos, al igual que si yo pensaba algo él los escuchaba.
Después de habernos concedido esos minutos divertidos, nos levantamos y vestimos, salimos del Aravel, teníamos que ver a Ral, pero antes quería ver si mi madre estaba bien, cuando se había marchado del circulo la sentí muy trastornada, molesta, incluso diría que estaba enfadada, quería aclarar que era lo que la hacía sentirse así, además había un tema que debía de tratar con ella.
Quería comprender su animosidad hacia Ral, porque sentía tanta aversión y tanto odio, porque ese era el sentimiento que había sentido de ella, odio hacia Ral, no lo entendía. ¿Acaso no había amado a mi padre? Mi padre y Ral, eran demasiado parecidos, no solo físicamente, sino internamente, de hecho era más parecido a mí que ella. Yo era más parecida a mi madre, en su estatura, en su constitución física, pero mentalmente era igual que mi padre o que Ral. Por eso no lo entendía y necesitábamos entender ese odio, para que luego no hubiera problemas mayores.
Desgraciadamente cuando los templarios me raptaron, me obligaron a perder para siempre el poder conocer a mi padre mucho más profundamente de lo que le había conocido. También había perdido veinte años de conocer a mí madre, de amarla, de estar con ella, no quería que las desagradables historias que Ian había infundado en mi madre, la volvieran a separar de mí, porque ahora si ocurría seria para siempre.
Salimos del Aravel, hacia el lugar donde mi madre solía trabajar, donde preparaba sus pociones y emplastes para los cazadores, también donde se reunía con los miembros del clan. Al llegar nos encontramos que estaba rodeada de miembros del clan, junto con Merrill, di por hecho que sería una reunión del clan, por lo que nos acercamos lentamente por si no deseaban que estuviéramos en dicha reunión, les diera tiempo a vernos y hablar. No sé que habían estado tratando hasta entonces, solo se lo primero que oí. Estaba hablando Merrill, mientras mi madre la miraba enfadada.
-- …no nos dijiste, que tu hija Ashalle tenía empatía como su padre, al que por suerte jamás llegue a conocer.
-- ¿Qué tiene que ver eso? Es mi hija y no permitiré que desconfíes de ella. Ella es muy distinta a su padre, no tienes por qué pensar que… va a entrometerse con tus pensamientos.
Al escuchar hablar a mi madre y a Merrill, algo en mi se cruzo, no podía dar crédito a lo que escuchaba. Mire a Zev y le transmití telepáticamente, que posiblemente tuviéramos problemas, él asintió sonriéndome, sabía que siempre estaría a mi lado, pasara lo que pasara, era el único en el que confiaba plenamente, el único que sabía que jamás me traicionaría, los demás, para mi eran todo un misterio, quizás Paivel, Yan y Ral, eran más transparentes en sus intenciones. Después camine hacia delante para que todos me vieran.
-- Puedo saber ¿Por qué no se me ha llamado para esta reunión? Ya que parece ser que soy el centro atención en la de discusión se me debería dar el derecho a defenderme, ¿no te parece Merrill? Dices que tuviste suerte en no conocer a mi padre, yo lo considero una desgracia el no haberlo conocido mucho más. Madre he de decirte que no es cierto, que mi padre y yo seamos tan distintos, realmente somos muy parecidos, pero ese es un tema para hablarlo entre nosotras, no en una reunión del Clan.
-- Tu, tu eres una aberración como lo era tu padre. Estoy de acuerdo con Ian de que fue una suerte que muriera y pudiéramos librarnos de su influencia perniciosa.
Me reí no lo puede remediar, Zev que estaba a mi lado, se estremeció al escucharme.
-- Merrill ahora suenas exactamente igual a los orejas redondas – volví a reírme en su cara – si hubiera elfas en la capilla serias una gran sacerdotisa. Lástima que con tu magia, terminarías en el circulo de hechiceros o quien sabe… quizás algún “bien intencionado” humano te considerara una apostata y te condenara a muerte, sin posibilidad de defensa, también podrías terminar trabajando en el almacén en forma de tranquila, sin sentimientos o voluntad – la mire con ironía –. Sinceramente me han llamado cosas peores que aberración, así no vas a conseguir ofenderme.
-- Yo no fui criada por humanos como tu – me dice -, aquí la única orejas redondas eres tú.
-- Pues quién lo diría, tengo mil veces menos tabús, menos problemas con la forma de pensar realmente elfica que tu. Hasta donde sé, la empatía solo la tenemos los elfos, los humanos siempre la codiciaron, pero jamás la consiguieron. Si tan elfa te crees, ¿Por qué entonces desprecias a mi padre o a mí por tener algo que es únicamente elfo?
Había caminado hasta casi ponerme a su altura cuando dijo.
-- No os acerquéis a mi monstruo.
Dijo Merrill con odio en su voz.
-- Jamás en todos los años que he vivido he usado la empatía para entrometerme en la vida de nadie, dudo muchísimo que mi padre la usara para eso. Pero hoy hare una excepción, no quisiste formar parte del circulo empático y lo acepte, sin que eso menoscabara mi confianza en ti. Pero en vista de lo oído ahora, no puedo y no quiero confiar en ti, ni en nadie que nos vea como una aberración, tanto a mí, como a mi padre o a Ral, no lo voy aceptar. Y esto desgraciadamente también te incluye madre, pero nosotras hablaremos luego, no aquí en público. Aunque sin necesidad de usar la empatía, se lo que realmente te molesta de mí y no es exactamente la empatía, ¿Verdad Merrill?
-- Me molesta que seas un monstruo en el que no pueda confiar, me molesta que pervirtáis las ideas y la moral del clan, con vuestras ideas pervertidas que nos llevaron al castigo de los Creadores, por esos actos impuros nos abandonaron.
-- ¿Cómo una aprendiza de Custodia puede ser tan ignorante Merrill? – le dije cada vez mas enfadada – Ahora mismo no sé si estoy oyendo a Merrill hablar o a Ian, repites las mismas sandeces que él. Dime una cosa Merrill ¿Dónde está Ian? Porque tú lo sabes, ¿verdad? Y ahora no me cuentes cuentos para no dormir. No solo sabes donde esta Ian, sino que además le haces el trabajo sucio, intentando resucitar los tabús humanos que Ian implanto en el clan, no te lo voy a consentir. Por otro lado me atacas pensando que has perdido tu posibilidad de convertirte en la Custodia del Clan de mi madre, eso es lo que realmente te molesta de mi presencia. Para tu información te diré, que no puedo y no quiero ser la Custodia de este clan, tengo demasiadas cosas que hacer, demasiado trabajo protegiendo a mi familia, cuidando de Zevran y de nuestro hijo, como para que me interese algo tan político. Merrill yo no tendré una vida larga como la tuya, moriré mucho antes que tu, jamás aceptaría un cargo que no pudiera desempeñar con el respeto debido. Asimismo para los intereses de Ian no soy adecuada, lo dejo muy claro la última vez que le oí hablar, pero él pensaba que había muerto, igual que mi padre, solo tú le pudiste decir quién era. Por que dudo mucho que a otro miembro del clan se lo dijera mi madre.
-- Y es una desgracia que no estés muerta igual que tu padre.
Dijo mientras comenzaba a encauzar un hechizo de ataque, sujete a Zev del brazo, no quería que la atacara. Me adelante después de ponerme el escudo de protección mágica y la cogí de la mano, antes de que terminara de encauzar.
-- Para luchar conmigo Merrill hubieras necesitado pasarte veinte años de tu vida, sin otra cosa que hacer que estudiar magia. Nunca serás una rival para mí. Ahora sabremos la verdad, porque me voy a conectar a nivel empático a ti, quieras o no quieras, no voy a permitir mas traiciones y menos de mi pueblo y de mi gente.
-- No Neshi, por favor, no lo hagas….
Dijo mi madre.
-- Que así sea madre. - Solté la mano de Merrill y me aleje lo suficiente como para darle espacio, si quería irse. - Prefiero quedarme sola con Zev y luchar por nuestra supervivencia y la de nuestro hijo, que tener mucha gente a mí alrededor sin que pueda fiarme de ella. Por supuesto no quiero a nadie que haga el trabajo sucio de Ian cerca de nosotros o de nuestro hijo. Ya basta con el daño que nos ha hecho.
Me volví hacia mi madre.
-- Madre si no te importa quisiera hablar contigo, cuando esto quede zanjado y aclarado, hay cosas que son necesarias cortarlas de raíz. Los elfos que te quieran seguir Merrill se pueden ir en paz, jamás se lo tendré en cuenta, pero no quiero que sigáis sabiendo de nuestros planes para el futuro, ni quiero que estéis a mi lado. Ya tuve bastante con ser una aberración entre los humanos, para que mis hermanos me traten como tal.
Estaba dolida, me sentía con ganas de irme, de marcharme de una vez con Zev y mandarlos al cuerno. Nunca me hubiera esperado que dentro del Clan de mi madre se escondiera un cáncer tan mortífero, pero debía hacerle frente sin miedo, porque o lo extirpábamos o nos mataba a todos. Sentí el alma de Zev envolviéndome cariñosamente, sentí su amor y su apoyo ante lo que quisiera hacer. Hiciera lo que hiciera, él me apoyaría, aunque en mi estupidez nos enviara a la muerte, él iría conmigo hasta la muerte sin quejarse.
Sentí la presencia de Ral a mi lado, me rozo la mano y nuestras mentes se unieron de forma instantánea, sentí sus pensamientos.
-- No estáis solos, os seguiré hasta donde vayáis igual que Yan, Fenarel y el resto de nuestros clanes también, aunque ahora pienses que si se va el Clan de tu madre, os enfrentareis a un destino en solitario después de que venzáis al compañero de Ort, no será así. Shay irá a donde tú vayas, Nolaloth también, y de nosotros Yan, Varathorn, Paivel, Fenarel y el resto os seguiremos, sea cual sea, lo que el destino te depare. Ves hablar con tu madre, aclara la situación con ella, yo me encargo de que Merrill y los partidarios de Ian se vayan, cuanto tu madre decida qué hacer con su futuro y donde quiere estar.
Mire hacia donde sentía la presencia de Ral, pero me di cuenta que se encontraba oculto por un hechizo de invisibilidad, aun así le mire a los ojos.
-- La he perdido otra vez, ¿verdad? Y esta vez es para siempre.
-- No lo sé. Siento que tengas que sufrir esta situación. Pero lo más importante, es que no estáis solos y los que os seguiremos, jamás podréis poner en duda nuestra lealtad.
-- Si en vosotros sé que puedo confiar, pero había pensado que mi madre… bueno está bien, hay cosas que no se pueden subsanar por mucho que lo intentes.
Solo quería esconderme entre los brazos de Zev y desaparecer, sentí su abrazo mental envolviéndome, protegiéndome, consolándome, le bese mentalmente y después fui hacia donde estaba mi madre.
-- Madre podemos hablar, por favor.
-- No es el momento Neshi para que hablemos entre nosotras. Pero si es el momento en que diga, lo que debo decir. Me iré con mi hija y su compañero, vayan a donde vayan. Ian consiguió que creyera muchas de sus mentiras, consiguió manipularme profundamente, mucho más de lo que yo había creído posible, pero no va a conseguir separarme de mi hija. Como consiguió destruir el amor que sentía por su padre, de la misma manera que logro que lo odiara al final, aunque nunca realmente hizo nada para merecer tal odio, ahora lo veo muy claro, veo lo que realmente nos hizo Ian a Theron y a mí. Lo he comprendido mientras te escuchaba hablar Merrill. Quiero que los elfos del Clan, sean quienes decidan qué hacer con sus vidas, si quieren irse contigo que lo hagan, como ha dicho Neshi, a nadie se le juzgara por ello, los que se quieran quedar me alegrare de tenerlos a mi lado.
En ese instante sentí la voz de Ral después de que mi madre guardara silencio. Se había deshecho de su hechizo de invisibilidad.
-- Aunque no forme parte de este Clan, ni tenga derecho directo de estar aquí, creo que nuestro compromiso y el respeto entre clanes, os obliga a dejarme participar de ella, ya que se están tratando temas que me incumben. Tengo información que no pensaba decir, pero que ahora la diré. Neshi o Ashalle que es como tú la llamas, Merrill. Fue raptada por los templarios hace veinte años cuando tenía solo 4 años de edad, su padre era Theron un elfo que se unió al clan algunos años antes de que Neshi naciera, su madre es la Custodia Marethari, por aquel entonces solo era la aprendiza de custodia. Eso es todo lo que sabe el Clan sobre la historia de Neshi, pero alguien se ha planteado estas preguntas. ¿Qué hacia un grupo tan grande de templarios en pleno bosque acechando a una niña elfa de 4 años? Los templarios rara vez aparecen en el bosque, saben que nosotros no los toleramos. ¿Cómo supieron donde estabais? ¿Por qué se fueron justamente contra vuestro Clan? ¿Por qué raptar a una niña tan pequeña? ¿Por qué enviaron un contingente tan grande a un lugar donde no había magos de sangre? ¿Todo esto no os resulta cuanto menos sospechoso? No podían saber nada sobre vosotros, sin que alguien les dijera quien era la elfa y quien era su padre. Realmente la respuesta es muy sencilla, aunque no por ello más fácil. Ian traiciono a Theron denunciándolo a los templarios. Theron era de los pocos elfos inmortales que aun vivían, además tenía empatía de hecho era el ultimo empata fuerte que vivía, algo que los humanos han codiciado desde tiempos inmemoriales. Raptaron a Neshi para atraer a su padre y así poderlo capturar, pero él lucho hasta el final, como muchos otros elfos inmortales hicieron en la misma situación. Como ya tenían a Neshi y se habían dado cuenta que ella era mágica y no he dicho que tuviera magia, sino mágica hay una sutil diferencia, se la llevaron. Pero para su frustración Neshi resulto tener la terquedad de una mula y la tenacidad de una montaña. Se negó hablar durante años, estuvo comportándose de una manera errática, sin dar muestras de magia alguna durante mucho tiempo. Pensaron que había perdido su conexión con el “velo” convirtiéndose en una maga tranquila, al haber presenciado la muerte de su padre. Por eso la permitieron vivir. Cuando mostro su verdadera fuerza mágica, ya no podían hacer nada contra ella, porque había crecido lo suficiente como para evitar que la controlaran. A veces el destino es más sabio que nosotros, fue una suerte que no fuera instruida por Ian, no solo porque le hubiera inculcado todo tipo de basura mental, sino porque Ian se hubiera terminado dando cuenta que Neshi tenía empatía y la hubiera traicionado denunciándola como hizo con su padre, con la diferencia de que Neshi jamás sabría que escondía un secreto que nunca debe llegar al conocimiento de los humanos. Theron estaba sentenciado a muerte, desde el día que eligió este Clan para quedarse y él lo sabía igual que yo… - esta última frase la dijo mirando a mi madre a los ojos - no voy a seguir, es un tema personal que no debe salir a la luz.
-- ¿Qué? – dije totalmente traumatizada – Ral por favor, necesito, quiero…
-- No brujita, - dijo usando el apodo que Zev siempre me decía cuando quería hacerme razonar – no ahora, luego te doy mi palabra que te lo contare todo, no solo la versión limitada que he contado aquí. Pero es algo que solo es para tus oídos y los de tu compañero.
Me fije en que mi madre bajaba la cabeza y no protestaba, al hecho de que Ral la había dejado fuera de esa conversación. Era posible que ella supiera muy bien lo que Ral iba a decirnos, que conociera toda la historia, ya que al fin y al cabo, lo había vivido.
Eso me dejo mal, ella conocía todo lo que había pasado, ¿Por qué demonios no había evitado la traición de Ian? ¿Ella era parte de esa traición? Quería saber las respuestas a esas preguntas, pero también una parte de mi ansiaba la ignorancia, pues me sería más fácil poder tratar con mi madre en la ignorancia, que cuando conociera las respuestas. Pero siempre preferí la verdad por dura que fuera, a las mentiras y la ignorancia. Aunque esa verdad destruyera mi renaciente relación con mi madre.
-- No Ral, necesito que en esa conversación este mi madre - le mire a los ojos a Ral y después a mi madre -. Quiero conocer las respuestas a muchas preguntas y parte de las respuestas las tiene mi madre.
-- Puede que no te gusten las respuestas de tu madre Neshi – me dijo Ral -. Pero si aun sigues queriendo que ella participe, estaré de acuerdo.
-- Necesito enfrentarme a la verdad de lo que paso en aquella época, de lo que le ocurrió a mi…
-- Tu padre está mejor muerto, y si los Creadores se apiadaran de nosotros, vosotros dos también estaríais muertos.
Dijo Merrill, en ese momento Ral se giro hacia ella y la miro de frente.
-- Merrill si de algo te ha valido el entrenamiento que te dio la Custodia Marethari, te aconsejaría que te fueras. Antes te has librado de que Neshi te obligara a decir todo lo que ella quisiera saber, porque su madre le ha pedido que no lo hiciera. Yo no tengo la fuerza empática de Neshi, no ahora, pero tengo la suficiente como para obligarte a hablar y su madre no tendrá ninguna influencia en mi decisión. Por lo tanto, reúne a los elfos que quieran irse contigo y vete. Solo una cosa más, cuando te encuentres con Ian, dile que morirá muy pronto por mi mano, me debe demasiado para poder olvidar lo que ha hecho. Su traición es lo más bajo a lo que puede llegar un elfo Dalishano y entre nuestro pueblo esa traición solo se paga con la muerte.
-- Tú no podrás matarlo, es demasiado poderoso para ti.
Dijo con altanería Merrill.
-- Merrill no te confundas, tanto Neshi como yo, podemos matar a todos los que están en esta plaza con un solo hechizo, sin lastimar aquellos que no queremos hacer daño. Tú nunca sabrás ni en tus mejores sueños que tipo de magia es esa, o la fuerza mágica que se necesita para hacerlo. Antes dije que Neshi es mágica no maga, su esencia es totalmente mágica, eso lo heredo de su padre, aunque él no era mágico, realmente si hubiera sido entrenada por verdaderos hechiceros, sabría que no necesita para nada el lirio, ni gastar la magia en sus venas para usarla. Pero la educaron los humanos, gracias a Ian, por eso desconoce la mayoría de su potencial mágico. Créeme cuando te digo que yo si conozco el potencial de mi magia y a mi nadie de este clan me puede influir. Ahora recoge tus trastos y a los que quieran seguirte y vete, no lo repetiré.
Merrill miro a su alrededor esperando que la siguieran mas elfos del Clan, pero se dio cuenta que estaba en minoría absoluta, solo uno de cada diez elfos del Clan se irían con ella. A pesar de ello se fue con altanería hacia su Aravel. Vi a Ral que hacía señas a dos guerreros del Clan Badarian para que los escoltaran hasta las afueras del campamento, de hecho una elfa Badarian se le acerco a Ral, le saludo y después Ral le dijo.
-- Acompañarlos fuera de este bosque, no partiremos hasta que hayáis vuelto, tener cuidado no os fieis de ninguno de ellos, es posible que Ian aun este por aquí. Te dijo Yan como es, para que lo puedas reconocer.
-- Si Custodio, me informo de cómo es. No tienes de que preocuparte, se hará tal cual has dicho. ¿Si vemos a Ian tenemos permiso de atacarlo?
-- No, si le veis. Marcharos, volver al campamento y avisarnos, solo Yan, Varathorn y yo podemos hacerle frente. No es lo que parece y es sumamente peligroso.
-- Entonces que así sea Custodio.
Se volvió hablar con nosotros.
-- Neshi, Zev, Custodia Marethari, podéis venir hasta mi Aravel, necesito que tengamos una conversación privada. Disculpa ¿sabes quién es Yan? – le dice a un niño que andaba por allí, el niño negó con la cabeza -. Te importaría ir a decirle al elfo con pinta de enano crecido que le espero en mi Aravel, necesito que este también en la conversación. ¿Ahora sabes quién es?
-- Si Custodio, se quien es, ahora que me has explicado, es el elfo grandote.
-- Si exacto, peque. ¿Me harás el favor?
-- Por supuesto Custodio, ahora lo aviso.
Mi madre se acerco a nosotros y Ral emprendió la marcha hacia su Aravel, cuando entramos, se sentó en el suelo cerca de una mesa baja, genial.
Si el Aravel que había hecho de sala de reunión era impresionante este, era elfico. Todo el Aravel era un bosque, un bosque dibujado, pero que daba la impresión de estar vivo, no que fuera un dibujo, sino que olía, se sentía como si hubiera vida dentro, además era muy grande también por dentro.
Nos invito a sentarnos en el suelo junto a él, Zev se sentó y después me cogió de la cintura para sentarme delante de él y así poder abrazarme atrayéndome hacia su cuerpo. Por primera vez esa noche después de que salimos del nuestro Aravel, me sentí en casa entre sus brazos.
Oí la voz de Ral decirnos.
-- Neshi se que te está comiendo la impaciencia, pero mejor esperamos a que Yan venga, créeme si te digo que su presencia será necesaria.
-- No tengo prisa Ral, puedo esperar a que Yan venga. Aunque no entiendo porque…
-- No entiendes el por qué de su presencia, con el tiempo lo comprenderás Neshi y no solo tú, Zev también lo comprenderá.
-- Tú sabes muchísimo más de lo que dices Ral. ¿Por qué nos ocultas cosas?
-- Lo creas o no Neshi. Solo oculto aquello que si te lo dijera, no me creeríais o no querríais creerme.
-- ¿Pruébalo? Puedo creer en muchas cosas.
-- ¿Estáis seguros los dos?
Sentí el asentimiento de Zev.
-- Si Ral, estamos seguros los dos.
-- Bien pues aquí va una muestra. ¿Me creeríais si os dijera que Yan esta tan unido a vosotros, como lo estáis entre vosotros?
-- Eso… eso no es… no es posible. – dijo Zev.
-- No puedo… no quiero creerte. – le dije a Ral.
-- Pues me creerás, cuando lo veíais vosotros mismos. Ves por eso no había dicho nada, bueno ahora ya sabéis por que Yan debe estar aquí, aunque no me creáis.
Zev me atrajo más hacia él, me abrazo más fuerte, me recosté en su pecho, no quería a nadie entre nosotros, sentí también que Zev temía perderme, pero estando juntos todas las dudas, miedos y tensiones desaparecían. Juntos y unidos, esperamos a que llegara Yan.
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