Capitulo 45
Yan, Zev y yo fuimos los últimos que quedamos en la sala con Ort. No teníamos ganas de dejarle solo, después de la terrible experiencia, de tener que recordar la infección de su compañero. No había vuelto hablar desde que expuso su historia, se le veía perdido en los recuerdos. Su tristeza era tangible, había sido demasiado para él tener que volver a revivir toda la historia.
El problema es que nosotros debíamos volver a nuestra “realidad”, porque aun quedaban muchos temas sueltos, sobretodo el tema de nuestra fuga una vez la Ruina hubiera concluido. No queríamos dejarlo así, no queríamos irnos y que el cargara con su tristeza y sus recuerdos, por esa razón le dije.
-- Ort, se que ahora no estás aquí, siento mucho haber tenido que traerte estos recuerdos que tanto daño te hacen. Aun nos queda un día para ponernos en marcha hacia Denerim. Y todavía tenemos que planear nuestra fuga de Denerim una vez tu compañero haya sido vencido. También quería unir a Yan a nosotros, pero después de unirlo te propongo que te unas a nosotros, aunque sea de manera temporal, hasta que puedas volver a unirte a tu compañero. Eso te ayudara a sobrevivir hasta ese momento. No sería justo que salváramos a tu compañero y te perdiéramos a ti, ¿no crees?
-- Es una oferta tentadora – dijo Ort – me gustaría. Si tus compañeros Yan y Zev están de acuerdo, sino no quisiera que tuvierais una discusión por mi culpa. Llevo viviendo con esas memorias muchos siglos, aunque Ian había conseguido convencerme de que no eran verdad, pese a que no lo creáis me deje engañar por sus mentiras tan bien montadas. Ahora sé que me manipulo a mí también, a pesar de todo lo que había vivido y conociéndole tan bien como lo conozco. Tiene un extraño y muy potente poder de convicción, incluso cuando sabes que lo que te está contando es mentira.
Fue Zev quien le contesto primero.
-- Se en parte como te sientes, tu presencia no me molesta, ni me importa compartir nuestra unión contigo. Solo quiero tener a un amigo feliz y tú hace tiempo te convertiste en mi amigo. Creo que después de todo te mereces un poco de felicidad y si podemos ayudarte a tenerla, es tuya. Por mi parte no hay ningún problema.
Yan le paso el brazo por los hombros.
-- Sabes que siempre fui amigo de tu compañero y tuyo, nunca me negaría ayudarte, me conoces y sabes que he compartido con vosotros todo lo que he tenido y vosotros conmigo. Pero necesito hablar con Zev y Neshi antes de contestarte.
Me di cuenta que Yan tenía dudas sobre nuestra decisión de quererle unir a nosotros, pensaba que lo ibamos a dejar de lado, que solo lo hacía para complacer a mis padres o a Ral. Tendría que ir conociendo a Yan tan bien como conocía a Zev.
-- Lo sé Yan, se que dudas te carcomen, veis hablar entre vosotros, aclarar las cosas de vuestra unión, puedo esperar. No te preocupes Neshi, he esperado mucho tiempo, ahora puedo esperar un rato. Solo un consejo, no os quedéis en el Aravel de Ral, recordar lo que paso la vez que os unisteis Zev y Neshi.
-- Volveremos muy pronto, te lo prometo.
En el Aravel de Ral, aun estábamos sentados a la mesa, tan solo habían pasado algunos minutos pero pocos, de hecho vi como se iban marchando los elfos que habíamos estado reunidos. Ral había estado trabajando en el Aravel y en la cárcel que había fabricado para Ian. Nos acercamos hasta él y le sonreímos.
-- Ral vamos a ir hablar a nuestro Aravel, necesitamos aclarar algunas cosas entre nosotros, sé que no hay mucho tiempo para nuestras cosas personales, pero esto…
-- Neshi os entiendo, debéis de hacerlo antes que cualquier otra cosa. Ir, después hablaremos.
Entramos en nuestro Aravel, la verdad era que estaba un poco perdida, no sabía cómo comenzar la conversación, para evitar malos entendidos. Fue Yan quien la comenzó.
-- Neshi y Zev venís a sentaros encima de la cama – dijo mientras nos invitaba con gestos. – es más cómodo que las sillas, prefiero los cojines en el suelo, me gustan más, en las sillas siempre tengo problemas con las piernas.
-- Es que eres muy grande Yan – le dijo Zev riéndole – y esas sillas son pequeñas para ti. Pero tienes razón las camas son siempre mas practicas para todo y menos duras que el suelo.
-- Si fuerais tan pequeños como yo, en los cojines os sentiríais hundidos. – dije sonriéndoles, sabía que Yan había intentado suavizar las cosas, hablando de algo intranscendente. Pero había llegado la hora de que habláramos de algo realmente trascendente para nuestras vidas. – Yan y Zev creo que tenemos una conversación pendiente, y va siendo hora…
-- Neshi – dijo Yan – se que en estos últimos días, has tenido que vivir situaciones muy difíciles, que algunos te han intentado convencer de que yo formo parte de vuestra unión. Si es verdad formo parte de ella, pero no quiero que os sintáis obligados hacerme parte de vuestra unión – intente hablar pero él me dijo – No Neshi, espera primero quiero hablarte del pasado, si estáis de acuerdo en escucharme.
Los dos asentimos y Yan continúo mirándonos.
-- Cuando te conocí Neshi hace algunos años, me enamore profundamente de ti, aunque en aquella época solo eras una niña pequeña, pero en mi corazón supe que eras mi compañera. Tú padre Eriel te llevo al “Velo” junto con tu otro padre Theron, para que Ral y yo te conociéramos, entonces te vi eras muy pequeñita, solo tendrías tres años, pero al mirar tú semblante supe que eras mi compañera, desde aquel día hasta el día de hoy, te he esperado y te he amado.”
“Cuando te raptaron los templarios quise ir hasta la torre de los hechiceros a rescatarte, eso lo sabe Ral. Fue en aquel momento cuando todo mi clan me siguió a tierras humanas, nuestra intención era atacar la torre de los hechiceros y sacarte de aquella prisión. No me importaba si moría en el rescate, sabía que tú tenías un compañero mas esperándote, - miro hacia Zev – alguien que aun sin mí, podría hacerte feliz. No quería que tuvieras que vivir encerrada en aquel maldito lugar.”
“Fue Ral quien me convenció de que él tenía una forma de protegerte, que él sabía que estabas bien, a pesar de que no fuera el lugar ideal para una niña. Ral me hablo de Ilanda, ella fue su amante durante algún tiempo, hasta que decidió que quería aprender magia humana, para poder darnos datos que nos ayudaran a enfrentarlos cuando llegara la hora. Ilanda fue quien te cuido y protegió en la torre de los hechiceros, a través de ella Ral supo siempre como estabas y si corrías riesgo de morir o que te hicieran daño. Ral fue quien le dijo a Ilanda como te llamabas Neshi, por eso conservaste tu nombre, - añadió sonriendo a Zev - ya que nuestra brujita se negó hablar durante años.”
“Ral no quiso atacar la torre de los hechiceros, en el tiempo en que nos encontramos los dos clanes aquí en Feraldan. Dijo que si atacaba, no solo levantaría una nueva guerra entre los humanos y los elfos, una guerra para la que no estábamos preparados, y que representaría la muerte de muchísimos de nuestros hermanos. Sino que incluso podrían ejecutar a todos los magos elfos en represalia, pues los templarios les echarían la culpa de nuestro ataque. Consiguió convencerme para que desistiera de mi idea de atacar la torre. Pero nunca me aleje demasiado de los bosques cercanos a la torre, aunque mi clan viajo de un lado a otro de Feraldan. Me mantuve esperando cualquier aviso de peligro hacia ti en la torre. Cuando me entere de que tuviste que ser reclutada como Guardia Gris para escapar del castigo de los templarios. Partí en ese momento hacia Ostagar a buscarte, no conseguí dar contigo, desgraciadamente llegue tarde, tu habías pasado la iniciación de los guardias grises y los engendros tenebrosos ya habían conquistado la fortaleza. No sabía si estabas viva o muerta, unos decían que habían muerto todos los guardias grises, otros que dos habían conseguido sobrevivir. Seguí mi camino para encontrarme con nuestros Clanes ya que estaban juntos, pase meses pensando que habías muerto, hasta que Ort hablo con Ral y le dijo que te había visto, que estabas bien y sana, que estabas con nuestro compañero Zev y que habías accedido a ayudarlo. Me alegre por vosotros dos y por Ort.”
“Cuando nos pusimos en camino para encontrarnos con el Clan de Marethari tuve miedo, mucho miedo a que hubieras adoptado las ideas de los humanos y que os hubiera perdido totalmente como compañeros. Cabía la posibilidad de que fueras igual que Marethari, supe también que te habías encontrado con Zev y te habías unido a él. Pensé que si había estado dispuesto a morir por ti, sabiendo que Zev existía en algún momento de tú futuro. Sería capaz de sacrificarme y quedarme a vuestro lado como un amigo, sin deciros jamás que en realidad éramos compañeros, que formaba parte de vuestra unión.”
“En el momento en que conocí a Zev y te reencontré, pensé que os había perdido. Sobre todo cuando sentí los pensamientos de Zev, después de que te desmayaras y lo unida que parecías estar a Marethari. Pero hubo un momento en que Zev y yo conectamos durante la reunión que tuvimos, no me sentí rechazado por su parte, ni me sentí excluido, incluso sentí su atracción y su curiosidad por mí. Me di cuenta que a pesar de su reticencia a compartir lo que había entre vosotros dos, cabía la posibilidad de que en un futuro Zev si me aceptara como compañero. Pero sobre ti, Neshi no lo sabía si llegarías a sentir algo por mí, mejor dicho sentir si sentías por mí, note tu atracción hacia mí, pero pensé que tú educación y la influencia de tú… de Marethari te persuadirían, para no aceptarme entre vosotros.”
“No tenéis por que hacerlo, siempre estaré aquí para lo que necesitéis los dos, aunque a ti Zev no te había visto en el pasado, como me ocurrió con Neshi, os he estado esperado desde hace muchos, muchísimos siglos. Pero no quiero que la unión se dé solo por que os veíais influenciados por los demás, si no queréis uniros lo comprenderé y me iré a mi Aravel. Nunca permitiré que digan nada malo de vosotros dos, con unión o sin unión sois mis compañeros.”
Le cogí de las manos y le mire a los ojos.
-- Yan nunca haría nada por influencia de los demás y mucho menos te incluiría en nuestra unión por que alguien me lo dijera, ni tan siquiera mis padres, si lo hacemos es porque realmente queremos hacerlo los tres. No soy Marethari, ni me parezco a ella en nada. La historia que has contado ahora sobre mi viaje al “velo” de la mano de mis padres, no la recordaba, hoy me la recordaron mis padres. Cuando nos acostamos y nos dormimos Ort me invoco al “Velo” mis padres habían podido acudir aunque fuera por muy corto tiempo para verme, conseguí despedirme de ellos y tener un recuerdo que no fuera de muerte.”
“Es curioso, los tres tenemos miedo de ser rechazados por los otros dos, no me mires con esa cara Yan, es la verdad. Si te unes a mi tu vida se verá reducida de forma drástica, llevo la infección de los engendros tenebrosos en mis venas, cuando llegue el día en que la infección haya conseguido invadir mi cuerpo, tendré que ponerle fin a mi vida, la alternativa no es agradable te lo juro. Zev y yo descubrimos como terminan las hembras que sobreviven a la infección, por eso Zev pensó, que cuando estaba dormida llorando, había soñado con lo que vimos en los caminos de las profundidades. Si te unes a nosotros, llegara el día en que tenga que dar por terminada mi vida Yan y si mal no he entendido vosotros podríais morir, por eso creo que deberías pensártelo. Pero si aun a pesar de todo lo que te he dicho quieres unirte a nosotros, estaré encantada de formar parte de ti, igual que formo parte de Zev y que vosotros dos forméis parte de mí. No te amo aun, no como amo a Zev, pero sé que te amare con la misma intensidad. Pero piénsalo muy bien, unirte a nosotros… quizás vosotros dos juntos si pudierais sobrevivir a mi muerte, si es así, prefiero que os unáis entre vosotros y me dejéis a mi fuera de esa unión.
-- No, no Neshi – dijo Zev – no podría vivir más que tu y lo sabes, ni quiero vivir sin ti.
-- Ni yo podría vivir sin vosotros dos – dijo Yan – dices que mi vida se verá reducida drásticamente, durante muchos siglos solo he sido una sombra buscándoos, vivir un solo día unido a vosotros, para mi merece más la pena que vivir un siglo mas solo. Los humanos codiciaron nuestra inmortalidad, codiciaron el largo de nuestras vidas, pero no entendieron el pago que estas largas vidas exigen, he visto tantas guerras, tanta muerte, he perdido tantos amigos, he visto morir a tantos de nuestro pueblo, que aunque quisiera contarlos sería imposible que recordara a todos. Y cada guerra, cada muerte han sido pequeñas muertes en mi alma. No Neshi, si quiero unirme a vosotros, cuando llegue el día en que tengas que poner fin a tu vida, me iré con vosotros, no quiero y no puedo vivir un minuto más que vosotros.
-- No creo que sigas pensando igual, una vez conozcas mi vida – dijo Zev – Yo intente asesinar a Neshi, solo ella con su peculiar forma de ser, no solo me perdono la vida, sino que me dio una vida nueva. Durante toda mi vida fui un esclavo, primero de las prostitutas del burdel donde nací y después un esclavo asesino para los “Cuervos”. Dudo que quieras convivir con mis memorias Yan. Neshi se que puedes conectarme con Yan y puedes entregarle mis memorias, me gustaría que lo hicieras antes de que nos unamos, no quiero hacerle daño o que se sienta incomodo con lo que fui.
-- No Zev, no necesito ver tus memorias para querer unirme a ti. – dijo Yan -. ¿Crees que en los muchos siglos que he vivido no he hecho cosas reprochables? Te acepto tal y como eres, acepto tu pasado, no necesito conocerlo ahora para juzgarte si eres digno o no de mi. Eres mi compañero y tu pasado será mi pasado, aprenderé a comprenderlo y aceptarlo tal como sea y tú tendrás que hacer lo mismo con el mío, te aseguro que he pasado por muchísimas cosas, he hecho infinitas cosas mal. Zev cuando conociste a Neshi no la rechazaste. Yo he vivido siglos en las sombras más oscuras, realmente decir vivir es casi un eufemismo, pues no se puede decir que levantarte, luchar, comer y dormir hayan sido vida.
-- ¿Estás seguro Yan que quieres renunciar a la inmortalidad? – le dije.
-- Neshi nosotros no éramos y jamás fuimos inmortales, inmortal significa que te pueden cortar a cachitos y aun sigues vivo. Si me cortas a cachitos muero, si me clavas una espada en el corazón muero. No fuimos inmortales aun a pesar de lo que los humanos piensan. Una mosca seguro que piensa que un humano es inmortal. Un roble o un olivo pueden pensar que es inmortal una montaña, pero tampoco lo es. Solo su duración de vida es mucho más larga de lo que la otra vida tiene, pero no la hace inmortal. No tengo ninguna duda sobre unirme a vosotros, lo he deseado… demasiado tiempo. Cuando volvamos al “Velo” si Ort no tiene inconvenientes, os revelare quien es realmente su compañero y mi amigo, creo que entonces comprenderéis todo el esfuerzo que estamos haciendo.
-- Ort dijo que era peligroso hablar de quien es – dijo Zev – por eso no hemos vuelto a insistir en saberlo.
-- Si lo es, pero confió en vosotros, se que jamás lo revelaríais y os asiste todo el derecho a saberlo. Además qué demonios, cuando os unáis a mi lo sabréis – dijo esto sonriendo y mirándonos –. Bueno comenzamos.
La voz de Yan tomo un tono de necesidad y ansiedad contenidas, sentí su dolor, el dolor que le provocaba la soledad en la que había vivido todos estos siglos.
-- Si eso, pensé que íbamos a seguir hablando hasta que la tierra se enfriara bajo nuestros pies – dijo Zev sonriéndole.
-- Bien parece que hemos aclarado las dudas y miedos de todos nosotros – dije – ahora viene la orgia, ¿no? – me reí intentaba quitarles la seriedad que tenían – Por que Ian se merece que le maten solo por interrumpirnos antes. Además de las mil cosas por las que va a morir. Creo que ahora se cómo puedo hacer la unión empática entre los tres, cuando estéis listos podemos empezar.
-- No sería más fácil hacerla en el “Velo” como cuando nos unimos nosotros dos – dijo Zev – aunque no termino en el “Velo”.
-- Si lo seria Zev, pero debemos de pensar en Ort, no podemos someterlo a mas tensión de la que tiene, cuando vayamos al “Velo” será para unirlo a nosotros tres. A no ser que le unamos… pero no. Yan eres nuestro compañero de vida, te mereces que sea exclusivamente para ti. El viaje podemos emprenderlo dentro de un día y medio, si no descansamos conseguiremos llegar a Denerim para alcanzar a la comitiva del Arl. Cuando queráis empezamos.
Me besaron los dos a la vez, atrayéndome encima de sus piernas.
-- Es fantástico, pero esto vendrá después, no adelantemos acontecimientos, aunque…. ¿Qué tal si nos quitamos las armaduras? Es que no son muy apropiadas para el momento.
No me soltaron, simplemente comenzaron a desnudarme entre los dos, quitándome poco a poco la armadura y el resto de la ropa, después se fueron desnudando el uno al otro mientras los miraba, pensé que no era mala idea. Creo que Yan había tenido la misma intuición que tuve yo, cuando me uní a Zev. De los tres Zev era el que más le costaba confiar en que no le dejaríamos de lado. Sus cicatrices no se cerrarían nunca, era algo a lo que yo me había habituado, pero Yan de una forma intuitiva había sabido.
Comprendí por que Yan había sido líder de todo un ejército, tenía la intuición que cualquier buen líder necesita para conocer a sus guerreros, para saber qué es lo que necesitan y hasta donde pueden llegar o donde están sus límites.
Intentaba entretener a mi mente, para que no me perdiera en la excitación sexual, sino que fuera capaz de reforjar la unión de nosotros tres. Pensé en usar la unión que tenia con Zev y simplemente añadir la unión de Yan a la nuestra, pero lo sentí muy frio, quería que se sintiera bienvenido, que se sintiera a gusto y deseado. Nos había esperado demasiado tiempo, para hacer una unión simplemente rápida, solo porque nos faltaba tiempo. Cada vez odiaba más la guerra en la que nos habíamos visto forzados a entrar, pero de nada serviría quejarse a estas alturas. Deje de perder el tiempo y me concentre en mis compañeros, que ya se habían desnudado mutuamente.
Cada uno de ellos se sentó a cada lado de mi, formando un triangulo, en el que todos estábamos en contacto con todos. Abrí la unión que tenia con Zev, la mente conjunta que habíamos ido creando con el paso del tiempo y con el refuerzo de nuestra unión, mi mente junto con la de Zev se conectaron directamente con la de Yan. Al sentir el toque nuestras mentes se abrió totalmente, me di cuenta que en cierta medida la mente de Zev se había bloqueado, cuando se conecto con Yan, sabía que pasaría algo así, lo conocía. Fue Yan quien le comenzó a seducir, dejo que Zev sintiera todo lo que Yan estaba sintiendo, le envolvió en ternura, cariño, curiosidad, sin entrometerse con sus memorias, para que Zev no se sintiera invadido, su mente comenzó a acariciarle el cuerpo, besándolo, excitándolo. Ahí intervine añadiendo mis propias caricias a las de Yan, a la vez que añadía mi amor infinito por Zev, envolviéndole con él. Poco a poco las barreras de Zev que se habían levantado cuando nos unimos con Yan fueron cediendo, dejando a Yan conectar con su esencia, hasta que las barreras habían sido totalmente anuladas, mi esencia se unió a la de ellos sintiendo su amor por mí, el amor de los dos. Las caricias se intensificaron, las manos y las bocas hicieron que nos fuéramos relajando, hasta el momento en que nuestras memorias, comenzaron a fluir.
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