viernes, 26 de noviembre de 2010

Neshama una bruja diferente 52

Capitulo 52

Nunca tuve facilidad con las palabras”, esa fue la excusa de Yan, para no ser él quien escribiera esta parte del libro. Si es verdad que nunca fue de hablar mucho, pero siempre dijo aquello que quería, aunque con escuetas palabras.

Detrás del guerrero duro e inquebrantable que todos creen forjado en las batallas más cruentas y moldeado con los golpes más brutales que la vida pueda llegar a dar, ese guerrero que no tiembla en las batallas y que después de muchos siglos de contienda nunca han visto retroceder. Es solo la imagen externa de nuestro compañero Yan, solo Neshi y yo hemos conseguido llegar a una zona mucho más suave y dulce, recubierta con una capa protectora de dureza existe otro Yan, un ser que habla de poesía, que admira la belleza de un amanecer, que le encanta jugar, reír y emborracharse si estamos todos de humor para ello, ese otro Yan no quiere recordar los peores momentos de aquellos tiempos.

No lo acuso, ni él ni yo pudimos haber detenido lo que ocurrió, y como Neshi nos ha dicho repetidas veces, fue mejor que estuviera sola, de lo contrario nosotros tres habríamos muerto, ya que nunca la habríamos dejado partir sola con los templarios y Ral inconsciente. Eso no evita que en cierta forma, cada vez que lo recordamos Yan y yo, sintamos que una parte de nosotros muere un poquito. Alguna vez hemos hablado los dos sobre lo acontecido aquellos días, yo amo a Yan de la misma manera que amo a Neshi, intensamente y sé que él me ama con la misma intensidad, pero Neshi es realmente el eje en el que giramos nosotros dos, a través de la telepatía y de la empatía que nos une, no puede haber mentiras, pues no hay secretos y sabemos que ese día, pudo bien ser el ultimo de nuestra existencia, ya que ninguno de nosotros tres desea vivir más allá del tiempo que tenga el primero en morir.

Ahora sí, volveré a la historia, esto solo fue un paréntesis pequeño, quizás un avance de los acontecimientos por llegar, un aviso del futuro que aun nos aguarda y al que deberemos hacer frente.

* * * * * *

Cuando salimos del almacén en dirección a donde estaba el Clan, tuve la premonición que algo estaba terriblemente mal, esa premonición me había perseguido desde el momento en que vi caer a Ral. No quería asustarlos pero en el último tiempo, era capaz de intuir lo que nos iba acontecer antes de que ocurriera. Quizás era una habilidad que había tenido siempre, como un sentido agudizado de supervivencia que ahora se había intensificado, debido a que básicamente caminábamos por la cuerda floja casi continuamente.

No quería dejar sola a Neshi, pero sabía que tenía razón. Teníamos que llevar a Shianni y a Alarith hasta el Clan y ella no podía venir con nosotros. Mi aprensión la achaque al hecho de que era la primera vez que nos separábamos realmente desde que la había conocido, pero me puse más nervioso aun, cuando Yan nos urgió a volver cuanto antes, no era solo yo quien intuía que Neshi estaba en peligro, Yan también lo intuía. Pero por muy deprisa que quisiéramos ir teníamos que cruzar toda la ciudad y caminar bastante hasta llegar a donde habían acampados los ejércitos Dalishanos que era donde estaba nuestro Clan. Por mucha prisa que quisiéramos darnos, no volveríamos a Denerim hasta el amanecer del día siguiente.

-- Zev tenemos que volver cuanto antes – dijo Yan -. No me gusta nada haber dejado a Neshi sola con Ral inconsciente. Si hubiera habido otra alternativa, no habría aceptado a dejarla sola en medio de una ciudad humana.

-- Lo sé Yan, me ocurre lo mismo. Pero por muy deprisa que queramos ir, a ellos – dije señalando a Shianni y a Alarith – no podemos llevarlos corriendo, dudo mucho que pudieran aguantar la marcha.

-- No me gusta para nada esta situación.

-- Sin ánimo de intranquilizarte a mí me gusta menos. Es la primera vez que no puedo verla desde que la conocí y a penas puedo soportar la idea de pasar toda la noche sin verla. No me fio para nada de que Alistair no nos tenga preparada alguna de sus trampas vengativas, Yan tenemos que volver lo antes posible.

Yan asintió con aprensión, ninguno de los dos volvió hablar durante todo el camino. Intentamos ir lo más rápido posible, pero Shianni y Alarith no estaban acostumbrados a nuestras caminatas, por lo que nos retrasaban. Aun así conseguimos llegar al campamento del Clan en bastante menos tiempo del que habíamos previsto.

El Custodio Galen nos salió al encuentro, estábamos hablando con él cuando de pronto, deje de sentir a Neshi, mire a Yan que se había encogido como si lo hubieran golpeado mientras me decía.

-- ¿Zev sientes a Neshi verdad?

-- No, no la siento, no la siento. Es como cuando fue herida, no puedo conectar con su mente, es como si se hubiera...

-- No Zev, tu llevas mucho más tiempo con ella, tienes que sentirla… no me digas que no sientes nada.

Negué con la cabeza, he intente levantar a Yan que seguía encogido. Mientras Galen preguntaba.

-- ¿Qué ocurre?

-- Neshi… - Yan apenas era capaz de hablar tartamudeaba – Algo terrible ha ocurrido, Galen.

En ese instante sentimos la unión de Ort a nuestras mentes y su voz hablándonos a los dos.

-- Yan y Zev, tranquilizaros Neshi está viva y bien, solo ha entrado en trance.

-- En trance – pregunto Yan - ¿para qué en trance? ¿Por qué?

-- ¿Qué ocurre, no entiendo nada? – pregunte - ¿Qué es eso de entrar en trance?

-- Se que lo que os voy a decir os volverá locos de dolor, pero tenéis que obrar con la cabeza, nada de heroicidades suicidas.

-- Déjate de mierdas filosóficas Ort – dijo Yan – dinos que le ha pasado a Neshi, ¿dónde está?

-- Hace muy poco tiempo que ha sido detenida por los templarios, Alistair al final se ha cobrado la venganza, que ha estado tramando durante tanto tiempo. No esperar no salgáis corriendo a buscarla. Fui yo quien la pidió que entrara en trance, para ahorrar fuerzas y para evitar que en vuestra locura os lanzarais contra algo que no vais a poder vosotros dos solos. Fenarel y Riordan el humano guardia gris vienen para aquí, a encontraros. Aunque ahora os cueste creerlo, Neshi es muy capaz de luchar contra esos templarios, además también se han llevado a Ral, no saben que sin querer han juntado a los dos seres mágicos más potentes en todos los países de este mundo. Los llevan hacia la prisión templaría Aeonar, pensar que tenéis una dragona, Nolaloth es muy capaz de alcanzar al grupo de veinte templarios que los llevan hacia la prisión, antes de que lleguen y mientras estén en el camino, no correrán peligro ninguno de los dos, pues los templarios no se arriesgaran a perder la bendición del “Rey”, dándoles la oportunidad de huir.

-- ¿Pero por qué no se defendió Neshi en Denerim? – pregunte, hasta a mi me sonó angustiada mi voz.

-- Ral estaba en reposo, después de que le curara. Además en la ciudad de Denerim si se hubiera defendido habría tenido que luchar contra toda una legión de templarios y ella es muy fuerte con la magia, pero no es inmortal, ha dejado que la sacaran para que su número disminuyera. Ellos piensan que haberla atado las manos y los pies, vendándola los ojos y amordazándola, llegara para que no pueda lanzar ningún hechizo, pero están equivocados, Neshi está esperando a que Ral recupere la consciencia para liarla y para entonces vosotros deberéis estar allí cerca con ella, pues necesitara vuestros ojos para poder luchar. Y esos templarios contemplaran por primera vez en muchísimos siglos por que los humanos codiciaron a nuestros seres mágicos. Dejar que lleguen a la altura del bosque Frondoverde, allí no habrá quien les pueda ayudar, hasta llegar allí hay demasiados humanos para que nuestra incursión pase desapercibida, Neshi también esperara a llegar, no hará nada antes. Yan se cómo te sientes, pero ahora más que nunca necesitamos tu mente estratégica trabajando totalmente.

-- No tienes una mierda de idea de cómo me siento Ort. Pero tienes razón en una cosa, debemos pensar con la cabeza y no con el corazón. Aunque cuando vea a Ral le voy a partir su linda cara de un puñetazo, no hubiera ocurrido todo esto si él no se hubiera intentado suicidar.

-- Tenemos que ir al encuentro de Fenarel y Riordan – dije – Fenarel debe estar destrozado también.

-- Destrozado… a ese también le voy a dar azotes hasta que me canse. Un humano, no digo que sea mala persona, pero no quiero a un humano viendo como nos lleva un dragón y mucho menos la próxima batalla mágica, hay cosas que los humanos vivos nunca han visto y debe seguir así. Ort tú aun la sientes ¿verdad?

-- Si, solo ha dejado un fino hilo de conexión para que yo pueda hablar con ella, pero ella no puede ni debe responderme.

-- Déjanos sentirla a través de tu conexión, - dijo Yan - déjanos que podamos envolverla en nuestro amor.

-- Si – dije – no se me había ocurrido, que tú puedes enlazarnos con ella.

-- Puedo hacerlo, pero ella no os podrá responder, ni podrá mostraros nada, ningún sentimiento. Si ella reacciona ante vuestra presencia, todo lo que ha hecho no valdrá para nada, pues los templarios se habrán dado cuenta que es mucho más que una simple elfa maga y entonces no esperaran la mataran.

-- Seremos sutiles – dijo Yan – pero Neshi sabrá que somos nosotros.

Asintió uniéndonos mentalmente a la fina conexión mental que aun mantenía con Neshi, no necesitamos ponernos de acuerdo, sabíamos lo que queríamos transmitirla. La besamos con todo nuestro amor, ternura y cariño.

* * * * * *

Hacia frio, no sé cuánto tiempo llevábamos viajando, dando tumbos por el camino, había entrado en un estado de meditación tan profundo que nada en mi entorno exterior podía afectarme, esperaba que Ral despertara o hubiéramos llegado al bosque del norte, para emprender la guerra que se organizaría cuanto Ral fuera consciente.

Mientras mi cuerpo “semi inconsciente” se golpeaba contra los barrotes de madera que cerraban la jaula. De vez en cuando oía a los templarios gritarse los unos a los otros, no iban muy seguros de que conseguirían llegar a su destino, algunos de ellos los había oído discutir con él que parecía el comandante del grupo, pero la mayoría seguía de forma incondicional al que se hacía llamar así mismo líder.

Estaba perdida en mi interior, cuando sentí el “beso” de Yan y Zev, me alentó, me lleno de amor, retiro el frio de mi cuerpo llenándolo de calor, pero no podía reaccionar, mi cuerpo y mi mente se mantuvo en el mismo estado en que había estado antes. Como el único testigo mudo de mis sentimientos, una sola lagrima bajo por mi mejilla, perdiéndose en la noche.

* * * * * *

Cuando dejamos el fino hilo de telepatía, sé que mis mejillas estaban barridas por más de una lagrima, también se que las de Yan estaban en la mismas condiciones. Su semblante se había vuelto más duro si era posible, me imagino que en mi, también había vuelto aparecer aquella mascara que tanto le había costado a Neshi hacer desaparecer. Fue Yan quien comenzó a organizarnos y quien tomo el liderazgo en ese momento, ya que él lo necesitaba muchísimo más, porque sin él se sentiría perdido y yo sabía que la rescataríamos o moriríamos los tres, pero no la dejaríamos en manos de sus peores enemigos.

-- Galen vamos a ir a buscar a Fenarel, que el Clan se prepare partimos al norte cuanto Zev y yo volvamos con Fenarel. A los demás clanes les podéis decir que los humanos nos han traicionado, que es lo que realmente ha ocurrido, que tomen la decisión que crean correcta, no intentes hacerles cambiar de opinión si quieren quedarse ayudar a los humanos déjales, nosotros de todas formas tenemos que volver para luchar contra mi amigo. Nolaloth tiene que estar preparada, cuando volvamos partiremos para encontrarnos con los templarios, vosotros internaros en el bosque de Brazilia, nos encontraremos después de la batalla con Bhalam si es que estamos vivos para entonces. Pero no arriesgaremos más vidas de elfos a las “buenas intenciones” de los humanos. En la misma zona donde acordamos encontrarnos, en eso no habrá cambios.

-- Pero no podéis ir vosotros tres solos contra todos los templarios – dijo Galen – No necesito ser un experto en guerra para saberlo.

-- Llevamos a Nolaloth en caso de necesidad ella puede ayudarnos y ella solo puede llevarnos a tres o cuatro como mucho, no puede llevar al clan entero. No Galen haréis exactamente eso, partiréis y nos veremos en unos pocos meses. Es más si cuando vuelva la época de las nieves no hemos llegado a donde acordamos partirás con todo el clan, tu obligación será llevarlos de vuelta a donde está el resto del Clan Ralaferin, contarles lo acontecido y prepararos para el final. Ya que significara que no lo hemos logrado y ya sabes lo que eso significara para todos.

-- Lo sé Yan, por eso insisto en que vayamos todo el Clan junto.

- No podemos arriesgarnos, Fenarel es un empata latente y su pareja es Shianni la muchacha elfa que os hemos traído, tendréis que protegerlos porque si nosotros fallamos, ellos serán la última esperanza, si es que queda alguna.

-- Yo pensé que Ral y Fenarel… bueno no sé, quizás estaba equivocado.

-- No, no lo estas amigo, pero Ral es un idiota cabezota que siempre tiene que ser él que tenga la razón, que no se da cuenta que si a veces fuera más real consigo mismo tendríamos menos problemas. Pero lo importante es que realmente aun no están unidos, por lo que la muerte de uno de ellos puede suponer mucha tristeza, pero no la muerte para Shianni y Fenarel, ellos son la última esperanza y así debéis de protegerlos.

-- Gracias por explicármelo, ahora si lo comprendo totalmente, se hará tal cual has dicho Comandante Yan.

-- Galen han pasado muchos siglos y llovido muchos ríos para que ahora uses ese tipo de tratamiento conmigo, no soy ya un comandante, solo un compañero preocupado por su compañera de vida nada más. Nos llevaremos a Shay, el puede llevarnos hasta donde esta Fenarel y Riordan fácilmente.

Nos dirigimos de vuelta a Denerim, Shay nos llevaba a bastante velocidad, lástima que antes hubiéramos tenido que usar la velocidad de nuestras piernas, en muy poco tiempo conseguimos encontrarnos con Fenarel y Riordan. Fue Riordan quien nos vio y quien empezó a relatarnos lo sucedido, Fenarel parecía hundido en un pozo negro, apenas alzo la cabeza para mirarnos y después volvió bajar la mirada al suelo, se sentía culpable de lo ocurrido, la verdad es que ni Yan ni yo nos sentíamos con muchas fuerzas de consolarlo, pues nosotros mismos estábamos desesperados. Queríamos llevar de vuelta a Fenarel al Clan y después partir sin demora hacia donde habían llevado a Neshi y a Ral.

Cuanto Riordan alcanzo a verlos por la avenida principal de Denerim, corrió hacia ellos y casi sin resuello dijo.

-- Yan, Zev lo siento, no pude evitarlo, se han llevado a Neshi y a Ral. El traidor de Alistair la ha vendido a los templarios, no sé que pretende hacer con ella, pero ahora mismo lo más importante es que van camino de la cárcel de Aeonar que se encuentra al norte de Denerim, no hace muchas horas que se han ido, creo que con caballos podríais alcanzarlos en un día o como mucho en dos, pero seguro que antes de que lleguen hasta la prisión, la podréis rescatar. Iría con vosotros, pero alguien tiene que quedarse aquí arreglar el desastre que ha provocado el inútil de Alistair y su Arl. Con sus actos ha puesto a toda la nación en peligro de muerte, no solos a vuestra compañera.

-- A nosotros – dijo Yan – solo nos importa Neshi y Ral, ni la Ruina, ni… - aquí le di un golpe suave en la pierna a Yan para que se callara y dejara de hablar -. Solo una cosa Riordan, un solo favor, la cabeza de Alistair es mía, él me rendirá cuentas a mí.

-- Llegado el momento necesitaremos a todos los guardias grises que haya, no podemos prescindir de uno solo.

-- Mírame Riordan, necesitas un guardia gris yo pasare la iniciación, me convertiré en guardia gris, pero quiero su cabeza.

-- Pero puedes morir Yan durante la iniciación.

-- No Riordan, no moriré, los elfos digamos que no morimos con la misma facilidad.

Intervine, cada vez me gustaba menos el tono que estaba tomando la conversación, ya era malo que Neshi se hubiera convertido en guardia gris, no quería que Yan también se sometiera a la misma pesadilla, además Neshi se pondría de los nervios cuanto se enterara.

-- Riordan no tardaremos en volver, intentaremos rescatar a Neshi lo antes posible y estar de vuelta para esa Gran Asamblea que tenéis planeado celebrar, allí lo hablaremos. Vamos Yan, necesitamos todavía volver al Clan con Fenarel y partir hacia el norte.

-- Si estoy de acuerdo contigo Zevran – dijo Riordan – lo primordial es que rescatéis a Neshi y la traigáis, ella es la verdadera comandante de los ejércitos que ha reunido, sin ella esto será un caos.

-- Lo será sin duda – dijo Yan -, no creo que les guste saber a los enanos, elfos Dalishanos y magos que su comandante ha sido detenida por un grupo de templarios, por orden de un “ficticio” Rey de Feraldan. Pero será una conversación divertida para otro momento, nosotros nos vamos. Fenarel sube en Shay, volvemos al Clan ahora mismo. Suerte Riordan y no olvides que Alistair es mío.

Se giro y subió encima de Shay de un salto, apenas se había agarrado de la crin, ya extendía la mano hacia Fenarel que seguía con la mirada en el suelo, lo empuje suavemente, la verdad es que me daba pena, había tantas cosas en Fenarel que me recordaban mi infancia y juventud que normalmente tendía a ser más flexible con él, de lo que normalmente era conmigo mismo. Cogiéndolo por el brazo lo subí al caballo y después salte yo detrás de Fenarel, Yan no espero ni un segundo, cuanto estaba sobre Shay, lo urgió a partir hacia las afueras de Denerim a donde estaba el Clan.

Cuando volvimos a dejar atrás las murallas de la ciudad, en la lejanía marina se veía muy perfilada la figura de Nolaloth, volaba suavemente tanto que si no te fijabas la podías confundir con una nube, Shay por iniciativa propia o por que Nolaloth le indicara donde ir, fue derecho hacia donde se unían el acantilado y el principio del bosque de Brazilia, no donde estaba el grueso del ejercito Dalishano que era donde había estado el Clan anteriormente acampado.

Galen nos estaba esperando en un recoveco recogido de arboles, apenas era visible desde la parte donde estaba el grueso del ejercito Dalishano. Yan pretendía entregar a Fenarel como un saco y volver a partir en Nolaloth casi al instante, no contaba con que Fenarel tendría algo que decir al respecto, ya que además de a Neshi también se habían llevado a Ral.

-- Galen, hemos traído a Fenarel, cuídalos. – dijo Yan.

-- No – dijo Fenarel – no me voy a quedar aquí a esperar nada, voy con vosotros.

-- Tienes que quedarte Fenarel, Shianni es tu compañera del alma y debes protegerla.

-- Yan por la misma razón debo ir en busca de Ral.

-- ¿Para qué te portes tan tontamente como lo habéis estado haciendo? Ral se piensa que todavía estamos en la época de Arlathan cuando se podía pasar un siglo cortejando a un compañero, y tu… no se qué pensar Fenarel.

Puse una mano en el brazo de Yan, no quería que continuara e hiriera sin querer a Fenarel con sus palabras.

-- Yan deja que venga, nos ayudara en los combates y a Ral le gustara verle.

-- Pero Zev ¿Qué pasara si nosotros tres morimos? Ellos son los últimos que pueden unirse en una unión verdadera.

Moví la cabeza negativamente.

-- No Yan, si Neshi, tú y yo morimos, tú mismo lo has dicho que no quedara nada más que esperar el final de nuestra raza, por que Bhalam será destruido.

Intervino uno de los ancianos que nos habían aguardado con Galen.

-- El joven tiene razón Yan, si vosotros caéis pocas posibilidades tiene ya Bhalam, no queda última frontera, ni última esperanza, solo vosotros tres sois lo que queda entre nuestro pueblo y el abismo. Si vosotros morís, morirá todo el pueblo, no ahora, no en el acto, será un proceso largo, pero llegara el momento de nuestra extinción, así como llego el momento de la extinción de los seres del mar.

Yan asintió, intentando no entablar un combate de palabras con el anciano, se subió en Shay, urgiéndonos a nosotros para marcharnos.

-- En marcha, vamos Zev, Fenarel a buscar a Nolaloth. – dijo Yan aunque no iba nada convencido. – Aunque recuérdame que te de un par de puñetazos por idiota Fenarel, después de que pase esta pesadilla.

Volvimos a subir en Shay que nos llevo al galope hasta un acantilado pequeño por donde bajamos a la playa, allí nos aguardaba Nolaloth. No tardamos nada en acomodarnos encima del cuello de Nolaloth atándonos con las piernas y los brazos a su cuello y a su dura piel de escamas, cuando ya estábamos preparados lo suficientemente bien sujetos, como para que emprendiera vuelo, levanto vuelo hacia el firmamento, fue una sensación hermosa pero a la vez terrible, sentí brazo de Yan rodeando mi cintura asegurándome contra su cuerpo mientras subíamos vertiginosamente hacia el cielo, perdiéndonos en la noche estrellada, rumbo al encuentro con los templarios.

Fue la primera vez que volábamos, hubiera deseado que Neshi estuviera aquí con nosotros, habría sido la mejor experiencia que había vivido desde que nos uniéramos, pero ella no estaba, ni tan siquiera podíamos sentirla a nivel telepático o empático, cada poco tiempo tenía que recordarme a mí mismo que era por su propio bien, que había cerrado cualquier posible conexión empática para evitar que los templarios la detectaran, pero no podía conseguir eliminar la sensación de vacío que existía en mi alma desde que la habíamos perdido, seguía sintiendo a Yan y él me sentía a mí, pero en cierta forma nos sentíamos perdidos y abandonados. Nuestra pequeña brujita había dado tanto sentido a mi vida y a la vida de Yan, que no sabíamos ni como respirar sin su presencia.

Vimos las murallas de la ciudad y los ejércitos pequeñitos acampados a las afueras de la misma, parecían muñecos en un tablero infantil, esperando el incierto futuro. Desde la altura podíamos incluso ver las copas de los arboles del bosque de Brazilia, donde se había internado nuestro Clan, esperaba que Yan estuviera en lo cierto y que con los tres de nosotros mas Nolaloth, llegara para detener a los templarios, pero personalmente me hubiera llevado a todo el Clan, se que posiblemente hubiéramos tardado demasiado, pero tenía miedo, miedo de lo que le pudieran hacer a Neshi y miedo hacia el futuro desconocido que se abría debajo de nuestros pies.

Los humanos estaban preocupados por una nación y por unos cuantos miles de vidas humanas, nosotros nos jugábamos la propia existencia de nuestra especie. Esta batalla como bien había dicho Ral era la batalla más importante de nuestras vidas y en este momento pendía de un finísimo hilo, en el que todo podía terminar en un cataclismo de muerte.

Nunca he sido pesimista, pero jamás había sentido tanto peso sobre mi espalda, estaba acostumbrado a preocuparme por mi propia supervivencia, incluso cuando me uní a Neshi me preocupaba por nosotros dos solos, ahora sabia que nuestra existencia estaba ligada a un camino más peligroso y muchísimo más importante, es difícil decir que en tus manos se encuentra la supervivencia de toda nuestra especie. No éramos inmortales, ni especialmente buenos, solo habíamos sido elegidos por el destino, que tiene cuanto menos un humor bastante siniestro. Yan nos había contado la visión que le enseño Bhalam hacia muchos siglos, nos dijo que ni él mismo se podía imaginar que ese niño pequeño era el propio Bhalam. Si los destinos pueden ser muy arteros y nosotros simples títeres bailando a su son.

Sentí la mano de Yan sobre mi hombro y después señalando hacia abajo, al camino que apenas distinguíamos entre las sombras de la noche, por el transitaban los templarios en formación de dos filas, en medio iba a la jaula donde debían de llevar a Neshi y a Ral, por delante iban tres templarios y por detrás también, el resto se había dividido en dos custodiando los lados del camino. Los templarios ni se percataron de nuestra presencia, Nolaloth planeaba para no hacer ruido con las alas a gran altura, por lo que era totalmente invisible a sus ojos y a sus oídos.

-- La rescataremos – me dijo mientras me besaba en el cuello, mas afirmándoselo a si mismo que a mí. – No lo dudes.

-- Si lo haremos, lo sé.

Yan señalo un cumulo de arboles que se formaba al principio del bosque, por detrás había una especie de explanada rodeada de arboles, susurrando bajito hacia Nolaloth.

-- Ves la zona posterior a la explanada de arboles, aterriza lo más cerca posible de esa zona, allí montaremos la emboscada. Todavía tardaran en llegar un buen rato, nos da tiempo a preparar las cosas antes de que lleguen.

-- Yan son demasiados – dije – pienso que quizás sería más sabio que Nolaloth agarrara la jaula y nos fuéramos volando, si es que puede hacerlo. Dudo que tengan mucha puntería con los arcos o las ballestas. No van a entender nada y me gustaría verles la cara a los que tengan que entregar el informe sobre la forma que han tenido de escapar los dos magos.

Sentimos los pensamientos de Nolaloth.

-- También puedo quemar alguno de paso, así no volverán a intentarlo.

-- Lo que has sugerido Zev tiene bastante sentido, si es que Nolaloth puede volar con la jaula en sus patas.

-- Puedo hacerlo, pero creo que Neshi tiene su propio plan de ataque. Mirar hacia abajo.

* * * * * *

Hacía rato que Ral había intentando moverse, fue Ort quien le había avisado de la situación en la que estábamos, por lo que continuo en su estado pasivo, le había dicho Ort que convenía esperar a que fuéramos ocultados por los arboles del bosque antes de comenzar el ataque. La mente de Ral se había unido a la mía instantáneamente dándonos una forma de comunicación que si bien hasta que comenzáramos a luchar no podíamos usar, si nos serviría en ese momento. Usaría sus ojos para guiar mis hechizos, ya que me habían vendado los míos, pero no me impedía ver a través de los ojos de Ral o de mis compañeros de vida, solo que como con ellos había tenido que cerrar cualquier conexión para no ser detectada por los templarios, no los sentía. Solo había sentido el “beso” tan maravilloso que me había llegado de ellos, les añoraba infinitamente.

Cuando los primeros arboles nos cubrieron, Ral me lo dijo telepáticamente, tiempo suficiente para entrar en la explanada de arboles que había un poco más adelante.

Le avise que se iba a desatar el infierno.

-- Ral comienza el baile – dije mentalmente – enséñame que tipo de formación llevan. – mire a través de sus ojos y vi como estaban colocados los templarios, bien no sería fácil, pero no era imposible, Ral me había soltado las manos sutilmente sin que ellos se dieran cuenta.

Recurrí a las memorias de los hechizos mágicos elficos, ninguno de los que había aprendido en la torre serviría ahora, necesitaba potencia y sobretodo quería enseñar a estos humanos patéticos, que no éramos simples marionetas a su antojo.

Invoque la energía de la tierra extrayéndola de la misma madera en que estaba fabricada la jaula, sin pausa me eleve por encima del cuerpo de Ral liberándolo de mi cuerpo. Con un simple pensamientos se formo una bola de energía cinética que destruyo los barrotes y el techo de la jaula, mientras Ral contraatacaba a los templarios sin darles oportunidad de reaccionar.

Una vez libre de la jaula y de las cuerdas en mis manos, libere mis ojos, sin preocuparme de mis pies no los necesitaba para moverme, estaba levitando con la propia energía que emanaba de la tierra hacia mi persona, elevándome en el aire. Los templarios atacaron como estaban acostumbrados hacerlo con los magos, intentando eliminar nuestra fuerza mágica y bloquearnos a nivel mágico, pero no éramos magos de sangre, ni magos comunes de la torre, sus poderes eran simplemente un juego infantil, tanto que Ral les devolvió el favor, dejándolos totalmente inútiles a nivel mágico.

Ahí fue cuando vimos a Yan, Zev y Fenarel corriendo a entablar combate, la batalla no duro demasiado tiempo mas, reconozco que no me gusta matar a nadie si puedo evitarlo, pero no podíamos dejarlos con vida, habían presenciado algo que hacía muchos siglos ningún humano había visto y no podíamos darnos el lujo de que lo contaran. Al final de la batalla solo los caballos, los bueyes y nosotros habíamos quedado en pie y con vida, todos los templarios habían muerto.

En el momento que el lugar quedo en silencio, sentí los brazos de Zev a mi alrededor, me gire abrazándome a su cuello, descansando mi cabeza en su pecho, segundos después sentí los brazos de Yan envolviéndome la cintura abrazándome y abrazando a su vez a Zev. Cerré los ojos y dije en un susurro.

-- Zev, Yan… - necesitaba sentir sus voces, sus cuerpos y sus mentes, por que sin ellos mi vida dejaba de tener significado. – Os he añorado tantísimo. – apenas era capaz de continuar hablando, ya que las lagrimas me cerraban la garganta.

Sentí las manos de Zev en mi pelo y sus labios besándome mientras me decía.

-- Mi brujita, sabes que te queremos y te añoramos igualmente, nos vas a matar a sustos brujita.

Yan me había envuelto en su propia capa, levantándome del suelo para que mis pies desnudos no siguieran en contacto con el frio hielo del campo, después había enterrado su cabeza en mi pelo besándome mientras sus manos recorrían mi cuerpo, queriendo cerciorarse de que estaba bien. Sentí la humedad de sus lágrimas en mi cuello, sabía que apenas podía hablar, pues todo su cuerpo temblaba. Solo le oía repetir mi nombre una y otra vez, en un susurro como si de un mantra se trata.

Abrí los ojos y los mire, Yan había apoyado su cabeza en el hombro de Zev arropándome totalmente entre sus cuerpos.

-- Zev – dijo Yan – Sujétala y haz que entre en calor, mientras Ral, Fenarel y yo nos hacemos cargo de los cuerpos y como encubrirlos. Cuídala por los dos.

Entonces me levanto en brazos entregándome a Zev, el me recogió y me cubrió mas con la capa de Yan, mientras frotaba mi cuerpo para que entrara en calor. Hasta ese momento no me había dado cuenta que estaba totalmente helada, no solo había estado desnuda en el intenso frio de Feraldan, algo que de por si era mortal. Aunque no había tenido alternativa en esto, si hubiera podido con la magia crear suficiente calor a mí alrededor como para poder mantener mi temperatura corporal. Pero al haber entrado en la meditación profunda y haberme desconectado de todo, había incurrido en el error de olvidarme de la temperatura de mi cuerpo.

Mientras sentía las caricias de Zev mi mente fue a la deriva. Sus manos siempre habían conseguido tranquilizarme, eran un bálsamo de paz para mí. El agotamiento que me había provocado el ataque a los templarios, la tensión acumulada durante el viaje, más la sanación de Ral. Tenían un precio que ahora empezaba a comprender mientras me resbalaba en la inconsciencia. Sonriendo me deje arrastrar a la oscuridad, pues sabía que entre los brazos de Yan y Zev estaba en casa.

* * * * * *

 

lunes, 15 de noviembre de 2010

Neshama una bruja diferente 51

Capítulo 51

Utilizamos el mismo camino que habíamos usado para entrar, con la diferencia de que no teníamos hechizo de silencio, mientras yo levantaba a todos, con la que habíamos organizado en la elferia, los magos y templarios de la ciudad ya sabían que pasaba algo raro dentro, pero si entraban y encontraban los cadáveres de los magos de Tervinter, les echarían a ellos la culpa de ser los responsables de las explosiones mágicas. En poco tiempo conseguimos llegar al almacén, cuando entramos Shianni y Alarith se quedaron quietos impresionados por las quemaduras que mostraba Ral.

Debíamos organizarnos ya que había mucho trabajo que hacer. Yo me podría encargar de sanar a Ral, pero llevaría su tiempo sus heridas eran profundas, además debíamos conseguir retrasar la Gran Asamblea un día, pues sino Ral no estaría curado, aparte de tener que llevar a Shianni y Alarith hasta el Clan que se encontraba en las afueras de la ciudad, muy cerca del bosque de Brazilia.

-- Yan, Zev tenemos que organizarnos, Fenarel está totalmente ido no podemos contar con él en este momento. Mientras me encargo de sanar a Ral, vosotros dos podíais llevaros a Shianni y a Alarith hasta el Clan, después os podría volver a traer Shay, cuando volváis Ral estará casi curado y podre ir hablar con Anora, para que ella nos puede conseguir el día que necesitamos para retrasar la Gran Asamblea.

-- ¿No le vas hacer nada después de lo que hemos visto en la elferia? – dijo Yan.

-- Yan pienso cobrarme cada vida de elfo que se ha perdido a un precio muy alto. Pero ahora es la hora de la hipocresía, la necesitamos bailando a nuestro son, aunque ella piense que bailamos al suyo. Si una cosa he aprendido de los humanos es que hay que ser más artero que ellos.

-- Y tenemos que ir los dos, tú por supuesto te vas a quedar sola. – dijo Zev.

-- Zev estoy en un almacén cargado de armas, además no soy una dulce doncella indefensa y en este almacén estoy segura, si añades que dentro de poco vendrá Riordan, y que creo que es de los pocos humanos en los que podemos confiar, no me pasara nada. Vosotros tenéis que ir dos, porque esta ciudad está empeñada en matarnos, no lo voy a consentir. Venga por favor amores, tengo que sanar a Ral.

“Shianni y Alarith ahora os sacaremos de la ciudad, aquí corréis mucho peligro, primero los humanos que si os ven habrá problemas y después no se cuanto tardara el Archidemonio en aparecer pero está muy cerca, si os vais con el Clan estaréis mucho más seguros, ellos os protegerán. Siento no haber sido más amable con vosotros, pero es que ahora mismo no puedo, cuando nos volvamos a ver podremos hablar tranquilamente.”

-- Lo curaras ¿verdad? – dijo Shianni con preocupación en la voz.

-- Si Shianni lo curare y después le daré de tortas hasta que me canse por hacer el loco.

Se arrodillo al lado de Ral y le paso la mano por la mejilla acariciándosela.

-- Cuídales – dijo mientras miraba a Fenarel y acariciaba a Ral.

-- No te quepa duda que lo hare.

Se levanto acercándose a la puerta donde estaba Alarith, esperando a Zev y Yan.

Me arrodille junto al cuerpo de Ral, concentrando mi empatía en su cuerpo, haciéndolo muy sutilmente, porque mi empatía tenía la costumbre de ser muy ruidosa.

Uno de los días que estuvimos en camino, Ral me había explicado que la empatía se comportaba en parte como era la personalidad del elfo que la tuviera y que como mi personalidad era totalmente explosiva, así también lo era mi empatía.

Por los Creadores, que cuando sanara lo iba a golpear hasta que me desapareciera el enfado tan enorme que me había provocado, sabía que Yan y Zev se habían dado cuenta del detalle de que no se hubiera cubierto con el escudo antimagia y se lanzara a parar el hechizo que iba dirigido a nosotros, que si estábamos cubiertos con dicho maldito escudo.

Antes de marcharse, Zev se arrimo a donde estaba sentada, me beso en el pelo mientras susurraba muy bajito, para que solo nosotros tres pudiéramos oírlo dijo.

“Neshi ten mucho cuidado, por que como te hagas un simple rasguño, voy a ponerte en mis rodillas y a darte palmadas, hasta que me canse.”

Yan a su lado asintió.

“Y yo iré detrás de Zev… así que cuídate muchísimo, no te fíes de nadie.”

Para suavizar la tensión que teníamos, dije en el mismo tono guiñándoles un ojo.

“Eso suena muy interesante… no se quizás me haga un arañazo a posta”.

“No se te ocurrirá – dijo Zev – juro que cumpliré mi palabra.”

“Si me portare bien, anda viejitos que tengo que trabajar, salir y volver de una pieza, porque si no seré yo quien os de los azotes en el culo.”

“Eso suena mejor.” – dijo Yan.

Baje la cabeza sonriendo y volví a concentrarme en lo que estaba haciendo, sentí que me besaban y se iban, no quería dejarlos marchar pero las circunstancias lo exigían. Era la primera vez que me separaba de Zev y Yan desde que me había unido a ellos, me había acostumbrado a tener a Zev siempre a mi lado y a Yan desde que se nos había unido, me sentía angustiada por la separación pero no habíamos tenido ninguna otra alternativa, mantuve controlado mi angustia para que no la notaran o no se habrían ido.

Cuando el almacén quedo vacio y solo estábamos Fenarel y yo, este se levanto y vino a sentarse junto a Ral, en el lado contrario a donde me encontraba, para no estorbarme.

-- Neshi ¿puedo sujetarle la cabeza?

-- Si claro que puedes Fenarel. Él te siente y le agradara tenerte cerca.

-- ¿Lo recordara?

-- No lo sé, puede que sí o puede que no. Cuando estas así, la memoria no funciona muy adecuadamente, a veces recuerdas retazos de lo ocurrido, pero la mayor parte de las veces no recuerdas nada.

-- ¿Te molesta si te hago preguntas mientras le estas cuidando?

-- No Fenarel, no me molestas ni me interrumpes, te oigo perfectamente aunque quizás no te conteste en el acto. ¿Pero por que te preocupa que lo recuerde? Fenarel estas muy equivocado con mi tío Ral.

-- En qué sentido estoy equivocado.

-- Creo sinceramente que estáis equivocados los dos, no solo tú. Tú crees que no le importas nada, ¿no?

-- Siempre se ha portado bien conmigo, eso es cierto, es un buen amigo, pero yo… da igual, no tiene importancia, lo que yo sienta.

-- Ahí justo es donde estas equivocado. Si tiene importancia lo que tú sientas, me gustaría que me hablaras de tus sentimientos, sino tienes inconveniente.

-- ¿Para qué voy hablarte de algo que no tiene importancia? no soy relevante.

-- Fenarel escúchame un momento, luego haz lo que quieras. Te acuerdas la noche que hablabas con Zev, sobre su suerte al encontrarme. Él tuvo suerte, porque realmente tuvo el valor de arriesgarse a que lo tratara igual que lo habían tratado siempre.

-- Pero no ocurrió, él dijo que tú eras su ángel.

-- Cierto y él es mi ángel también, pero si no se hubiera arriesgado, nunca habría conocido el cielo ni yo tampoco, y sabes lo más terrible de todo, es que no hubiéramos conseguido sobrevivir para conocer a Yan. Nunca te has arriesgado con Ral, ¿verdad?

-- Si bueno… una noche hace poco le pregunte si… si quería acostarse conmigo. Pero a él no le intereso, no quiso tener nada que ver conmigo.

-- Ahí es donde mi tío Ral se equivocó. No es que él no te quiera, ni desee nada contigo, si pudieras sentir sus sentimientos hacia ti como yo los siento lo comprenderías, pero no puedo mostrarte lo que él no te ha mostrado voluntariamente. Yo no necesito escuchar tus sentimientos de tu boca, puedo sentirlos sin necesidad de que me hables de ellos, aunque siempre me controlo para evitarlo, no quiero invadir tu intimidad, pero cuando son tan fuertes no puedo evitar sentirlos.

-- ¿Puedes mostrarme sus sentimientos? No le diría nada, te lo juro.

-- Fenarel si lo hiciera estaría invadiendo su intimidad, él lo sabría aunque tú nunca se lo dijeras. Además es un canal de doble vía, si te muestro sus sentimientos, tú expondrás los tuyos de forma inconfundible y eso lo recordara totalmente. ¿Quieres que él sepa lo que realmente sientes? Porque una vez lo haya hecho, tú conocerás sus sentimientos, pero él también los tuyos. Y no solo los sentimientos, sino parte de tus recuerdos, de tus vivencias, no ocurrirá como con Zev, Yan o yo, no será tan intenso, pero parte de tu vida él la vera y tu veras parte de su vida.

-- No, no, entonces no. Nunca le dije la verdad sobre mi vida, solo como nos conocimos, pero… pero pensé… pensé que si le hablaba de mi vida, antes de conocerte…. Bueno da igual, tampoco quiere nada de mí ahora.

-- ¿Por qué no le contaste la verdad?

-- ¿Por qué quien querría estar al lado de alguien como yo?

-- A mi no me importaría para nada tu pasado. Si fueras mi compañero te amaría y estaría contigo, de la misma manera que Ral…

-- Pero tú eres especial, no hay mucha gente como tú.

-- No, no soy especial, Ral… Fenarel no puedo y no debo hablarte de sus sentimientos. Solo piensa que él quiso que vinieras, quiso tenerte cerca.

-- Para despacharme más fácilmente.

-- Genial. Se a lo que te has acostumbrado a esperar de los demás, esperas que te usen y te tiren, eso no lo va hacer Ral. Eso si te lo puedo decir. Te ha dicho que te fueras, porque temía por ti y tú con tu rigidez, le has hecho más daño del que te imaginas. ¿Recuerdas las últimas palabras que dijo antes de que todo comenzara a explotar mágicamente?

-- Si dijo que viajaría hasta donde está el Clan con Shianni y Alarith, para que allí nos protegieran. Está bien siempre he estado solo.

Entonces recordé cuales habían sido las últimas palabras de mi tío Ral. Ahora esas palabras me revotaban en la cabeza.

-- No Fenarel, lo último que dijo fue, “Mi tiempo aquí está a punto de terminar”. Y después se pone a combatir con un ser mágico y muy potente sin un escudo antimagia. ¿Sabes lo que eso significa? Tú has estado en un infierno veinte años Fenarel, él lleva solo muchos siglos y desde la muerte de mis padres ha estado más solo todavía. ¿Cómo crees que se siente? No necesitas contestarme, pero piénsalo detenidamente, te juro que él no te está utilizando.

Guardo silencio y seguí con la sanación lentamente, aunque de vez en cuando le miraba, había lágrimas en sus ojos y en sus mejillas. Si mi tío Ral hubiera estado despierto los hubiera unido a nivel empático, para terminar con esta pesadilla de una vez por todas, mi tío lo podía haber hecho, pero no quería violentar a Fenarel, no quería… se había equivocado en todo.

Me alegre de que yo no hubiera tenido tanta experiencia cuando conocí a Zev, mi inocencia y mi deseo por él me había abierto el camino hacia su corazón, de otras manera posiblemente hubiera muerto o quizás habríamos tenido los mismos problemas que Fenarel y Ral. Ya que todo lo que estaba pasando con ellos se basaba en que mi tío buscaba demostrarle primero que era muy importante para él, pero sin que interviniera el sexo. Y ese era el único camino que conocía Fenarel para mostrar sus auténticos sentimientos. Podía haberle mostrado los sentimientos de Ral a Fenarel, pero no debía hacerlo, no como mínimo mientras mi tío estuviera inconsciente.

Estaba perdida en mis pensamientos y en el cuerpo de Ral mientras lo sanaba, que me asusto la llamada a la puerta. Mire a Fenarel yo no me podía levantar, así que dije.

-- ¿Quién es?

-- Soy yo Riordan.

Entro con su llave sonriendo, aunque cuando vio a Ral tumbado en el suelo, su sonrisa desapareció.

-- ¿Qué os ha ocurrido? ¿Dónde están Zev y Yan?

-- Zev y Yan han ido hasta el Clan para llevar a dos elfos que vivían en la elferia y querían abandonarla. Y a Ral – dije mirándole – tuvimos una buena pelea con un mago de Tervinter en la elferia, Ral resulto herido, ahora estaba curándolo, pues fue herido de gravedad.

-- Entonces te alegrara la noticia que te traigo. Anora me pidió que te dijera que la Gran Asamblea no se celebrara hasta dentro de tres días, pues hay ciertos Arl que todavía deben de llegar. ¿Cómo está Ral?

-- La verdad es que esa noticia es la mejor que he recibido a lo largo del día, pensaba ir a buscar una escusa para retrasar la Gran Asamblea, ahora no hará falta. Mejor, ahora tendrá que descansar, pero mañana a estas horas ya estará bien.

-- Eres una maga sanadora, por lo que he podido deducir, ¿Pero tan pronto se va a sanar de todas esas heridas?

-- Si, los elfos sanamos más rápido que los humanos. ¿Alguna novedad en la casa del Arl?

-- No he estado apenas, solo el tiempo que estuve cuando lleve a Alistair de vuelta, después me pase por el mercado a comprar víveres para traeros, porque me imagine que vosotros no os habríais acordado.

-- Cierto Riordan, no nos acordábamos.

-- ¿Qué ocurría en la elferia?

-- Loghain ha estado vendiendo elfos a los esclavistas de Tervinter, para encubrir las desapariciones, encerraron a los enfermos que vinieron de los pueblos y aldeas cercanas a Ostagar en la elferia, así contagiaron a muchos elfos. Con el cuento de que tenían una cura, estuvieron llevándose elfos durante meses. Hoy se les ha terminado el negocio, no ha quedado ni uno solo con vida. Así es como Loghain ha conseguido el oro que necesitaba para hacer la guerra a los Arls que se le han opuesto. La verdad es que no entiendo muy bien qué es lo que le ha motivado, para comportarse así. Se podría hablar de ambición, pero si lo piensas bien tenía todo lo que pudiera desear a excepción del trono. No sé qué pudo ocurrirle para que cambiara tanto, pero está claro que algo debió de ocurrir entre Cailan y él, sino no tendría lógica que hubiera actuado como lo hizo en Ostagar y después.

-- Quizás Neshama no es consciente del verdadero peligro de la Ruina, quizás cree que puede vencerla con estrategia.

-- Si eso probablemente es lo que piensa, no comprende la naturaleza de la Ruina, ni lo que es en realidad. – le dije.

Aunque pensé que Riordan aun siendo de lo mejorcito que había conocido como humano, tampoco sabía realmente que era la verdadera naturaleza de la Ruina, pero no se la podía decir, pues no me creería.

-- ¿Cuánto hace que conociste a Duncan?

-- Duncan y yo pasamos la iniciación juntos, hace mucho tiempo, era un gran hombre.

-- Si he de reconocer que es uno de los pocos humanos que he conocido que realmente merecía la pena. Apenas tuve tiempo para conocerlo, pero sentí su muerte realmente.

-- Te tuvo que ser muy difícil quedarte totalmente sola con Alistair como único compañero.

-- Si mucho – le dije – hubiera preferido quedarme totalmente sola, mi camino hubiera sido más sencillo. Él se ha pasado todo el tiempo llorando por todo, quejándose como si fuera un niño pequeño, después descubrí que le encanta el fondo de las botellas y con ello nos puso en peligro a todos más de una vez. No entiende para nada lo que significa ser guardia gris, le emboban los cuentos de grifos y armaduras doradas, los cuentos de los grandes “héroes” soñados por doncellas vírgenes. No es capaz de ver la realidad de nuestra existencia, ni cuáles son nuestros verdaderos objetivos. No negare que nunca pensé en él como un amigo, cuando lo conocí me di cuenta que era o había sido un templario, me crie en la torre de los hechiceros, después de que me raptaran los templarios del Clan Dalishano de mis padres, no apreció ni amo a los templarios, son mis enemigos, decirte lo contrario sería mentirte y solo miento cuando hay una razón importante. Al morir Duncan junto con el resto de nuestros compañeros intente ser amable con Alistair, comprendía bien su pesar, pero teníamos una guerra por delante y un ejército que reclutar y le necesitaba entero. Alistair por el contrario lo que entendió fue que acedia a tener sexo con él, aunque en ningún momento le di motivos para pensarlo, creí que había entendido que las diferencias que nos separaban, hacía imposible cualquier tipo de relación, fuera de una simple amistad. Como ya le oíste antes, se creyó con derechos sobre mi persona y pensó que yo tenía la obligación de obedecerlo, posteriormente se unió a nosotros Zevran, nada más conocerlo, me sentí atraída hacia Zev, bueno el resto más o menos lo sabes. Tras estos acontecimientos y en vista de que se dio cuenta que no tendría sexo con él, comenzó la guerra entre nosotros.

-- A pesar de ello tú le rescataste del Fuerte Drakon.

-- Si a pesar de que había intentado asesinarme varias veces, lo hice. Primero por que necesitábamos al ejército humano contra la Ruina que ese era el verdadero objetivo de mi juramento con los Guardias Grises, y pensé que sin Alistair, el Arl Eammon no habría querido saber nada de nosotros, además como tú le dijiste antes vamos a necesitar vivos a todos los guardias grises que haya para hacer frente a la batalla que nos espera. Aunque la verdad me he arrepentido muchas veces de haberlo salvado, creo que si pudiera volver en el tiempo, no lo sacaría de la mazmorra del Fuerte Drakon, habría rescatado a Morrigan y a Sten, pero a él le habría dejado, creo que mi vida ahora sería mucho más simple y menos peligrosa.

-- ¿Crees que volverá a traicionarte después de lo que hable con él?

-- Si volverá hacerlo, no lo conoces. Es muy vengativo, ahora estará más decidido que nunca a destruirme y si de paso te destruye a ti será feliz.

-- Quizás debería matarlo.

Asentí ya que era justo lo que yo había pensado. Guarde silencio, ya había terminado de curar a Ral, pero ahora tendría que descansar para que su cuerpo hiciera el resto del trabajo, porque si le hubiera curado totalmente con la empatía, habría levantado demasiada energía, tanta que la habrían notado en todos los lados de la ciudad y por desgracia no podíamos darnos el lujo de que los templarios me sintieran usarla. Pues había una gran diferencia entre la energía mágica como la que habíamos usado en la elferia y la energía empática, tanta diferencia que cualquier miembro entrenado por la capilla lo habría sentido. Ya había cometido el error de usarla descaradamente en la elferia, algo que jamás debí de hacer.

Riordan se había puesto a limpiar y preparar sus armas y su armadura. Fenarel seguía sentado junto a Ral su cara me mostraba que si había entendido mis preguntas, también que estas le estaban haciendo daño, pero a veces necesitamos un pequeño dolor para comprender la magnitud de nuestros actos.

Me levante a coger una manta con la que tapar a Ral, cuando en ese momento llamaron a la puerta con urgencia. Fue Riordan quien fue hacia ella y pregunto quién era, una voz de elfa nos contesto del otro lado, Riordan abrió y entro como un torbellino Erlina en el almacén.

-- ¿Qué pasa Erlina?

-- Tenéis que huir, me envía la Reina Anora para deciros que... que los templarios se han presentado en la casa del Arl Eammon para deteneros. La Reina Anora está haciendo todo lo posible por retrasarlos, pero no lo conseguirá durante demasiado tiempo.

-- ¿Por qué querrían los templarios arrestar a Neshama? Ella es una guardia gris, está fuera de su rango de influencias. – dijo Riordan. – además no lo voy a permitir. Es mi hermana, no voy a dejar que se la lleven.

-- Creo que sé lo que ha ocurrido Riordan, lo sé muy bien. ¿Erlina fueron solo los templarios a la casa del Arl Eammon?

-- No les acompañaba una sacerdotisa y una maga.

Sonreí que predecibles habían sido. Pero no podía huir a Ral aun le faltaban horas o quizás un día para que pudiera volver a estar bien y no podía abandonarlo. Aunque ya que venían a por nosotros podía usar la empatía de forma descarada y sanarlo totalmente. En ese instante sentí la voz de Ort en mi cabeza, “Ni se te ocurra Neshi, están muy cerca, si sienten empatía les diría mucho más de lo que saben, tienes que buscar otro plan”

-- No puedo huir Erlina, Ral está herido y todavía le quedan muchas horas de reposo para que este otra vez sanado totalmente. Dime una cosa Erlina, ¿Alistair salió de la casa del Arl esta tarde, después de que volviera con Riordan?

-- Si salió, dijo que iría a orar a la capilla.

-- Esta claro lo que ha ocurrido, bueno ahora solo queda solucionarlo.

-- ¿Pero tú podrías huir? – dijo Erlina.

-- No Erlina, porque Ral es un mago, le capturaran a él porque en este momento esta inconsciente y eso no lo voy a permitir.

-- Luchemos – dijo Fenarel – no voy a permitir que le pongan una mano encima mientras yo respire.

-- Ni yo permitiré que se lleven a mi hermana – dijo Riordan.

-- Gracias a los dos, pero ahora tenemos que ser más inteligentes que ellos. En este momento luchar contra ellos sería un suicidio sin sentido. Vamos hacer esto. Erlina tu tendrás que decirle a la Reina Anora que prepare un ejército, el Archidemonio está casi a las puertas de Denerim, tiene que conseguir que su padre sea escuchado y apoyado por la asamblea, que no permita que el Arl Eammon y Alistair lleguen a oler el poder. Dila que yo volveré, volveré para luchar contra el Archidemonio. Pero tú debes marcharte ahora, no es bueno que te vean aquí con nosotros, cuanto menos sepan de nuestra relación más segura estará la Reina Anora y nosotros. – Erlina salió del almacén -. Fenarel y Riordan vosotros tenéis que hacer todo lo que podáis por alcanzar a Zev y a Yan, contarles lo que ha ocurrido, se que ellos harán lo posible por encontrarnos y rescatarnos.

-- No, no lo voy a dejar solo con los templarios – dijo Fenarel -. Puede que haya cometido muchos errores, pero no puedo y no quiero abandonarlo.

Me acerque a Fenarel y le dije suavemente.

-- Escúchame atentamente Fenarel, Ral y yo necesitamos que vayas a buscar a Zev y a Yan, nuestras vidas dependen de ello, no le ayudaras si te suicidas luchando inútilmente contra los templarios. Toma – le di la bolsa mágica y después me quite el colgante que Yan me había enviado a la torre hace tantos años, lo acaricie un segundo sabia que vibraba en sintonía con las gemas que llevaban Zev y Yan, cada latido de la gema era un latido de nuestros corazones, cerré los ojos y se lo di – Fenarel quiero que le devuelvas esta gema a mis compañeros… y diles sino consigo sobrevivir, que los amo y que les esperare. – en voz más alta dije – Riordan cuando nos detengan, nos llevaran hacia el norte a la cárcel que tienen los templarios allí, lo conoces se llama Aeonar.

-- Si la conozco, pero no tienen ningún derecho a detenerte, eres una Guardia Gris, estas totalmente fuera de su…

En ese instante tiraron la puerta del almacén abajo, entrando unos veinte templarios en el lugar, seguidos por Wynne, Leliana y Alistair. Riordan se puso delante de Alistair diciendo.

-- No tenéis ningún derecho sobre la vida de Neshama, ella es una guardia gris. No voy a permitir…

-- No Riordan – le dije -. Por favor. Fenarel ves con Riordan. No nos resistiremos, como veis el Custodio Ral esta inconsciente, al haber tenido que luchar contra los magos de Tervinter, que permitisteis que se pasearan por la elferia, no se le puede mover. Iré con vosotros sin luchar, pero dejar que él se quede.

-- ¿Dónde están tus pervertidos compañeros? Yo que esperaba poder divertirme con ellos antes de que os lleváramos a todos. – dijo Alistair. – Que pena se perderán ver cómo te someten. Pero me encargare de encontrarlos y les contare paso a paso, lo que fue de ti.

-- Alistair cuando encuentres a mis compañeros de vida, desearas no haber nacido.

-- Comandante – dijo Alistair -, me esperaran para comenzar con las investigaciones, cuanto me coronen iré hacerles una visita y a recompensarles adecuadamente.

El comandante templario dijo.

-- Ese mago nos interesa, nos lo llevamos también, meterlo en la jaula, pero a ella amordazarla y atarla, que no pueda lanzar hechizos, ponerla junto al mago. Creo que esto va a ser divertido y muy interesante. El puto y el otro tipo pueden irse, no son magos ni nada que pueda ponernos en peligro. Por supuesto su Alteza le esperaremos.

Pensé si va a ser muy divertido cuanto Ral pueda moverse, vais a bailar como gallinas sin cabeza.

Riordan no se olvido agarro por el hombro a Fenarel y lo saco delante de él. Antes de salir Riordan le escupió a la cara a Alistair, este no se atrevió a contestarle.

Cogieron la camilla en la que estaba Ral y se la llevaron, después dos templarios se acercaron a mí y me ataron las manos y los pies, amordazándome y vendándome los ojos. Antes de que me sacaran oí la voz de Wynne.

-- Es una pena que no pueda ver lo que van hacerte, lo disfrutaría.

No la conteste, no tenía sentido, me metieron en un lugar estrecho pegada al cuerpo de mi tío Ral, apoye la cabeza en su pecho y me relaje, poco podía hacer por el momento, el tiempo de la lucha llegaría después.

Cuando salimos al camino fuera de la ciudad, me di cuenta por que el viento arreciaba y el frio congelaba la sangre en las venas. Echaba de menos a mis compañeros, quería hablar con ellos, telepáticamente podía hacerlo, en ese instante volví a sentir la voz de Ort.

-- No Neshi, no uses la telepatía, ellos lo notarían, ni me contestes a mí, ni pienses, solo asiente con la cabeza, en caso afirmativo o niega con la cabeza en caso negativo. Yo hablare con ellos y les guiare hasta que os encontremos. Reserva tus fuerzas para cuando llegue el momento de luchar, recuerda que tú no necesitas el lirio en tus venas, puedes extraer energía mágica de la propia tierra.

Asentí con la cabeza y relaje totalmente mi mente, la deje en blanco, solo deje que la conexión sutil con Ort estuviera abierta, en ese instante deje de sentir a mis compañeros, el vacio total me lleno de tristeza, pero la controle limpiando mi mente y mi cuerpo de cualquier sentimiento, aunque ese vacío también avisaría a Zev y a Yan de que algo iba terriblemente mal.

Me envolví en el vacio absoluto de una aparente muerte, solo una milésima de mi mente funcionaba, manteniendo un poco de calor para proteger nuestros cuerpos del frio y a mi embrión vivo, para el resto de las funciones había muerto.

Neshama una bruja diferente 50

Capitulo 50

Volvimos al lugar del gran árbol, vi una puerta entreabierta cerca de donde estaban apiñados los elfos, se lo señale a Zev y a Yan, allí quizás hubiera alguien con quien poder hablar, así que atravesamos la puerta, era una especie de tienda, más que una tienda era un lugar donde había múltiples cosas para comprar, aunque todo fuera de segunda o quinta mano estaba limpio y bien ordenado, detrás de un mostrador había un elfo que miraba a la puerta con una expresión de enfado total, cuando nos acercamos a él nos observo muy atentamente.

-- Hacia mucho tiempo que no veía elfos Dalishanos – dijo – y jamás me hubiera imaginado que os vería en la elferia. ¿En qué puedo ayudaros? Mi nombre es Alarith.

-- Mi nombre es Neshi y ellos son Zev y Yan, diría que es un placer encontrar a un elfo que aun piense en este lugar, pero las circunstancias son demasiado penosas para decir palabras amables. Hemos venido ayudaros, nos enteramos que ocurría algo, porque nos encontramos a un elfo llamado Soris en los calabozos del castillo del Arl de Denerim, pero Shianni que parecía ser la única que estaba luchando, digamos que se ha indispuesto, pero necesitamos respuestas, claro que también podríamos sacárselas a los magos, aunque me imagino que terminaremos en una gran batalla con ellos, y mientras los mando al infierno no creo que se vuelvan muy habladores, si tu nos pudieras decir lo que está pasando, te lo agradecería.

-- Si, no tengo problemas en contaros todo lo que ha ocurrido. El día de la boda de Soris y su primo, vino el hijo del Arl de Denerim Vaughan creo que se llama.

-- Se llamaba, digamos que tarde pero se hizo justicia. – le dije – disculpa por la interrupción.

-- Veo que conocéis esa parte, después de que Soris y su primo fueran a intentar liberar a sus esposas, vino la guardia de la ciudad e hizo una carnicería en la elferia, asesinaron y detuvieron a un gran número de elfos. Cuando comenzaron a llegar los refugiados de los pueblos cercanos a Ostagar, a los enfermos los tiraron dentro de la elferia, ellos propagaron la infección de los engendros tenebrosos, al poco tiempo después aparecieron esos tipos de Tervinter diciendo que ellos tenían la cura, pero cada vez que se apropian de alguien no se le vuelve a ver. Lo encierran supuestamente poniéndolo en cuarentena, pero es curioso porque solo ponen en cuarentena aquellos elfos que están más preparados o son más guapos, no a los que verdaderamente están enfermos. Puede sonar cobarde, pero no he querido salir ahí, a diferencia de Shianni, sé que es estúpido discutir con los que se apiñan alrededor de los magos de Tervinter pues no van hacernos caso, por mucho que Shianni se empeñe, solo les facilitaremos el trabajo de poder recolectarnos a los magos. No voy a arriesgarme por gente que no tiene la capacidad de luchar por sí misma, además aunque luchara solo podría contar con Shianni, los demás huirían a la primera muestra de peligro y no soy un guerrero. Aun recuerdo como arrojaron el cadáver del primo de Soris, no me gustaría pasar por lo que tuvo que pasar él, para que su cuerpo quedara en el estado en que lo encontramos, y os aseguro que si había un buen guerrero y un líder nato en este estercolero, era él.

-- ¿Alguien ha intentado entrar en la cuarentena? – pregunto Yan.

-- Shianni lo ha intentado todo, para entrar a ver los supuestos enfermos, pero no la han dejado.

-- Quizás yo si consiguiera entrar, haciéndome pasar por enferma – dije.

-- ¿Tu? – dijo Zev – No, no lo vamos a permitir Neshi. Tú no entras ahí sola.

Mire a Yan en busca de apoyo, pero él estaba más furioso con mi propuesta que Zev, si es que es posible.

-- Seré yo – dijo Yan – solo tienes que apañarme un poco con tu magia Neshi.

Alarith le miro, empezó a reír.

-- Dudo mucho que cualquiera de vosotros tres pase por enfermo, pero desde luego que tu – dijo dirigiéndose a Yan – no pasarías por enfermo ni aunque te tiñéramos la cara de verde.

-- Pues nos abriremos camino a base de matar, no vamos a dejar que Neshi entre ahí sola. Si alguien entra solo seré yo, tu tampoco Zev y no me mires con esa cara.

Alarith se quedo observando la conversación apenas sin entender nada.

-- Alarith disculpa, pero es que mis dos compañeros de vida, se pasan el tiempo intentando protegerme, así que…

-- Dos compañeros de vida… te has casado con los dos ¿Eso no está prohibido?

-- No según nuestras leyes – dijo Yan – y nosotros no acatamos las leyes de los humanos. Si estamos unidos los tres.

-- Entonces debéis saber algo – dijo, mientras su semblante palidecía – si os encontráis con el anciano de la elferia… se llama Valendrian, no se lo digáis, ni se os ocurra o él os denunciaría a la capilla en el momento en que lo sepa.

Yan comenzó a reír, los tres Zev, Alarith y yo lo miramos como si se hubiera vuelto loco.

-- Fantástico, como teníamos pocos problemas, tenía que aparecer una de las peores sombras del pasado.

-- ¿Le conoces? – pregunto Alarith -. Debes de haberlo conocido hace mucho tiempo.

-- Si le conozco, le conozco demasiado bien. – le contesto Yan – Y no te imaginas el tiempo que hace que lo conozco. Neshi tenemos que sacar a Ral, Fenarel y Shianni antes de que encontremos a ese… “elfo”.

Asentí girándome hacia la puerta, cuando oímos la voz de Alarith.

-- Puedo preguntaros algo – dijo Alarith – Si no queréis hacerlo no habrá problemas, ni tendré ningún tipo de resentimiento, pero es que no aguanto más a los humanos, ni a todos los elfos que bajan la cabeza escondiéndola entre la basura de la calle, esperando que si no la levantan, no se la corten. ¿Me dejáis ir con vosotros, unirme a vuestro clan?

Mire a Yan y a Zev los dos asintieron, no veía por qué no podíamos sacar a este elfo de la maldita ciudad.

-- Si, puedes venir, pero tendrás que hablar con el Custodio Ral, aunque ahora está un poco indispuesto. Pero no creo que mi tío, ponga ninguna pega a que te unas a nuestro pequeño Clan, aunque evidentemente es decisión suya, nosotros no podemos darte el consentimiento definitivo. Vamos a investigar esa cuarentena y decidiremos sobre la marcha, puedo transformarte Yan ya que te has empeñado en ser tu quien entre, pero como te pase algo, vamos a ir detrás de ti, hasta la Ciudad Oscura y cuando te encontremos, nos pasaremos una eternidad pateándote el culo, no lo dudes. Cuando hayamos terminado con todo, vendremos y si aun quieres venir con nosotros te sacaremos de aquí. ¿Todo esto no es tuyo?

-- No, a los elfos no se nos permite tales posesiones como una tienda, solo soy un empleado, no tengo ningún tipo de posesión excepto mi ropa y algunas cosas que tardare poco en recoger.

Asentí, cada vez me parecía más increíble que pudieran tolerar este tipo de trato.

Salimos de la tienda y le pregunte a Yan si ese anciano era uno de los amigos de Ian. Me aclaro que evidentemente era uno de ellos, así que teníamos que tener cuidado, porque conocía muy bien a Ral y a Yan, también había conocido a mis padres. Así que la transformación de Yan debía ser bastante solidad, nada de ilusiones, sino algo que resistiera cualquier observación.

Me concentre en transformarlo en un anciano elfo, aunque no demasiado anciano o no les interesaría a los magos. Una vez el hechizo estuvo lanzado, nos acercamos a donde estaban los magos de Tervinter, Yan comenzó a toser y a tropezar a posta, para engañarlos, uno de los magos se fijo en él, pero lo movió hacia un lado sin hacerle ni caso, se fue derecho a por mí, gritando que yo si estaba enferma, los guardias grises somos inmunes a esa enfermedad porque portamos la misma infección, no podemos contraerla, pero evidentemente no se lo quería decir.

-- Ella debe entrar en cuarentena está muy enferma.

Iba a decir que si, cuando Zev y Yan desmintiendo la transformación, se lanzaron hacia delante cubriéndome con sus cuerpos.

-- No, ella no va entrar ahí sola, si quieres que entre, lo haremos los tres – dijo Zev -. No vamos a permitirlo.

-- En la cuarentena solo pueden entrar los elfos que estén enfermos.

Zev guiño un ojo a Yan sin que los magos lo vieran, Yan se movió hacia donde estaba el otro mago, entendiendo las intenciones de Zev, dije.

-- Aquí hay un error Tervinter… yo no estoy enferma, soy una guardia gris, inmune a esa enfermedad. Tus magias de sangre no me asustan, rata de cloaca.

-- Por supuesto que Neshi no está enferma – dijo Ral detrás nuestra -, pero aun así vas abrir las puertas y nos vas a dejar entrar ahora, aprendiz de mago.

Por un momento mire a Ral que se había puesto a mi lado, más atrás estaba Fenarel y Shianni. Le hice señas a Fenarel para que la sacara de allí, ya que se iba a liar, justo cuando comenzó a moverla oí gritar al mago que tenía más lejos, el que estaba al lado de Yan.

Ral actuó como si fuera un templario, bloqueo a los dos magos impidiéndoles lanzar cualquier tipo de magia, mientras Zev y Yan los trituraron, yo me quede con los guerreros, no fue difícil vencerlos pues los tenía demasiado lejos, pero estos últimos pocas posibilidades habían tenido, en menos de un suspiro habíamos liberado la puerta, ahora había que entrar.

Pero antes de nada, había que hablar con Ral, sobre el descubrimiento de otra babosa en la elferia. Yan había pensado lo mismo que yo, por que detuvo a Zev que iba a entrar en la cuarentena.

-- ¿A que no sabes la sombra del pasado que vive aquí? – dijo Yan – Valendrian. No te puede ver Ral, ya sabes lo que siente por ti. Por cierto felicidades – añadió sonriente - parece que este es el tiempo para que el mundo vuelva a girar, tanto con cosas buenas, como con cosas malas.

-- Si cierto Yan. Ya veo así es como le pagan su amor por los humanos, su devoción hacia sus dioses. Convirtiéndolo en esclavo, casi resulta irónico, no sé si debo reírme en su cara. Una cosa Neshi, podrías dejarle la llave del almacén a Fenarel, para que lleve a Shianni, así ponerlos a los dos a salvo, después entraremos en la cuarentena.

-- Por supuesto que si Ral, tómala. – le dije – una sola cosa más el elfo propietario de la tienda, quiere venirse con nosotros, por lo que ha dicho está cansado de vivir aquí y no me extraña.

-- Vamos a buscarlo y que se vaya con ellos, los podemos ayudar a pasar la muralla y después Fenarel los llevara al almacén a los dos, allí nos esperaran. – guardo silencio un momento y después añadió – Yan ¿Qué es lo que propones que haga? Porque no os voy a dejar solos entrar en ese lugar y menos sabiendo quien hay ahí dentro.

-- Ral vete con ellos al almacén, nosotros podemos encargarnos de los guardias y magos que haya en la cuarentena.

-- No Yan, se irán Fenarel, Shianni y ese otro elfo, pero yo me quedo. Vamos a buscar a ese elfo, no perdamos más tiempo discutiendo Yan, no voy a dejaros solos con ese tipo viviendo aquí.

-- Si Yan. – dije – Ral tiene razón, cuando Shianni, Fenarel y Alarith estén en lugar seguro podemos discutir lo que queráis, y también me podéis explicar que pinta esa sombra en todo esto. Además que creo que es mejor que Shianni no se entere que ha sido de él, lo digo para no repetir la historia de Marethari.

-- No se repetirá – me dijo Ral – Shianni no le tiene un gran aprecio, solo lo respeta por tradición. Aunque mejor no arriesgarse, en eso estoy de acuerdo contigo, vamos a sacarlos de la elferia, después veremos que hacemos a continuación.

-- En marcha, vamos a sacarlos de la elferia.

Entramos en la tienda, donde Alarith ya tenía una mochila con algunas pertenencias preparada y estaba listo para marcharse.

-- Cuando quieras Alarith, os vamos a sacar de la elferia llevándoos a un lugar seguro, después iremos nosotros.

Los acompañamos hasta el lugar donde nosotros habíamos saltado la muralla, allí repetimos las misma secuencia de hechizos para subir a lo alto, antes de bajar Fenarel dijo.

-- Ral los llevo y vuelvo, ¿no es así?

Mi tío Ral dudo, sabía que no quería separarse de Fenarel. Ral fue a acariciarle la mejilla pero después se arrepintió, dejando el movimiento sin terminar, bajando la mano.

-- Fenarel ahí dentro esta uno de mis peores enemigos, no quisiera que por mi culpa te hirieran. No Fenarel, mejor quédate con ellos, cuando terminemos aquí, tendrás que llevarlos hasta el Clan y presentárselos a Galen, para que él os proteja.

-- Entiendo, espero que se divierta con la humana. ¿Bien alguna cosa más Custodio?

-- Demonios Fenarel…. No has entendido nada de lo que ha pasado todo este tiempo.

-- Lo he entendido Custodio. Entiendo que usted ha encontrado diversión más entretenida que mi conversación o mi compañía. No tiene por que explicarme nada. Ahora también comprendo, por que se aleja de mí cada vez que estoy cerca de usted, discúlpeme, iré a cumplir sus órdenes.

Ral le miraba mientras apretaba los puños, las palabras de Fenarel le habían dolido en lo más profundo, pues aunque él había perdido mucha de su empatía, todavía proyectaba sus emociones. Fenarel me recordaba tanto a Zev cuando lo conocí, siempre pensando que era un objeto de usar y tirar, que sabía que Ral no podía dejar pasar esta oportunidad, para hacerle comprender que no era un objeto, que era importante para él. No sabía cómo saldría su compañera Shianni, bien podía ocurrir como con Marethari, que jamás fue la compañera de mis padres, solo fue la elfa que me tuvo doce meses en su cuerpo, ni tan siquiera puedo llamarla madre, porque ni eso se gano. Quería que si ocurría lo mismo, mi tío aun tuviera a alguien que realmente le amara, porque intuía que dentro de Fenarel existía la misma guerra de sentimientos que había existido en Zev. Por esa razón dije.

-- Fenarel ves a llevarlos al almacén y después regresa aquí, te esperaremos, ¿de acuerdo? Cuando vuelvas hablaremos del tema que estáis hablando ahora, en este instante no es el momento. Por favor.

-- Pero él no me quiere aquí con vosotros.

-- Fenarel ves por favor y regresa lo antes posible.

Asintió y lo baje al callejón donde esperaban Shianni y Alarith, después los vimos alejarse en dirección al almacén.

-- Ral disculpa que te haya contradicho en tus órdenes, pero creo que te estás equivocando con Fenarel.

-- ¿Equivocándome? No, no me equivoco, Fenarel no quiere tener nada que ver conmigo. He tenido paciencia, jamás lo he tocado, siempre he procurado que se sienta a gusto conmigo.

-- ¿Ral lo has besado alguna vez? ¿Le has mostrado alguna vez lo que sientes por él?

-- Solo he intentado hacerme su amigo, le he protegido y cuidado, valorándolo como se merece, pero no nunca le he mostrado mis sentimientos. No, pensé que para él seria violento dado el modo en cómo se crio y lo que los humanos hicieron con él.

-- ¿Nunca te ha pedido que tengáis relaciones sexuales? – pregunto Zev.

-- Si, quise decirle que sí, pero no me atreví a aceptar su proposición, quería que supiera que para mí es mucho más que sexo.

-- Con tu negativa lo has confundido más todavía – dijo Zev -. Él solo ha aprendido a mostrar sus sentimientos de esa forma, al negarte, él lo ha interpretado como si no quisieras estar con él.

-- Ral un consejo, si quieres acéptalo o sino no lo hagas – le dije a mi tío – Antes de volver a la torre de los hechiceros, yo tuve una conversación parecida con Zev. Le dije, que posiblemente Alistair quisiera denunciarme a los templarios y que estos no dudarían en ponerse de su lado, que por esa razón le pedía que si ocurría eso, se fuera, que se marchara de la torre sin mí. – sentí la mano de Zev en la mía apretándola, Yan me paso el brazo por la cintura atrayéndonos hacia él, mientras hacía lo mismo con Zev –. Recuerdo que Zev me pregunto, ¿Si era lo que realmente quería? ¿Si realmente quería que me abandonara? En aquel momento dude, si le mentía diciéndole que si, le salvaría la vida no lo expondría a morir en manos de los templarios. Pero habría hecho justo lo que todos habían hecho con él, usarlo y abandonarlo. Por esa razón opte por la verdad, si moríamos como mínimo sabría que a mí si me importaba, sabría que en su vida había habido alguien que no lo había considerado un objeto y eso Ral es más importante que estar vivo.

-- Si lo es – dijo Zev desde mi cabeza, ya que había enterrado su cara entre mi pelo y el hombro de Yan.

-- Ral entiendo tu necesidad de protegerlo – dijo Yan – pero creo que Neshi y Zev tienen toda la razón. Ahí vuelve Fenarel, nosotros nos retiraremos para que puedas hablar con él a solas.

-- ¿Retiraros? Neshi te importa que nos enlacemos mentalmente, quiero que me ayudéis, creo que estoy muy perdido con Fenarel, siento que volveré a meter la pata.

Nos alejamos de la muralla que era donde estaba Ral, pero nuestras mentes estaban entrelazadas, pues antes de separarnos de él, le había rozado la mano y su mente se había unido a las nuestras. Era muy tierno, ver al guapo Ral hermoso y poderoso mago, sentirse inseguro ante su compañero, reconocer que no sabía cómo tratarlo. El quería abrazarlo, besarlo, mimarlo pero tenía un miedo infinito a que le rechazara, a que lo mal interpretara o a que pensara que solo lo estaba utilizando.

Me recosté en el pecho de Yan, mientras que los brazos de Zev me abrazaban, mis manos estaba entre las de ellos, llenándome de cariño, ternura y amor, era muy afortunada, había sido duro llegar hasta aquí, pero esto lo compensaba, no conseguía imaginarme como podría vivir sin alguno de ellos, se habían convertido en mi propia alma.

Cuando Ral comenzó hablar con Fenarel, salí de mi ensueño, poniendo toda la atención en la conversación.

-- Fenarel quisiera hablar contigo, puedes esperar por favor.

Ral dijo esto, porque Fenarel al vernos se fue hacia nosotros.

-- Usted dirá Custodio. – respondió Fenarel quedándose quieto en el lugar mirando al suelo. – Usted ordene y cumpliré sus órdenes.

-- Fenarel, me puedes decir ¿Qué es lo que realmente te pasa? No creo que te haya dado motivos… ¿además a que humana te refieres?

-- No me ocurre nada, estoy bien, - sinceramente mentía fatal -gracias por preocuparse Custodio. Humana… No, no realmente no importa, siento haber dicho algo que es personal para usted, cuando quiera podemos continuar.

-- Una cosa – suspiro Ral – El mundo explotaría antes de que yo estuviera interesado en una humana, no se a que humana te refieres, me imagino que es Morrigan, pues es la única mujer humana con la que he hablado. No me agrada, le dije que nunca me sentiría atraído hacia ella y que jamás la enseñaría magia. Pero ese no puede ser todo el problema que te aqueja, ya que hable con ella escasamente el tiempo que tardamos en cruzar las puertas de Denerim. ¿Te importaría decirme que te he hecho, para que estés tan tenso conmigo?

-- Yo solo estoy a su servicio. Mande y obedeceré.

-- No Fenarel, no quiero un criado, quiero a mi compañero. - Dijo Ral y en ese momento se dio cuenta de que había dicho justo aquello que no quería decir, así que añadió -. Está bien es hora de continuar, vamos a buscar a Valendrian y a entrar en esa maldita cuarentena. Después iras donde esta acampado el Clan, junto con Shianni y Alarith, allí estaréis seguros, hasta que termine la Ruina y hayamos podido alejarnos de los malditos humanos. Vamos no perdamos más tiempo con mis tonterías.

-- Por supuesto Custodio, se hará tal cual ha dicho. – dijo Fenarel que seguía mirándose los pies.

Fue Zev quien hizo la pregunta, que Fenarel no quería hacerse.

-- Fenarel que pasara si cuando veamos a Valendrian este ataca a Ral y lo mata o te mata, también puede morir en la batalla contra Bhalam. ¿Lo vas a dejar así?

Ral miro a Zev muy enfadado, dijo.

-- Fenarel no morirá por esa batalla, ni por Valendrian, ya que volverá donde está el clan. Si a lo que te refieres es a que yo muera, no pasara nada, se tienen el uno al otro, al final lo comprenderán. Mí tiempo aquí está a punto de terminar. Vamos.

Le dije telepáticamente.

-- Por favor Ral, no lo dejes así, ni te quedes sufriendo de esa manera.

-- Neshi Cariño, no soy Theron o Eriel, sino me quieren me voy, he pasado una eternidad solo, puedo pasar algunos días más en soledad total. Está claro que Fenarel no me quiere a su lado, pues no hay problema.

Comenzó a volver hacia el edificio en el que estaba la cuarentena. Al acercarse a la puerta, uso un hechizo que hizo volar la puerta, arrancándola literalmente de la pared. Los pocos soldados que estaban dentro apenas tuvieron tiempo de verlo venir, simplemente cayeron muertos al suelo. Registramos el lugar para encontrar un cofre y unas llaves, algunos pergaminos que eran listas de elfos que habían desaparecido de la elferia vendidos como esclavos.

En una habitación aparte había una serie de jaulas donde encerraban a los prisioneros, allí había como mucho una veintena de elfos, les preguntamos donde se llevaban a los elfos ya que sabíamos que allí faltaban muchos elfos, que habían desaparecido de la elferia. No supieron decirnos, uno nos dijo que se los llevaban por una puerta que daba a un callejón, así que con el manojo de llaves en la mano, nos dirigimos al callejón, probando puerta por puerta hasta que conseguimos dar con la puerta que abría esas llaves. Entramos a una casa que olía a enfermedad, suciedad y muerte, el lugar era deprimente. Todos intentamos pasar sin mirar al suelo, pero era imposible, había ropas tiradas, olvidados muñecos de niños que jamás volverían a ser libres, como mudos testigos de las tragedias que habían acontecido. Cada metro de aquellas casas hablaba de dolor, pesadillas y muerte, cada segundo que pase en aquel lugar, mi odio por los humanos fue acrecentándose, convirtiéndose en crónico, enraizando en lo más profundo de mi corazón, hasta que alcanzo el nivel más extremo.

Tuvimos algunos enfrentamientos pero no fueron gran cosa, en una habitación encontramos a un grupo de guardias a los que conseguimos vencer y despojar de más llaves. Ral iba como ido, no abría las puertas simplemente las arrancaba con magia, todo a su alrededor explotaba de magia pura, en los combates apenas nos dejaba llegar al lugar, porque en un despliegue de magia incontrolada iba creando una ristra de muertos a su paso, solo respetaba a los elfos, el resto de los humanos que había, los aniquilo.

Después de explorar tres edificios que estaban unidos, encontramos a los esclavistas, dirigidos por un mago de Tervinter, cuando entramos este me reconoció e intento negociar, por lo que se ve mi nombre era muy popular entre los miembros asociados al Regente Loghain. Pero no había negociación posible con esa panda de humanos, queríamos sus cabezas. La lucha fue feroz, no eran pocos y el mago no era un aprendiz, aun así no duro apenas nada, yo me concentre en el mago mientras Ral se concentraba en el grueso de los mercenarios y Yan, Zev y Fenarel luchaban con los restantes mercenarios que estaban distantes del grupo.

Cuando la lucha concluyo y pudimos volver a respirar tranquilos, vimos que había jaulas grandes, en ellas tenían a muchos elfos apiñados, me imagine que para transportarlos a los barcos. Los liberamos a todos y el último en salir de las jaulas se paro ante nosotros, era un anciano elfo, se fue directo a donde estaba y me dijo.

-- Tu cara me recuerda a alguien que conocí hace mucho tiempo.

Me le quede mirando y le sonreí, esperando que no se fijara en Yan o Ral. Pero Yan se interpuso entre el elfo y yo, así que me imagine que era Valendrian.

-- A ella ni la mires – dijo Yan – asqueroso traidor.

-- Vosotros – dijo con cara de sorpresa - ¿Cómo es posible que aun estéis vivos?

Ral se adelanto y entro en el campo de visión de Valendrian.

-- Se te podría hacer la misma pregunta, ¿no crees?

-- ¿Si vosotros estáis vivos? Ella… ella tiene que ser la hija de Theron es idéntica a él. – Ral y Yan se habían puesto delante de mí tapándome de su mirada, Zev me empujo todavía más atrás por lo que quede pegada a Fenarel. – Así que los pervertidos pueden tener hijos, que sorpresa, nunca lo hubiera imaginado. Ahora que me fijo mas si claro, estáis unidos tu Yan, ese elfo y la elfa, tenéis las marcas de unión, esto va a ser muy interesante de estudiar, sobre todo cuando caigáis en las manos de los humanos, seguro que encuentran muy satisfactoria la investigación que hagan sobre vosotros, me pregunto quién de vosotros es el que porta la empatía para haber creado la unión. Tu Yan seguro que no, se que perdiste la empatía, el otro elfo – dijo mirando a Zev – no él tampoco, tiene que ser la hija del pervertido de Theron. Sabes ahora los humanos, gracias a nuestra ayuda, saben cómo evitar que os entreguéis a la muerte, pueden experimentar con vosotros durante décadas, sin dejaros la oportunidad de morir.

-- Si no hubiéramos llegado – le dije – tu hubieras terminado como un simple esclavo de los Tervinter, ¿sabes para que usan los esclavos en esa nación? Te lo diré… los usan para obtener sangre, a los que no pueden vender por un precio razonable los sacrifican para obtener poder de su sangre, así es como los magos de Tervinter consiguen mayor poder mágico.

-- Niña tonta, me hubiera podido liberar en cuanto hubiera querido, pero me interesaba, aquí mi tiempo ya había pasado, de cualquier forma tenía que cambiar de país. Pero a cambio tengo la satisfacción de poder entregar a los humanos a la hija del pervertido de Theron y su querido Eriel. Los humanos sabrán todo de ti y de tus pervertidos compañeros, mucho antes de que podáis morir, lo habréis deseado mil veces.

Ante esas palabras, Yan se lanzo contra él, mientras el lugar se llenaba de energía mágica, Valendrian ataco a Ral mientras bloqueaba a Yan y a Zev que le habían atacado físicamente, los envolví con todas las protecciones mágicas que conocía, haciendo que los hechizos de Valendrian les rebotara, sin dañarlos, devolviéndoselo al lanzador, fue Zev y sus venenos los que consiguieron atontarlo, aunque no antes de que lanzara una descarga de fuego hacia donde estábamos Fenarel y yo, Ral se interpuso en el camino del hechizo, para evitar que nos alcanzara, Yan aprovechando la distracción le corto la cabeza pero no antes de que Ral fuera herido gravemente.

En el momento que vi a Ral caer todo se ralentizó, me moví hacia donde había caído, Fenarel fue mas de rápido que yo, llego hasta él en un instante y se arrodillo a su lado. Le intento quitar la túnica mientras murmuraba angustiado.

-- No, no es posible, él no por favor.

Zev le cogió de los hombros separándolo de Ral, para dejarme trabajar, ya que básicamente se había echado encima de Ral. Mientras Yan me ayudaba a desnudar a Ral, quería ver el grado de quemadura que le había hecho y quería ver la extensión del daño, la túnica le había protegido en casi todas las partes, pero era fuego mágico y no sabía por qué Ral no había utilizado un escudo protector antimagia, era lo primero que yo había usado en Yan, Zev y yo misma, de hecho vi como Ral se lo había lanzado a Fenarel, pero no se lo había lanzado a sí mismo. En ese momento comprendí la verdad, mi tío Ral se había intentado suicidar.

-- Fenarel ven deja que Neshi trabaje, ella puede sanarlo.

Fenarel lucho con Zev para soltarse y volver donde estaba tumbado Ral, después cuando se dio cuenta que no tenía muchas posibilidades de soltarse del agarre de Zev, termino por relajarse.

Las lágrimas comenzaron a fluir de sus ojos mientras su boca permanecía cerrada en una línea apretada, no volvió hablar, simplemente se dejo caer en el suelo y quedo con la mirada fija en el cuerpo tumbado de Ral. Zev no se lo impidió, se sentó a su lado, pasándole un brazo por el hombro, las palabras de Zev habían resultado proféticas desgraciadamente, aunque Ral no estuviera muerto, le había faltado muy poco.

Estaba muy enfadada con Ral, entendía por lo que estaba pasando, pero no se podía ser tan cabezón, en la vida hay que tener más paciencia y menos inflexibilidad.

-- Yan tenemos que sacarlo de aquí, en el almacén podre seguirle curando, aquí solo he conseguido estabilizar sus heridas, pero después no se le podrá mover, así que habrá que hacerlo ahora. – negué con la cabeza – menudo terco me ha tocado por tío.

-- Si es muy terco, me recuerda a cierta brujita – dijo Yan – que normalmente no hay quien la mueva cuando ha decidido que quiere. Pero esto hacía tiempo que me lo temía, sobre todo desde la muerte de tus padres Neshi, siempre tan estoico, parecía que nunca le ocurría nada, en algún momento tenía que explotar. Zev vas a tener que ayudarme a llevarlo, Fenarel no está aquí. Creo que a partir de ahora tendré miedo cada vez que digas algo Zev, tus palabras han sido proféticas.

-- Puedo ayudaros – dije – invocar un hechizo de levitación para transportarlo.

-- ¿Qué te vean – dijo Zev - y te sientan todos los templarios de Denerim? No Neshi, lo llevaremos del modo tradicional. Vamos te ayudo Yan.

-- Menos mal que soy el enano crecido, que si no se como lo íbamos a mover de aquí.

Cogieron unas sabanas sucias que había y con unos palos largos prepararon una especie de camilla en la que tumbaron a Ral, mientras me arrodille junto a Fenarel y le limpie las lagrimas, cogiéndolo de la mano conseguí que se pusiera en pie y me siguiera, como si fuera un muñeco sin voluntad.